Vals del Amor y la Tristeza.

Pasó bastante desde que la clase había comenzado, siendo así me encontraba hablando lo último en el itinerario de hoy lo cual ciertamente abarcaba un tema bastante importante que debía remarcar si no quería que estos niños tomen malas decisiones en el futuro...

"Todas estas reglas son importantes, pero como todas las buenas reglas; estas están hechas para ser infringidas… Son técnicas, buenas técnicas. Pero son solo eso… Y ustedes no hacen un trabajo técnico, hacen un trabajo completamente humano. Por ello es importante protegerse, cuidarse a ustedes mismos ante todo y todos…"

Me detuve por momentos, observando a mis alumnos en busca de alguna señal de incertidumbre la cual llegó en forma de mano levantada; era una chica rubia de ojos chocolate, una de las cuantas estudiantes que ingresaron este año.

"S-Si, disculpe profesor, Soy Lucy Heartfilia… E-Esto… Usted nos dijo que había que involucrarse con un cercano para comprender bien cómo murió la víctima, ¿Cierto?"

"Si, así es."

"Sin embargo parece difícil involucrarse con el individuo sin identificarse sentimentalmente, debido a que se debe mostrar vulnerabilidad para que aquella persona tenga la voluntad de brindarnos información vital para la investigación…"

Tomé nota de lo que me decía y las miradas atentas de sus compañeros mientras tomaba aire lentamente para hablar.

"Nunca dije que fuera fácil…"

Me tomé mí tiempo… Mirando al piso, deteniéndome en una mancha que particularmente saltaba a la vista pero que ignoré debido a que la tarea de pensar cada palabra que soltaría a continuación era aún más importante...

"Ciertamente existe una delgada línea entre involucrarse e identificarse, tengan en claro que sobre esta línea ustedes deben investigar. Pueden jugar con la línea pero jamás sobrepasarla, nunca es bueno profundizar sentimentalmente con aquellos relacionados a su misión pues se arriesgarían a perderse…"

"¿A qué se refiere exactamente con perderse?"

Una nueva voz llamó mí atención, fue un hombre de cabello negro y ojos azules al cual pude ver bien una vez que llevé mí mirada hacia él.
Su cadena, aparentemente de plata, llamó instantáneamente mí atención debido a la cruz que colgaba de ella.

"¿Me permite su nombre?"

"Gray Fullbuster, ese es mí nombre profesor…"

"Bien escuchen todos, tomen nota de ésto que es importante"

Instantáneamente todos bajaron la mirada a su cuaderno con lapicera en mano, dispuestos a escribir sobre lo que diría.

"Cuando me refiero a perdernos quiero decir desestabilizarnos mentalmente.
Los humanos somos seres racionales y por lo tanto tenemos sentimientos y empatía… Continuamente en sus futuros casos tendrán que ponerse en situaciones difíciles de resolver. Ahí es donde entra el factor que mencioné hace algunos segundos… Ustedes deben involucrarse con la víctima, el victimario o el testigo.
Siempre deben ser imparciales con estos tres ejemplos… La imparcialidad es algo clave para resolver casos de violencia, violación o, en el peor de los casos, asesinato…"

Llevé la mano hacia la botella de agua que descansaba en mí escritorio y bebí de ella sin apartar la mirada de los alumnos, los cuales esperaban por más de mí discurso.

— Más allá del problema que conlleva relacionarse sentimentalmente con uno de estos tres personajes, en un futuro tendríamos problemas psicológicos graves; Ansiedad, culpabilidad, impotencia, angustia, desviaciones suicidas… Todo ello puede afectar fuertemente a nuestra cabeza si no nos mantenemos firmes en la línea.

"¿Usted padece alguno de esos síntomas?"

Una chica de cabellos blancos, largos, lanzó aquella pregunta interrumpiendo mí perorata.

"¡Mira-nee!"

"¿Qué…? Es solo curiosidad, ya sabes…"

Ante su sonrisa de complicidad, no pude evitar fruncir un poco el ceño. Ciertamente la pregunta no fue nada adecuada.

Sin embargo no era nada que no pudiese manejar.

"La curiosidad es algo bueno en este trabajo, señorita Mirajane."

Mirajane Strauss, una alumna brillante que nuevamente me tocaba enseñar… La conocía demasiado bien a ella y a su temperamento.

— Sin embargo aconsejaría ser más cuidadosa pues, en contadas ocasiones, suele ser un arma peligrosa y de doble filo… —Aquello había sonado como una advertencia clara y tajante de que no me gustaban ese tipo de comentarios. No fue realmente sorprendente cuando más de uno desvío la mirada cuando proyecté mis ojos sobre todos ellos.— Aún así, respondiendo a su pregunta; Todos ustedes son novatos en esto, todos ustedes están empezando aquí para tener un conocimiento sobre lo que les esperará en un futuro y, así como ustedes, yo también fui un principiante… … En mis primeros casos siempre terminaba muy mal emocionalmente hablando. Más sin embargo nunca llegué al punto de querer suicidarme. Si hay algo que agradezco de mí niñez, es la dureza y rigidez de mis enseñanzas, al menos eso me ayudó a soportar todo lo que vería más adelante.

Al terminar, la chica rubia, Lucy, me dirigió una mirada llena de angustia la cual la llevó a querer hablar.

"¿U-Usted…?"

"Si, yo crucé la línea en varias ocasiones… De hecho, todos aquí lo harán al menos una vez."

"¿Entonces de qué nos sirve toda esta charla si al final pasará lo que tratamos de evitar?"

Fue Mirajane quién tomó la iniciativa.

"Absolutamente de nada… Para los decididos a ayudar, esta charla es sumamente obsoleta. Pero para aquellos que simplemente quieren resolver un caso, les será de mucha utilidad… Si piensan como yo, sabrán que esto es más una advertencia que una guía."

"¡Esto es ridículo…! ¡¿No se supone que estamos en el cuerpo para ayudar a las personas?! ¿Qué clase de lógica es esa…? ¡Usted es-

"¿Un insensible? ¿Un apático de mierda que no ayudaría a nadie que esté sufriendo…? Si, claro, eso es perfectamente lo que ibas a decir. Permítame su nombre."

"Sting Eucliffe."

Aquel chico rubio respondió de mala gana, sus ojos ardían en rabia silenciosa debido a mis palabras.

"Bien entonces, Sting… Dime, ¿Ayudarías a un asesino serial que recibió catorce apuñaladas de un violador con antecedentes de pedofilia…?

Ante la pregunta, Sting no supo realmente qué responder.

— U otro caso…; Una mujer de treinta y tantos años acusa a su esposo de haber asesinado a su amante aún sabiendo que ese hombre abusaba sexualmente de su pequeña hija de cuatro años… Cuéntame, ¿Ayudarías a esa mujer o ayudarías al asesino?

"Y-Yo… Realmente no lo sé…"

Había agachado la cabeza, tratando de ocultar su vergüenza.

"Exacto, no lo sabés. Sin embargo no es motivo para sentirse avergonzado, Sting… Esos fueron mis dos primeros casos cuando apenas estaba empezando."

Sin realmente quererlo, mí tono se rompió un poco mientras hablaba, pues él recuerdo aún palpitaba fuertemente en mí cabeza.

"¿Qué hizo usted entonces...?"

La chica del mismo cabello blanco, corto, me dirigió la palabra.
La misma se encontraba sentada al lado de Mirajane.

"En el primer caso sentí impotencia y odio, en mí mente se repetía constantemente la idea de hacer sufrir a aquellas dos personas pues la muerte era algo muy bueno para ellos… Sin embargo, aquellos sentimientos fueron transformándose en pena y tristeza al darme cuenta que parecían estar jugando con mí mente, llevándome a pensar igual que aquellas horribles personas."

Apoyé el agua nuevamente en el escritorio, no sin antes darle un pequeño sorbo y taparlo para humectar mí garganta.

— Nadie tiene derecho a decidir o juzgar sobre la vida de los demás. El asesino serial podría haber sido un hijo de puta, pero su esposa e hijos no lo eran; Solo fueron una víctima más en todo ese problema… Del lado del violador y pedófilo que ahora tenía un 'asesino' en su título, él lo había matado a sangre fría en defensa propia y de su sobrina de diecisiete años, sobrina que él decía amar, respetar y cuidar sobre todas las cosas. —Todos estaban atentos, no había nadie que realmente me estuviera ignorando.— En el segundo caso… Mnh'... pueden hacerse una idea… … El punto de todo esto, y es algo que quiero que entiendan; es que no deben sobrepasar la línea, no deben ayudar a personas sin conocerlas… No sabés cómo fueron o son, no sabés su pasado o lo que hacen actualmente. Este trabajo es así, si te guías por los sentimientos y aquel mediocre principio de solidaridad, serás la primera víctima…

El sonido de la campana lejana, la cual anunciaba el final del horario escolar, se hizo escuchar en el aula interrumpiendo el discurso.

— Bien, continuaremos con esto el próximo martes. No olviden repasar las páginas que les marqué y hacer un resumen de ellas… Que tengan una buena semana.

.

.

.

.

"¿Cómo te fue hoy?"

"Igual que siempre, aunque al menos este año tuve la suerte de tener alumnos inteligentes…"

Una suave risilla resonó a mis espaldas.

— ¿Qué es tan gracioso?

"Nada… Simplemente te veo más enérgico que otras veces, eso me hace pensar que las clases al menos ahora te divierten."

Ante el leve silencio, no pude extrañar por momentos lo suave y dulce que se oía su voz.

— Puedes decírmelo, ¿Sabes…? No estás en público… Aquí, estando conmigo, puedes ser como eres realmente…

Al darme vuelta para encarar a la persona de voz dulce, no pude evitar quedar deslumbrado ante la belleza que portaba y que había visto más de un millar de veces…

Cabello rojizo, escarlata, atado en cuatro trenzas largas que llegaban hasta su esbelta y ancha cadera; era la perfecta figura de reloj de arena que buscaban todas las mujeres pero que pocas llegaban a conseguir realmente…

Sus ojos marrones, chocolates, lograron atraparme como en incontables ocasiones anteriores.

Sin embargo y a pesar de estar perdido en su figura de infarto pude recolectar lo poco de cordura que me quedaba para formular una respuesta adecuada.

— Odio cuando te pones en modo Sherlock…

Dejé escapar una pequeña sonrisa antes de rodear con mis brazos las caderas ardientes de aquella mujer quien sonrió complacida ante la cercanía… La piel blanca de su cuello expuesto debido a que la remera así lo quería, fue el lugar perfecto para descansar mí barbilla.

"Fufu~... Me haces cosquillas, tonto."

Ignorando la ternura del tono que empleó en sus anteriores palabras, me dispuse a responder aquella frase que había dicho.

"Pero si… Admito que disfruto un poco las clases ahora."

No hubo más palabras entre ambos, realmente no quería formular ninguna especie de ruido.

Estando así, en esta posición con ella, no había nada más que quisiera en el mundo...

"Natsu…"

No supe realmente cuánto tiempo pasó antes de que ella hablase nuevamente, yo solo mantuve mis ojos cerrados disfrutando desde el principio la calidez que me transmitía su cuerpo y brazos que rodearon mí espalda.

Podría haber pasado una eternidad y aún así tendría la energía suficiente para continuar en esta posición.

Sin embargo, sabiendo lo que vendría a continuación, no pude evitar saborear el amargo de mis futuras palabras.

"¿Por qué lo bueno dura tan poco, Irene?"

Se rompió, mí voz realmente se rompió cuando las lágrimas se abultaron en mis ojos.

— ¿P-Por qué no puedes estar conmigo al menos un poco más de tiempo…?

Sin dudarlo, la abracé aún más fuerte, con la esperanza de que ella no se esfume como siempre lo hacía.

"Yo también quisiera quedarme, Natsu… Realmente lo deseo; pasar toda la eternidad contigo, amor…"

Ella hizo lo mismo, me abrazó fuertemente mientras que sus lágrimas se derramaron por su bello rostro.

— Pero es hora, tienes que volver...

"¡No quiero…! ¡S-Solo deseo estar junto a ti, solo eso necesito!

Finalmente no pude soportarlo más, las lágrimas amotinadas en la comisura de mis párpados estallaron.

Simplemente lloré, lloré tan fuerte como la hacía ella, más no hubo más ruido que el de nuestras respiraciones lentas y armoniosas… Pues llorar en silencio siempre fue algo que hacíamos.

Llorar en silencio en la compañía del otro era algo que acostumbramos hacer para sanar nuestros corazones.

"Tienes que ser fuerte, sabes bien que cuando el tiempo llegue, al fin podremos estar juntos… Recuerda que tú mismo me hiciste esa promesa, siendo así entonces es tu deber cumplirla."

Todo mí cuerpo tembló al sentir como deslizó sus manos, acunando mí rostro entre ellas. La suavidad, la calidez inundó mis sentidos; fue un vals de amor y tristeza.

— No olvides que te amo…

Y todo se desvaneció en luz y un sonido estridente que siempre estuvo ahí, pero que recién ahora comenzaba a escuchar más claramente.

.

.

.

.

La alarma finalmente fue silenciada por mí propia mano, un nuevo día se asomaba en forma de luz exterior que se filtraba por las cortinas y llegaban a mis ojos adormilados.

"Te extraño demasiado…"

Un nuevo sufrimiento, un nuevo sentimiento de soledad que se plantaba en mí pecho…

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Hey, ¿Qué tal? Aquí otro capítulo al que le dí una lavaba de cara.

Realmente no recuerdo en qué me inspiré para escribir algo así, pero pensar en ello me deja una sensación bastante triste jaja.

¡Sin embargo! Decidí traerlo porque no me parece tan malo y porque definitivamente quiero tener algo aquí relacionado con Irene, siento que no le dí la importancia que merece y es por eso que, si así lo quieren, podría traer otro One-shot con ella en un futuro, quizá con algún fan service extra, ya saben...
( ͡° ͜ʖ ͡°)

En fin, eso es todo de momento insectos.

Bye byee~































Nasho-Sama
























Por cierto, ¿Quienes son Faris y Selene? Sus nombres me suenan a taiboleras baratas, sorry but not sorry si una de ellas es tu waifu.

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