Revelación

Aiden lo pensó un poco, aunque no demasiado ya que a los pocos segundos tomó una gran y algo arriesgada decisión.

El de ojos azules metió a Huggles a su mochila junto con otras cosas que podría necesitar. Bajo las escaleras y se dirigió hacia la salida, pero gran sorpresa se llevó cuando su hermano abrió la puerta.

El de ojos oscuros no se veía del todo bien, parecía estar bastante cansado además que tenía sus manos llenas de bolsas del supermercado. Junto al rubio se encontraba su depresivo vecino Ted, aunque en esta ocasión a este se le veía algo animado, probablemente esto se debía a la sandía que cargaba entre sus brazos como si de un bebé se tratara.

- A donde crees que vas a estas horas niño?

Decía el amante de la sandía algo enojado mientras cerraba la puerta para luego dirigirse a la cocina donde Chris se encontraba guardando las compras.

- Aiden, es peligroso que salgas sólo de noche y lo sabes, aún eres muy pequeño. Te podrías perder en alguna parte de la ciudad, o peor, podrías terminar raptado.

- O violado...

Agrego Ted en un tono algo burlón, aunque recibió un golpe en el brazo por parte de Chris por eso. 

- El punto es que no queremos que te pase nada malo, es por tu propio bien.

Después de decir esto Chris se percató que el pequeño parecía algo molesto y que en cualquier momento rompería en llanto. El amante de los gatos se acercó a su hermano buscando alguna manera tranquilizarlo.

- Qué ocurre? Hay algo que te este molestando? Pasó algo en la escuela?...

- ...

- Aiden... deja de siempre guardarte todo para ti mismo, soy tu hermano mayor, solo dejame ayudar-

El menor simplemente empujó a su hermano y corrió directo a su habitación. Chris estaba algo confundido y preocupado, lo cuál Ted notó así que se acercó al rubio para darle palmaditas en la espalda.

- No le pongas mucha mente al asunto, recuerda que tu alguna vez fuiste igual a ese fenómeno.

Le decía Ted a Chris haciendo su mejor esfuerzo para hacer que su amigo se sintiera mejor aunque no fuera muy bueno en ello.

- Si... creo que tienes razón...

De echo cuando Chris cumplió 14 este empezó a reprimirse del mundo exterior, de su madre, incluso de Ted, y muchas veces esto lo hizo sentir muy solo y miserable. A menudo discutía con su madre, incluso en una ocasión le grito a Aiden por romper su suéter favorito, pero eso fue solamente un accidente y en ese entonces Aiden solo tenia 9 años.

Chris rápidamente se dio cuenta que ese no era el estilo de vida con el que quería vivir, sin embargo, al parecer Aiden nunca hizo el más mínimo esfuerzo por cambiar su agrio carácter.

Lo cual dio lugar a varios conflictos en su escuela. Hace unas pocas semanas atrás fue suspendido por tres días por haber pateado a uno de sus compañeros en el estomago porque este estaba viendo su libreta de dibujo sin su consentimiento.

A pesar de tener las mejores notas en su clase, Aiden seguía teniendo problemas para convivir y socializar con los demás, eso sin mencionar su notoria falta de auto control.

En el presente, Tedrick decidió irse a su casa después de ayudar a Chris a guardar las últimas compras, pero no sin llevarse su preciada sandía con el.

Ahora el rubio amante de los gatos se encontraba en su habitación, pero no podía evitar pensar en Aiden. Quizás debió intentar hablar con el en lugar de regañarlo.

Después de unos minutos aún sin poder consiliar el sueño el de ojos marrones decidió ir a la cocina por un vaso de leche caliente, eso siempre lo ayudaba a dormir.

Se llevó su vaso de leche escaleras arriba, pero justo antes de entrar a su habitación se dio cuenta que la puerta de la habitación de Aiden estaba medio abierta. No quería molestar al niño a estas horas de la noche pero decidió solamente dar un pequeño vistazo. Chris se quedó en shock, el vaso cayó en el suelo junto con el contenido que se esparció por toda la alfombra de la habitación.

Aiden no estaba...

Chris solo pudo encontrar una pequeña nota pegada en el borde de la ventana... esta decia:

"No me busques"

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