Cayendo enferma.
Ya era de mañana en la residencia Agreste y una alarma de teléfono comenzó a sonar, la chica la cual era dueña de este teléfono móvil comenzó a despierta con un rostro amargo y cansado, se levanto y fue directo al baño a tomar una ducha, pero antes se miro al espejo y al ver su reflejo se quedo perpleja.
-Me veo, terrible. - dijo para después lavar su rostro.
En ese mismo momento el Kwami despertaba molesto ya que la alarma del teléfono continuaba sonando, medio dormido se acercó al celular y lo tiro "accidentalmente" de la cama, pero había parado la alarma; se acercó a la chica aún un poco molesto y dormido.
-Buenos días Plagg. - dijo sin energía la chica.
-Te diría lo mismo, pero por culpa tuya no pude dormir bien.
-¿A qué te refieres?, ¿qué hice para evitar tu sueño? - preguntó molesta.
-Bueno, para empezar, me dormí en tu cajón para darte algo de privacidad, pero por lo menos podías haber modulado el ruido que hacías.
Andrei pudo ver cómo su rostro ganaba un fuerte color carmesí mientras miraba su reflejo, se sentía avergonzada de escuchar esas palabras saliendo de Plagg, su momento de intimidad del día anterior no fue tan intimo como ella pensó; ignorando completamente al Kwami se dirigió directamente a la ducha y dejó caer el agua, se posó bajo el agua helada y se quedó inmóvil por varios segundos, todo esto sin quitarse la ropa; pasó así por varios minutos hasta que escucho una pequeña voz saliendo de su cabeza.
"-Si sigues así vas a resfriarte."
Al escucharla había pensado que se había vuelto loca, aquella voz la trajo a la realidad y cerró la llave de la ducha, buscaba al responsable de aquella voz, era Plagg.
-¿Me escuchaste?, si sigues así vas a resfriarte, te lo aseguro. - dijo una vez más en un tono infantil.
Se quedo callada unos segundos viendo a Plagg con un aura asesina más fuerte que la del día anterior, lo tomo con fuerza y continuó con aquella mirada asesina.
-Chiquilla, ya te dije que no me gusta que me aprieten. - chillo con su voz cómica.
-¡Plagg, si escuchaste lo que hice anoche, no debías mencionarlo! - dijo furiosa.
-Tu sabes que no me gusta guardar secretos, está en contra de mi naturaleza.
-¡Pero hay secretos que se deben guardar!
-Bien ya entendí, nunca volveré a hablar de tus ámbitos nocturnos, pero suéltame.
-¡Ughhh!, bien, pero espero que hayas aprendido la lección.
-Si, si, aprendí mi lección, pero ¿tú no deberías arreglarte para la escuela?, se te hará tarde.
-¡¡Ahhh~!!, ¡tienes razón! - gritó una última vez.
Hizo lo que regularmente hacía en las mañanas, se metía a bañar, se cambiaba, desayunaba, se lavaba los dientes y por último se maquillaba.
-¡¡Achu~!! - estornudo con fuerza.
-Salud. - dijo cortésmente Plagg.
-Gracias, ugh, siento mucha picazón en la nariz. - rasco su nariz levemente.
-Parece que pescaste un resfriado. - dijo Plagg regresando al cuarto.
Detrás de él le seguía Andrei que no paraba de rascarse la nariz con papel higiénico, esto hizo que su nariz comenzará a tomar un leve color rojizo, sin prestar mucha atención a esto salió de su casa en camino a la escuela. Las clases habían comenzado y como era costumbre Andrei llegó tarde a clases, no por cumplir su misión como héroina si no por tardar mucho tiempo preparándose para su sección de fotos.
-Buenos días amiga. - saludo Nina.
-Bueno díagh. - respondió Andrei con una voz congestionada.
-Vaya, te escuchas terrible, parece que pescaste un resfriado. - dijo Alan acercándose junto a Marian.
Marian tenía un rostro decaído y exhausto, con bolsas en ambos ojos y con sus pupilas dilatadas, como si su vista estuviera perdida en otro lugar, pero al ver a Andrei su vista se mantuvo pegada a ella.
-Buenos días Andrei. - dijo algo tímido.
-Buenos días Marian. - intento lo más posible para hablar natural, aunque algo tímida.
Ambos comenzaron a acercarse lentamente con la intención de saludarse más que con un hola, solo un beso daría comienzo a este hermoso día; con sus rostros a pocos centímetros de distancia cerraron los ojos y prepararon sus labios, siguieron con ese rostro hasta que besaron algo; abrieron sus ojos para observar lo que habían besado, la mano de sus amigos.
-No, nada de besos mientras Andrei este enferma, no queremos que el virus se propague. - dijo Alan limpiando la baba de su mano.
-Pelo yo... - dijo Andrei con la nariz congestionada.
-Lo que dijo Alan, no querrás contagiar a tu novio ¿o sí? - dijo Nina secando su mano.
-Bien, nada de besos. - dijeron los dos casi al unísono.
Los dos se sentaron en sus lugares aún sintiéndose frustrados; el rostro de Marian volvió a aquel aspecto tan horrible en el que estaba hace unos momentos, preocupado por esto Alan le preguntó:
-¿Seguro que no estás enfermos?
-¿Por qué lo dices?
-Pues, tu rostro se ve horrible, como si un virus lo hubiera golpeado.
-No es eso, es solo que no pude dormir bien, estuve toda la noche pensando en Andrei. - suspiro al final.
-Así que, ¿estuviste pensando en ella toda la noche? - Alan lo vio con un rostro pícaro y burlón.
-Si, ella es asombrosa. - alucino por sí mismo hasta que regreso a la realidad y vio a su amigo.
-¡Espera, en qué estás pensando, por supuesto que no haría eso! - gritó Marian agitado.
-¿Seguro? - río una última vez.
-¡Si, estoy seguro!...claro que no te lo diría. - susurro para sí mismo al final.
Aquel susurro no fue algo que los demás no pudieran escuchar, además que los gritos y la conversación de antes también llegaron a los oídos de Andrei, en ese mismo momento su rostro había enrojecido por la sangre que subía rápidamente a ella, "Marian también pensó en mí esta noche" pensó ella con una sonrisa en su rostro.
Las clases comenzaron y todo continuó con normalidad, excepto en un momento de ese día; la maestra de historia hacía preguntas a los alumnos para que pasarán al pizarrón a responder, era el turno de Andrei cuando algo malo ocurrió.
-Entonces Andrei, ¿podrías pasar al frente a responder la siguiente pregunta? - dijo la profesora aún dando la espalda a sus alumnos.
-Clado maedtra. - dijo con la nariz aún congestionada.
Se levanto de su asiento y se posó frente al pizarrón, leyó la pregunta que le tocaba y comenzó a pensar en la respuesta, sabía lo que debía responder, pero por alguna razón no llegaba a su mente y no podía escribirla; su cabeza comenzaba a sentirse pesada y su respiración comenzaba a agravarse, su frente ardía haciendo que se mareara y que comenzará a perder el equilibrio, sus pies se sentían como dos fideos a punto de doblarse o incluso romperse, el plumón que sostenía en sus manos se resbaló cayendo al suelo y produciendo un leve sonido que al instante fue opacado por el cuerpo de Andrei chocando contra el suelo.
Sentía como su cabeza caía suavemente al suelo para finalmente terminar arriba de su brazo, podía oír levemente los gritos de su maestra y de sus compañeros, pero en especial escuchaba a aquel chico que amaba, vio su rostro que demostraba una gran preocupación antes de cerrar los ojos para "dormir".
Su conciencia desapareció por unos instantes borrando toda posibilidad de poder saber lo que sucedía, no sentía su cuerpo siendo cargado por un chico preocupado por ella, no sentía las gotas de sudor, posiblemente lágrimas que caían a su rostro, no escuchaba las palabras de preocupación que le eran dirigidas, todo eso parecía un sueño.
Cierto tiempo pasó y las clases ya estaban cerca de terminar, la luz del sol continuaba brillando intensamente en el cielo azul; la chica que se encontraba en la enfermería despertaba poco a poco. Abrió los ojos lentamente y lo primero que tuvo frente a su vista fue a Marian durmiendo nerviosamente en una silla al lado de la cama. Se quedo mirándolo con un rostro curioso, el rostro del chico mostraba lo preocupado que se encontraba y pequeñas líneas de lágrimas recorriendo su rostro, esbozó una sonrisa mientras que pequeñas gotas de lágrimas caían por su rostro.
-Hehe, parece que lograste hacerme llorar de felicidad, gracias por preocuparte por mí.
Puso su mano sobre la mejilla del chico y comenzó a acariciarla tiernamente, alejo su mano para ponerse de pie y colocarse frente a él, acercó su rostro al suyo, preparada para besarlo, pero no lo hizo, puso su dedo índice en los labios del chico y dijo:
-Cierto, nada de besos hasta que me recupere.
Su nariz ya no estaba congestionada, pero su cabeza y cuerpo aún le dolían, hizo lo único que era permitido entre ellos, beso su mejilla y se recostó nuevamente en la cama; segundos después Marian despertó como si hubiera tenido una pesadilla, directamente vio a Andrei la cual lo miraba intensamente.
-¡¡Andrei, despertaste!!, me alegro - gritó nervioso para finalmente suspirar.
-Si, gracias por cuidar de mi. - sonrío y seco las lagrimas de sus ojos.
-No, no debes agradecerme, estaba muy preocupado por ti, debiste haberte quedado en tu casa o podías haberme dicho que te sentías tan mal, hubiera cuidado de ti durante las clases. - dijo un poco molesto.
-Lo siento, pero es que tenía tantas ganas de verte.
-Yo también quería verte, pero pude haberte ido a visitar a tu casa después de clases.
-Lo sé, pero aún tengo trabajo después de clases.
-¿¡Trabajo!?, no deberías trabajar si estás enferma, ¿por qué debes trabajar cuando estas enferma?
-Ya tenía la sección de fotos para hoy, además, no me sentía tan mal esta mañana.
-¿Cuándo comenzaste a sentirte realmente mal?
-Bueno, fue después de que... - recordó, ese momento no podía mencionarlo -...creo que no lo recuerdo.
-Esta bien, por el momento descansa, ya veremos qué hacer después con la sección de fotos.
-Gracias, pero creo que deberías regresar a clases, estaré bien. - sonrío inocentemente.
-Bueno, tal vez tengas razón, es decir, me quiero quedar contigo hasta que te recuperes, pero puedo no dejarte descansar y así te curarías más lento... - pensó en más cosas positivas y negativas de irse y de quedarse, Andrei solo río levemente.
-No te preocupes, no te estoy diciendo que vayas a clases para poder estar sola, lo hago para no afectarte en la escuela, descuida yo iré detrás de ti en unos minutos, solo tengo que hacer algo antes.
-Pe, pero debes descansar. - le dijo preocupado.
-Ya descanse lo suficiente, además debo de hablarle a mi papa y decirle que estoy enferma. - saco su celular y lo vio por un instante.
-Bien, te esperaré en el salón de clases.
Se levanto de la silla y le dio un beso en la mejilla para después salir e ir al salón de clases; Andrei marcó el número de su padre, no contesto la primera vez, marcó una vez más y otra vez no hubo respuesta.
-Sabía que no respondería. - dijo con una mueca de tristeza.
Se recostó sobre la cama y cubrió su frente con su brazo, sentía una fuerte frustración por las acciones típicas de su padre, pero en este caso había un sentimiento que anulaba cualquier otro, se sentía feliz de que una persona se preocupara por ella, aquel rostro que tenía una mueca tan frustrada cambio rápidamente a una sonrisa, sentía que aquel chico, que Marian la ha amado mucho más en estos días que su padre en toda su vida.
-Tu lograste cambiar mi mundo. - dijo alegremente.
Colocó su teléfono en una pequeña mesa al lado de la cama en donde estaba, cerró un segundo los ojos y visualizo a Marian, sentía un cosquilleo en su pecho al igual que la velocidad de sus latidos, mordió su labio inferior suavemente y puso su mano sobre su corazón.
-Me siento agitada tan solo pensar en ti. - dijo con una suave voz.
Su temperatura comenzaba a subir una vez más, pero no por su enfermedad, todo era por pensar en Marian, tenía el deseo de estar con el y tocar su cuerpo. Seguía con sus fantasías hasta que el celular que había abandonado comenzó a vibrar y un segundo después un tono extraño comenzó a sonar, Andrei tomó el celular y vio la pantalla, estaba sorprendida de la persona que le estaba llamando.
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