Buscando un novio para Julchen

El trío revoltoso estuvo junto desde que Gilbert hizo trizas a Roderich en la guerra se sucesión austriaca.
Debido a que Marianne es novia de Arthur, el trío revoltoso suele juntarse mucho tiempo con el magic trio.

Un día cualquiera, en que Marianne no estaba presente, Isabel decide buscarle un novio a Julchen, quien, debido a su carácter a veces está muy sola o es épicamente ignorada.

*hablando de estupideces*

—A veces pienso qué hago entre ustedes... —suspiró cansada la prusiana.
—Por favor, eres la más revoltosa entre las tres —contestó con ironía la castaña de ojos verde olivo.
—Pero SOY AWESOME.
—Eso nadie lo niega, ¡eres la más awesome de todo el mundo!
—¡Merezco un premio por ser tan awesome!
—Claro que sí —ríe de manera maliciosa— ¿Te regalo a Vlad? —la española sale corriendo luego de la broma.
—¡¡¡Isabel!!! —Julchen persigue a la castaña— ¡Ya me parecía raro que no hubieras mencionado a Vladimir cuando se trata de molestarme!
—De acuerdo, lo acepto, ya no te molestaré con Vlad, pero te voy a molestar con Daniel —cruza los brazos mirándola con malicia.
—¡¿Daniel?! Iugh, prefiero que me sigas molestando con Vladimir.
—Es un trato. Ya no te molesto ni con Vlad ni con Daniel...
—¡ALELUYA!
—¿Y con Lukas?
—CON LUKAS NO.
—¿Con Mathias?
—Prefiere a Gilbert.
—Eso no es cierto, te prefiere a ti. ¿Y con Tino? ¿O con Emil?
—... Déjame soltera y ya.
—Si sigues negándote tanto te voy a shipear con Alfred —la castaña ya estaba perdiendo la paciencia intentando buscarle una pareja a su amiga.
—¡¿Y cuál es el interés en que tenga pareja?! ¡Las personas awesome tienen parejas awesome! ¡Y nadie es tan awesome como yo! ¡KSESESESESESE!
—Por ser así todos te ignoran...
—Lo sé, pero aun así no está en mis planes una pareja.
—Menos nosotras, claro, somos las únicas que te soportamos —sonríe risueña la castaña.
—Aunque me da igual tener pocos amigos.
—No tienes más amigos porque no te dejas —la mira frunciendo el ceño—, ya le ves a Vlad, quiere ser tu amigo, y tal vez algo más —le dedica una expresión pícara.
—¿Vas a continuar con ese rubio? —la albina contesta cansada ya de las insistencias de la española loca que en estos últimos días no ha hecho más que intentar buscarle una pareja.
—Hmph, bien, no más vampiros rubios —responde no muy contenta— Por hoy es suficiente, mañana seguiré con el trabajo de conseguirte novio —Isabel era muy insistente cuando quería, no iba a rendirse fácilmente.
—¡Pero yo quiero estar soltera!
—Eso dices pero tampoco quieres estar sola...
—Soy la pareja de la cerveza, ya está, soy la pareja de la cerveza. FIN.
—La cerveza no cuenta. Tampoco Gilbird.
—Me estás dejando sin opciones... —la prusiana tardó unos instantes en contestar, pensando en su respuesta— Soy la novia del aire, listo. Es mi vida, sin el aire no vivo, lo amo tanto...
—En ese caso todo el bendito planeta Tierra es novio del aire, ¡no jodas! —Isabel a veces se sorprendía de la ocurrencia de su amiga. Ésta se quedó pensando otros instantes más antes de contestar.
—¿La cama cuenta como pareja?
—No.
—...
—Cuenta como amante, pero no como pareja.
—TENGO UN AMANTE.
—¿Ves? Estás sola.
—YA ESTÁ.
—Joder, que no funciona así, el amante lo tienes cuando ya tienes pareja, TÚ NO TIENES PAREJA.
—...
—Estás peor que yo cuando me abandonaron todas mis colonias —se entristece un poco al recordar aquello.
—Ya qué, Vlad, ¡allá voy! —la prusiana comienza a caminar con pereza hacia la casa del rumano.
—OH, AL FIN. ¡AL FIIIIIIIN! —la española comienza a bailar tango para festejar que al fin su amiga entró en razón.
—Es para que me dejes en paz, sinceramente no sé qué atractivo verle a Vladimir.
—¿El sombrero? ¿NO TE GUSTA SU SOMBRERO?
—Cálmate, me refiero a un atractivo físico, no... ¿de vestuario?
—También tiene unos bonitos ojos rojos como tu hermano, un hermoso rubio de ojos rojos, qué más quieres...
—Estás haciendo que Vladimir me caiga pésimo.
—Además tiene un sombrero, TIENE SOMBRERO.
—Si es por eso me gusta más el sombrero de Anko.
—Anko... —interiormente la castaña se derrite al escuchar esa palabra.
—... Evitaré hablar de características nórdicas delante de ti, quién sabe qué pasa por esa mente...
—¿Dijiste nórdicos? —la española comienza a babear.
—No.
—P-pues qué esperabas, ¡soy hermana de Antonio después de todo!
—QUÉ FLOJEEEERA, ya no quiero caminar a casa de Vladimir —perezosa como siempre, Julchen ya se cansó de caminar hacia la casa del rumano.

Isabel saca su teléfono y llama a Vlad para facilitar las cosas entre ambos.

—Cuelga —la albina comienza a desesperarse pensando en las idioteces que la española puede decirle a su amigo—. MUJER CUELGA ESE TELÉFONO EN ESTE MISMO INSTANTE.

Isabel la ignora rotundamente mientras habla con Vlad.

—Sí, ¿qué tal Vlad? Sí, bien también, ahí Julchen está yendo a tu casa, pero dice que le da flojera, ¿podrías encontrarla por el camino? ¡Genial! ¡Hablamos! —al terminar la conversación, la morena cuelga el teléfono.

Comienza a hablarle sola al teléfono. —Tiene algo muy importante que decirte, se te va a declarar, así que prepárate —sonrisa pervertida.

—Pensándolo bien, Julchen declarándose sería una catástrofe...
—¡Siento que quiero ahorcarte Isabel!
—Pero si tú dijiste que te daba flojera caminar a la casa de Vlad, ¡y no le dije nada malo!
—¡Es tu culpa por buscarme pareja! Vladimir es una persona decente al menos, no como la gente que conozco desde hace tiempo —suspira profundamente.
—Con más razón, deberías aprovechar.
—¡¿Aprovechar qué?! ¡Hay mucha gente en este mundo!
—Así también te sacarías a Francis de encima. Nadie se mete con el magic trio...
—Sería hermoso que Francis no se me acerque. ¡SERÍA UN MILAGRO MUY AWESOME QUE NO SE ME ACERCARA!
—Repito: nadie, NADIE, se mete con el magic trio. NADIE. NADIE.
—Ya entendí.
—NADIE. NADIE. NADIE —sigue susurrando— nadie...
—Ya no seré soltera, y no podré ser libre... Estoy cometiendo un pecado...
—La mayor libertad se gana cuando amas, no siendo egocéntrica... Algo se aprende al juntarse mucho con Marianne...
—¡¿Me estás diciendo que no puedo ser awesome?! ¡¿Cómo se supone que se hace eso?!
—¡No mientras no ames!
—¡Pero si yo ya amo!
—¡Amar es lo más awesome que existe sobre la faz de la Tierra!
—¡Amo a mi West!
—West es tu hermano...
—HERMANA, ¡¡HERMANA!!
—¿Qué no era hombre?
—¡¿Desde cuándo Monika ha sido hombre?! ¡Ese es el West de Gilbert, no mío! ¡Mi West es Monika!
—Lo siento, soy un poco despistada... muy despistada... asquerosamente despistada... ¡¡ANTONIO TE ODIO POR PEGARME ESE DEFECTO TUYO!!
—Pensaba que era marimacha, pero nunca tanto...
—Es bastante marimacha, pero la tremenda delantera que tiene no puede ocultarlo... CON NADA.
—El entrenamiento es lo que la tiene así (?) Aunque yo entreno lo mismo y casi no crecen...
—Yo diría que Feliciano...
—¿Qué Feliciano qué?
—No me hagas repetir cosas. ¿Qué no te diste cuenta que esos dos apenas se despegan?
—Ah~ —la prusiana se queda en shock.
—Sip, por eso las tiene tan grandes, y tú sigues igual de siempre...
—... —en ese momento la albina entendió a qué se refería la castaña.

Puede llegar a ser muy lenta para ciertas cosas...

—¡NO QUIERO PAREJA! ¡ES UN ROTUNDO NEIN!
—Es confuso ver que hasta Monika tiene pareja y tú no...
—... Que ella busque más amor del que su awesome hermana le da no es mi problema...
—Tú no le puedes dar el amor que le da Feliciano...
—Oficialmente no —poker face—, pero no hay mejor amor que el amor de la familia~ Y el amor de la cerveza... Cerveeeza —comienza a babear perdiéndose en sus pensamientos sobre la cerveza.
—¿Y el de los amigos? —le cuestionó triste la española.
—Awwww ven a abrazar a la awesome yo —la prusiana le extiende los brazos.

Isabel corre a los brazos de Julchen sin dudarlo dos veces para estrujarla con todas sus fuerzas.

—I-isa... m-mis pulmones... duele —Julchen apenas puede respirar.
—Uy, lo siento —la española afloja el abrazo.
—Ah —suspira aliviada y la abraza de vuelta muy feliz.
—Siempre serás como mi hermanita pequeña —a la española le brillan los ojos mientras acaricia la cabeza de la albina.
—Y tú como la hermana mayor que no tuve, ¡hahaha!
—Ow, eres tan tierna cuando quieres, por eso te quiero tanto.
—Creo que Vladimir ya ni va a venir, ñeee, prefiero el tiempo en familia~
—A lo mejor te sigue buscando, pobrecito. ¡Vamos a buscarlo juntas! Prometo no molestar.
—De acuerdo —sonrojada.

Las chicas caminan hacia la casa de Vlad y lo encuentran por el camino.

—¡Hola Vlad! —saluda alegre la española, mientras que la prusiana se cubre la cara con el pelo.
—Dios, mátame... —sigue escondiendo su rostro de Vlad.
—Ah, ¡Hola Isa! Apenas recibí tu llamada hace un rato salí a buscar a Julchen, pero no la encontraba, ¡veo que aquí está! —sonríe risueño dejando ver su colmillito y se acerca a Julchen para saludarla con un abrazo— ¡Hola Jul! ¿Qué te trae por aquí con Isabel?
—Hola Vlad... —risa nerviosa.

Isabel ya tiene una cara de pervertida incontenible al admirar la escena, sentía en el fondo de su interior que este día sería el definitivo. ¡Al fin su amiga tendría novio! ¡Estaba segura que era el rumano el indicado para ella!

—¿Te pasa algo Jul? ¡Estás muy roja! —pregunta preocupado el rumano.
—No pasa nada, ¡ksesesesesese!

Isabel sique con su cara de pervertida.

—¿Segura? —se acerca más al rostro de la albina para mirarla mejor y toca su frente— ¡Parece que tienes fiebre!

Julchen no responde, e Isabel saca un pañuelo de su bolsillo para limpiarse la nariz.

—Vlad, estás muy cerca —la prusiana se aleja bastante sonrojada.
—¿Eh? ¡Oh, lo siento! —vuelve a alejarse— ¿De verdad estás bien? Pareces uno de los tomates de Isabel.
—¡Estoy tan awesome como siempre!

Vlad voltea a ver a Isabel, quien está fangirleando en silencio. Al instante el rumano se sonroja.

—¿Q-qué le pasa a tu amiga?

Julchen mira a Isabel odiándola. —Debe estar pensando en nórdicos...

Isabel ríe nerviosa. —Sí, sí, es eso... es que LUKAS ES TAN LINDO

—...—después de unos instantes de incómodo silencio, el rumano responde— Ok...
—Como digas... —la albina le sigue la corriente a Vlad.

Isabel se queda pensando: "Creo que soy un fiasco en esto de disimular cosas..."

—Bueno, y ya que estamos aquí, ¿no quieren ir a mi casa a merendar? —le sonríe amablemente a la prusiana.
—Ja, ¿por qué no?

Isabel pensando: "no puedo perderme esto, no puedo no puedo no puedo no puedo no puedo ¡NO PUEDOOOOOO!"

—¡Sí! —habló luego de fangirlear mentalmente.

Isabel agarra a Julchen del brazo y siguen a Vlad hasta su casa.

—¡Isabel te voy a matar! —le susurra Julchen a la española.
—¡Oye pero si no hice nada! —le susurra también ella—. ¿Por qué me vas a matar? Además tú aceptaste primero la invitación...
—Das vergüenza ajena...
—Picarona —sonríe de nuevo.
—No quiero comentarios al respecto señorita "Lukas es sensual".
—Lo siento, en ciertos momentos los genes de España no me favorecen... —hace un mohín con los labios— Fue lo primero que se me ocurrió para no decir otra cosa... Además dije que era lindo, no sensual... Das miedo...
—¡¿Yo?!

Entre tanto cuchicheo llegan a la casa de Vlad.

—No puedo correr, ¿cierto?

—¡Pasen por favor! —el rumano les abre la puerta de su casa muy sonriente y las invita amablemente a pasar.

—Eso es de mala educación —empuja a la prusiana hasta la sala, quien está muriendo de nervios por dentro— Además yo te estoy acompañando, no tienes por qué espantarte.
—Moriré, voy a morir... Voy a morir...
—Si no te gusta no veo el porqué de tantos nervios... ¡¿ACASO?!
—NO... Española maniática —golpea a la castaña para que se calme.
—Ay —se soba la cabeza.
—Te lo mereces.

—Pueden sentarse, iré a traer la merienda —el rumano sonríe cálidamente.
—¡Gracias *novio de Julchen* Vlad! Huehuehuehue —la castaña vuelve a recibir un golpe de parte de la albina.
—Preferiría a Marianne en momentos así...
—Bien, no más bromas —vuelve a masajearse la cabeza—. Fusososososososo~ Apuesto que ya hubiera hecho que se besen a estas altura si estuviera aquí.
—...
—Agradece mi presencia —al finalizar esa frase Isabel recibe un manotazo en la cara por parte de Julchen.
—¡Calla!
—¡¡¡¡OW!!!! —se frota la nariz— Si sigues haciendo eso me vas a aplastar la cara...
—Ojalá pudiera coserte la boca.
—Fusososososososo~ Es un favor que podrías pedirle a Vlad~
—¡Ya basta!
—¡Tú empezaste!

Julchen se sienta en uno de los sofás con las manos en la cara y negando con la cabeza. Vlad regresa con una bandeja con té y galletas y se da cuenta que la prusiana está actuando extraño. Se acerca disimuladamente a Isabel.

—¿De verdad está bien? Está muy rara... —insiste el rumano preocupado.
—S-sí, ¡está genial! —responde la castaña tratando de actuar lo más normal posible.

Vlad se tranquiliza un poco con la respuesta de Isabel, deja la bandeja en la mesita frente al sofá y se sienta al lado de Julchen.

—Ya está servida la merienda —agrega sonriente.

Isabel se desmaya a causa de un derrame nasal al ver la escena.

—¡¿Isa?! —la albina pregunta preocupada por su amiga.
—ESTOY BIEN, ¡ESTOY MUY BIEN! —la española se levanta limpiándose la nariz, tratando de actuar lo más normal posible y se sienta en otro sofá un poco alejado de Vlad y Jul.
—¿En serio estás bien? —insiste la prusiana.
—¡Sí, sí, sí! —Gilbird vuela hasta Isabel y se queda en su cabeza, ella toma una galleta y se la come— Oh, hola pequeñín, ¿cómo estás? —la española se percata de la presencia del pollito y le convida con un poco de galleta.
—Piyo —responde la avecilla.
—Awwww Gilbird es tan awesome como yo~

Isabel de la palmaditas a Gilbird. —Tan bonito como su dueña...

—Hahaha es verdad —agrega Vlad, completamente ajeno a lo que acaba de decir.

Ambas se quedan en silencio por un buen rato. Julchen observa sorprendida a Isabel. La española le habla con la mirada a la prusiana.

—¡¿Lo ves?! ¡Te lo dije!

Julchen toma una galleta y se la come, sin responder a las miradas de la española. La castaña trata de contener la risa y le vuelve a hablar con los ojos.

—¿Por qué me miras así? Así deberías mirar a Vlad.

Julchen le vuelve a fulminar, una vez más, con la mirada. La española no contesta nada y vuelve a comer otra galleta.

—No dije nada, no dije absolutamente nada...

La prusiana suspira y se come otra galleta.

—Oye Vlad, ¿y cómo andas? ¿Qué nos cuentas de tu vida? ¿Tienes novia? —la castaña disimula muy poco el interés que tiene en saber sobre la vida sentimental del rumano.

De inmediato el rubio de ojos rojos se sobresalta sonrojándose por completo hasta las orejas. Julchen por su parte trata de asesinar a Isabel con la mirada. La española se arrepiente de la pregunta que hizo y se come tres galletas más de una sola vez.

—P-pues no, no tengo novia... aún... —contesta aumentando el sonrojo en su rostro.

La prusiana mira a Vlad y luego a Isabel, tratando de decidir a quién matar primero. Isabel le vuelve a hablar con la mirada.

—¡Oye pobre, nomás mátame a mí!

En su interior la española trata de contenerse las ganas de hacer más preguntas. "No debo preguntar más, no, no, no, si lo hago estoy frita, me van a matar y le darán mis restos a los cuervos..."

Tratando de contener sus impulsos, la española come más galletas para mantener su boca ocupada y no hacer más preguntas incómodas.

—¿Y tú Jul? ¿Tienes novio? —pregunta alegre el rumano volviendo a recuperar la compostura. La castaña se atraganta con las galletas debido a la pregunta de Vlad.
—¿Yo? Nein~ —voltea a ver a la española— ¡¿Isa?! Come más despacio, me preocupas...
—*tosiendo* E-estoy bien, estoy bien...
—Oh, ¿y por qué? —insiste el rumano.
—No lo sé, nunca había considerado el tener pareja.

Isabel, una vez más, se comunica con Julchen a través de miradas.

—¡¿Qué vas a hacer si se te declara?! —en respuesta, la prusiana alza los hombros disimuladamente— ... Definitivamente no tienes remedio... —sonrisa pervertida.

La albina suelta una risita. —Ups, lo siento, es que me causa gracia ver a Gilbird con Isabel.

En ese momento, a Isabel se le ocurre una maravillosa idea.

—Eh~ Vlad~ dijiste que aún no tienes novia~ ¿Te gusta alguien~? —la española no se pudo aguantar las ganas de hacer la pregunta.
—P-pues sí me gusta alguien... —su rostro volvió a tornarse rojo como uno de los tomates de la española.
—¡Quién! ¡Quién! —insistió la castaña.
—¿Es Elizabetha? —agregó la albina.
—E-está aquí... —responde apenas el rumano, bajando la mirada.
—¡AJÁ! ¡LO SABÍA! —la española se levanta del sofá de golpe, ya estaba claro, era obvio que quien le gustaba al rumano era Julchen, ¡al fin tendría novio!

Julchen observa todo con los ojos bien abiertos.

—¡¿Q-qué?! ¡¿Ya sabías que me gustabas?! —levanta la mirada hacia la española, sonrojado y sorprendido.

Isabel se congeló. ¿Qué? ¿Escuchó bien? ¿Vlad dijo que le gustaba ella? ¡¿ELLA?! ¡¿LE GUSTABA ELLA?! Un momento, ¡esto debe ser un error! ¡Ella estaba segura que era Julchen quien le gustaba al rumano! ¿Qué rayos estaba pasando?

—Ehm... no... yo pensé... que Julchen... —Isabel estaba tan nerviosa como no lo estuvo en muuuuucho tiempo.

Julchen silva suavemente y Gilbird vuelve volando a su hombro.

—¿Qué? ¿Gustarme Julchen? —ríe como si fuera la broma más graciosa— Por favor, Julchen es como mi hermana —le da un codazo amoroso a la mencionada.

Isabel se metió en un gran lío. Estaba jodida. Esto no estaba en sus planes, y todo esto le pasa por buscarle un novio a su awesome amiga.

La prusiana por su parte, celebraba interiormente que no fuera ella.

—Supongo que la única que queda aquí es Isa~ así que... Vlad, ¿te gusta Isa? KSESESESESESE
—E-es lo que dije —responde más sonrojado.

Isabel no fue capaz de articular palabra alguna por un buen rato.

—En verdad esperaba más que te gustara Julchen... o hasta Eli...
—Ksesese, los dejo~

La albina se las ingenió para desaparecer tan pronto como pudo y dejar solos a los tortolos.

—¡¿Eli?! ¡Pero si ella sueña con ser hombre! ¡ADEMÁS LA ODIO!
—De acuerdo, eso es cierto...

Isabel vio cómo Julchen salía corriendo dejándola sola con el rumano y su declaración.

—BAAAAR, MI HERMOSO BAAAAR, ¡¡MI FIEL AMIGO!! —corre al primer bar que encuentra por el camino.
—Por eso es sólo como mi hermana —agrega Vlad contemplando la escena.
—Morirá sola... —añadió la española.

Vlad se entristeció al ver que la española lo evitaba a toda costa. No es que no le gustara, simplemente no lo veía de esa forma, debido a que estaba segurísima que era a Julchen a quien quería. Simplemente la tomó muy de sorpresa la noticia, tanto que no sabía cómo demonios responder. ¡Pero ella era el país de la pasión! ¡Debe saber enfrentar esto!

—A ti ya te gusta otra persona, ¿verdad? —preguntó con el semblante apagado el rumano.
—No es eso, es que... me tomó muy de sorpresa... —contestó ella, siendo completamente sincera— ¿O sea que todas las veces que nos ibas a visitar no era por Jul?
—No... —ríe un poco nervioso.
—Por los toros... soy tan despistada...

Nunca se había puesto a pensar en eso. Se percataba que el rumano lo miraba de manera diferente que sus otros amigos, pero no le daba importancia porque en su cabeza estaba convencida que la única mujer que existía para Vlad era Julchen. Estaba tan equivocada...

Vlad ya estaba preparado mentalmente para ser rechazado, después de todo, la alegre, risueña, apasionada y atractiva española no podía fijarse en alguien tan excéntrico como él, ¿verdad?

—¿Y entonces? Simplemente recházame de una vez —volvió a bajar la mirada, triste y sonrojado.

Isabel se sonrojó hasta las orejas. No es que lo le gustaba el rumano. Ahora que se ponía a pensar en ello, tenía un apego especial por él, y ya que él está interesado en ella, aprovechará para conocer mejor al rubio de ojos rojos.

—B-bueno, siempre pensé que eres muy lindo y adorable, a pesar de lo excéntrico que puedes llegar a ser, y como amigo te aprecio mucho, después de todo es mucho el tiempo que llevamos de conocernos, pero te veía como la pareja de Jul, por eso ese sentimiento no se desarrolló... p-pero ahora que me doy cuenta que no la quieres a ella sino a mí, p-pues creo que no tendría problema en salir contigo... —la española estaba roja como tomate— Después de lo que me has dicho, en mi interior están cambiando drásticamente los sentimientos hacia ti, y creo que con los días, y sin mucho esfuerzo, me voy a enamorar de ti, porque ya no te veré como a un amigo, sino como a un hombre... El hombre que siempre quise tener a mi lado y por despistada no lo había notado antes...

Vlad quedó completamente anonadado por todas las palabras de la española. Se había preparado mentalmente para ser rechazado, porque ella no podría fijarse en él nunca, ¿verdad? Se concentró tanto en prepararse para el rechazo que en ningún momento se puso a pensar en qué haría si no lo rechazaba. Estaba feliz, su interior era un mar de emociones mezcladas, estaba tan feliz con las palabras de la hermosa castaña de ojos verdes que tanto amaba, que tardó bastante en responder.

Se levantó del sofá, se acercó a ella, abrazando la cintura de la española, acercándola más a él. La observaba con un semblante tranquilo; a los ojos de la castaña, esa expresión que tenía lo hacía ver demasiado adorable que su corazón podría derretirse en ese mismo instante. Se veía que en verdad estaba feliz de ser correspondido.

—Me alegra tanto escuchar eso —habló al fin el rumano, sonriente, acercando sus labios a los de la española para besarla intensa y tiernamente.

La española tardó en corresponder el beso, pero en poco tiempo, rodeó el cuello de su rumano. Sí, ahora era suyo, y ella de él. Vlad la abrazó aún más fuerte, sin dejar de penetrarla con esos hermosos ojos rojos, mientras seguía besando a su amaba novia.

Te iubesc —le susurró a la española al cortar el beso.

Ella simplemente le sonrió, feliz, aún no estaba preparada para decir aquella palabra que, para ella significaba demasiado. Estaba dispuesta a aprender a amarlo, pero aún era muy temprano para decir eso, y no quería ilusionar a su novio más de lo que ya estaba. Con paciencia, ella también le diría pronto que lo amaba.

Lo volvió a besar acercándose más a él.

Luego de varios minutos, se separaron. Con el asunto aclarado, la española volvió a su casa. Y Vlad, por su parte, pudo acostarse a dormir muy feliz.

Y así fue como Isabel se hizo novia de Vlad, cuando en realidad quería emparejar a él y a Julchen.

Pero, a veces las cosas no salen como uno las planea, ¿no?

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