Capítulo 47

                              …Kori…

Mis manos se enredan en el pelo mientras escucho a Camille hablarme a través del teléfono. El baño de mi casa se encuentra cubierto de tinte rosa, seguro que de ser una persona estuviera chillando al ver que le hago eso.

—Entonces —su tono de voz es pensativo, como si estuviera
resolviendo el crimen del año— ¿En serio tu padre te dijo eso? —yo
hago un sonido de afirmación mientras sumerjo la brocha en el recipiente y la paso por mis casi mechones rosa, casi porque lucen más apagados que el color gris de mi cuarto— Me parece alucinante.

—Lo es, realmente lo es —le doy la razón y escucho una pequeña
risa de su parte.

—¿Qué harás? —me cuestiona y yo me encojo de hombros hasta que me acuerdo que Camille está en el altavoz y no a mi lado.

—No lo sé —en este momento siento que mi vida va en picada, como si la caída de la montaña rusa no parara nunca— ¿Qué opinas tú de eso?

Camille se toma su tiempo antes de responder, supongo que estaba
observando cada una de las posibilidades antes de darme una
respuesta concreta. Lo que paso ayer con mi papá fue bastante raro, creo que es la primera vez en, ¿diecisiete años? —tal vez más—que me mira como si tenerme no fuera un estorbo, como si no le diera pena tener una hija como yo, como si no sintiera vergüenza por mí, y, sé que sigue siendo el mismo hombre y el mismo padre que hace unas semanas decía “Eres una decepción”, lo tengo claro.

También sé que no sé puede tapar el sol con un dedo, pero, por un momento es bueno que esos rayos del sol no nos den, en mi caso, que no me quemen.

—¿Sigues ahí? —me pregunta al yo quedarme en mi mundo y no
responder nada de lo que me dijo, yo respondo un simple “si” dándome cuenta una vez más lo jodida que está mi vida—Si yo fuera tú aprovecharía eso, creo que tienes una buena oportunidad para librarte de tu papá por un rato.

—¿Me estas sugiriendo que finja que tengo novio? —indago y siento su risa seguida de un “por supuesto”—Ya —ruedo los ojos—, déjame llamar a mi larga lista de amigos y ver si alguno se ofrece—Esas palabras salen de mi boca de la forma más irónica posible, no
conozco a nadie que pueda ayudarme en eso.

—Pues… —Camille se queda en silencio unos segundos hasta que
un nombre sale de su boca—Claudio —dice de forma simple y concisa.

—Claro—una carcajada sale de mi boca de forma voluntaria—Hey Claudio, sé que en estos últimos días hemos hablado más que en los cuatro años que estamos en el mismo salón, pero,¿quieres fingir ser mi novio ante mis padres? —no estoy delante de mi amiga, pero no tengo que verla para saber que en este momento está rodando los ojos.

—Sabes—me dice mientras yo escucho los ruidos de sus pasos caminar por toda la casa, ¿Por qué tiene que ser tan ruidosa? —He hablado con Claudio muchas veces en los ensayos y, a pesar de que a veces es un idiota con algunas personas, es buena gente—yo suspiro,
no veo esto claro para nada—Él es como las rosas—yo arrugo mi
frente mientras trato de entender las cosas que dice Camille—Es suave y delicado, realmente agradable, pero, todas las rosas tienen espinas, si uno quiere una tiene que tener cuidado en donde toca para no pincharse—yo asiento, aunque ella no me puede ver—Claudio es así, sé que si le pides ayuda, él lo hará. En unas horas tienen ensayo en el bar, ve.

Termino de pintarme el pelo y le tomo la palabra a Camille, con preguntar algo no va a pasar nada malo y en esta etapa de mi vida donde han venido estas cosas malas tener a mi padre sobre mi recordándome que él no quería tenerme no me parece lo más
adecuado para mi salud mental.

Diría caminar, pero, ya tengo auto de nuevo, ya no necesito caminar a los lugares y menos al bar que no queda tan cerca que digamos. Justo cuando estoy llegando al lugar me acuerdo que si están ensayando estará Sam también, solo espero que no se haga un momento muy incómodo, igual si pasa eso, me da igual, que pase lo
que tenga que pasar.

Justo cuando estoy en la entrada del bar me animo a enviarle un
mensaje a Claudio—el número me lo envió Camille—Espero unos
minutos hasta que un mensaje aparece en la pantalla de mi móvil.

“Ahora estoy ensayando, pero, puedes entrar y esperar, no nos
falta mucho. Así me cuentas lo que quieras decirme”

Suspiro tras leer el mensaje, me bajo del auto y entro por la puerta
del bar. El ambiente desde que entro al lugar se siente demasiado tenso. Samantha y Claudio se encuentran en una acalorada discusión. Nadie se ha dado cuenta de mi presencia hasta que estoy a escasos metros del grupo. Todos se me quedan mirando, Claudio me da una sonrisa y se acerca a saludarme, “Tus mechones están muy rosas” me dice sonriendo volviendo a su posición detrás del piano. Paulo y Alvin simplemente me saludan con la mano y Sam…bueno, Sam, ella
pasas su mirada por todo mi cuerpo hasta que terminan sus ojos
estrellándose con los míos, se quedan ahí un rato hasta que soy yo la
que rompo el contacto y me siento cerca del escenario, Claudio me
hace señas para saber si estoy bien, yo simplemente asiento y le
muestro mis pulgares arriba.

El ensayo dura una hora, o quizás unos pocos minutos más, Claudio me sonríe mientras se acomoda su mochila y se cruza de brazos.

—¿Qué pasa mechas? —me cuestiona y yo sonrío mientras me lo llevo al auto.

—Necesito un favor tuyo—le cuento mientras nos acomodamos en el auto.

—¿Qué usted necesita señorita? —me mira esperando a que yo le cuente.

—Verás —mi mano termina jugando con la pulsera, le haré una
proposición un poco rara—Te pediré un favor un poco extraño, raro,
peculiar…—el asiente haciéndome señas para que continúe—…,
¿crees que podrías fingir ser mi novio en una cena ante mis padres
hoy?

Claudio abre su boca y pestañea varias veces evidentemente sorprendido ante mi pregunta.

—¿Y eso…—sus ojos impactan con los míos mientras habla lentamente—… a qué se debe?

—Mira, por favor ayúdame—el me sigue mirando extrañado, su frente esta arrugada y una ceja esta arqueada—Si quieres después de la cena te explico todo.

El chico suspira y no deja de mirarme.

—Está bien—acepta sonriéndome—, pero, con dos condiciones…

—¿Cuáles? —indago de forma rápida interrumpiéndolo.

—Pues—él se acomoda en el asiento—, lo primero, me tendrás que contar porque necesitas que sea tú novio falso—yo asiento—, y segundo, cuando hagas tu primera exposición me dejes verla de primero, antes de que se inaugure—yo vuelvo a asentir y él me
sonríe—Pues, hola novia falsa.

Unas horas después ya todo está oscuro, el día se ha marchado y
ha dejado infinitas estrellas en el cielo. Mi casa es muy solitaria, pero en la noche he de decir que se siente bien tanto silencio, así puedo escuchar los ruidos que nos brinda la naturaleza.

Estoy en la entrada de mi casa, justo fuera de la reja esperando a Claudio. Este llega a los pocos minutos y mi boca casi toca el piso cuando lo ve. Claudio es realmente atractivo cuando se viste de blanco, y con camisa. Literal
parece modelo.

—¿Qué te pasa? –me cuestiona mientras me quita una pelusa del
pelo.

—Estas muy guapo—susurro y él sonríe, ¿se acaba de sonrojar?,
una carcajada sale de mi boca.

—Tu casa es enorme—me susurra—, hay un señor mirándonos en
la ventana—yo asiento. Mi padre a veces es raro, se encuentra
mirándome por la ventana desde que salí a esperar.

—Solo finge que estás enamorado de mi—el chico a mi lado
asiente y me envuelve en sus brazos.

—¿Hay algo que deba saber de tu familia? —me cuestiona y yo
niego.

—Solo que son superficiales y materialistas.

Entramos a mi casa tomados de la mano, por dios a qué punto tan
bajo he caído para fingir esto. A los pocos minutos ya nos encontramos sentados en la mesa. Mi padre me mira por un rato y después mira a Claudio, en su cara se forma una ligera sonrisa y
asiente varias veces. Mateo no para de usar su teléfono, no ha mirado
a Claudio en todo el rato que llevamos comiendo y mi mamá, bueno,
ella tiene el ceño fruncido desde que escucho que este chico es mi
“novio”. Normal que este así, si un día me ve llorar por una chica y a
los pocos días vengo con un “novio”

—Claudio—menciona mi padre tras beber de la copa con vino—¿Tus padres en que trabajan? —le cuestiona al chico.

—Mi mamá es maestra en una escuela y mi padre tiene una empresa de autos, es el jefe —solo bastaba escuchar empresa y jefe para que una sonrisa se implantara en su cara, no se podía esperar menos de una persona tan interesada y superficial.

Por primera vez en muchos años me mira como si hubiera hecho algo que lo enorgullece, que lastima que sea falso y que mi corazón sea de alguien más.











YYYYYY este es el segundo,  espero que les agrade, que les guste. No sé que se suele poner en esta parte solo dire Gracias por leer. CHAU

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