Alegrando tu día.

Regresaron a la sala de cine aún con esa aura tan extraña, una chica emocionada y un chico completamente apagado, al entrar el rostro de ambos cambio repentinamente, tanto la emoción como la depresión cambiaron por un rostro apenado y ruborizado.

-Va, vaya, no me había dado cuenta del ambiente tan extraño. - dijo la rubia bajando su brazo lentamente.

-S, si, yo tampoco. - mintió el chico.

¿Que debían de hacer en esta situación?, ambos se lo preguntaban al mismo tiempo, ser silenciosos y regresar a sus asientos era la mejor idea, ver la película desde donde están parados no era tan mal idea tampoco, salir de la sala y esperar que la película terminara siendo un desperdicio de dinero, ¿besarse ellos también para que el ambiente no fuera tan incomodo?, esta idea cruzo la mente de Marian por un segundo.

-Va, vamos a nuestros asientos ¿s, si?

El chico distraído por su imaginación regreso a la realidad al escuchar la voz de Andrei.

- ¡Eh!, s, si, creo que es lo mejor.

Ambos asintieron y caminaron silenciosamente a sus respectivos lugares, por suerte la fila en la que estaban sentados no se encontraba nadie más, era algo extraño, pero era cierto.

-S, solo hay que ver la película, ¡e, emocionante! - dijo en voz baja para después levantar su puño al aire la chica.

-S, si. - dijo deprimido.

Continuaron viendo la película, o por lo menos lo intentaron, eran 50 tortuosos minutos lo que restaba de la película, tomaron las palomitas que habían comprado y para calmar los nervios comenzaron a degustarlas, una linda frase para decir que las comían lentamente para no producir ruido.

-Vamos Marian, debes de hacer algo, tú eres el hombre y debes iniciar la relación. - dijo en voz baja a su bolsillo.

-Tu puedes Marian, ve por ella. - susurro Tikki.

El chico comenzó a ver a las manos de la rubia y espero hasta que tuviera sus manos dentro del cubo de palomitas, pensaba tomar su mano en ese momento, solo lo pensaba ya que era una persona muy penosa y tímida, torpe también podía incluirse, pero eso no importaba en este caso.

-Soy un torpe, nunca podré hacerlo. - cerró los ojos y tomó unas palomitas.

Tardaba un poco más en tomar unas cuantas palomitas, esto ocasionó que el tiempo de ambos se sincronizara, quiere decir que ambos metieron su mano al cubo al mismo tiempo, produciendo un roce entre sus manos.

- ¡¡¡.....!!!

- ¡Oh!, perdón Marian, no me fijé que tu mano estaba dentro.

El chico miro a la hermosa chica, tenía su rostro ligeramente ruborizado y jugaba con su largo y hermoso cabello en símbolo de nerviosismo. En estos momentos Marian podía morir en paz, posiblemente esté muerto, aunque parece que solo se desmayó y por inercia su cabeza callo en el hombro de la chica.

- ¿¡Ma, Marian!? - dijo exaltada la chica.

Al no escuchar respuesta alguna hizo que se sintiera más nerviosa, pero no pensó en moverlo ni nada en lo absoluto, por alguna razón se sentía cómoda aunque su corazón latiera con fuerza, se recostó sobre la cabeza del chico inconscientemente y una ligera aura romántica se produjo entre ellos.

Termino la película, claro que minutos antes Marian había despertado y vio en la posición en la que se encontraban e intentó evitar moverse, pero su corazón no dejaba de latir rápidamente. Afuera de la sala las parejas caminaron lado a lado, unos tomados de la mano, otros abrazados y solo una sin decir palabra alguna, esa pareja se encontraron con sus respectivos amigos a la salida del cine y posteriormente caminaron a la salida del centro comercial, era momento de despedirse.

-Bueno, creo que debemos irnos, el padre de Andrei me dio un horario como si fuera su novio, así que luego nos vemos, la pasamos muy bien, gracias chicos. - dijo Nina con una enorme sonrisa en el rostro y moviendo su mano de un lado a otro en señal de despedida para después marcharse.

-Si, me la pase genial, muchas gracias Marian. - la rubia se acercó al peliazul y beso su mejilla para posteriormente seguir a su amiga.

Él peliazul tocó su mejilla mientras tenía la boca abierta, no podía creer lo que había sucedido, es la primera vez que tiene suerte sin usar su traje.

-Te felicito amigo, has avanzado mucho, pero creo que le debes las gracias a alguien.

- ¡Aja~! - dijo aún sin cerrar la boca.

-Bueno, esperaré hasta que regreses a la realidad.

Alan empujó por la espalda a su amigo hasta llevarlo a su casa.

Mientras en la casa del Agrest la tímida chica llego a su cuarto para acostarse en su cama agotada.

-Vaya que la película estuvo delirante, había mucho romance en ella, mi parte favorita fue cuando la chica descanso su cabeza en la del chico, espera, eso no fue parte de la película. - dijo una pequeña criatura que salió del saco de la chica, un pequeño gato negro.

-Ya no me molestes Plagg, aún no se porque pasó eso.

-Niña, es muy obvio, te gusta ese tal Marian.

-No lo sé, tal vez sea un tipo diferente de gustar.

-Sin duda es el mismo sentimiento que yo tengo por mi queso canemberg.

-Plagg, podrías no comparar mis sentimientos con el gusto a un apestoso queso.

-Apestoso, pero sabroso. - dijo mientras tomaba una rebana del mencionado queso.

-Solo es apestoso para mí, como esta incertidumbre.

- ¿Incertidumbre?, estás dudando si te gusta Marian o PrinceBug ¿cierto? - se comió el pedazo de queso de un mordisco.

- ¡¡¡No es eso!!!, bu, bueno, tal vez tengas razón, pero es difícil decidir en estos momentos, mi valiente y heroico príncipe o el dulce y tierno Marian.

-Claro, pero podrías decirme ¿desde cuándo te gusta Marian?, desde el inicio solo lo veías como un amigo, ¿qué sucedió para que cambiaras de opinión?

-Bueno, no es como si hubiera sido por algo en específico, desde que lo conozco el siempre a mostrado lo dedicado que es con sus amigos, es muy talentoso en todo lo que hace y tiene un gran sentido artístico que adoro.

- ¿Sentido artístico?, te refieres a ese bombín con el que no parabas de estornudar ¿cierto?, o ¿será el disco de Jagged Stone que él diseño?

-Mmm, ¡no se, es muy difícil saber porque y ya no me preguntes!

-Esta bien, esta bien, vaya, parece como si estuvieras en tus días.

El rostro de la chica se ruborizó estaba molestan e intentó capturar al pequeño gato negro volador.

- ¡Ya te dije que ese tema es muy delicado, no vuelvas a mencionarlo!

-Esta bien, pero podrías dejar de perseguirme, esto comienza a ser aburrido.

- ¡No hasta que te disculpes o te atrape!

-Si querías una disculpa solo debías pedirla, lo siento.

- ¡Eso no sonó muy sincero que digamos!

-Que quieres que haga, no es como si me pudiera sentir mal por lo que dije, aunque sí quieres una disculpa sincero, ten. - tomo un pedazo de queso apestoso y se lo ofreció.

-Aghh, aleja esa cosa apestosa de mi rostro.

-No hay forma más sincera de disculparme que está.

-B, bien, acepto tu disculpa, pero aleja esa cosa de mi.

- ¿¡Quiere decir que me perdonas y que me puedo quedar con mi queso!?

-Si, pero aléjalo ya.

-Eres buena chica, ¡a comer! - se comió rápidamente el pedazo de queso.

-No sé cómo te puede gustar su olor y sabor.

- ¿Eh?, niña, si no te has dado cuenta no tengo nariz, no puedo percibir los olores.

-Eso explica todo.

-Si, pero deberías bañarte, hueles demasiado a sudor.

-Creo que tienes razón, espera, no habías dicho que no podías percibir los olores.

-No los percibo, pero puedo ver las líneas de hedor, reconozco las de sudor y están sobre volando tu cabeza como locos.

- ¿Enserio?, y de qué color son.

-Amarilla, creo que es un poco obvio.

-Vaya, y tú queso ¿qué color tiene?

-Es difícil de explicarlo, es como ver un arco iris vomitando otros arco iris, así de bello es.

-De seguro el vomito es de repugnancia.

-Mis pequeños bigotes me permiten percibir cosas que un humano no podría.

-No te escucho, estoy entrando a la ducha. - dijo desnudándose en la regadera.

-Al cabo que ni quería que me escucharas. - indignado se acercó a un plato de queso y comenzó a comerlo pedazo por pedazo.

La rubia tomaba un relajante baño, pero su mente estaba perdida en los dos chicos que le gustaban, gracias a su compañero Kwami se percató de sus sentimientos por su compañero de clases, ¿qué debía hacer?

En lo que la chica sufría de un posible ataque de desesperación por cierto chico, el chico en cuestión estaba en su cuarto, sentado frente a las fotos de una hermosa modelo, su cara embobada indicaba que le gustaba dicha modelo y aún no podía creer lo que había sucedido con dicha modelo, dicha Modelo era Andrei, aunque creo que dicha modelo es una frase que ya no debería usar.

- ¡Marian, reacciona!

- ¡Eh, ¿qué pasa Tikki?!

-Has tenido la misma cara desde que volviste del cine, empiezas a asustarme.

-Perdón, pero aún no puedo creerme que...

- ¿Que tuvieras una cita con Andrei? - interrumpió Tikki.

-Bueno, en parte, pero me sorprendió lo que pasó dentro del cine.

-Tu cabeza en su hombro y la de ella en tu cabeza ¿cierto?

-Si, por cierto ¿cómo sucedió eso?

-Es un misterio. - dijo en tono burlón.

- Bueno, eso ya no importa, estoy aún emocionado por aquel, aquel beso en mi mejilla.

-Inclusive yo me sorprendí, nunca pensé que Andrei hiciera eso.

-La adoro, nunca volveré a lavarme la mejilla.

-Eso será un problema, tú mejilla esta pegada a tu rostro, al menos de que nunca lo vuelvas a lavar cumplirías con tu objetivo.

-Tienes razón, tendré que vivir con mi rostro desaliñado.

-Harías todo lo que fuera por ella ¿cierto?

-Lo que sea, es el amor de mi vida, si la llegara a perder, creo que nunca volvería a amar.

-Ya veo.

- 'Marian, ¿podrías bajar un segundo?' - se escucho un grito de una mujer.

-Ya voy mama. - gritó Marian para después bajar las escaleras.

Cuando Marian no estaba en la habitación Tikki se acercó a la ventana y miro a través de ella a los pichones que volaban fuera de esta, al mismo tiempo Plagg comía su queso con emoción para después detenerse un segundo.

-Tal vez todo sería más fácil si descubrieran sus identidades. - dijeron al mismo tiempo, si hubieran estado juntos se escucharían al unísono.

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