"Me haces daño"

Adrien movía sus labios suavemente y sin prisa sobre los de Marinette, que estaba tiesa como una tabla, sin saber que hacer. Se suponía que solamente iba a ser un solo roce, que cortaría el acto que debían grabar, o eso pensaba Marinette, quien algo cohibida intentaba apartar al rubio de ella.

Al principio ella estaba concentrada en actuar, porque había personas importantes allí que la observaban pero en cuanto Adrien la besó no pudo olvidar su rechazo cuando ella estuvo esperando por él bajo la lluvia, durante horas y sin que él se dignase a presentarse. 
Aquel recuerdo le trajo de nuevo el dolor y las ganas de llorar, sobre todo porque sentía que el rubio se estaba burlando de alguna manera de ella, al besarla frente a su secretaria. ¿Acaso creía que podía engañarla besándola de aquella manera tan suave?

Unos días antes las cosas habrían sido muy diferentes.

Después de insistir un poco, empujando levemente el pecho masculino, consiguió separarse del chico sin que se viese forzado. Ambos adolescentes respiraban de manera acelerada y el rostro de la chica estaba profundamente sonrojado, quizá de vergüenza se podría pensar, pero era una mezcla entre rabia, pena y vergüenza. 

Adrien estaba algo perplejo, pues la había notado receptiva hasta que decidió meter la gamba y ahondar el beso. Marinette se había puesto tensa y no le paso desapercibido su intento de alejarlo de ella. Para que negarlo, le había dolido bastante que rechazara su beso pero quizá estaba avergonzada de que Nathalie y Agatha la vieran.

Su mente había olvidado el tema de la carta y del abandono por parte "suya" el día en que Chat noir encontró a Marinette bajo la lluvia.

Agatha pareció salir al rescate de aquel silencio tenso que se había formado entre los dos y agradeció a Marinette su presencia y la dejó volver al salón.

-Veamos, queda Sabrina por pasar-Meditó mientras tachaba los nombres de las chicas que ya habían pasado por la audición.

Adrien suspiró cansado, pues después de aquella dulce actuación con Marinette, no quería hacer otra más. No le quedó más remedio que esperar y hacer la ultima actuación con Sabrina, que vino cabizbaja y no ayudó demasiado a hacer un buen trabajo.

Después, cuando la pelirroja ya se hubiera marchado, los tres se reunieron en una mesa donde tenían todos los papeles y los datos de las muchachas.
Adrien buscó el papel donde debían venir los datos de Marinette pero descubrió que Nathalie lo tenía, y lo que es más, no le quitaba la mirada. Aquella mirada seria que el rubio conocía.

-¿Tiene alguna candidata, Señorita Agatha?-Preguntó con voz seria a la vez que se acomodaba las gafas.

-La verdad es que hubo varias que han llamado mi atención y que posiblemente puedan dejar en buena posición al Señor Agreste-Comentó con el mismo tono de voz de la secretaria.

-Creo que hay una buena candidata aquí-Nathalie extendió el formulario de Marinette-La señorita Dupain ha demostrado que no solo puede memorizar el guión si no que su manera de actuar es fluida y tiene buenas expresiones.

Adrien quiso correr a abrazar a la secretaria de su padre. Si su opinión valía de algo, Marinette ya tenía dos votos positivos. 

Agatha tomó los papeles y les echó un vistazo-Es peculiar en verdad, y al menos en su formulario no ha escrito ninguna barbaridad sobre el señor Agreste..

Adrien podía imaginar a quien se estaba refiriendo. Podía ver una cabeza rubia y una coleta en la ecuación.

-Su mención fue curiosa en verdad-Dijo Nathalie, a lo que Adrien, curioso y entrando en el debate por primera vez, alargó su mano y tomó el formulario. Después de todo también le interesaba lo que Marinette había escrito.

"¿Como se sentiría al trabajar codo con codo junto al joven Adrien Agreste?" Era una de las preguntas que se formulaban en el impreso. Adrien alzó una ceja, puesto que no le habían informado de aquella pregunta en los borradores.

Marinette había escrito: "No hemos hablado demasiado ni nos conocemos lo suficiente pero sería interesante trabajar junto a alguien trabajador, serio y con buen humor. Todo el mundo cree que es genial ser modelo pero lo mejor sería que no fuera presionado por alguien más. Mi sueño es ser quien diseñe la ropa, no quien la modele."

Había tanta verdad escondida en aquellas lineas. Marinette había visto a través de él, de su coraza que era Adrien. Sabía que su sueño no era ser modelo, que él solo lo hacía para complacer a su estricto padre y ciertamente había pensando alguna que otra vez que se sentía presionado. Sintió compasión de lo abierta que era la azabache con respecto a su sueño. 

Adrien sonrió dulcemente. Pasó un dedo sobre el nombre de la joven y se dispuso a hablar.  

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Cuando sonó la campana todos suspiraron aliviados de poder cerrar los cuadernos y de guardar los lapiceros por fin. Marinette apoyaba el mentón en sus manos y cerraba los ojos, mientras pensaba en lo que había hablado con Alya cuando había vuelto de la grabación.

-¿Que? No, yo no hice esa escena-Comentó la morena después de escuchar de labios de la azabache en que había consistido su prueba-Mi escena iba de meter unas cartas en un buzón y que cuando lo hacía, Adrien aparecía y dudaba en meter su carta. No mucho más.

Marinette pareció sorprendida. ¿Acaso fue la única que hizo la escena del beso?

-Supongo que para hacerlo más difícil y que no nos soplásemos de que iba la prueba, cada una hizo una prueba distinta

Marinette asintió, no muy convencida pero en cierta parte la teoría de Alya tenía sentido. Al ver el rostro triste de la azabache, su amiga se acercó a ella para susurrarle.

-¿Que ocurre, Marinette? ¿Acaso Adrien te hizo algo?

-Me hizo mucho...daño..

Alya pareció sorprendida y sus ojos lo reflejaban-¿Enserio?-Pasó una mano por los hombros de su amiga-¿Quieres que haga puré de Agreste?

Marinette soltó una risita-Gra-cias...pero puedo yo...además, alguien ya se ha ofrecido para ello

La azabache miró hacia el patrón de gatitos de su camiseta, sin poder evitar a aquel gato que siempre estaba a su lado. Le extrañaba y lo ocurrido con su compañero rubio solo hacía que sus ganas de ver a Chat noir incrementaran. Quería que "limpiase" el recuerdo de los labios de Adrien y los remplazase por los suyos.

Alya pareció confusa y a la vez curiosa por lo dicho por su amiga, a lo que sin pensarlo, subió algo el volumen de tono de voz.

-¿Acaso hay alguien nuevo en tu vida?

Al haber sonado la campana, sus compañeros ya habían ido saliendo equitativamente del aula. Sin embargo, Nino y Adrien permanecían allí, ya que el rubio había llegado algo tarde y estaba recogiendo sus cosas aún. No iba a admitir que al escuchar los cuchicheos en voz baja de sus compañeras había empezado a recoger más despacio, pendiente de escuchar cualquier pequeña palabra que saliese de los labios de Marinette.

Los vellos de su nuca se erizaron cuando escuchó la pregunta de Alya, que había sido lo suficientemente alta para que lo escuchase sin problema.

-Alya!!-La voz temblorosa de Marinette se hizo notar.

-Oh, eso significa que si que lo hay

-Bueno...tu sabes...

-Solo dime algo,...¿Es más guapo que...tu sabes?-Dijo haciendo cejas hacia Adrien.

Marinette jugó con sus dedos mientras se mordía el labio inferior. Dos personas estaban muy pendientes de su respuesta. Alya estaba emocionada pues había aguantado durante mucho tiempo las locuras amorosas de su amiga por Adrien, normal que este curiosa por saber quien le había quitado el puesto al rubio. Adrien por su parte sentía puros celos, ya que después de besarla, había entendido cuan deseoso estaba de ella. Lo había sentido como Chat, cuando había estado con ella bajo la lluvia y lo sintió cuando sus manos estuvieron en sus caderas, con su calidez tan cerca de la suya.

-Es guapo...-Musitó la azabache con su tierno sonrojo. En su mente imaginando aquel rostro felino con su sonrisa ladina y sus ojos esmeraldas-Alguien especial...

-¿Entonces te gusta de verdad?

-Me...me...gusta

Alya sonrió y la abrazó, compartiendo risas y chillidos. Recogieron sus mochilas y se levantaron para irse. Marinette bajó lentamente las escaleras pero la voz de Adrien le hizo frenar.

-Marinette, ¿Podemos hablar?

-Yo...debo ir a la panadería...mis padres me esperan. Lo siento-Dijo atropelladamente y tirando de Alya, salió del aula. Adrien se quedó mudo, sorprendido por la acción de la joven, mientras que Nino no pudo más que sonreír, ya que su amigo era muy obvio.

Marinette al final se pudo librar de las preguntas de Alya y llegar a su casa. Para distraer su mente y por si las moscas, decidió ayudar un poco a sus padres en la tienda.
Sabine le agradeció y al final de la tarde, sobre las ocho le dijo que se podía retirar y descansar un poco, a lo que la joven asintió y subió a su cuarto.

-¿Seguro que te encuentras bien?-Preguntó Tikki preocupada. La kwami se había mantenido callada durante unos días, al haberse quedado en casa el día de la catástrofe, no supo muy bien que había sucedido pero si que la energía de su portadora había descendido enormemente.
Tikki se hacía más fuerte si su portadora era feliz y estaba contenta, pero desde lo ocurrido la azabache estaba triste, no tenía su sonrisa habitual y aunque ella intentaba fingir que estaba bien, en realidad sabía que Marinette no lo estaba.

-Le besé Tikki...-Dijo con un hilo de voz, mientras abrazaba sus rodillas-Me hizo tanto daño y lo besé, como si no pasase nada...

-Aun lo amas, después de todo-No fue una pregunta. Tikki había sido testigo del amor de Marinette por Adrien. Aquello no podía desaparecer tan rápido.

-Me hizo daño Tikki!!-Gritó, soltando pequeñas lagrimas que ya no podía aguantar-Por fin hace un paso para que los dos podamos conocernos, me envía una nota y luego me deja esperando casi cuatro horas bajo la lluvia....lo hizo para burlarse de mí....

Se llevó las manos al cabello y tiró de él, como si el hacerse daño fuera a ayudarla a olvidar el dolor.

-Marinette!!-Tikki no sabía que hacer, era demasiado pequeña como para poder detenerla  o inclusive consolarla. Escuchó un ruido en el balcón y corrió a esconderse en el armario.

Tenia una idea de quien era.

Chat noir introdujo un pie dentro de la habitación de la azabache. Se sentía torpe y abatido, más cuando descubrió a la chica tirándose del pelo y arañando su rostro.
El felino corrió hacia ella, arrodillándose y apartando sus manos, que tenían algunos mechones azulados.

-¿Qué estas haciendo?-Exclamó sorprendido al ver el rostro lloroso y con algunos rasguños de la joven azabache. La chica se había enterrado las uñas en la piel-!!Marinette!!

Sujetó sus manos para que no intentase hacerse daño de nuevo. Le rompía el corazón ver la carita llorosa y rota de su compañera. 

-Déjame Chat...-Sollozó ella, intentando apartarlo de ella. Chat noir no le dejó, apretó la mandíbula y la rodeó con los brazos, abrazándola contra su pecho. 

-No voy a soltarte princesa-Dijo, acariciando su espalda. Marinette se revolvió intentando alejarse de él. Sus manos golpeaban a Chat mientras sollozaba contra su pecho.

Chat noir la seguía abrazando, ignorando el dolor de los golpes que la chica le daba. No sabía que podía hacer para ayudarla, Marinette parecía absorta en un mundo de dolor y rabia. 

-Suéltame!!...No quiero...-Seguía sollozando, haciendo que se le rompiera el corazón a Chat noir-Suéltame Chat!! No...Chat...-Las caricias del felino no parecían ayudarla, pues seguía sollozando y moviendo sus manos-Aléjate...

El felino dejó varios besos en el pelo de la azabache, negándose a soltarla.

-Lo siento..-Fue lo que salió de los labios del gato. A lo que Marinette aumentó sus sollozos, agarrándose a sus hombros, respondiendo a su abrazo.

Chat noir siguió susurrando el "lo siento" como si fuera un mantra, intentando calmar el llanto de su compañera. Ambos permanecieron en aquel extraño abrazo un buen rato, no necesitaban decirse nada de momento, Marinette solo necesitaba sacar todo su dolor de dentro y Chat noir quería ser el salvavidas de aquel frágil azabache.

Cuando ella se calmó, el felino la separó de él para mirarla a los ojos. Los tenía rojos y aún podía ver como algunas lagrimas caían. Las limpió con sus garras, aprovechando para acariciarla.

Decidió que era hora de curarla y confiando en que no se moviera, pidió el botiquín de primeros auxilios. Volvió enseguida a su lado y empezó a curarla con suma delicadeza, colocándole varias curitas en sus mejillas. Aprovechó que estaba entretenido para hablar con ella.

-¿Que te sucede Princesa? -Preguntó con suavidad, moviendo sus manos para intentar calmarse.

-Yo...

-Quizá no debería preguntar pero te he notado extraña y echo de menos a mi princesa sonriente y con sus mejillas coloradas-Dijo sonriendo, poniendo cara de gato herido, haciendo que la chica soltase una pequeña risa-La sonrisa te queda, princesa

Marinette no parecía querer responder por lo que Chat pensó que lo había perdido todo, pero al final escuchó su voz, aunque era meramente un susurro.

-Me hizo daño...

Chat movió sus orejas, enfocando su atención en su voz.

-¿Que? ¿Quien te hizo daño princesa?-Sentía la necesidad de apretar sus puños para dejar fluir su ira. Cualquiera que fuera que dañara a su princesa se las tendría que ver con sus garras.

-Adrien...

Una parte del felino se esperaba aquella respuesta, pues no había olvidado aquella noche en la que ella le confesó que había recibido una carta del modelo rubio y la había dejado plantada. Pero, justo ese día, Marinette le había besado para la prueba del anuncio. Quizá él había sido demasiado oportuno al haberla besado de vuelta. 

-¿Él...te hizo daño?-Se atrevió a preguntar. Sus manos apretaban el botiquín como medio para aguantar sus ganas de partirse a si mismo la cara por estúpido. 

Marinette solo asintió. 

-Él...me hace daño

Aquella frase le dolió en el pecho al felino como si una flecha se hubiera clavado en él. Tardó en responder, por lo que Marinette acabó mirándole. 

-Solo dime que quieres que haga y lo haré princesa-Musitó, de repente serio-Si quieres que le de una lección, lo verás colgado de lo más alto de la torre Eiffel. Si quieres que lo aleje de ti, no volverás a verlo a tu alrededor....-Chat noir sabía lo que significaban sus palabras, estaba hablando de si mismo, estaba planeando darse una paliza a si mismo y alejarse a su vez de lo que había empezado a amar-Solo dime algo, quiero que la Marinette que conozco vuelva, con su dulce sonrisa.

Marinette apretó los labios, conmovida por las palabras del felino. Sus manos se apretaron, intentando calmarse. Ya no podía llorar más, pues sus ojos escocían y no tenía más fuerzas. Se perdió en la mirada esmeralda del chico. Recordó lo que había respondido a su amiga Alya.

"Me gusta" Había dicho y lo pensaba en verdad. 

Estuvo un tiempo en silencio, aunque en realidad fueron solamente unos minutos.

-Chat...-Empezó a hablar, haciendo que el felino pusiera toda su atención en ella.

-¿Si, princesa?

-Hazme olvidar

Chat noir no se esperaba esa respuesta. La miró sorprendido y claramente confundido.

-¿Eh?

Marinette buscó apoyo en sus hombros, pegando sus cuerpos-Quiero olvidarle, no quiero pensar de nuevo en él...Chat! Hazme olvidarlo

Su voz era tan necesitada y Chat reaccionó a su toque, sus manos temblaban en sus hombros y le pareció realmente tierna. Quería olvidar a Adrien, a pesar que este se encontraba frente a ella, que en ningún momento la había abandonado.

Le pareció gracioso y triste a la vez. Pero era una petición de su princesa. Y no se la iba a negar.

-Soy tu mayor sirviente, princesa-Dijo, acercándose y colocando sus manos en sus mejillas. Sus labios estaban a centímetros de los de ella-Solo pídelo y moveré cielo y tierra para cumplirlo.

Marinette sentía como su pecho se hinchaba a cada dulce palabra del gato. Su corazón, que siempre había palpitado por Adrien, se encontraba siendo ocupado por Chat noir.

-Ámame, Chat-Musitó a milímetros de los labios del chico, quien, con un gruñido, acortó esa distancia, besándola con deseo y devoción. La chica soltó un gemido que murió en sus labios masculinos.

Sabía que podía confiar en su compañero felino, él siempre estuvo a su lado.
Lo tenía claro, no volvería a pensar en Adrien, no cuando tenía sobre ella aquel cuerpo cálido y masculino que nunca le fallaría.

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