Capítulo 44

...Kori...

Camille mira mi rostro y rueda sus ojos cuando recibe de nuevo la negativa a salir junto a ella y Alvin. Se sienta al lado mío y me observa mientras introduzco el pincel en el agua y lo vuelvo a embadurnar en el color azul. Ella bufa y se acuesta en mi cama.

—Tienes que salir de estas cuatro paredes—me explica mientras desenrosca el papel de un caramelo—No puedes quedarte lloriqueando por alguien que no te valoró—me entrega un caramelo de chocolate y ella sigue desenvolviendo otro para ella—La amas, sí, pero, que no eres la primera ni la última persona a la que le rompen el corazón.

—No tengo ganas de irme de fiesta—le vuelvo a repetir y ella vuelve a rodar los ojos.

—Pues ya te vas vistiendo—se levanta y se acerca a mi closet, lo abre de par en par y comienza a sacar ropa—Nos vamos de fiesta.

Horas después me encuentro en el auto de Alvin junto a Camille. La noche está caliente, la temperatura subió debido a que ya casi estamos llegando al verano. Ahora los días son más largos, más calientes y las noches son frías y cortas. Alvin me mira a través del espejo retrovisor y me sonríe, le devuelvo la sonrisa y un golpe en la ventanilla del auto me hace sobresaltar.

—Hola—Claudio se sienta a mi lado y nos sonríe a todos.

Yo los miro y Camille me mira un poco incomoda, no esperaba que viniera Claudio, sabía que iba a venir otra persona, pero no precisamente Claudio. O sea, está en mi aula desde que entré en la universidad y solo le he hablado una vez—hace un año para pedirle el número de Alvin—, no somos los mejores amigos del mundo.

—A ver el punto es divertirnos—nos dice Camille y todos asentimos—No se pasen con las bebidas. No hagan desmadre por favor—todos volvemos a asentir—Es una fiesta en casa del novio de mi hermana, no me dejen en ridículo.

—Que sí, pero termina de arrancar el auto—Claudio cruza los brazos sobre su pecho—Deberíamos festejar que pasamos de ronda—le dice a Alvin y este sonríe y asiente—Al final ayer Sam se fue detrás del rarito, Paulo se fue porque su hermana lo llamó—suspira—Que gran grupo somos.

—¿Rarito? —lo cuestiono y el me mira de forma seria.

—Sebastián—termina de decir y yo asiento—Creo que se sentía mal o algo no lo sé la verdad.

Llegamos en poco tiempo a la fiesta, me acomodo mi pelo antes de salir del auto y observo un poco el ambiente una vez que mis zapatos tocan el piso. Siempre me ha aterrado las fiestas que son muy alocadas donde la gente se pasa de bebidas, espero que esta no sea una de esas porque no estaré aquí más de una hora.

—Vamos a divertirnos—chilla Alvin mientras entramos a la casa, las luces rosadas y violetas abundan por todo el lugar.

Hay gente bailando como si su vida dependiera de ellos, dejando el alma en el suelo con el fin de exhibir sus mejores movimientos de baile. Están brindándoles un verdadero show a las personas con esos contoneos de cadera.

—¿Deberíamos ir por bebidas? —le pregunta Camille a Alvin y este asiente, ambos se pierden entre las luces y me quedo sola con Claudio, es realmente incomodo esto.

—¿Eres así de callada o te comió la lengua el ratón? —me dice el chico a mi lado y yo me encojo de hombro.

—Pues supongo que si no conozco a la persona no tengo esa confianza para hablarle—le contesto y él se carcajea, yo alzó la ceja, no creo que haya dicho algo gracioso para que se esté riendo en mi cara.

—Perdón por ser tan descortés—me dice y a lo lejos puedo ver a la pareja regresar con bebidas—Soy Claudio—me estira la mano.

—Carolina—le doy la mano, igual ya sabemos quiénes somos, pero bueno, no se ve tan intimidante como pensaba que era.

—Ahora si empezó lo bueno—dice Alvin y yo ruedo los ojos. Les juro que a veces no sé si su cabeza está hueca o de verdad tiene cerebro—No se tomen toda la botella de tequila de un tirón, no sean malos, dejen para los demás.

Dimos vueltas por todo el lugar hasta que nos situamos en la zona de la piscina—en este momento casi vacía debido a que la mayoría de personas se encuentran bailando, algunas están en los rincones más oscuros besándose—esta acción incluye toques para nada inocentes—y otro grupo de personas que, o se dedican a mezclar alcohol o solo dan vueltas por todo el lugar.

—Juguemos a algo—se sienta Claudio en una silla y nosotros hacemos lo mismo a su lado quedando una mesa en el medio de nosotros.

—¿Qué propones Claudito? —dice Alvin sosteniendo el cuerpo de Camille, porque si, aunque haya una silla libre, ella se tiene que sentar encima de su novio. O sea, ¿quién quiere silla cuando tiene novio?

—Le damos una vuelta a la botella—nos explica—, si te toca la tapa preguntas y si te toca la base respondes—todos asentimos de acuerdo—Si no quieren responder—toma la botella y la agita—, beben.

Todos estuvimos de acuerdo en el juego y la botella dio muchas vueltas antes de detenerse por primera vez, la tapa de la botella se detuvo en Claudio y la base en Camille, mi mano se introduce en el bote de las papitas esperando a que Claudio haga su pregunta.

—Camille—menciona el chico y mi amiga, y todos, estamos expectante a su pregunta—¿Cuándo fue la última vez que tuviste relaciones sexuales? —todos abrimos los ojos y yo vuelvo a sacar otra papa, no esperaba que empezara tan intenso—¿Qué?, creo que ya estamos bastante grandecitos para preguntar cosas tontas.

Camille desenrosca la botella, le da un trago, vuelve a tapar la botella y se sienta en la silla libre antes de ponerla a girar de nuevo.

—Claudio—es mi turno de hacer una pregunta, este me hace señas para que pregunte seguido de “Soy un libro abierto”—¿Alguna vez has tenido sueños húmedos con un chico?

—No—me responde—Me agrada tu curiosidad Carolina—sus ojos chocan con los míos antes de girar la botella y me regala un giño junto a una sonrisa.

—¿A qué edad perdiste la virginidad? —Camille me pregunta y Alvin y Claudio ruedan los ojos “Eso no se vale eres su mejor amiga y ya sabes seguro esas cosas”

—Diecisiete—respondo dándole vuelta a la botella.

—Claudio—llego el turno de Alvin de preguntar—¿Tendrías sexo con alguno de nosotros?

Claudio sonríe destapa la botella y le da un trago, sus ojos viajan por cada uno de nuestros rostros hasta que vuelve a poner la botella a girar. No se ya por cuantas rondas vamos, pero sí sé que se han desvelado muchos secretos esta noche—por ejemplo, que Alvin perdió la virginidad con Camille—, y, que ya ando un poco mareada. La botella vuelve a girar y otra pregunta es lanzada.

—¿Has tenido alguna experiencia lésbica? —me cuestiona Claudio moviendo sus cejas de arriba abajo.

—No voy a beber—protesto cuando me dan la botella al ver que no contesto.

—Bueno—Claudio tamborilea los dedos sobre la mesa—Lo puedes pagar de otra forma—todos nos quedamos esperando su “oferta” —Bésame—¿escuche bien o mal?, ¿besarlo? No claro que no.

Si, dije que no, pero no sé en qué momento termine besándolo. Ni se en que momento él terminó acercando mi cuerpo al de él. Siento a mi lado como unas sillas se mueven y un “Les daremos espacio” sale de la boca de Camille para después irse con Alvin.

Poco a poco la botella va bajando el líquido transparente que tenía, no sé en qué momento he terminado sentada al lado de Claudio en un sofá que contiene líquidos dudosos, pero, en esta casa ya todo es dudoso, o la mayoría de las personas esta pasados de copas—es el caso mío y de Claudio— o simplemente están hablando en grupos y bailando en las pistas.

—Entonces mechas—me llama Claudio—, ¿vas a ser una exposición súper grande? —yo sonrío y niego con la cabeza.

—Es una pequeña exposición en una galería que tiene un contrato con la universidad—el chico me presta atención—Supongo que por algo se empieza—el me da la razón con la cabeza y sonríe—¿Y te gusta tocar?

—Depende de lo que tenga que tocar—me susurra brindándome una mirada pícara y mueve sus cejas de arriba a abajo. No puedo evitar reírme ante su comentario, de alguna forma me parece gracioso.

—Me refiero al piano—él suelta una carcajada y se acerca más a mí, su respiración invade mi espacio personal.

—¿Segura que era eso? —una carcajada sale de mi boca y el me mira sonriendo.

Su mano me atrae hasta él y su boca tapa la mía. Claudio me besa sin ningún temor, su lengua invade mi boca y yo no puedo negar que me dejo llevar por eso. Mi boca se mueve a la par a de la de él. Nos separamos y nos quedamos mirando hasta que estallamos en carcajadas. Claudio se levanta del sofá y me jala del brazo.

—Vamos a bailar—es lo que me dice mientras soy jalada a la pista de baile— Bad Habits se escucha por todo el lugar—donde mismo se encuentra Camille y Alvin haciendo movimientos raros con su cuerpo.

Saltamos y nos movemos al ritmo de la música, no sé a qué hora acabó todo, pero definitivamente mi plan de quedarme poco tiempo no será posible. Mi cuerpo la está pasando muy bien al igual que mi mente. De todas formas, mañana será otro día, si, posiblemente tenga unan resaca tremenda, pero, ¿Qué hay de malo en divertirse un día?















Hello ¿Cómo les va chicos? Espero que bien. Aquí tienen el capítulo 44, ¿les está gustando este libro? Déjenme sus opiniones. Miren Purple Hearts 😘

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