Nuevo invento
Sabado, el amado sábado, la joven aspirante a mecánica estaba con su amigo inventor en proceso para que hicieran un robot que mínimo pudiera barrer el suelo, lo tenían todo preparado, los planos para el robot, el material, la escoba, solo quedaba armar a dicha maquina y comprobar que funcionará.
Pásame el destornillador — Hablo la de cabellos rubios mientras extendía su mano indicándole a su compañero que ahí debía colocar dicha herramienta mencionada y solicitada —
— El de cabellos oscuros obedeció para entregarle el destornillador a Tracy, la cuál uso tranquilamente de la herramienta ya mencionada, para que ambos miraran a su creación — ¡Vaya! Se ve simple pero es lo mejor que hemos creado ¡Y eso que nos costo dos horas! Tenemos talento Tracy
Claramente ¿Hacés los honores Luca? — Preguntó para extenderle el control al muchacho que gustoso y emocionado agarró para oprimir el botón de encendido — ¿Es normal que salga humo del robot?
No, no lo es ¡Al suelo! — Ambos se fueron a esconder para escuchar como su creación adorada explotaba y claramente el garaje de Tracy estaba hecho un desastre ya que las piezas de la máquina habían llegado a distintos objetos tirandolos o rompiéndo estos en el acto —
Cómo que tu papá va a matarte — Dijo el chico mientras miraba a su mejor amiga la cuál parecía incluso que se estaba llendo el alma de su cuerpo al ver lo que pasó —
¿Me puedo quedar en tu casa? Ya sabes por si me hechan de la mía — Hablo mientras se agarraba un poco sus cabellos como si de verdad fuese a pasar lo ya mencionado —
Sabes que también iran a mi casa para ver si estás ahí ¿No? — Literalmente les iba a tocar un sermón a los dos, más que nada primera maquina que creaban correctamente que terminaba explotando y rompiendo lo que era frágil — Vayamos a casa de Andrew, a lo mejor como buen samaritano, nos de un refugio en su amado y cálido hogar
No — Si, habían ido donde aquél chico que al instante les cerro la puerta en sus caras, desanimados fueron al hogar de Victor, el cual también les negó la ayuda aunque de una manera más decente que la de Andrew —
No quería recurrir a esto pero no me queda otra opción — Murmuro la fémina para que al pasar una hora estuvieran en el hogar de Anne, una creyente muy amable por lo menos que les dió su ayuda a ambas almas en desgracia —
¿Quieren un poco de café con leche? — Preguntó tranquila la mujer mientras sus gatos estaban rondando por la casa —
Si no es mucha molestia — Respondió Tracy para ver como la religiosa les entregaba unas tazas con dicha bebida mencionada —
Al final los padres de ambos jovenes los encontraron gracias al señor Leo Beck el cual los vio irse a la casa de Anne al igual de escuchar la explosión del robot en la casa de los Reznik.
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