Especial: Chocolate Nocturno.

//Este es un especial de San Valentín y no es canon en la historia principal, contiene un poco de Lemmon suave.

Estaban solos en el cuarto de la chica mirándose fijamente, era día de san Valentín y el romance podía verse flotar en el aire, pero parecía que el nerviosismo de ambos opaca a este hermoso sentimiento; una caja de bombones, un boquete de rosas rojas, un globo en forma de corazón, una playera, ropa interior y una caja de preservativos era todo lo que estos chicos habían comprado, ¿pero quién había comprado que?

Regresamos al día anterior, martes 13 de febrero, un día antes del día de los enamorados, todo empezó como un día común y corriente para ambos personajes principales, comenzaron su mañana como todos los días y fueron a clases de la misma manera, pero había algo extraño, sus respectivos amigos estaban sentados en lugares distintos, más específico, Alan en la esquina superior izquierda y Nina en la inferior derecha. Aunque estuvieran extrañados se fueron a sentar a sus posibles nuevos lugares.

-Buenos días. - saludo Marian con su voz extrañada.

-¡Oh, hola!, de seguro te preguntas porque nos sentamos en esta mesa ¿cierto? - dijo nervioso Alan.

-No realmente, pero ahora que lo mencionas, ¿me vas a decir la razón?

-Jajaja, claro que te lo diré, pero acércate. - dio suaves golpes con su Palma en el asiento de al lado, indicando a Marian que se sentará.

-Esta bien...ahora dime, ¿porque estamos sentados hasta acá?, Andrei está muy lejos de mí y no creo poder soportarlo. - susurro al final.

-Pues tendrás que soportarlo ya que el motivo de esto es para hacerles una sorpresa a las chicas, ya sabes, para mañana.

-¿Mañana?, ¿qué habrá mañana?

-¿Es un chiste cierto?... - miro a Marian, el cual solo respondió negando con la cabeza -...¡pues por San Valentín!, ¿¡¡no me digas que se te olvido!!? - lo miro una vez más, no decía ni hacía nada.

En su mente vagaban las palabras "San Valentín", intentaba asociar esa fecha con algo importante, pero no podía ya que estaba sorprendido de olvidar esa fecha tan importante, su rostro comenzó a arder con fuerza de la vergüenza al recordar el día que se acercaba.

-No puede ser, ¡realmente se te olvido!, ¡Jajaja! - río Alan ante lo olvidadizo que podía ser su amigo.

-¡No te rías, no era mi intención olvidar ese día!, es solo que, *suspiro*, es el primer San Valentín que voy a pasar con una chica, y me da miedo de arruinarlo, en especial por que esa chica es la de mis sueños. - dijo con un rostro y voz serias.

-Oh, vaya, eso sí que es duro... - miro a su amigo con un leve aura de depresión -...pero yo que tú no me preocuparía. - subió su tono de voz tratando de dar ánimo.

-¿Por qué lo dices? - haciendo un puchero miro el suelo.

-Porque tu novia es Andrei, esa chica es un amor de persona, ella adorara cualquier cosa que hagas por ella, e incluso si lo arruinas ella no te va a odiar solo por tener un mal día de San Valentín, ¿o me dirás que me equivoco?

Aquellas palabras levantaron el animo de Marian en un instante, Alan tenía razón, Andrei amaría cualquier cosa que preparara para ella.

-¡Bien, a planear San Valentín se ha dicho! - gritó emocionado junto a su amigo.

-¡Qué bien!, ahora, este es el plan... - comenzó a susurrar las ideas en las que habían pensado.

Volvemos a esa misma mañana, en este caso con las chicas; Andrei se acercó a su usual asiento después de despedirse de su novio, así es, se despidieron antes de ir con sus respectivos amigos; saludo a la chica que se notaba nerviosa.

-Hola Nina, ¿por qué tan nerviosa?, además, ¿sabes por qué Alan está sentado hasta allá? - apuntó con su cabeza a la mesa del chico.

-Bueno, n, no estoy nerviosa, y yo realmente no lo sé. - sus retinas se movían de un lado a otro disimulando demencia, era obvio que lo sabía.

-¿En serio?, porque para mí parece que si lo sabes. - Andrei dedujo al instante que había algo extraño.

-Bueno, en realidad yo...bien, te lo diré, pero no se te ocurra decirle algo a los chicos, si descubren que sabemos algo de lo que tienen planeado se sentirán tan decepcionados con ellos mismos. - confesó.

-¿Planeado?, ¿para qué? - preguntó Andrei, al igual que su novio en esos momentos.

-Dime que no se te olvido que mañana es día de San Valentín, lo esperaría de Marian, pero no de ti. - dijo Nina estupefacta.

-¿¡Sa, San Valentín!? - gritó sorprendida.

-¡Shhhh!, no querrás que te oigan. - callo a Andrei rápidamente.

-Lo siento, es solo que lo había olvidado por completo, es la primera vez que voy a celebrar San Valentín.

-Con novio, ¿cierto? - preguntó preocupada, o asombrada.

-Bueno si, pero también es la primera vez que lo celebro, mi padre me prohibía salir en estas fechas porque recibiría muchos dulces y subiría rápidamente de peso.

-No sé si sentirme mal por ti o si molestarme con todas las chicas populares. - dijo en broma.

-No era mi culpa ser popular, aunque nunca hablaba con alguien realmente, aparte de Calem.

-Bien, la duda desapareció, me siento muy mal por ti.

Continuando con las risas y con la platicas de chicas por un tiempo finalmente retomaron el tema principal.

-Oh cierto, ¿qué era lo que tenían planeado los chicos? - finalmente preguntó Andrei.

-Claro, según lo que descubrí Alan planeo una cita doble, iremos a un restaurante, al centro comercial y después nos separaremos para algo especial.

-Vaya que suena divertido, y creo que espero con ansias aquello tan especial de lo que hablas.

-Si, pero claro que debemos comprarles unos regalos, ¿no lo piensas?, así que después de clases iremos ala centro comercial y buscar algo de ropa linda.

-Me parece una asombrosa idea.

Las clases continuaron y ninguna de las dos parejas hablaron en todo el día, creando un Aura llena de sospecha con el resto de sus compañeros. Al terminar las clases normalmente Marian salía con Andrei, pero en este día de lo único que hablaron fue de encontrarse el día de mañana, claro que ninguno resultó molesto con esto por razones propias.

Marian y Alan caminaron por caminos separados, preparando regalos para sus novias, en el caso de Marian fue al lugar más conocido en la ciudad completa, Le fudge dil amor, era el nombre de este lugar, los chocolates y caramelos más ricos de todo París podían ser comprados en esta tienda, pero cerca de San Valentín mucha gente visita esta tienda y los chocolates se acaban rápidamente; Marian llegó a dicha tienda en la cual se encontraba una multitud de gente tomando chocolates como si el mundo dependiera de esto.

"¡DÁMELO!, ¡YO VI ESE CHOCOLATE PRIMERO!, ¡SI NO CONSIGO UN CHOCOLATE DE ESTA TIENDA MI NOVIA ME DEJARA!" Gritaban todos recibiendo ciertos golpes.

Marian entró entre la gran multitud y decidió que era buena idea acercarse a la caja registradora desde el inicio.

-B, buenos días, ¿puedo ayudarlo? - preguntó la cajera.

-S, si, quiero saber si aún le quedan dulces que no sean especiales de San Valentín.

-Ah, claro, espere un segundo...

Camino por los pasillos llenos de gente para ir al almacén, después de un rato regreso con unas cajas de diversos productos, llego a la recepción y las puso frente a Marian.

-Vaya que son muchos.

Miro los distintos productos que le habían traído, caramelos de miel, bombones cubiertos de chocolate, bocados de nuez y muchos más, la decisión era obvia para Marian, los bombones eran perfectos para este día; después de comprar los bombones estaba a punto de regresar a su casa, pero en el camino encontró otro productos que llamaron su atención, en un puesto donde vendían flores hubo unas que llamaron su atención, unas hermosas Rosas de color rojo.

-D, disculpe, quisiera comprar una Rosa roja por favor.

-Oh vaya, un chico muy atractivo, ¿acaso esta flor es para tu novia?

-S, si, es nuestro primer San Valentín juntos. - su rostro comenzó a ruborizarse.

-Bueno, pero entonces va a ser un San Valentín muy especial, y para una ocasión tan especial se debe dar el regalo más perfecto, ten un Bouquet de rosas.

-Pe, pero no puedo pagarlo.

-No te preocupes, va por mi cuenta, tómalo como un regalo.

-Muchas gracias.

Tomo las flores y se despidió de la señora con un rostro lleno de agradecimiento, siguió su camino de regreso a casa, mañana sería aún más fabuloso y sabía que sería un día perfecto. Estaba cerca de su casa y una pequeña multitud llamo su atención, arriba de sus cabezas se podían ver diversos corazones flotando, parecía ser una simple alucinación o una idea más realista era que esos corazones eran globos.

-Compren sus globos y demuestren el amor por su pareja, la belleza del amor será perfecta si compra el globo indicado.

Marian se acercó interesado y vio la enorme cantidad de globos que eran comprados, eran todos los que estaban volando.

-Vaya jovencito, su rostro muestra un gran amor, su chica es alguien muy especial ¿cierto?

-S, si, lo es, es la chica más especial en el mundo entero.

-Si es así el mejor globo que le puedo ofrecer es este.

Tomo un globo desinflado y comenzó a inflarlo con un tanque de helio, al final lo amarro con una hermosa cuerda de color rosa; el globo no era muy grande y no tenía forma de corazón, pero el simple hecho de verlo encendía un fuerte sentimiento en el corazón del chico. Finalmente lo compro y regreso a su casa, con sus asombrosas técnicas de diseñador creó una caja perfecta para los bombones que había comprado, lo termino y ahora solo debía esperar al día siguiente para celebrar.

Volvemos una vez más con Andrei, la cual había ido al centro comercial junto a su amiga, vieron distintas tiendas de ropa por varias horas hasta que un lugar realmente llamo la atención de Nina, una tienda de ropa interior sexy.

-Parece que aquí encontraremos el regalo perfecto para mañana.

-¿Acaso les regalaremos ropa interior de chica?, ¡no me digas que a Alan le gusta vestirse con ropa de mujer!

-¡Claro que no, nosotras usaremos la ropa y se las mostraremos!

-¡EHHHH~!, ¡pe, pero eso es muy inapropiado!, ¿¡cómo puedes hablar de eso!?

-¡Pues claro que lo es, pero lo harás con tu novio, así que no habrá problema!

-Ta, tal vez tengas razón.

-Bien dicho, ahora sígueme.

Comenzaron a buscar ropa que sabían les quedaría perfecta, algo llamó la atención de Andrei en especial, un conjunto completamente negro.

-Vaya que eres atrevida. Así que te gusta el negro.

-N, no es lo que parece, solo me llamó la atención el color. - ocultó la ropa detrás de ella.

-Vaya amiga, si el negro llama tu atención es porque tienes algo en mente. Si lo usas tendrás que mostrárselo a un chico obligatoriamente.

-¿En serio?, es lindo, pero mostrárselo a alguien es un poco...vergonzoso.

-Puede ser, pero recuerda, se lo mostraras a Marian, eso lo volverá loco y hará que se te abalance, ¿acaso no quieres eso?

Andrei se metió a su mundo de fantasía e imagino mostrando su cuerpo a Marian, imaginaba el rostro que haría y las acciones pervertidas que haría con ella.

-Yo, realmente no estoy segura. - dijo ocultando su rostro con la ropa.

-Mira, por el momento solo pruébatela, ya después decides si las compras, podemos buscar otra clase de regalo.

-Bien, lo haré, pero si no me gusta no le digas nada de esto a Marian, pensara que soy una pervertida.

-Te lo prometo.

Tomo la ropa y entro a uno de los probadores, se quitó su chaqueta y la colgó en un gancho, del bolsillo de esta apareció la figura de una pequeña entidad de color negro.

-Así que día de San Valentín otra vez, pero suerte para ti que por fin tienes un novio.

-¡Plagg, pensé que estabas dormido!

-Lo estaba, pero tus movimientos bruscos me despertaron, así que ¿qué ropa te probaras? - dio un pequeño vistazo a las prendas en el gancho -...vaya, si que te gusta las cosas atrevidas, te aseguro que conseguirás lo que quieras usando esas prendas.

-S, solo me lo estoy probando, n, no es como que lo vaya a comprar, además, cierra los ojos mientras me cambio.

-No te preocupes, no es como si tuviera interés en tu cuerpo, lo único que llama mi atención es el queso, pero créeme, si usas eso con Marian podrás pasar al siguiente nivel en un instante.

-¿Eso crees?, no estoy segura de pasar al siguiente nivel, tengo miedo de que...mi cuerpo sea extraño.

-No debes de tener miedo de eso, incluso si tú cuerpo es extraño, si realmente te ama te aceptara sin importar que.

Continuó cambiándose colocándose aquella ropa interior, esta hacía que su pecho se viera un poco más grande y que las curvas de su cintura se denotaran de una manera más hermosa.

-Me veo, me voy muy, sexy. - dijo con su rostro ruborizado.

-Como me dijiste que no viera no lo haré, pero si quieres mi opinión solo dímelo.

-No creo que sea necesario, lo comprare para San Valentín.

-Bien, pero si haces eso debes de ser prevenida, hay algo que debes de comprar si usaras esa ropa, claro, al menos de que quieras tener un hijo de Marian.

-Estas hablando de...

-Así es, preservativos.

No dijo nada, solo se callo mientras se vestía devuelta a sus ropas diarias, salió del vestidor y al instante Nina la veía con un rostro depravado.

-Así que, ¿lo vas a comprar?

Asintió lentamente con la cabeza abajo y con su rostro completamente ruborizado, pagaron la ropa que compraron y después cada quien se fue por su lado; sentía que aún necesitaba comprar otro regalo si ocurría el hecho de que no le mostrará la ropa interior ese día, al final decidió comprar una playera de color rosa que llamó su atención; finalmente era hora de regresar a su casa, pero en el camino pasó frente a una farmacia, recordó las palabras de Plagg en el vestidor y sin pensarlo entro a la tienda.

-Buenas tardes, ¿puedo ayudarle en algo? - dijo la cajera.

-Buenas tardes, qui, quisiera comprar una caja de, preservativos por favor. - dijo en voz baja, lo suficiente como para que la chica la escuchara.

-Aquí tiene, que usted y su amante disfruten el día de San Valentín. - dijo con una sonrisa en su rostro.

Apenada compro el producto y volvió a casa, ahora solo faltaba esperar al día siguiente.

*Tweet tweet* los pájaros cantaban en parejas mientras el brillante sol relucía en la mañana, el aroma a dulces y postres podía olerse en el suave viento de la mañana, y un cálido sentimiento podía sentirse en el ambiente de este hermoso día conocido como día de San Valentín.

La suave voz de una mágica criatura comenzaba a despertar a un atractivo chico que tendría una hermosa cita esta tarde.

-¡Vamos Marian, despierta, es día de San Valentín! - gritaba la Kwami a todo pulmón.

-Quiero dormir un minuto más.

-¡Nada de dormir, hoy es tu cita con Andrei, debes levantarte para terminar con los preparativos!

-¡Ahh~, faltan los regalos de todos!

-No es cierto, cuando llegaste a casa preparaste muchos dulces ¿recuerdas?

-Oh cierto, ¿entonces por qué me despertaste?

-Bueno, tienes que prepararte para tu cita con Andrei, bañarte, elegir la ropa adecuada y no se te olvide llevar todo lo que le compraste.

-Bien, lo hago solo por Andrei, no porque me lo dijiste.

-¡Jaja, si lo que tú digas! - río la Kwami.

Esa fue la mañana de Marian, en cabo Andrei despertó temprano para prepararse de una manera mejor, después de tomar un baño se colocó la ropa interior que había comprado el día anterior, se veía al espejo y se imaginaba siendo abrazada por Marian mientras estaba semi desnuda.

Hoy por ser un día festivo tan maravilloso las clases fueron suspendidas (si eso solo pasara en la realidad), y con esto la cita de las dos parejas comenzó desde temprano, se encontraron frente a las puertas de la escuela y los primeros en llegar fueron los chicos.

-Vaya que compraste muchos regalos para Andrei.

-Si, pero aún siento que no son suficientes.

-Podrías darle una bolsa de galletas de las que preparaste, son deliciosas.

-Gracias por el cumplido, pero ya hay una bolsa especial preparada para ella.

-Pareces más preparado que yo, eso me hace sentí un poco mal.

-Yo digo que Nina va a adorar tu regalo, después de todo ella ama la música.

-¿¡Cómo sabes lo que es!?

-Soy tu mejor amigo y te conozco muy bien.

-Jaja, nunca pensé escuchar eso de ti, regularmente yo soy el que dice esas palabras... ¡Oh!, ya vienen las chicas.

-¡Feliz día de San Valentín amor! - gritó Nina corriendo hacia ellos.

-Feliz día de San Valentín amor. - recibió a la chica entre sus brazos para después besarla.

-Bu, buenos días Marian, fe, feliz día de San Valentín. - dijo Andrei acercándose lentamente abrazando una caja de regalo.

-Fe, feliz día de San Valentín. - respondió Marian con sus tantos regalos en sus manos.

Acercaron sus rostros lentamente y se dieron un adorable beso, se separaron un segundo y vieron los regalos que cargaban.

-¡Esto es para ti! - dijeron ambos al unísono.

Rieron de lo raro que había sido ese momento y comenzaron con la cita. Toda la velada fue perfecta y ninguna cosa extraña sucedió en todo el día, incluso no hubo un ataque de Akuma en este día tan maravilloso. La luz del sol comenzaba a desaparecer indicando las horas nocturnas y era momento de que cada pareja fuera por su cuenta, no sabemos qué sucedió con Nina y Alan, pero sí sabemos que ocurrió con Marian y Andrei.

Enfrente de la residencia Agreste se encontraba esta hermosa pareja besándose si parar, pero se sentía algo extraño hacerlo al aire libre, o por lo menos para Andrei.

-Te, ¿te gustaría pasar?

-¿Estaría bien?, ¿y tú papá?

-No te preocupes, fue a un viaje de negocios y no volverá hasta mañana en la tarde, se fue con Nathalie y mi chofer tiene el día libre, así que estoy sola en casa.

Esas palabras encendieron un interruptor en Marian, sin dudarlo acepto y entraron a casa de la chica y aún más específico a su habitación, ambos dejaron sus bolsos donde se encontraban sus Kwamis afuera de la habitación, claro sin saber aún sus identidades, solo querían privacidad.

-Pu, puedes dejar tus cosas en la mesa. - dijo Andrei mientras se retiraba su chaqueta.

-Claro, gracias.

Dejo todos los regalos en la mesa en frente del sillón en donde ambos se sentaron, se miraban detenidamente para después empezar a besarse apasionadamente. Andrei podía sentir como si lengua era violada violentamente provocándole un fuerte placer que le hacía repetir las acciones de Marian.

Ella puso su manos sobre el pecho del chico y comenzó a sentir su cuerpo, su pecho, su abdomen, sus brazos e incluido su rostro, todo aquello que ella deseaba lo tenía en frente suya; lentamente el oxígeno de ambos se acababa obligándolos a producir suaves gemidos cada vez que se separaban para respirar. Marian la tomo de la cintura y pego su cuerpo al de él, presionaba fuertemente su pecho con el suyo obligándola a gemir cada vez con más intensidad, pero eso no bastaba, ella estaba cansada, pero él quería continuar, comenzó a besar su cuello un poco más delicado, recorriendo esa suave piel con su lengua y bajando sus manos de su espalda a su trasero.

Ella se estremeció de la sorpresa sin dejar de respirar con brusquedad, apenas habían comenzado y para ella se sentía excelente.

-¡Oh Marian, oh Marian, se siente bien, se siente bien! - decía la chica en voz alta.

El chico se separó por un momento y vio el rostro de la chica, vio su mirada completamente perdida en placer y una delgada línea de saliva recorriendo su boca, se notaba que Andrei  era una chica totalmente inexperimentada, pero no era obvio para Marian. Se miraron por un momento antes de escuchar un ruedo de un objeto cayéndose, ambos voltearon rápidamente y aquel objeto era la caja de bombones.

-Vaya que me asusto. - dijo Andrei con su mano sobre su pecho.

-S, si, debimos haberla tirado, con, todo, ese movimiento. - dijo Marian para volver la mirada a la chica.

La chica se agachó para tomar la caja de dulces que le habían regalado permitiéndole accidentalmente a Marian tener una vista de su escote, se quedó mirando perplejo es hermosa línea entre sus pechos.

-Vaya, estos dulces se ven deliciosos, ¿quieres probar uno? - saco un dulce y se lo ofreció a Marian.

El continuaba viendo el escote de la chica y ella claramente lo noto, esta avergonzada, pero no molesta; ingeniosamente tomo el dulce y lo colocó sobre su escote.

-Entonces, ¿quieres probarlo? - dijo una línea provocativa.

Sin pensarlo dos veces Marian asintió y acercó su boca al pecho de la chica, sin usar sus manos tomo el bombón presionando sus labios suavemente sobre los pechos de la chica, su rostro comenzaba a tomar una fuerte tonalidad rojiza y se le hacía complicado controlar su respiración, después de unos segundos el dulce finalmente fue comido por Marian.

-En realidad, está delicioso. - dijo Marian lamiendo sus labios.

Tomo un chocolate y puso parte de este en su boca y la otra se la ofreció a la chica que aún se mantenía cansada. Se levanto lentamente mientras Marian acercaba su rostro, el bombón se posó ligeramente en los labios de la chica y ella comenzó a comerlo usando sólo sus labios, acercó su boca a la del chico y comenzó a comer más apasionadamente ese pequeño caramelo que se derretía por el calor de sus bocas. Sus labios se rozaban ligeramente mientras sus bocas eran unidas por un simple bombón a punto de desaparecer. Finalmente al desaparecer el dulce continuaron sin separar sus bocas, aquello por lo que habían empezado a besarse ya no importaba, solo el placer era lo que los movía.

La temperatura del cuarto comenzaba a subir creando líneas de vapor y gotas de sudor recorrían los cuerpos de ambos.

-Hace calor, no lo crees. - dijo entre suspiros.

Comenzó a quitarse su blusa lentamente y Marian solo podía verla con un rostro torpe y excitado, al quedar solo con su sostén cubriendo su busto se dio cuenta de que la observaban intensamente.

-N, no me mires tanto, es, es penoso.

-¡L, lo siento! - gritó y comenzó a remover su camisa.

Mientras trataba de quitar su prenda superior, Marian no podía dejar de pensar en aquella hermosa figura que acababa de apreciar, aquel sostén que había visto quedaba perfecto con la figura de la chica, es lo que pensó; finalmente había logrado quitarse su camisa y al volver la vista a la chica, la cual estaba parada frente a él, ella estaba completamente en ropa interior.

-¡Fe, feliz San Valentin! - gritó apenada.

-Andrei, tú... - se quedo sin habla.

-Este, es tu otro regalo, ¿te gusta? - dijo cubriendo su pecho levemente.

Marian no dijo nada, solo se acercó a la chica y comenzó a besarla y lentamente comenzó a bajar por su cuello hasta llegar a su pecho, ella cubrió su boca con sus suaves manos para evitar sacar sus gemidos, Marian no podía detenerse, se sentía completamente hipnotizado por esa ropa y por aquel dulce aroma que llegaba a su nariz, ¿a qué pertenecía ese aroma?

-Es, espera...va, vamos a la cama, es, es más cómoda. - dijo respirando con fuerza.

-B, bien. - respondió con dificultad.

Ambos se acostaron en la cama y no podían parar de mirarse, aquella mirada sería la última estando separados en cuerpo, ya que estaban cerca de estar unido en cuerpo, mente y alma.

Marian comenzó acariciando el rostro de la chica suavemente mientras se acercaba para besarla, comenzó lentamente mientras bajaba su mano a su cintura desnuda. Ella no quería ir tan lento, tomó la mano del chico y la puso sobre su pecho, exaltado el chico apretó el suave pecho de la chica.

-¡Ahh~! - un fuerte gemido salió de su boca.

El chico aún así no se detuvo y presionó varias veces y con suavidad, la chica no se quedó atrás, movió su mano por la espalda desnuda del chico y podía sentir su cuerpo tonificado haciendo sus besos más bruscos. Marian apretaba sintiendo un poco molesto la tela, movió su mano por debajo del sostén y con más facilidad podía sentir la suavidad y una pequeña parte algo dura, comenzó a jugar con esa pequeña parte usando sus dedos y esta acción producía un fuerte placer a la chica la cual dejó de besar al chico por no poder controlar sus gemidos.

Marian miraba a la chica, sus suaves mejillas que se encontraban rojas como las rosas, sus mojados labios que cada segundo producían sonidos de placer, sus ojos que no dejaban de verlo con una mirada de amor, su cae lo que parecía flotar en el aire, bajo la mirada hasta el pecho de la chica, su mano había subido el sostén dejando totalmente visible el pecho de la chica, con toda esta estimulación un bulto comenzaba a formarse debajo de su pantalón, este bulto rozaba ligeramente la entre pierna de la chica.

-¡Ohh~ Marian! - dio un fuerte gritó mientras tomaba la mano del chico y la puso en su otro pecho.

Masajeo ambos pechos suavemente quitando por completo el sostén de la chica dejando su pecho al aire, miraba sin poder controlarse a ambos atributos sintiendo un dolor en su entrepierna. Se levanto parcialmente y se puso encima de ella, comenzó a besar el pecho de la chica mientras aún jugaba con el, parecía un bebe siendo amamantado, pero la agresividad que mostraba no podía atribuirse a un bebe.

-¡Ma, Marian, n, no puedo soportarlo más, quiero, hacerlo! - respiraba con dificultad.

-¡Yo, yo también! - respondió ansioso.

Se levantaron de la cama para retirar el resto de sus prendas y se acomodaron debajo de las cobijas, cubriendo sus cuerpos a cualquier ojo fisgón. El rostro de ambos mostraba placer con la intensidad de sus miradas y del color de su piel, era fácil saber que la sangre se le había subido a la cabeza, pero pensó a tiempo mientras acercaba su cuerpo al de la chica.

-Es, espera, n, no compre preservativos. - dijo nervioso.

-N, no te preocupes yo... - intento hablar, pero el chico no la dejo.

-No podemos hacerlo sin un preservativo, si quedas embarazada nos meteríamos en problemas.

Andrei veía a Marian, estaba nervioso por la posibilidad de tener un hijo, pero Andrei imaginaba lo que pudiera pasar, estarían felices con sus tantos niños y niñas, estaba a punto de decir "hagámoslo sin uno, no aguanto más", pero no podía, debajo de su almohada tomo uno de los preservativos que habían comprado y lo puso en frente del chico, este se quedó atónito.

-Cuando compre esta ropa, pensé que terminaría así, por eso compré algunos.

Ocultó su rostro detrás del pequeño cuadrado gris metálico, Marian tomó apenado el objeto y rápidamente se preparó, volviendo a la posición inicial, sus intimidades estaban a punto de tocarse creando un poco de ansiedad en ambos, se miraban a los ojos esperando el momento en el que sus cuerpos se unirían.

-¡Ah, ah, ah~! - los gemidos de Andrei fueron la guía.

Marian comenzó a empujar sus caderas lentamente para no lastimar a la chica, finalmente no pudo moverse más y así ambos habían perdido su virginidad; ambos respiraban bruscamente, la sensación era tan fuerte y esto aún empezaba.

-Te, ¿te duele? - preguntó preocupado.

-So, solo un poco, pe, pero comienza a sen, sentirse mejor. - en su rostro se podía notar un leve dolor.

Unos segundo pasaron para que la chica moviera su cuerpo lentamente para empezar el estímulo, la reacción del chico fue seguir los movimientos de ella; ambos sentían como entraba y salía en repetidas ocasiones mientras producía un ruido y aroma erotico, se besaban en ocasiones intensificando el estímulo.

Los minutos pasaron y los movimientos se habían vuelto más rápidos y los gemidos de ambos se cruzaban, ambos estaban cerca de terminar, una sensación que se comenzaba a acumular en sus zonas erógenas fue expulsada trayendo así él climax de ambos.

Cansados se acostaron en la cama, somnolientos durmieron desnudos, su primer día de San Valentín juntos había terminado de una manera perfecta, en su destino tenían escrito un romance bello y lleno de pasión. Día de San Valentín es una bella fecha que nos une a todos por igual, pero es más adecuado pasar con aquella persona que amas más que nadie, y así es como se debe de disfrutar esta magnífica fecha.

Fin. (Del especial)

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