Convirtiendo a Hungría en hombre
Después de saber lo que sucedió en el restaurante, como es de costumbre, el btt se volvió a reunir.
—Isa~ —le susurra la francesa.
—¿Qué? —se acerca a ella para atenderla mejor mientras Julchen está distraída.
—Tengo un video con lo que sucedió anteayer en el restaurante con Lukas y Jul —le susurra al oído a la española— Toma, —le pasa la cámara— ve a verlo y después vuelves.
—KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!
—¡¿Qué te pasa?! —pregunta preocupada la albina mirando a Isabel.
Ella hace caso omiso, agarrando la cámara y se va saltando por la calle mientras murmura cosas inentendibles con cara de pervertida. Ella y Antonio al emocionarse con algo son iguales.
—¡¿Qué rayos le pasa a esa española loca?! —ahora posa su mirada en la francesa.
—HJASGHGDJHDGSAJHGADKADHKJHFSJDGHJGADK —Isabel se va corriendo con la cámara en la mano.
Marianne se acerca Julchen mientras ésta niega con la cabeza, su amiga daba vergüenza ajena.
—No tengo idea de qué rayos le pasó —contestó Marianne.
Isabel corrió hasta la casa de su novio para mostrarle el video.
—VLAAAAAD~ VLAAAAAD!!!!! ÁBREME LA PUERTA JODER QUE TENGO ALGO QUE MOSTRARTE!!!! —cuando la española se emocionaba, la paciencia se iba de viaje.
El rumano corre lo más rápido que puede para abrirle la puerta a su novia. —Q-qué demonios te pasa —pregunta sorprendido.
Isa le muestra el video que por el camino ya lo había visto diez veces.
—Oh, ¡hacen una pareja muy tierna! —exclamó alegre el rumano.
—¡¿Verdad que sí!? ¡YA SOY FAN DE ELLOS! —vuelven a ver el video por enésima vez.
Luego de que Vlad le ayudó a copiar el video a la pc, Isabel vuelve junto a Mari y a Julchen, devolviéndole la cámara a la francesa.
—Aquí tienes Mari~ Gracias~ Soy tan feliz~
—No es nada ohonhonhonhon —recibe la cámara de manos de la española.
—¿Qué hay en esa cámara? —preguntó curiosa la prusiana.
Como buena española, dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
—Un video mío y de Vlad.
«Rayos, ¿por qué nunca se me ocurren mejores cosas para decir?» —se reprendió mentalmente Isabel.
Julchen la miró con bastante extrañeza. —¿Ok? —respondió ante aquella afirmación.
—Sí, sí, eso, ¡es que somos de mente abierta! —¿cuándo dejará de decir estupideces?
—Supongo que está bien... —Julchen no tenía idea de cómo responder a esa información.
Al menos Julchen ya no sospecha sobre lo que hay verdaderamente en aquella cámara que sólo Marianne sabe dónde escondió.
—¿Y qué hacemos ahora, chicas? —preguntó aburrida la francesa.
—Ni idea —contestó Julchen.
—¿Visitar al magic trío? —propuso Isabel.
—... —la prusiana no estaba de acuerdo.
—¡Pues claro! —Marianne estaba encantada con la idea.
—No voy, prefiero ir a entrenar —Julchen prefería el arduo entrenamiento de su hermana Monika que ir a ver al trio.
—¿Convertir a Eli en hombre? —sugirió de nuevo la española.
—¿Hungría? ¿Impotente? —esa idea llamó toda la atención de la albina.
—A Vlad le ENCANTARÁ eso fusososososososo~
—Arthur nos apoya demás~ Ohonhonhonhonhonhonhon~
—Supongo que está bien.
—¡Entonces vamos! —agregó alegre la castaña de ojos verdes.
Las chicas van a la casa de Vlad donde estaba reunido el magic trio. Marianne toca la puerta.
—¡Hola chicos! ¡Somos el BTT!
—Hungría... hehehehe prepárate marimacha —Julchen estaba soñando con la cara que pondría Eli.
—¡Hola Vlad~! —saluda también la española desde afuera— ¡Venimos a visitarlos!
Vlad rápidamente se acerca a abrir la puerta al escuchar la voz de su novia. Al abrir la puerta, se acerca a ella abrazándola.
—¡Hola Isa~! ¡Hola chicas! ¿Qué las trae por aquí? —preguntó alegre, Isabel correspondió el abrazo del rumano.
—Hungría —contestó Julchen con mucha picardía en su rostro.
—Venimos a pedir un favorcillo —agrega la francesa.
—¿Eh? ¿Hungría? —la alegre expresión de Vlad cambia a una con sonrisa macabra.
—Ohonhonhonhonhon
—Hungría siendo hombre sin la parte noble —agrega feliz la albina.
Vlad comienza a reír de manera tenebrosa, asustando un poco a Isabel.
—¿A quién se le ocurrió semejante cosa? ¡ES GENIAL! ¡MUAJAJAJAJAJA! —al rumano le fascinó la idea.
— A mí —levantó la mano la prusiana con una gran sonrisa en su rostro.
Vlad sigue riendo como desquiciado mientras Isabel se aparta de él. Marianne entra a la casa y va junto a su novio Arthur.
—¡NO ESPEABA MENOS DE TI, JUL! —halagó Vlad a su amiga— ¡Dame esos cinco! —levantó la mano para chocarla con la de Julchen, cosa que la prusiana correspondió de inmediato— BUAJAJAJAJAJAJA ESTO SERÁ GENIAL —se sigue riendo del plan macabro hasta que Isabel lo golpea para que se calme.
Julchen se sigue riendo con mucha malicia en su rostro.
—Ya das miedo... —murmuró la española.
—Lo siento —contestó ya calmado—, pero es que, ¡HUNGRÍA! ¡SIN HOMBRÍA! ¡ES FANTÁSTICO!
—¡RACHEEEEEEE! (¡Venganzaaaaa!) —agregó la prusiana.
Marianne saluda amablemente a Lukas, y se lanza sobre Arthur pegando su cara a la de él.
—Bien, bien, comencemos con la poción, MUAJAJAJAJAJAJA —la cara de malvado de Vlad era como para encuadrarla.
—KSESESESESESESESESESE
Vlad toma la mano de su novia y entran a la casa, hasta la sala junto a los demás.
—H-hell, no seas tan pegajosa —saluda tiernamente el inglés a su novia, tomándola de la cintura y sentándola en su regazo.
—Chicos, les queremos pedir un favor —Marianne estaba bastante entusiasmada con la gran broma que le jugarían a la húngara.
Lukas observa con una expresión francesa a las chicas, especialmente a Jul. —Hola chicas, ¿qué las trae por aquí? Bueno, de Isabel ya ni hablamos, ¿cómo te va con el vampiro? —sonríe.
El rumano lo fulmina con la mirada mientras la española abraza fuertemente a su novio. Marianne sigue acurrucándose junto al cejudo.
—Me va muy bien, no como a otros que se quedan con las ganas de tener pareja —contestó irónica Isabel.
—UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUH
—... Eso es un golpe bajo —el noruego suelta una pequeña risa.
—Tú empezaste —contradijo ella.
—Por eso me agradas —vuelve a sonreír— ¿Y a qué vienen?
—Que te cuente Jul su genial idea fusosososososososo
La prusiana dirige su mirada al noruego. —Venganza —contesta radiante.
Vlad por su parte abraza más fuerte a Isabel, pegando su cara a la de ella.
—Ya me era raro que no fuera tan cariñoso —la española se sonrojó hasta las orejas, más no se opuso a las acciones de su novio.
—¿Venganza? ¡Eso suena divertido! ¿Quién es la víctima?
—Hungría —Julchen no podía estar más feliz.
—Ohonhonhonhonhon —Arthur sigue intentando sacarse de encima a su novia.
Lukas suelta una pequeña risa. —¿Qué le quieren hacer a Hungría?
—¡CONVERTIRLA EN HOMBREEE! —contesta emocionado el rumano— ¡¡PERO SIN COSA!!
—KSESESESESESESESE
—JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA —ante la pérdida del control de su persona, Isabel le da un codazo a Vlad— Au...
—Suena gracioso, tiene mi apoyo —finalizó el noruego.
—Rache~
De fondo se escucha la rara risa del británico.
Vlad, con cara siniestra y Julchen comienzan a fantasear con el sufrimiento de Eli. Son tan felices molestándola.
—Jajajaja eso me recuerda cuando Jajajaja le quité su hombría a Francia jajajajaja —comentó entre risas el cejudo, orgulloso de su hazaña.
—Ah, ¿porque casi te viola? —sonríe el noruego.
—Lamentará haberme dado tantos golpes con sartén —seguía ensimismada la prusiana.
Isa y Vlad explotan de risa ante el comentario de Lukas.
—Ohonhonhonhon así que fuiste tú —Marianne se comienza a reír.
—Ni me recuerdes esa bloody parte —volvió a ponerse serio.
—¡Vamos de una vez a hacer la poción! —exclamó el rumano— Arthur y Lukas, ustedes se encargan del hechizo, ¡yo iré al sótano ahora a preparar la poción!
Baja al sótano arrastrando a la española con él.
—¡Oye y yo qué rayos haré! —le reclamó ella.
—Hacerme compañía —contestó alegre y sonrojado.
—O-ok —responde sonrojada.
—¿Y yo qué haré? —preguntó la parisina.
—Quiero ver la cara de Hungría~ —Julchen seguía soñando.
Pasaron varios minutos, y se escuchó una explosión en el sótano. Isa y Vlad salen tosiendo del sótano, cubiertos de cenizas. El rumano sostiene un frasco en su mano.
—Joder, es la última vez que te acompaño al sótano —Isabel trató de limpiarse un poco las ropas.
El rumano no dijo nada, con su hermosa sonrisa se acercó a ella para besarla.
—JULCHEN!!!!! —grita el vampiro luego de cortar el beso.
—QUÉ!!!!
—Ya está lista la poción. MUJAJAJAJAJAJA —vuelve a poner cara de maniático.
—¡¿Qué les pasó?! —preguntó Marianne al verlos cubiertos de suciedad.
—Pregúntale a Vlad, él es el que hizo explotar el sótano haciendo la poción —la española seguía intentando limpiar su hermoso vestido rojo.
Arthur se acerca a Vlad. —Está listo el hechizo, y sin errores ahora —suelta una risa.
Julchen aplaude con una sonrisa macabra el resultado del rumano.
—Genial. Julchen llevará la poción y se encargará de hacerle beber a Hungría. Ustedes chicas —dirigiéndose a Mari e Isa—, van a distraer a Hungría para que no escape mientras nosotros tres decimos el hechizo para optimizar la poción, ¿de acuerdo? —Vlad era un gran líder cuando lo requería. Sonrió ampliamente dejando ver su colmillo.
—¡¡Ja!!
—Es tan kawaii —la española se sonroja al ver sonreír de esa manera a su novio, logrando un gran sonrojo en el rostro del rumano.
—Me van a dar diabetes —bromeó la albina.
—¿Y si te ayudo a que no te de diabetes? —le contestó el noruego. Ella simplemente lo miró muy mal.
—Yo también te quiero amour~ —Marianne abraza a su novio.
—¡Cuánta diabetes!
—M-maldita sea Mari, ya te dije que así no —sonrojado el británico le devuelve el abrazo.
—¡¡VAMOS!! —volvió a exclamar el rumano.
Todos comienzan a caminar hacia la casa de la húngara. Lukas por su parte, se acerca sigilosamente a la prusiana durante el camino.
—Quiero ver su reacción, ¡será épica! —la albina seguía ensimismada por la emoción.
Marianne toma la mano de Arthur mientras caminan. Vlad, por su parte, no se despegaba de Isabel por nada del mundo.
—Aweee ¡diabetes! —ya sabemos quién es.
De repente Lukas "asalta" por detrás a Julchen. La manada está a unos metros de la casa del señorito.
—¡AAAAH! —se sobresalta la albina— ¿QUÉ RAYOS? —se voltea a ver a Lukas. El noruego le dedica la sonrisa más tierna de su vida, que hasta Marianne e Isabel se sonrojan hasta las orejas.
—Parece que Lukas no se rendirá —le susurra a su novio—, de todos modos es la única forma de conquistar a Jul ohonhonhonhonhon
—¡JODIDO NÓRDICO QUÉ TE PASA!
Vlad muerde suavemente el cuello se su novia en reacción a sus celos.
—J-joder V-vlad, q-qué d-demonios...
—No me pasa nada, sólo quiero abrazarte —vuelve a sonreír sonrojado el noruego.
Arthur abraza más fuerte a Mari por los celos.
—Suéltame si no quieres otro rodillazo en lo que Hungría no tendrá.
—A mí nunca me miras así —se quejó Vlad, dejando muda a su novia, quien lo besa para que se calme.
—Pero si no he hecho nada malo... —refutó Lukas.
Vlad deja de abrazar a Isabel, tomando su mano. —Ya no mires a Lukas, o lo haré cenizas —hizo un puchero.
—¡¡Y-yo por qué!! ¡Vete con tus fangirls! —Julchen intenta inútilmente zafarse del agarre de Lukas.
—Pfff, inténtalo vampiro excéntrico —contestó al rumano, quien lo vuelve a fulminar con la mirada.
Julchen mira con desprecio al noruego. —Nórdico de... —gruñe.
Los chicos llegan a la casa de Austria, Lukas se apegó más a la prusiana, quien extrañamente no opuso resistencia.
—Hungríaaaaaa —con razón, seguía soñando con su venganza.
—Ya saben qué hacer, nosotros esperamos aquí —dijo Vlad.
La albina reacciona, dándose cuenta del abrazo del noruego. —Lukas... suéltame ya... —Lukas va dejando la mano de Julchen lenta y seductoramente— Gracias... —contesta ella tratando de ignorar esos gestos, mientras el noruego le sigue sonriendo de manera adorable.
Por el camino Arthur estaba abrazando tan fuerte a Marianne debido a los celos que le produjo la expresión matadora de mujeres de Lukas, que casi la deja sin aire.
—Maldito brit —trata de recuperar el aliento luego de que su novio la suelta—, ¡ahora cárgame hasta la entrada!
Julchen ignora por completo los encantos noruegos y se dirige a Vlad. —¡Necesito la poción! La cara de la marimacha será épica~
Vlad le entrega la poción e Isa una cámara. Arthur carga a Marianne hasta la entrada.
—¡Filma su reacción por favor! —ruega la española.
—Ahora Isa, debemos distraerla, recuerda —comentó la francesa.
—Sí, sí, ¡vamos!
Las chicas entran a la casa de Austria con Julchen, quien escondió la poción en su bolsillo. El magic trio por su parte, espera sigilosamente en la entrada de la casa.
—¡¡Hungría!! ¡Hola! ¡Venimos a visitarte! —saludó la española al entrar a la casa.
—¡Hola chicas! Y Julchen... ¡qué agradable sorpresa!
—Marimacha, a las visitas no se les trata así —saludó amablemente la prusiana.
—¡Hola Hungary-chan! —Marianne también saludó.
—¡Hola Mari! —saluda alegre la húngara ignorando por completo a Julchen, Marianne la abraza y ella corresponde. Le hace a las chicas una señal para que actúen.
Julchen entra disimuladamente a la cocina. —Hmm... hehehehehehehehe —llena unos vasos con agua y a uno de ellos le pone la poción— Listo, menos mal que los vasos son distintos...
—¿Y cómo has estado Eli?
La prusiana pone los vasos en una bandeja y vuelve con las demás. —¡Traje agua~! Qué asco de anfitriona eres Elizabetha —le pasa el vaso de agua con poción.
—Muy bien Mari... gracias.
—¡No es nada! —contesta alegre, agarrando uno de los vasos para beber el agua.
—Soy mejor que tú marimacha —Julchen deja la bandeja sobre la mesa. Eli la ignora de nuevo, bebiendo el agua del vaso que le dio la prusiana.
La albina estaba celebrando de felicidad internamente.
—Ohonhonhonhon —se le escapa la risa a Marianne.
—¿Pasa algo Marianne? —Eli deja de tomar el agua.
—N-no nada, es que me acordé de algo que hicimos anoche con Arthur... ohonhonhonhonhon —(por qué no se me ocurrió otra cosa??)
—A-ah —sigue bebiendo el agua.
Isabel entra a la casa y se sienta en el sofá junto a ellas, conversando amenamente con Eli para distraerla, mientras las otras chicas subieron al cuarto de la húngara para poner la cámara allí y grabar su reacción cuando se dé cuenta que no tiene partes nobles.
Mientras Isabel ponía todo su esfuerzo en distraer a Hungría, las otras chicas estaban debatiendo si robarle o no los mangas yaoi a Eli. Acordaron llevar cinco mangas de hard yaoi, dos para Julchen, dos para Marianne, y uno para Kiku.
Después de un buen rato, vuelven a bajar junto a Eli y a Isabel, la húngara ya se había bebido todo el vaso.
—¡Isa! ¡Antonio quiere verte, me acaba de avisar! —exclamó la prusiana, era hora de sacar afuera a la húngara.
—Oh, ya veo, debe ser algo importante —contestó la española bastante "seria".
—Aw, tan pronto —se quejó Eli—, pero bueno, qué le vamos a hacer, te acompaño hasta la entrada —se levantó del sofá sonriente y salieron de la casa.
Eli se despide amorosamente de Marianne e Isabel. En ese momento el magic trio sale de su escondite entre las sombras y Lukas lanza un hechizo para inmovilizar a la húngara.
—¡Mi venganza está hecha! ¡Soy demasiado feliz! —exclamó la albina aplaudiendo de felicidad.
Las chicas se apartan de la húngara, y el magic trio se prepara para lanzar el hechizo, a los tres les aparece un aura siniestra, y luego de terminar de pronunciar el hechizo, Eli queda transformada en hombre, e inconsciente en el piso.
El trio vuelve a la normalidad, e Isa va a abrazar a Vlad, mientras que Marianne a Arthur.
—¿Y ahora? ¿Esperar a que despierte? —preguntó la española.
—Vaya, podría pasar desapercibida como Daniel... —Julchen admiraba el gran trabajo que acababan de hacer.
—Sí, debemos esperar —contestaron en coro los chicos.
Todos se esconden detrás de los arbustos del frente de la casa para observar la reacción de la húngara, quien ahora era húngaro, y lentamente estaba volviendo en sí.
Isa se sienta al lado de Vlad, Marianne al lado de Arthur, y Lukas cerca de Julchen.
—Ugh, mi cabeza... ¡¿Qué rayos pasó con mi voz?! —el/la húngar@ había despertado— Oh, soy un hombre... ¡SOY UN SEMEEEE!
Isabel le tapa la boca a Vlad, quien está por explotar de risa. Julchen se aguantaba las carcajadas con lágrimas de felicidad en los ojos.
—¿Qué tan grande la tendré? —se preguntó Eli
Todos rieron en silencio, especialmente Julchen y Vlad. Vlad le tapa con una mano la boca a Isa, y ella con las dos. Marianne se tapa con una mano y Arthur le ayuda con otra, y él se tapa la boca con una sola. El único que admiraba la escena con apenas una sonrisa era el noruego.
La prusiana se tira al césped agarrando su estómago y mordiéndose el labio para no seguir riendo. Eli entra corriendo a la casa y cierra de un portazo. De repente se escucha un gran grito desde la casa.
—Rayos... KSESESESESESESESESESESESESE
Isabel se asusta, abrazando a Vlad, quien corresponde el abrazo de manera protectora. Lo mismo pasa con Arthur y Mari.
—¡¿Qué fue eso?! —Mari se asustó bastante.
—Creo que ya vio el efecto del hechizo y la poción —el rumano sonríe macabramente.
—¡Se acaba de enterar que no tiene miembro! KSESESESESESESE —ríe la prusiana— Oye Mari, ¿me pasas el yaoi? —pone una cara pervertida.
—MUAJAJAJAJAJA ¡¡¡QUIERO VER SU CARA EN ESTOS MOMENTOS!!! ¡SOY TAN FELIZ CON SU SUFRIMIENTO! —Vlad reía a sus anchas.
—Ok —Mari le pasa dos mangas a Julchen.
—¡Danke~! —se pone a leer uno de los mangas.
Lukas vuelve a acercarse a ella, abrazándola por detrás.
—Lukas... ¿quieres una nariz rota? —volteó molesta.
—Te quiero a ti —contestó con normalidad.
—¡Estoy leyendo, joder! —trata de seguir leyendo el manga ignorando la hermosa declaración del siglo del noruego.
—Envidio un poco a Arthur, Mari es muy cariñosa con él —Vlad se entristece un poco.
—¡WTF! ¿y a qué viene eso tan de repente? —se sobresaltó la española— Al menos no te trato como Jul a Lukas... —sonrojada desvía la mirada del rumano.
A la albina de sangra la nariz mientras sigue leyendo. —No sabía que eso se podía... huehuehue...
Vlad observa a los mencionados. —Pobre Lukas, deberá esforzarse mucho.
—¿Lo ves? —reclamó Isabel.
Arthur y Marianne ya se pusieron de melosos apoyándose en un árbol.
—KSESESESESESESESESESE —Julchen sigue leyendo el manga con cara de pervertida.
Isabel le susurra cosas en el oído a Vlad, que sólo él escucha, y con las cuales queda muy feliz, abrazando más fuerte y besándola tiernamente.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Isabel al separarse de Vlad.
—Yo ya estoy haciendo algo, estoy leyendo... ksesesese
—Nosotros también ya estamos haciendo algo —Marianne vuelve a besar a Arthur.
—Ugh, estos franceses y británicos que no saben lo que es respetar a los demás de no contaminarse visualmente —se queja el noruego observando a la acaramelada pareja.
Julchen se apoya en Lukas mientras sigue leyendo. Él se sonroja, no esperaba aquella reacción. Aprovecha que está concentrada en otra cosa y vuelve a abrazar su cintura, la prusiana no le da ni la hora por estar leyendo yaoi, comienza a fangirlear cambiando de páginas. Lukas apoya su cabeza en el hombro izquierdo de la albina, quien sigue ignorándolo. Cierra los ojos para no ver las cosas que lee Jul.
Vlad e Isa se ponen en posición peluche, y comienzan a darse muchos mimos uno a otro. Al parecer la misión de "convertir a Hungría en hombre" estaba terminando en otra cosa totalmente diferente.
Julchen se tapa la cara con el manga mientras sigue fangirleando. Lukas suspira, al menos tiene a la prusiana entre sus brazos, y era lo que le importaba.
De un momento a otro, Vlad e Isa ya están peor que Arthur y Mari. El inglés, al darse cuenta que el vampiro estaba yendo más lejos con su novia, "sube el tono" de las cosas con la francesa. Vlad se percata de eso, riéndose de la poca originalidad del cejudo.
Julchen, después de varios minutos, termina de leer el manga y comienza a asimilar la situación en la que se encuentra. Lukas aprovecha el desconcierto de la albina y la besa apasionadamente, quien se queda en shock con los ojos bien abiertos. El noruego agarra de la barbilla a la prusiana para ayudarla a seguirle el ritmo.
Julchen se aleja de golpe tapándose la boca con las manos, y con un sonrojo muy fuerte hasta las orejas. —¡NÓRDICO LOCO!
Él le sonríe con la mayor ternura posible.
Julchen cubre su cara con sus manos, ya tiene el mismo color que los tomates de Isabel.
—Eso no se hace...
—Al menos no me golpeaste, eso es un gran avance —se sonroja mientras sigue sonriendo.
Marianne se da cuenta de la situación en la que se encuentran Lukas y Julchen, por lo que deja de besar al inglés y se para, acercándose a ellos, y empujando a Lukas, para que caiga encima de Julchen. Después vuelve a su lugar, ahora ella sobre Arthur.
El noruego se apoya sobre Julchen colocando ambas manos a cada lado del cuello de la prusiana, acercando su rostro al de ella, dejando apenas unos centímetros de distancia entre ellos.
—¡Aléjate! —trata de empujarlo inútilmente.
Lukas deja caer más peso de su cuerpo sobre ella, aprisionándola, agarra las manos de la albina y las sostiene a la altura de su cabeza. La prusiana estaba completamente desconcertada ante las acciones del noruego. ¿Qué era eso que estaba sintiendo? ¿Por qué no podía oponerse? ¿Por qué simplemente no lo pateaba para que la dejara? ¿Por qué en el fondo no quería separarse del nórdico? ¿Acaso la estaba hechizando con esos hermosos ojos color índigo? No entendía lo que le pasaba, su cabeza era un mar de pensamientos mezclados en estos momentos.
Él la quería, de verdad, y no iba a desaprovechar esta oportunidad para demostrárselo, y hacerle entender a la albina, que era ella quien le robaba el sueño por las noches.
—Ya no tienes escapatoria —habló acercando más su rostro, hasta sentir el aliento de ella en sus labios.
—¡¿Q-qué haces?! —seguía muy sorprendida.
—Aún no he hecho nada —le vuelve a dedicar la hermosa sonrisa que tiene.
Isa y Vlad seguían devorándose con pasión y lujuria sin hacer caso al resto. Con Marianne y Arthur era lo mismo.
—S-si sigues con esto te enterraré tanto la espada q-que quedarás c-como c-colador...
El noruego roza suavemente los labios de Julchen con los suyos, y de apoco sube por sus mejillas hasta llegar a su oído derecho.
—Ahora no puedes hacerme nada —le susurra con voz seductora. Ella simplemente abre los ojos lo más que puede, no tenía palabras ante aquella declaración.
Lukas muerde suavemente la oreja de la albina, provocándole miles de escalofríos en todo su cuerpo.
—N-nórdico m-maldito...
Una sonrisa perversa aparece en el rostro de Lukas, estaba logrando su objetivo de hacerla caer.
—Ni siquiera haces el intento de zafarte —la vuelve a mirar tan profundamente que le traspasa el alma.
—P-porq-que s-sé q-que vas a-a u-usar tu m-magia...
—Te lo dije, no la usaré, y lo sabes —sonríe—. En el fondo me quieres, aunque lo niegas —la besa tiernamente.
Mientras tanto, Isa y Vlad ya se fueron a hacer vampiritos lejos de la gente.
Lukas seguía devorando los labios de la prusiana, quien no reaccionaba por la sorpresa.
Arthur y Marianne también desaparecieron de la escena, lo más probable es que se fueron a bajarse la calentura.
El noruego suelta las manos de Julchen, quien le sigue el beso y no hace el intento de apartarlo. Las manos del nórdico bajan hasta la cintura de la albina, mientras el beso iba subiendo de intensidad.
Él quería transmitirle todo lo que sentía por ella en ese beso. Julchen, por su parte, pudo aceptar que sí, era cierto, le gustaba el nórdico aunque lo negase con todas sus fuerzas, y por ello no podía poner resistencia.
Por falta de aire corta el beso, sin dejar de mirar intensamente a la prusiana que lo tiene enamorado. Había esperado mucho por este momento.
—L-lukas... —murmura la albina entre jadeos, tratando de normalizar su respiración.
—Te quiero Jul, y mucho —sonríe sonrojado.
Sí, ella también lo quería, aunque hasta ahora lo negara con todas sus fuerzas.
—I-ich liebe d-dich... —murmura abrazando al noruego fuertemente. Era hora de dejar salir sus sentimientos.
—Lo sabía —su sonrisa se ensancha, feliz— ¿Sabes? Te ves hermosa sonrojada —suelta una pequeña risa.
—Tú tampoco te ves mal, semáforo en rojo.
—Pff, mantienes tu humor en cualquier situación, ¿no? —se levanta de encima suyo para corresponder el abrazo y volverla a besar con mucho amor, ella corresponde sin oposición.
Siguieron en aquella posición por varios minutos más, hasta que se separaron de nuevo por la falta de aire. Lukas acarició suavemente el rostro de la albina, quien le sonreía alegre.
—Jul, ¿aceptas ser mi novia? —volvió a sonrojarse hasta las orejas desviando la mirada.
—Ja —ahora era ella quien lo besaba con ahínco.
Y así fue como una broma terminó en declaraciones de amor. Después de un rato, volvieron a sus casas. Julchen ya no estaba soltera, ahora tenía novio, y su novio es Lukas. Al fin el magic trio estaba completamente emparejado.
¿Qué más pasará con estos chicos?
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