Capítulo 22

     Ha oscurecido en la ciudad, la luna está arriba del todo, incluso pequeñas estrellas resplandecen en el cielo. El aire frio sopla fuerte, los días aquí son muy calurosos pero las noches se ponen frías. A mí lado una chica con un mechón rosado está pasando sus manos por sus brazos mientras sostiene el peluche, dándose calor.

—Toma—me quito el abrigo y se lo entrego, pero simplemente sus manos están ocupadas dándose calor—Lo hare yo—me acerco a ella.

—¿Qué haces? —me pregunta cuando mi abrigo rosa entra por su cabeza—Vas a tener frio—me dice empujándome ligeramente.

—Déjame—la ayudo a terminar de ponerse el abrigo y le acomodo el pelo—Te queda mejor de lo que pensaba.

—Vamos.
    
      Seguimos caminando por las calles en busca del lugar a donde Kori me quiere llevar, hace frío, ahora soy yo la que se frota las manos en los brazos. A lo lejos se pueden ver los carros estacionando en un gran parqueo. Mis ojos están enfocados en las pequeñas luces hasta que siento un pequeño roce en mis manos, al principio pienso que es mi imaginación hasta que mis ojos bajan ligeramente a mi mano y encuentro unos finos dedos balanceándose al lado de los míos.

Observo a Kori, su mirada está concentrada en los autos que se están estacionado. El roce sigue hasta que yo lo detengo, uno mi meñique con el de ella. Ella me mira sorprendida y yo sigo mirando los autos estacionados delante de la pantalla gigante.
   
      Estamos en un autocine, recientemente fue inaugurado y se puede decir que a toda la ciudad le ha gustado el lugar, no es para menos, es hermoso, hay pequeñas zonas de juegos para niños. Hay puestos de comidas, refrescos y filas enormes para comprar todas esas cosas. Las filas de autos con personas dentro mirando la película es larga, posiblemente hay estacionados más de 50 autos, no lo sé la verdad. Kori me jala del brazo y me lleva hacía los puestos de comida. ¿Veremos la película? Ni siquiera sé qué película están poniendo porque no me he fijado.

—Tengo hambre—me dice mientras espera a que le traigan lo que pidió—¿Te gustan? —me muestra un bote con palomitas rebosadas de caramelos.

—No realmente—ella entrecierra sus ojos y me mira mal—¿Qué tiene? —yo niego sonriendo

—Te pierdes de tantas cosas buenas.
      
     Después de que le dieran sus pedidos de comida, bueno nuestros pedidos supongo que ella sola no va a comer todo eso. Caminamos entre los autos, algunas personas protestan y a paso rápido nos quitamos del medio. Kori me sujeta de la mano y me va dirigiendo por todo lugar hasta que estamos detrás de la pantalla, en ella se puede observar a un joven John Travolta interpretando a Dany en la cita con Sandy en el Palacio del helado. Nos sentamos, es un lugar bastante solitario comparado con la cantidad de personas que hay en el sitio. Ella suspira y me entrega un bote de palomitas y un vaso gigante de refresco. Nos quedamos mirando las luces de la ciudad, este lugar está en un sitio alto por lo que se puede ver toda la ciudad.

  —¿Cómo has estado? —me cuestiona ella mientras se mete un puñado de palomitas a la boca, sus cachetes se le inflan mientras mastica—¿Cómo te va con la psicóloga?

—Pues—suspiro mientras bebo del vaso, el sabor a cola me invade la boca—De momento todo esta como una montaña rusa, ya sabes, subes con un poco de excitación y emoción por el momento, llegas a la cima y dices “¿Por qué hice esto?”, después la caída es la peor parte; sientes que se te va a salir el hígado por la boca—ella se carcajea y yo jugueteo con una palomita—Después viene la mejor parte, cuando se detiene—ella asiente mientras bebe de su refresco—Bueno mi vida ha estado entre la cima y la caída, de ahí no sale.

—¿Un poco jodida no? —yo asiento e intento probar una palomita con caramelo gracias a la insistencia de Kori, debo admitir que estaba deliciosa, pero nunca se lo diré.

—Con el tema de la psicóloga—ella se mueve quedando de frente a mí—Pues conocí a Sebastián—ella rueda los ojos—Hey—la regaño—no hagas eso, es alguien bueno que ha entrado en mi vida—ella se concentra en su refresco luego de un “Umju” y volver a rodar los ojos.

—Supongo que algo bueno tendrá—dice de mala manera mientras se vuelve a posicionar a mi lado.

—Es jodidamente guapo—susurro y ella refunfuña y me mira entrecerrando los ojos—Y jodidamente gay—suelto una carcajada y ella me mira confundida—Si, si es gay—su semblante cambia, es como si le hubieran dicho que es millonaria, vuelve a sonreír y su cabeza se recuesta en mi hombro.
       
      Nos quedamos un rato así, solo se escucha el ruido de la película, en este momento Sandy y Dany deben estar bailando en el concurso, una de mis escenas favoritas, pero, es opacada por la chica que tengo a mi lado. Mi abrigo le queda un poco más arriba de la rodilla, ella tiene los pies cruzados y está jugueteando con su pulsera, en cambio yo, tengo los pies estirado y estoy cuidando de su nuevo dinosaurio obeso. El olor a chocolate me invade una vez más y por un momento vuelve a pasar por mi cabeza el “¿Está bien esto?”, la verdad, si está bien o mal queda fuera de mis conocimientos, para algunos estará bien y para otros mal, pero para mí se siente hermoso y eso basta.

—Perdón—le digo a Kori y ella solo dice “¿Eh?” mientras levanta un poco la cabeza de mi hombro—Por ser tan tonta contigo—ella niega y me mira, se quita el pelo de sus ojos antes de hablar.

—Creo que debí entender un poco—mis manos juguetean con sus dedos y ella sonríe—A todos no les toca admitir que le gusta alguien de su mismo sexo de forma tan fácil. Cada cuál tiene su proceso y yo no debí enojarme con eso—se queda en silencio—Aunque me dieran ganas de pegarte—esto último lo dice jugando mientras me golpea con el dinosaurio obeso.

—Estoy un poco confundida—admito y ella me mira seria mientras bebe su refresco—Me refiero a que yo te gusto—ella asiente pasándose la lengua por sus labios quitando el exceso de refresco—y tú me gustas—vuelve a asentir sonriendo—¿Entonces qué viene?

—¿Dejarlo fluir? —yo me encojo de hombros—Creo que eso deberíamos hacer, dejar que lo que tenga que ser sea—vuelve a recostarse en mi hombro y yo le paso la mano por los de ella y le doy ligeras caricias mientras me tomo lo que me quedo del refresco.

—Olvídalo, falsa alarma, que no estoy embarazada—Kori se carcajea al escucharme repetir las líneas de la película, un “Eres tan rara” sale en forma de susurro—You better shape up, 'cause I need a man, and my heart is set on you—canto a todo pulmón y Kori solo ríe— You better shape up, you better understand, to my heart I must be true.
—Eres tan Dany—me dice analizándome, casi susurrando a pocos centímetros de mi cara.
—Y tu tan Sandy—le susurro de igual forma y es imposible no lanzarme por sus labios

Dicen que la endorfina liberada en un beso puede ser más potente a la acción de la morfina, lo que contribuye a nivelar los niveles de estrés y da una sensación de bienestar. Pues tiene razón quien sea que dijo eso, besar a Kori es como flotar en el cielo, planear entre las nubes y lograr ver un arcoíris doble. Se siente muy bien y más cuando sus manos me dan suaves caricias en el cuello , delicadas, como si sus manos  estuvieran hechas de seda. Mi lengua se fue introduciendo en su boca y la de ella me recibe con gusto, se entrelazan y juegan entre ellas, buscando quien iba a ganar en este juego tan placentero. No sé cómo paso, pero la chica del mechón rosa se encuentra sentada sobre mí.
Mis manos acarician sus brazos y van bajando hasta su cintura, la aprietan ligeramente y Kori se pega más a mí, ya la película se acabó, ahora solo se escucha los chasquidos de los besos y nuestra respiración agitada. La mano de mi acompañante se sitúa en mí nunca y me pega más a ella, buscando intensificar más el beso—si es que se puede—. Mi mano baja lentamente de su cintura a su pierna, le doy caricias y aprieto hasta que alguien nos interrumpe.

—Señoritas ya no pueden estar aquí—nos dice un señor con un uniforme, suponemos que es el encargado del lugar—Vamos a cerrar.

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