Noche pensando en ti.

Continuaron con aquel beso tan excitante, la falta de oxígeno no parecía ser un problema en estos momentos, de sus bocas se podían ver sensuales líneas de saliva y vaho blanco apareció saliendo de ellas, las manos de Andrei se movieron lentamente hasta llegar a los hombros de Marian, este se estremeció levemente mientras sentía que algo apretaba su pecho. Nervioso movió sus manos hasta colocar una en la pierna y la otra en la cintura de ella.

Acarició su pierna suavemente mientras la subía cuidadosamente hasta su cintura, en el camino Andrei pudo sentir aquella suavidad recorriendo parte de su cuerpo haciéndola sentir de una manera extraña; sentía un leve ardor en su rostro y un fuerte pulso en su pecho mientras comenzaba a acercar el cuerpo del chico con algo de fuerza. El chico noto aquel agresivo movimiento y se dejó llevar por el momento, pego la cintura de la chica a su abdomen apretando su pecho con el de ella, esa fuerte suavidad de ambos pechos de la chica lo hicieron sentir una leve emoción y algo de pánico.

Continuaron ambos sintiendo una fuerte sensación hilarante, Marian sentía la perfecta figura del cuerpo de Andrei mientras su respiración se agravaba; comenzó a moverse un poco más agresivo utilizando su lengua para abrazar la de la chica; ella abrió los ojos levemente de sorpresa y vio el rostro excitado del chico, al verlo ella comenzó a actuar de una manera más agresiva al igual que el chico; pasando unos minutos Marian  al tener una gran cantidad de sentimientos en su cuerpo fue cuando se dio cuenta de todo lo que sucedía.

Sin previo aviso se separaron de aquel jugoso beso por la timidez de Marian; abrió los ojos y lo primero que vio fue a aquellos malvaviscos que se presionaban contra su pecho hace apenas unos segundos, para no parecer un pervertidor subió rápidamente la mirada, miro aquel rostro de la chica completamente ruborizado y con un pequeño hilo de saliva pegado a su labio inferior. Aquel hilo estaba conformado por su saliva y la de ella, haciendo sentir a Marian de una manera extraña al verla, sintió en su labio una ligera humedad y con su palma la limpio mientras Andrei abría los ojos.

En sus ojos se podía notar un fuerte brillo al ver a su novio frente a ella, toco sus labios con la yema de sus dedos y recordó aquel agradable sentimiento; puso su mano sobre su pecho para sentir el fuerte latido de su corazón y comenzó a acercarse una vez más a Marian, le dio un pequeño y corto beso para después decir:

-Ese beso, fue fantástico. - dijo agitada.

-S, si, fue maravilloso. - sonrío algo apenado, pero feliz al mismo tiempo.

Rodeo a la chica con sus brazos y la abrazó con cariño, ella puso sus manos sobre el pecho de él y recostó su cabeza sobre ellas; aquel relajante abrazo duro cierto tiempo, Andrei podía escuchar perfectamente lo rápido que latía el corazón del chico, subió la mirada y la pego en aquellos labios que deseaba; vio a través de la ventana y miro la bella luna subiendo, era una velada hermosa, pero se separó de los brazos del chico sorprendiéndolo.

-¿Qué sucede? - preguntó algo desconcertado.

-No es nada, es solo que estoy feliz de estar contigo.

Bajo la mirada un poco apenada y tomó la mano del chico, la apretó con un poco de fuerza mientras que su otra mano la posó sobre la mejilla del chico.

-Créeme que quisiera que este momento duraría por siempre...pero tengo que regresar a casa, ya es muy tarde. - dijo dejando caer su mano.

-Tienes razón...- dijo deprimido -...entonces, creo que te acompañaré hasta tu casa. - se levanto de la cama y ofreció su mano a Andrei para ayudarla a levantarse.

La chica miro sus manos algo deprimida, no quería irse y quería pasar más tiempo con Marian, pero su padre la regañaría si llegara tarde a casa; por el momento podía seguir con Marian hasta que llegara a su casa, al pensar en eso sus ánimos subieron, levantó la mirada con una sonrisa, toma la mano del chico y dijo:

-Si, te lo agradezco.

Se levanto de la cama y juntos salieron de la habitación donde los padres se encontraba espiándolos, al verlos salir fingieron demencia. Ambos chicos avergonzados salieron caminando del lugar sin decir palabra alguna; caminaban por la calle sin soltarse de las manos llamando la atención de la gente, en especial la de los chicos, miraban a Marian con recelo y fastidiados, ellos morirían por estar en su lugar.

Pasaron varios minutos hasta que llegaron a la casa de la chica, se pararon en la entrada y compartieron miradas, ambos sentían su corazón palpitar con fuerza, pero esto era parte de la frustración de no poder estar más tiempo juntos; Marian fue el primero en hacer un movimiento, camino lentamente hacia ella hasta tomarla de los brazos, ella dio un leve salto de sorpresa haciendo que su corazón se acelerará aún más.

-Yo, me divertí mucho hoy, claro, exceptuando lo que sucedió con el villano... - dijo nervioso.

Andrei estaba con un rostro lleno de ternura y confusión escuchando la seriedad en las palabras de Marian, sin pensarlo soltó una pequeña risa tierna para romper el tenso ambiente, al escucharla Marian no pudo evitar reír de una manera similar solo que un poco torpe.

-Yo también me divertí mucho. - paro de reír cubriendo su boca con sus dedos.

-...bueno, si quieres podemos ir el fin de semana al parque de diversiones.

El chico rasco su cabeza en señal de nerviosismo esperando a la respuesta de la chica, con timidez mantuvo su mano cubriendo su boca y mirando levemente al piso, cualquiera pensaría que está dudando, pero la realidad es que estaba recordando la fecha de todas sus actividades para saber si tenía el día libre; segundos después levanto la mirada con una enorme sonrisa en el rostro, realizó una pose tierna y cerró los ojos para decir:

-¡Si, me encantaría!

-¡Excelente! - gritó emocionado -digo, estaría genial, n, nos podemos poner de acuerdo mañana en la escuela, claro, si quieres.

Andrei río nuevamente y termino besando la mejilla de Andrei.

-Claro, nos vemos mañana. - se despidió ondulando su mano.

-Si, nos vemos. - movió su mano de misma manera para después salir caminando.

Camino de espaldas aún continuando con su despedida, por causa de esto tropezó un par de veces y esto ocasionó una que otra risa de parte de la chica, esto continuó hasta que Marian estaba fuera se vista. Entro a su casa algo deprimida por ya no poder ver el rostro de su novio, al entrar su padre se encontraba bajando las escaleras y la sorprendió llegando tarde.

-¿Se puede saber por qué llegas tan tarde? - preguntó con su tono de voz habitual.

-¡Pa, papá!, pe, perdón, es que tenía un proyecto con unos compañeros y acabamos de terminar hace unos minutos. - mintió a la vez que estaba nerviosa.

-Pudiste haber avisado que llegarías tarde, pero creo que ya no importa, sube a tu habitación y duerme, mañana después de clases tienes una sección de fotos. - dijo mientras subía las escaleras sin prestar atención a su hija.

-Si padre.

Camino lentamente hasta su cuarto y al entrar se recostó sobre su cama boca abajo, normalmente tenía un sentimiento lleno de tristeza cuando su padre actuaba de esa forma con ella, pero esta vez era diferente, se sentía feliz del simple hecho de que pronto estaría nuevamente con aquel chico que ama. Plagg salió de la bolsa de Andrei y al verla no pudo evitar sentir cierta incomodidad.

-¿Que sucede chica, por qué tan deprimida?, pensé que estarías feliz después de todo lo que sucedió.

-No estoy deprimida, y ¿a qué te refieres con todo lo que sucedió?, un villano apareció otra vez en la ciudad.

-Si, se notaba que te desquitaste de todo con ese villano, pero gracias a él Prince mostró algo de preocupación por ti y también gracias a él pudiste conseguir ese jugoso beso de Marian.

-¡¡¡..........!!! - no dijo nada, solo se escuchaban gritos a través de la almohada.

-¿Acaso te apena recordar a Prince o el beso?

Plagg sabía lo que sucedía y quería añadir leña al fuego, molestaba a Andrei para que pudiera olvidar fácilmente lo que acababa de suceder con su padre, pero ella no lo veía de ese modo así que lanzó la almohada contra Plagg.

-¡Uaghh~! - gritó en el momento que la almohada lo golpeó.

-¡Quieres dejar de molestarme, ¡ya te dije que olvide mis sentimientos por Prince!! - gritó molesta.

-¡Pero lanzar una almohada no es la solución!, bueno, ya que recalcamos eso, ¿me das un poco de queso?, no he comida nada y no he recargado mi energía, es por eso que no esquive la almohada.

-Si, tienes razón, luchamos arduamente y todavía me ayudaste a sanar un poco más rápido, te mereces algo de queso.

Se levanta agotada de su cama y se dirige a un pequeño refrigerador en su cuarto, de este saca una caja de aquel queso apestoso que tanto adoraba su Kwami. Al verlo el gato negro enloqueció de felicidad y de su boca salía una fuente de baba, ansiaba comer ese queso.

-Aquí tienes, te mereces comerlo todo.

Dejó el queso sobre su mesa de centro y el Kwami al instante comenzó a comer exageradamente rápido, pedazos de aquel queso volaban al aire y caían sobre la mesa, el aroma era tan fuerte que comenzaba a molestar a la chica.

-¡Puagg!, esa cosa apesta, además, podrías comer más lento, estás haciendo un desastre en la mesa...creo que encenderé una vela, no podré hacer nada con este aroma.

Plagg se detuvo un segundo y miro de forma extraña a Andrei, aquellas palabras le llamaron la atención y lo ayudaron para bromear una vez más.

-¿Qué es lo que quieres hacer?, ¿acaso vas a pensar en aquel beso y en lo que pudo suceder mientras juegas contigo misma? - dijo con su típico tono burlón.

Sin decir nada por unos segundos se quedo viendo a aquel gato en miniatura con un aura asesina, parecía que comenzaría una masacre.

-¡¡¡¿Qué te he dicho acerca de esos chistes?, ya te dije que dejes de decir incoherencias con respecto al cuerpo de una chica!!!

Tomo con su mano al Kwami dejando solo su cabeza visible lo apretó con algo con fuerza haciendo que Plagg hablara de una manera cómica.

-Sabes, los castigos físicos nunca ayudan, debes aprender eso para cuando tengas hijos con Marian. - y aún así no podía dejar de hacer chistes.

Apenada soltó a Plagg y sin decir nada más regreso a su cama, se recostó sobre ella y le dio la espalda a aquel que la avergonzó, a él parecía darle igual y continuó comiendo su queso. Andrei comenzaba a recordar todo lo que había sucedido esa misma tarde, apretó su pecho suavemente y recordó la sensación de haberlo presionado contra Marian al igual que recordaba aquella excitante sensación de un beso; apretó con un ritmo constante creando leves gemidos, estaba concentrada hasta que Plagg interrumpió.

-Solo para que sepas, no me interesa que hagas con tu cuerpo, solo no hagas mucho ruido. - dijo molesto.

-¡Ya te dije que no haré nada de eso!, hay una plaga en mi cuarto que no me deja. - susurro lo último para sí misma.

-Lo que tú digas, iré a dormir al cajón de tu ropa interior para no molestarte. - dijo volando al dicho cajón.

Andrei quería decir que no lo quería cerca de su ropa interior, pero le había dado algo de privacidad, ahora que estaba sola estaría ocupada la gran parte de la noche, pensando en aquella tarde.

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