Frustrado.

"—Ya me oíste, quiero que te alejes de Andrei o le contaré a todos tu secreto.

—Estas loco si crees que te haré caso por una simple amenaza, ¿tú crees que alejándome de ella te querrá por arte de magia?, no me hagas reír, yo he estado a su lado en tantos momentos y se todo sobre ella, a comparación de ti...ella solo te gusta porque aparece en revistas de moda."

En el salón de clases Marian recordaba aquella pelea contra Lail, no sabía si había echo la decisión correcta al haberse enfrentado contra él de esa manera. Estaba en el salón de clases en este momento pensando en cómo casi golpeaba a un chico este mismo día.

—Lo odio, pero ¿estaría bien que lo lastimara físicamente?

Susurro para sí mismo mientras cubría su cabeza con sus cansados brazos, aquel sentimiento recorría su cuerpo completo, un cuerpo pesado que costaba moverlo, la frustración y la adrenalina que había soltado en ese momento lo había agotado por completo, tanto física como mentalmente.

—Hola Marian, adivina que, ya no recibí una carta hoy, ¿no es extraño?

—Oh, hola Andrei, es un bonito día ¿no es así?

Dijo sin pensar mucho en su respuesta, aunque realmente solo fue una nueva incógnita la que hizo aparecer en el rostro de la chica.

—Ma...Amor, ¿estás bien?

Dijo un poco tímida y nerviosa, normalmente no lo llamaba de esa forma porque era una chica muy tímida y penosa, pero cuando necesitaba subir la moral del chico utilizaba esa palabra.

—Lo siento Andrei, ¿dijiste algo?

Pero la preocupación de Marian era tan grande que ni siquiera esa forma de ser llamado lo devolvía de sus pensamientos, esto realmente preocupo a Andrei.

—Algo te sucede, ¿te molestarías en contármelo?

Incluso ella fue obligada atorar una actitud seria, se sentó al lado del chico y puso una mano sobre su mejilla, quería llamar su atención de cualquier forma posible.

—Yo, es solo que, descubrí quién era el que manda todas esas cartas, el que me hacía las bromas y también la razón del porque lo hacia.

—Marian, eso es algo importante, vamos, tienes que contar...

—El culpable es Lail, descubrió que yo era PrinceBug y también la razón del porque actúe como un paran aquella vez que estaba contigo.

—Entonces, ¿qué es lo que quiere?

—Hah, el quiere que me aleje de ti, quiere que nos separemos para que pueda tener una mínima oportunidad contigo.

—Marian, ¿qué le dijiste?

—Yo...le dije que lo olvidara, le dije que no pensaba alejarme de ti, que te amaba y aunque cuente mi secreto no me alejara de ti.

—Marian yo...

Impotencia, ese era el sentimiento que tenía la chica en ese mismo momento, el recuerdo de como él se sacrificó para ayudarla, para guardar el secreto de ella, todo eso apareció en su mente. Ahora tenía la oportunidad de hacer lo mismo por él, pero sabía que él no lo aceptaría, no aceptaría la idea que tenía en ese momento.

—Gracias, gracias por quedarte conmigo. Yo realmente te amo, eso nunca lo olvides.

Dijo con un tono materno. Regresó a su lugar con una mirada sería, esperaba el momento indicado para hacer su movimiento.

Las clases terminaron y los grupos de chicos se reunieron como normalmente lo hacían, aunque un grupo surgió una leve diferencia, una chica no se encontraba con su grupo común de amigos ni se encontraba en el mismo salón de clases.

—Oigan chicos, ¿han visto a Andrei?

—Perdona corazón, pero no la he visto en todo el día.

Nina preguntaba por Andrei, a la cual no había visto desde el almuerzo, estaba preocupada de que algo le haya sucedido, ni siquiera Marian sabía que había sucedido.

—Marian, ¿tienes una idea?

—.......las flores en primavera son tan bellas.

Bueno, el estaba completamente perdido en otro mundo, algo andaba mal con él en estos momentos y sus dos amigos lo notaron.

—Marian, algo sucede ¿no es así?, no has estado así de distraído desde hace mucho tiempo, tanto que ya ni lo recuerdo.

—Hah, ¿en verdad debo decirles? —miro a ambos con un rostro que decía "si" intensamente —bien, yo, descubrí que Lail era el que me jugaba bromas y le mandaba las cartas a Andrei, descubrió un secreto muy penoso sobre mí y me amenazo con contarlo si no me alejo de Andrei.

Sus amigos se vieron entre ellos, la tristeza de Marian les daba a entender algo a ambos chicos, Nina estaba furiosa por lo que pensaba.

—¡¿En serio piensas dejar a Andrei por un torpe secreto?, ¿vas a herirla por un poco de vergüenza?, si haces eso nunca te perdonare!

Gritó molesta mientras sostenía al chico del cuello de su camisa, Alan intentaba calmar a su muy agresiva novia en vano, la chica estaba realmente estaba furiosa.

No es eso —dijo algo molesto —yo, si mi secreto sale a la luz no sólo yo seré afectado, Andrei estará en peligro, mi familia, incluso todos ustedes estarán en peligro...le dije que no me alejaría de ella, pero no sé si hice la decisión correcta.

Nina soltó el cuelo de Marian con un rostro apenado y de arrepentimiento. Marian recordaba lo que Andrei le había dicho esta mañana, sabía que ella planeaba hacer algo de lo que podría arrepentirse, debía de detenerla antes de que eso sucediera.

—Marian, yo lo...

—No tienes que disculparte, mi humor estaba por los suelo hace un momento, pero ahora sé que es lo que tengo que hacer... ¿Podrían ayudarme a buscar a Andrei?

Sus amigos solo necesitaron de un ligero movimiento de cabeza para asentir y comenzar con la búsqueda, el lugar más lógico era ir al salón del chico que tantos problemas le ha estado causando. Bingo, era lo que pensaron al ver a la chica que buscaban justo enfrente de Lail.

—Vaya, qué gusto verte Andrei, ¿a qué viene tu inesperada visita?

Dijo con un rostro amable y lleno de alegría.

—¡No te hagas el tonto, sé que tú eres quien ha estado abusando de Marian!, se porque lo haces, ¡detente de una vez, nunca tendré sentimientos por ti aunque Marian se aleje de mi, en especial porque será tu culpa!

Andrei se alejó dejando al chico conmocionado, se había enfrentado a él por la persona que amaba y se sentía con fuerza para luchar contra cualquiera que amenazara su vida amorosa.

—A-Andrei —tartamudeo Marian al ver a Andrei acercarse —pe-pense qué harías una locu...

Al llegar con Marian Andrei lo beso para demostrarle a todos que su relación no era una broma y que nadie debería de meterse con ella, pero ambos disfrutaban ese beso como si estuvieran solo ellos dos, nada más existía, claro, a excepción del oxígeno.

—Hah, haah, Ma-Marian, yo te cuidaré, pero por favor, no te alejes de mi lado.

Dijo con una voz un poco triste.

—No te preocupes, tome mi decisión, no me separaré de ti nunca.

Nuevamente se besaron para sellar aquel pacto, todo esto daba una atmósfera romántica, la cual no le agradaba a todo el mundo.

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