Capítulo 29
Miro al chico a mi lado, su aspecto de Ángel me sigue sorprendiendo, aunque ya me he acostumbrado a verlo de forma seguida. El respira hondo, y cierra los ojos ante el fuerte aire que corre en lo alto de este edificio. Por segunda vez estamos sentados en el borde, con los pies colgando al vacío.
—¿Por qué no te integras más en las reuniones con el grupo? —me cuestiona sacando una botella de agua de su mochila y yo solo me encojo de hombros—Deberías hacerlo, te ayudará a soltar lo que llevas dentro.
—¿Qué llevo dentro? —le cuestiono mientras me recojo el pelo que se me está metiendo en los ojos debido al viento.
—No lo sé Samantha, yo la pasé un poco mal cuando me enteré que tenía VIH—me cuenta mientras le quita la tapa a la botella—Me hizo bien hablar con personas que han pasado por lo mismo, digamos que me sentí...—hace una ligera pausa y se queda pensando en algo—...comprendido—dice finalmente.
—No me agrada mucho eso—mis manos juegan entre ellas, se han vuelto muy interesante en los últimos cinco minutos—No soy de hablar con muchos ojos mirándome—le explico y el solo sonríe negando mientras vuelve a beber agua.
—¿Estás tomando tus medicamentos? —yo asiento, esta chica se toma su pastilla todos los días a las ocho de la noche—Bien—susurra.
Se crea un silencio un poco raro, no es incómodo, pero no es lo habitual entre nosotros. Siempre la conversación fluye sin problemas o siempre sale con alguna de sus frases, hace días que no las escucho.
—¿A Kori se le pasó el enojo? —yo asiento y él sonríe—Que bueno por dios, te juro que me ha dado mucha preocupación que se hayan distanciado por mí—suspira y se acuesta en el suelo—Aunque bueno después de la fiesta me tuve que dar cuenta de que estaban bien.
—¿Por qué dices eso? —me acuesto a su lado, las nubes están muy frondosas hoy.
—Paulo las vio besándose en el baño—se carcajea y me mira, ya sabía eso el mismo chico me lo preguntó, me aterra que se le vaya la lengua y se lo cuente a más personas—Deberían ser más discretas si no quieren que las vean intercambiando saliva.
—Tal vez está enojada conmigo—susurro y Sebas levanta una ceja, tal vez ayer me pase un poco, al final es su padre y yo no tengo ningún derecho a meterme en sus temas familiares—Ayer fui a su casa—el asiente esperando que yo siga hablando—Fue un día lindo— sonrío sin poder evitarlo—, conocí tanto de ella. Prácticamente me abrió las puertas a su mundo.
—¿Te gustó lo que conociste? —el sigue hablando sin darme tiempo a responder—Casi siempre—se pasa las manos por el pelo plateado mientras mira el cielo, relaja mucho pero no tanto como el techo del cuarto de Kori—, conocer la vida de otra persona, el entorno, como es, como se desarrolla y más si esa persona nos causa sentimientos románticos, de alguna forma es la base del enamoramiento.
—Da miedo eso.
El amor es algo raro que involucra a dos personas, el simple hecho de que te guste algo, y tu cuerpo, cerebro y corazón te haga estar pendiente de esa persona asusta mucho. El enamoramiento asusta más todavía. Ya no eres dueña de tus sentimientos, lo es la otra persona y poco a poco, tu felicidad va dependiendo de esa persona. Aunque no debería ser así, es la verdad pura y dura. O por lo menos lo que he vivido en mis veintitrés años. Sin contar que te sudan las manos cuando ves a esa persona, tus latidos se aceleran al igual que la respiración y se te forma ese vacío en tu interior, como si te hubieran lanzado de una montaña rusa.
—¿Te estas enamorando? —yo niego rápidamente y el levanta una ceja—¿Estás cagadas de miedo verdad?
—Si—ambos soltamos una carcajada.
—Ricitos si te enamoras no pasa nada—se vuelve a sentar y se estira un poco—No lo escogemos y no siempre tiene que ser algo malo.
—¿Me puedes acompañar a una librería? —el asiente mientras nos levantamos del suelo y nos sacudimos toda la suciedad del jean.
Vamos caminando por las calles de la ciudad, prácticamente en cada esquina hay un puesto de comida callejera o alguien tocando música. Es realmente gustoso este lugar. Siempre hay niños en los parques jugando o jóvenes paseando a su mascota. Se puede decir que estamos en uno de los lugares más antiguos de todo el alrededor. Es una de las zonas más turísticas, dispone de restaurantes de todo tipo: desde los paladares hasta restaurantes gourmet e internacionales.
También se encuentran muchas librerías, museos y tiendas—ropa, artesanías, souvenirs.
Entramos a la librería “Planeta literario” y nos adentramos mirando sus antiguos libros hasta el mostrador, en él nos recibe un señor que su canoso pelo y sus arrugas nos desvelan su edad.
—¿Necesitan algo? —nos pregunta con una cálida sonrisa mientras pone sus manos para apoyarse sobre el mostrador.
—¿Es una de las primeras impresiones? —le cuestiono mientras él me acerca el libro y yo observo sus páginas amarillas—Esta muy usado—susurro ojeando el libro en busca de alguna imperfección.
—La mayoría de los libros de aquí son usados—me cuenta—las personas los traen para venderlos o intercambiarlos por uno de su agrado—yo asiento y a los pocos minutos estoy saliendo por la puerta con el libro.
Sebastián se me queda mirando, sus ojos se abren cuando sostiene el comprobante de la compra, me vuelve a mirar y me arrebata el libro de las manos.
—¿Tanto te gusta ese señor para gastar tanto dinero en él? —yo niego mientras el ojea con cuidado el libro—Entonces…—vuelve a analizar el precio y a negar repetidamente con la cabeza—¿De dónde sacas el dinero para pagarte libros que no te gustan? Porque no creo que lo que ganas tocando en bares te alcance para mucho.
—Trabajo un fin de semana al mes en el zoológico—Sebas me mira con los ojos entrecerrados, su mirada me esta inspeccionando y me devuelve el libro.
—O sea, ¿te gusta recoger mierda de animales y darle de comer? —yo niego y él muestra confusión en su rostro.
—Trabajo en el mariposario del zoológico—le cuento y el me mira sin entender—Me encargo de dar los tours por el lugar entre otras cosas.
—Eres tan rara—yo ruedo los ojos y él sonríe—, pero rara bien—yo asiento—¿Para quién es el libro? —me cuestiona mientras caminamos de regreso—Supongo que si no te gusta es un regalo.
—Kori
Holis, ando un poco sad porque hoy se me rompió mi compu, tengo esperanza de que se pueda arreglar, si no se puede estare en problema.
Nos leemos pronto.
❤
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