Un glorioso Té.
Natsu Dragneel y Juvia Lockser; dos inocentes niños que viven en la gloriosa New York, Estados Unidos.
Ambos son muy unidos, uña y carne para ser exactos... Aún con sus diferencias y berrinches se puede decir que ese dúo era inseparable.
Hacían todo juntos; desde bañarse hasta comer e incluso dormir. Claro que todo eso entre ellos era sumamente normal, pues eran primos.
Se amaban, eso se notaba a simple vista... Un amor inocente y puro, uno que llevaba el lazo de sangre al borde, pero del que sus padres sabían que no iba a pasar de allí.
Juvia, a petición de su hermanita Meredy, asistiría con ella a la escuela "Mermaid Heel" desde segundo a quinto grado. Mientras que Natsu se iría a la prestigiosa Sabertooth, una escuela de renombre y de gran estirpe en lo que se refiere a la enseñanza...
Dichas escuelas estaban bastante lejos, dos o tres horas de distancia, por lo que, obviamente, no se verían en los días de semana.
Claro que eso no presentaba demasiados problemas...
Los fines de semana, los padres de Natsu y Juvia tendrían que tener una "amistosa" charla, pues el caso era; ¿Quién donará la casa para que los niños estén juntos?.
A simple vista era un debate algo tonto, pero cuando llegaba la hora de la verdad...
Era el mismo infierno para los diabéticos...
Pura aura de color rosita con florecitas invadían la casa del que había perdido el "debate"; era un ambiente sofocante, empalagoso, envidiable y tan, tan... Bonito.
Sin embargo, como fuerza imparable que era el tiempo seguía su curso...
Todos crecen, es inevitable.
Meredy, a causa de una enfermedad tendría que abandonar la escuela e irse a Europa para recibir un tratamiento adecuado, pero de igual manera costoso. Con todos esos sucesos, Juvia, a sus once años ya estaría cursando sexto grado.
Como sus padres tendrían que irse con su hermanita, decidieron entre ellos que Juvia se quedaría con su Tía Grandy y primo Gajeel; se les había cruzado por la cabeza dejarla con Natsu y sus padres, pero estos no pasaban por un buen momento económico y sería una carga que, si bien ellos estaban más que alegres por aceptar, no era lo correcto...
Sin embargo, no todo era tan malo; ¡Juvia podría asistir a la misma escuela que su adorado primo Natsu...! Solo que al ser dos años menor que ella, Natsu recién cursaría cuarto grado... Aunque eso no era problema, pues ahora podrían verse en los recesos y regresar juntos a casa debido a que la familia Redfox vivía a unas cuantas calles de la casa de Natsu.
Para Gajeel aquello era ciertamente una tortura... ... Éll no era del tipo sociable, sin embargo le caía bien el "afeminado". Pero cuando empezaban con las cursilerias uff... ... Más de una vez pensó en darle de regalo de cumpleaños a Natsu una Juvia envuelta en lienzos, ¡De hecho una vez casi lo hace...! Lastima que Grandy lo había atrapado.
De ahí viene su "dureza"... Nada se comparaba con su madre enojada, NADA...
Cada tanto los padres de Juvia le mandaban una carta describiendo todo lo que sucedía allí, tanto Natsu como Gajeel la acompañaban en su lectura, pues también estaban preocupados por la "mini Natsu", como jocosamente le llamaban.
La mayoría de estas cartas tenían buenas noticias, siempre diciendo lo bien que está avanzando Meredy y la suma que ganaba su padre allí. Por lo que las cartas casi siempre traían dinero para Grandy en agradecimiento a los cuidados que ella le daba a su "Sirena". Obvio que ella no sabía que hacer con tanto, por lo que decidió hacer una pequeña-gran inversión en vestidos y chucherías para Juvia. Según Grandy, ella sería una gran modelo pues todo, ¡Absolutamente TODO lo que se ponía le quedaba reluciente y espectacular! También, aunque nadie lo sabía, le agradaba la idea de una pequeña aventura entre Natsu y su sobrina... ... No tenía nada en contra del incesto amoroso. Según ella, si hay amor todo se podía y, por eso, siempre que Juvia iba a quedarse los fines de semana en lo de Natsu la mandaba con sus mejores trapos... Que se sepa, la moral de Grandy siempre fue algo... alocada, digamos.
Pasaron los años...
Juvia ya estaría en segundo año de secundaria. Le resultaba curioso, pues ella se imaginaba que siempre seguiría en Sabertooth, pero el destino era muy incierto.
Debido a unos cuantos percances, sanciones y muchos, muchos problemas con cierta chica odiosa de cabello negro, terminó en la prestigiosa secundaria de Fairy Tail ¡Una de las mayores instituciones escolares de Nueva York! Su jerarquía, tanto en profesores como en enseñanza, económica y todo lo demás la hacían bastante superior de Sabertooth.
Aunque le gustaba estudiar allí, extrañaba hablar con su pelirrosa en el almuerzo... El saber que tenía que esperar un año más para poder volver a la rutina de antes la mataba.
Natsu le había prometido que cuando terminara la primaria iría a Fairy Tail junto a ella y si bien eso la hacía inmensamente feliz, contaba cada día con ansías a pesar de apenas estar comenzando el año.
Del lado de Natsu...
En principio, cuando comenzó las clases en sexto grado le parecieron muy aburridas. El hecho de no tener a Juvia cerca de él lo aburría, pues ella era quien alegraba sus mañanas.
No podía evitar sonrojarse cada vez que le hablaban sobre ella o cuando él mismo hablaba sobre ella. Era inevitable, casi por inercia...
Gajeel había conseguido otro grupito de amigos, no lo culpaba, después de todo no compartían los mismos gustos... Heh', y vaya que no...
Los días eran extremadamente malos, de lunes a viernes se la pasaba estudiando, sin prestar atención a nada. De vez en cuando, Gajeel lo molestaba (En el buen sentido) junto a otros chicos, si no recordaba mal, entre ellos había un rubio de dudosa sexualidad, un chico de pelo negro con ojeras enormes y una chica que desprendía inocencia por los poros, su nombre era Yukino. Era con la que mejor se llevaba por así decirlo.
Un día, una chica nueva llegó a su escuela. Iba a su salón, Natsu se había quedado en shock por unos segundos cuando el profesor la presentó...
Su nombre era Lucy Heartfilia; un Ángel en toda regla.
Su cabello era completamente rubio natural, sus facciones eran perfectas y sus ojos... Oh sus ojos... Aquellos de color chocolate que lo dejaban petrificado cuando lo miraban.
Al principio, su relación era de conocidos... Natsu, por alguna razón no podía ser suelto con otros niños, solo pasaba con Juvia y por ello le costó demasiado acercarse al "Ángel"... Aunque poco a poco, en lo que iba del año, se pudieron conocer. Eran impresionantes las cosas que tenían en común; los gustos musicales, lectura y por sobre todo la comida... Algo que merecía la máxima devoción según ambos.
Resumiendo, en ese último año de Primaria, Natsu y Lucy se habían hecho grandes amigos, mejores amigos se podría decir.
Ambos terminaron la primaria juntos.
Lo habían logrado y con creces.
Ahora, luego del descanso tendrían que dar un gran paso, pues la secundaria les aguardaba.
Natsu iría a Fairy Tail y estaba completamente ansioso por ello... Deseaba ver a Juvia de lunes a lunes como antes lo hacía, poder estar con ella, acariciar su suave y azulado cabello, recibir sus cariñitos... Se había vuelto algo dependiente, no lo negaba...
Incluso ahogado en esa amalgama de sentimientos, fue muy doloroso el tener que separarse de su gran amiga Lucy o "Luce", como él la llamaba; un apodo cariñoso para la Heartfilia.
Sin embargo, no se esperaba el siguiente desenlace...
¡Lucy iría a la misma secundaria, iría con él...!
Esa noticia lo alegró bastante, demasiado, tanto así que terminó por darle un gran abrazo a Layla y Jude; sus padres.
Y hablando de, ellos tenían una muy buena opinión sobre el muchacho, pues él cuidaba de su "Estrellita" todos los días; la ayudaba con sus tareas y la defendía de los constantes acosos de Loke, claro que Sting también lo hacía, como hermano que era también tenía ese deber, pero era algo... ¿Suave? Por alguna razón, en los constantes altercados entre Loke y Lucy, Sting, si bien defendía a Lucy lo hacía de una manera un tanto... peculiar; abrazar al agresor de tu hermana y manosearlo entero era algo espeluznante, pero tremendamente efectivo...
¡De cualquier forma!
Su vida de adolescente había comenzado y el primer día en Fairy Tail fue asombroso tanto como para Lucy como para Natsu.
Lucy inmediatamente se hizo amiga de Levy Mcgarden; una chica de baja estatura a comparación de Lucy y Natsu, pero que no te engañe, su carácter era lo más grande que tenía... Literalmente...
Natsu, por otro lado, seguía solo. El único momento en el que estaba acompañado era en el receso, cuando se juntaba con Juvia y otra chica llamada Erza, que al igual que Juvia, le llevaba dos años de edad.
De todas formas, no le molestaba quedarse solo, tampoco era tan amigable con personas desconocidas. Básicamente, la mayoría de personas de su salón entraban en ese término aunque... Había una chica que se llamaba Lissana, si no mal recordaba. A primera vista le parecía simpática, fuera de eso no le importaba nada más que el sonar del timbre del receso para poder salir y hablar con Juvia y Erza o, caso contrario, Lucy y Levy, pues estas cuatro no se conocían aún.
Los días, meses y años seguían su curso...
Actualmente, Natsu, Lucy y Levy (Quienes se habían cambiado al salón del pelirosa luego de muchas súplicas al director) estaban en las vacaciones de verano.
¡Por fin, luego de muchas dificultades, habían logrado pasar a cuarto año de secundaria!
No era broma cuando decían que Fairy Tail era la mejor secundaria de N.Y, pero esto era exagerado; prácticamente, sino estudiabas con antelación de cinco años para un examen no podías hacerlo, era imposible ¡Pero lo habían logrado! ... ... Lucy con algo de ayuda por parte de Levy y Natsu, pero al fin y al cabo lo logró.
En esas vacaciones, los chicos lo pasarían genial.
Cada uno a su manera; Natsu tenía que partirse en dos, literalmente. Si bien no tenía muchos amigos que digamos, Lucy y Juvia eran lo suficientemente densas como para llevarlo al cansancio extremo.
Siempre querían salir con él, ya sea a la playa, de compras u otras actividades normales que se hacen en verano.
Obvio que todo sería más fácil si saldrían los tres pero... Por alguna razón, Natsu no quería que esas dos se conocieran.
Tenía ese extraño, ese extrañísimo presentimiento que le decía, le advertía que si aquellas dos se conocían, se armaría una posible WW3...
Al final sus vacaciones no fueron tan buenas como él pensaba pues, cuando las vacaciones finalizaron, terminó con un agotamiento extremo que obviamente influiría en el comienzo de las clases.
Por suerte para el pelirosa, los días pasaban rapidísimos, ni siquiera se dio cuenta de que a unos días ya tendría las ansiadas vacaciones de invierno otra vez. Vacaciones que se tomaría de forma relax, pues no tenía intención de volver a revivir el calvario de verano...
Los últimos días fueron tranquilos, particularmente, el último fue mucho más tranquilo.
Habían enviado tarea para el hogar pero no era nada de lo que preocuparse.
Natsu tenía un plan, un brillante plan a su parecer... No quería volver a pasar aquel calvario de nuevo, definitivamente no lo quería. Por lo que ahora sería él quién invitaría a las damas... Ignorando ese constante mal presentimiento que albergaba su cabeza.
Lucy, quién estaría sola esos días a causa de un viaje de negocios de sus padres, había recibido una llamada de Natsu luego del primer día de vacaciones; ¡La estaba invitando a su casa! Obvio que para Natsu era normal, pero para Lucy... buf'... Para Lucy era La Señal, el mensaje de Dios ¡La luz verde del semáforo! Sin dudas aprovecharía esta oportunidad...
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Juvia estaba en una encrucijada...
Por un lado, había recibido la invitación de su amiga Erza para ir a quedarse en una casa en las montañas con ella y otra chica más llamada Mirajane.
El lugar era hermoso; grandes montañas, nieve por doquier y hermosos paisajes... Pero por el otro lado, podría ir a pasar estas vacaciones en la casa de su adorado primo Natsu, quién no sabía nada de los planes de ella. De hecho, irá a su casa, ya lo tenía decidido... El solo hecho de pensar que podría pasar otras geniales vacaciones junto a él era una oferta muy jugosa.
Terminó por pedirle perdón a Erza, quién no se molestó, de hecho le alegraba la idea de Juvia... Después de todo, ella era muy fan de ciertos Doujins que torcieron su imaginación de una forma no muy saludable...
Había tardado bastante, pero por fin pudo completar su maleta. Se despidió de sus padres y se encaminó a la parada del bus... Tenía unas tres largas horas de viaje hasta la casa de su primo... Horas en las cuales no dejaría de imaginar el rostro de Natsu al verla llegar sin aviso.
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Lucy aún estaba en su casa, se estaba preparando tanto mental como físicamente, de hecho.
Aunque estaba decidida, un pequeño sentimiento de inseguridad la agobiaba y por ello estaba tardando tanto en arreglarse... Aunque al final, con ayuda de su amiga Levy optó por ponerse un pantalón negro rasgado en los muslos y una remera rosa con estrellitas doradas, arriba de esta, un suéter color piel y, finalmente, un saco de lana con botones de igualmente color piel.
En sus pies; unas botas color marrón con cordones y tacón de tiro medio.
Claro que no necesitaba el tacón, pues ya era bastante alta, pero seguía siendo más pequeña que Natsu y eso era algo que, según ella, no le gustaba a Natsu... Inseguridades, al fin y al cabo.
Así y solo así, decidió ir a la casa de su mejor amigo...
Iría a pie, pues no estaba tan lejos a decir verdad... Mientras caminaba observaba atentamente la decoración navideña que abundaba en las calles; múltiples colores y bellísimos árboles decorados por todos lados, cánticos apacibles en las puertas de algunas casas y niños corriendo de un lado a otro, pues dentro de poco sería veinticuatro de diciembre, noche buena...
Hizo una pequeña parada en una tienda para comprar una bolsa de malvaviscos pues tenía la intención de tomar algo caliente junto a Natsu mientras se abrazaban bajo el calor de la gran chimenea de su hogar... Algo romántico sin duda; lo normal si hablamos de Lucy.
No tardó demasiado, fueron cosa de unos minutos más yendo en línea recta y ya había llegado a la casa de su amigo.
Inmediatamente entró en pánico, pues el auto de sus padres no estaba y eso, evidentemente, significaba que estaría solo... Que estarían solos...
Esas palabras hacían eco en su cabeza, haciendo mella en su autocontrol y aumentando el nerviosismo a mil... Aún así, se encaminó a paso lento al jardín de la modesta casa; cerrando el pequeño portón que unía el paso de las verjas.
Toc toc toc
Se escuchaban pasos dentro de la casa, inmediatamente la puerta se abrió, revelando al causante de su ataque de nervios.
Lucy casi se muere de un infarto...
Natsu estaba vestido normalmente; con un pantalón negro deportivo ajustado, una remera blanca ceñida y unas pantuflas azules oscuras.
Claro que eso no sorprendió a Lucy... No, no, no.
Lo que la dejó en shock fue el delantal blanco y el lazo blanco que recogía su cabello hacia atrás...
Hace bastante tiempo el pelirosa había ocultado su cabeza, por así decirlo. Siempre que iba a la escuela llevaba un gorro que no permitía ver su cabello en lo absoluto y ahora entendía el porqué de aquello... ¡Se había dejado crecer el cabello! Y, Lucy debía admitirlo, ese nuevo look le quedaba bien, demasiado bien...
- ¡Luce, llegaste! Entra, entra... Hace demasiado frío aquí fuera -Mientras decía aquello con una sonrisa, se hizo a un lado para que Lucy entrará, cosa que ella hizo gustosamente luego de cerrar la puerta.- pensé que demorarías un poco más en llegar, no tuve tiempo de terminar la sorpresa. -Mientras hablaba, se encaminaba a la cocina con la rubia detrás.
Lucy suspiró cálidamente por el cambio de temperatura; el horno encendido le daba una calidez acogedora a casi toda la casa... o al menos a la planta baja.
- ¿Sorpresa...? -Atinó a sentarse en un banco que descansaba en la barra de mármol que separaba la cocina.
- Así es, como sé que te gusta el chocolate quise hacerte un regalo... ¿Algo así como una bienvenida? Quizá... ¡Será una bienvenida! Hehe~... -Natsu estaba concentrado en el horno, aunque no por ello perdía el hilo de la conversación.
- A-Ah... ... N-No tenías que molestarte, de todas formas quería venir a visitarte en las vacaciones p-pero no sabía si tendrías tiempo... No quería ser una molestia, ya sabes... -Estaba nerviosa, era evidente. Quería evitar sonar incómoda o algo parecido, tenía pensado avanzar con Natsu el día de hoy... Claro, dentro de lo que sus nervios se lo permitían.
- Sabes que si se trata de ti, siempre estaré disponible, Luce... Nunca eres una molestia. -El tono suave y seguro fue suficiente para que un carmín intenso pinte el rostro de Lucy, quien, aunque quisiese ocultarlo, estaba más que feliz de haber escuchado aquella declaración.
- Ah... Y-Yo... etto'... -Sus ojitos se clavaron en la mesada, su sonrojo crecía mientras su cabeza intentaba por todos los medios encontrar un tema diferente de conversación el cual abordar para no terminar desmayada ahora mismo.- ¡T-Traje malvaviscos! -No era lo mejor, pero al menos serviría, supuso...
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Juvia por fin había llegado, luego de unas extenuantes tres horas de viaje, al fin estaba cerca de la casa de su adorado primo.
Inmediatamente bajó del bus y comenzó a caminar a paso lento, admirando toda la decoración de su alrededor.
Su vestimenta era algo simple; consistía en unas botas negras con cordones blancos que tenían unos suaves pompones que reemplazaban a los acetatos. Dichas botas tenían una pequeña plataforma, haciendo más alta a la muchacha, no demasiado, pero era notable si se las quitaba.
Luego de eso llevaba unas medias púrpuras que le llegaban hasta los muslos con bonitos volantes al final de estos, acompañaba una falda negra a cuadros con diferentes tonos del mismo color que casi llegaba a las medias, pues dejaba ver una diminuta línea de su piel de porcelana. A los lados de su cadera, unidos a la misma falda tenía unos flecos dorados, los cuales en la punta estaban chapados con acero.
Llevaba una blusa completamente blanca de mangas largas con botones, la cual no se veía pues estaba debajo de una gran campera de cuero color azul marino que cubría su torso y parte de sus muslos, dejando apenas visible la falda.
En donde se unían los botones se podía ver la lana blanca sobresaliente de la unión de éstos, en las mangas igual, pues las llevaba un poco dobladas.
Para finalizar, llevaba un bonito gorro de lana color violeta que cubría toda su cabeza y orejas, su cabello estaba hacía atrás pero un mechón rebelde se asomaba por el frente tapando el ojo izquierdo de Juvia.
A diferencia del mechón de la frente, las puntas de sus cabellos que estaban esparcidos tenían pequeños ondulaciones que sólo hacían ver más bella a la mujer.
Luego de su pequeño descanso en un escaparate cercano, en donde se cercioró de que su imagen estaba pulcra, buscó en su gran bolso de color canela su celular para ver la hora...
- Apenas son las seis... -Suspiró un poco, el oxígeno frío era visible frente a su rostro.
Estaba bastante ansiosa, ya quería llegar y abrazar fuertemente a su adorable primo... ... Solo estaba a unos cuantos pasos de ello.
Las calles lentamente se llenaron de copos de nieve que caían del cielo, ante esto, Juvia sacó un bonito paraguas azul con lunares blancos de su bolso y lo abrió.
Caminó un poco por la acera admirando las tiendas y el pequeño parque que había, estaba completamente decorado con adornos de color blanco y rojo, sumamente hermoso a la vista.
El sol se estaba ocultando y ella, luego de hacer una pequeña parada en un 7-Eleven cercano, había llegado a la casa de su adorado primo.
No era muy grande, pero tampoco era pequeño; tenía dos pisos y varias ventanas que mostraban luz en su interior, lo cual deba a entender que obviamente había gente en casa...
Antes de tocar el timbre, Juvia admiró por unos minutos el jardín que el pelirosa tenía; desde pequeño, este estaba muy interesado en las flores y todo lo que tenía que ver con la jardinería, cosa que indudablemente sacó de su madre... ... Bajo un pequeño techo de chapa se podía ver un corral de alambre con macetas y flores de distintas formas y colores en ella. Aunque la nieve a este punto era abundante se podía notar un poco del pasto verdoso en el suelo a los costados del caminito de piedras que cruzaba por el medio.
Cruzó el pequeño portón y lo cerró una vez dentro en el modesto jardín. Dió unos cuantos pasos por el camino de piedras y finalmente tocó el timbre...
~__~(T•T)~__~
- ¿Cuántos malvaviscos...?
- Tres... Tres está bien. -El brillo en sus ojitos chocolates era evidente, el pequeño carmín que invadía levemente su rostro también lo era y Lucy era consciente de ello.
Se lamentaba que fuera así, no quería que Natsu pensará que ella era una cualquiera pero era imposible no tener esas reacciones cuando hablaba con él...
Era tan lindo, cálido, buen conversador y muy simpático... Algo inocente y testarudo, es cierto, pero eso solo lo hacía más adorable según ella.
Amaba esa faceta de él, así como también le encantaba cuando se ponía serio, era como otra persona; más maduro, rígido y por sobretodo, seguro.
Todo de él era perfecto a sus ojos... Desde la punta de sus pies hasta su esponjado cabello rosado... ¿Cómo sabía qué era esponjado? Lo tocaba cada vez que podía, adoraba hacerlo, era una sensación agradable para ambos...
- Ten, aquí tienes... -Natsu le ofreció una taza de chocolate caliente que humeaba, el olor de este logró sacar a Lucy de sus pensamientos quién al instante la recibió agradecida.- ¿Estás bien? Te noto algo distraída, Luce. -A veces odiaba eso de Natsu; aparte de todo lo anterior, Natsu era sumamente protector con ella, por lo tanto siempre estaba al pendiente... ... No es que le molestara en su vida diaria, pues eso era muy lindo de su parte, pero ahora no le convenía que fuera tan observador.
Ella prácticamente era un manojo de nervios, no esperaba que estuvieran solos en un principio, sin embargo así fue.
Aparte, no es que su imaginación esté del todo bajo control en este momento...
Ellos completamente solos, sin sus padres al rededor... Era obvio el lugar al que se dirigían sus pensamientos.
- S-Si, si no te preocupes, e-es solo que... Y-Ya sabes... erm'... ¡M-Me preocupa un poco la tarea! S-Si, eso... -Sus ojos evitaron todo el tiempo a los de Natsu, en sus adentros rezaba porque se tragara esa insípido intento de mentira.
- Ha eso... Humm'... a decir verdad yo también estaba algo preocupado por eso, es bastante y probablemente nos tome algo de tiempo completarla, ¡Pero no es nada por lo que debamos amargarnos! Podemos hacerla juntos, si quieres, de esa forma no te daremos demasiados problemas. -Una bonita sonrisa fue lo que finalizó sus palabras, luego de eso tomo un pequeño trago de su chocolate sin notar lo que había provocado en la chica.
- ¡S-Si, me encantaría! -Ella le devolvió la sonrisa para luego beber de su propia taza de chocolate, ocultando su sonrojo tanto como podía.
El silencio reinó en la cocina luego del pequeño intercambio y Lucy se regañaba a sí misma; estaba muy nerviosa y por alguna razón todo lo que hacía su amigo le parecía demasiado lindo; sus gestos, su sonrisa y... ¡Joder! ¡Hasta tomando chocolate era endemoniadamente sexy!
Lucy tragó saliva mientras buscaba un nuevo tema de conversación...
- Nat... Natsu. -No lo notaba, pero estaba temblando ligeramente.
- ¿Mmh? ¿Qué sucede, Luce?
- A-Ah... ... etto... Y-Yo...
Ring Ring Ring
El timbre había sonado.
- Lo siento Luce, iré a ver quién es. Ya sabes, siéntete como en casa.
- Como si pudiera... -Susurró la rubia mientras veía a su amigo desaparecer por el marco de la puerta.
.
.
.
Natsu se encaminaba a pasó lento hacia la puerta y, por alguna razón, tenía un mal presentimiento.
No sabía porqué exactamente, pero presentía que la paz y tranquilidad de su hogar serían brutalmente asesinadas...
Ring Ring Ring
- ¡Un momento...! Tch... Gente impaciente... -Abrió la puerta, dejando que el viento frío invernal llegara a él. No pudo evitar cerrar los ojos levemente por la brisa fría que chocó contra su rostro, debido a ello, no distinguió de quién se trataba, así que optó por la lógica...- lo siento, pero no quiero unirme a su religión.
- ¿Tengo cara de Testigo de Jehová...?
- ¿Hah? ¿Juvia? ¿Eres tú? -Abrió sus ojos de par en par, su cabeza estaba hecha un remolino de pensamientos.
Por un lado, le agradaba demasiado la visita sorpresa de su prima, pero por el otro...
Él ya tenía compañía.
Carajo...
Simplemente eso, carajo.
- La inigualable, tehe~... -Antes de que Natsu dijera algo, ella ya lo había atrapado en un enorme abrazo.- Juvia tenía muchas ganas de ver a Natsu-kun... ... Juvia le extrañaba mucho. -El rostro de Natsu estaba rojo; esas palabras... Antes las escuchaba a menudo y no tenía tanta repercusión en él... ¿Por qué ahora le significaban tanto?
- Y-Yo... Yo también te extrañe, Juvia. -Correspondió al abrazo cariñosamente, apretándola aún más en contra de su cuerpo.
Se quedaron allí, en esa posición un buen rato, aunque cuando Juvia comenzó a temblar levemente, cosa que Natsu notó al instante, este supo que ya era hora de terminar con su trato cariñoso...- Ven, vamos a la cocina, tengo que presentarte a alguien... -Juvia, luego de separarse del abrazo y que Natsu cerrará la puerta detrás de ella lo miró con curiosidad.
Natsu, él estaba rígido.
No tenía escapatoria y por alguna razón un gran nudo se presentó en su garganta.
Aquí iba a correr sangre, no hacía falta que se lo digan...
Ambos entraron a la cocina.
Lucy miró desconcertada a la mujer que ahora acompañaba a SU mejor amigo y Juvia la miraba de la misma forma... Solo que ella tenía otros pensamientos de la rubia.
- Natsu/kun.
- ¿A-Aye...?
- ¿Quién es ella? -Hablaron en perfecta sincronía.
Natsu podía ver el pequeño tic en los ojos de las dos mujeres, sabía que si respondía mal se quedaría sin compañía y lo peor... Sin huevos.
Y él, definitivamente, no quería quedarse sin sus huevos.
- A-Ah si... glup'... ... Lu-Luce ella es Juvia, la chica que te mencioné en alguna ocasión y... etto, Juvia, ella es Lu-Luce... D-Digo, Lucy, mi mejor amiga de la secundaria. -Sudaba a mares, mierda que lo hacía...
Literalmente estaba cagado de miedo.
- Mmh... Un gusto, Lucy-san. -Juvia había caminado hasta quedar en frente de la rubia.
Con una sonrisa más que fingida le extendió la mano en forma de saludo, la cual Lucy correspondió con la misma... intensidad.
- El gusto es mío, Juria-san...
- Juvia, Juvia Lockser. Juvia no cree que sea tan difícil.
El primer punto era de ella, un 1-0 hasta ahora... Y no cabe duda que sería una larga jornada.
- Ha, si... Lo siento Ju-vi-a-san...
Estaba claro que no cedería.
Había perdido el primer cruce, pero no la maldita guerra.
~__~(°_°)~__~
La tarde transcurría de manera normal, los tres se habían sentado en la mesa de la cocina y, luego de que Natsu le ofreciera a Juvia una taza de chocolate caliente con malvaviscos, los tres comenzaron a hablar de cosas triviales.
Cabe resaltar que la extraña presión que rodeaba a las dos mujeres se había reducido considerablemente, pero no se había esfumado en lo absoluto... Simplemente, habían marcado territorio.
El reloj marcaba las ocho con un par de minutos y la comida que el pelirosa preparó ya estaba casi lista.
Era obvio que iba a cocinar él, en un principio así lo planeó, que ahora se haya unido su prima no influiría mucho pues solo había que poner un poco más de pollo y fideos a su "Yakisoba"; receta japonesa que recientemente había aprendido y estaba más que feliz por enseñarle a su compañía.
En poco menos de cinco minutos la cena estaba lista y, si bien Lucy no tenía intención de quedarse hasta esta instancia, laa caída leve de la nieve que en la tarde había comenzado ahora era prácticamente una tormenta. Así no podía ir a ningún lado, por lo que aceptó la oferta de Natsu y solo por esta noche se quedaría a dormir allí.
La cena transcurrió de forma tranquila, pues los tres se habían ido al living de la casa a ver la televisión. Cabe resaltar que todo estaba muy bien ordenado, todo gracias a los esfuerzos de la madre de Natsu que, según ella;
"No se puede traer una chica a casa sin que esté ordenada... Por cierto, en el baño hay condones"
B-Bueno, e-eso último Natsu hubiera deseado no escucharlo...
Una vez terminaron, Lucy le preguntó a Natsu por el baño y este obviamente le respondió; luegos de unas cuantas indicaciones, Lucy finalmente se dirigió a dicho lugar.
Juvia hacía tiempo que se había marchado con los platos y cubiertos sucios a la cocina, en donde pasó un buen rato limpiandolos.
Éll... Él simplemente se recostó en el sofá y comenzó a hacer zapping en la televisión, en busca de algo interesante para ver.
Luego de no encontrar absolutamente en la televisión, decidió apagarla y acomodarse en el sofá; miraba al techo, como si fuera lo más llamativo del mundo.
Claramente pensativo...
Las cosas estaban yendo mejor de lo que hubiera pensado. La idea de ver la televisión mientras cenaban fue muy inteligente pues gracias a eso la tensión del ambiente se había reducido y con ello, su nerviosismo. Por suerte su creciente incomodidad se había reducido bastante...
Vale, no fue la mejor de las ideas presentar a Juvia ante Lucy... Está bien, no tenía otra opción pero... ugh, es complicado.
Estaba claro que no podía actuar como lo hacía siempre con Juvia en frente de Lucy, lo peor es que le costaba demasiado resistirse a las intenciones de Juvia, las cuales obviamente eran sanas, no iba más de un mimo o caricias en el cabello, pero no podía... Sería demasiado incómodo estando Lucy allí.
Por otro lado Lucy, ella estaba un poco hostil, una faceta que nunca había visto en ella... Apenas y podía sostener una charla con ella, pues por alguna razón se volvió extremadamente cortante con él, evitando responder de forma que la conversación pudiera seguir fluidamente...
Haaaah'... Tanto esfuerzo lo había agotado.
Por eso se encontraba entrecerrando los ojos, lentamente, dejando que el sueño se apodere de sus sentidos...
- Natsu-kun~...
Abrió los ojos instantáneamente al sentir un peso sobre su pecho.
Era obvio, sabía de quién se trataba, la estaba viendo ahora mismo... Juvia se había acostado encima de él...
- ¿J-Juvia...? -Estaba nervioso, muy nervioso, pero tampoco podía ignorar ese sentimiento que se abría paso en su interior.
El aroma y calor de Juvia era demasiado placentero, demasiado perfecto. No pudo evitar el escalofrío que recorrió su cuerpo al sentir como ella se acomodaba aún más encima de él.
- Natsu-kun es tan cálido... -Juvia se dejó caer completamente, enterrando su rostro en el hombro del muchacho, impidiéndo el intento del pelirosa por quitarla de encima suya.- no seas malo~... Deje a Juvia estar así un poco más... -Como si fuera instantáneo, una gran idea surgió en la mente de ella.- ¿S-Sera que Natsu-kun ya no... ya no quiere más a J-Juvia...? ¿Natsu-kun sería capaz de romper el pobre corazón de su prima así como así...? -El pelirosa se había sonrojado completamente, esa expresión, esa maldita expresión de cachorro herido era demasiado para él.
- N-No es así Juvia... E-Es solo que, b-bueno, Lucy está aquí ¿S-Sabes? No es correcto jugar as-nng~'... ¡¿Juvia?!
Ahora sí que estaba en shock.
Ella prácticamente le había lamido el cuello... Sintió como la fina y húmeda lengua recorrió desde el lóbulo hasta la clavícula de forma lenta y satisfactoria...
Algo definitivamente se había movido en sus pantalones.
- A Juvia no le gusta que la nombres... -Estaba molesta, bastante molesta. Pero aún así no perdía el deje adorable a los ojos de Natsu.
- ¿P-Pero por qué?. -Estaba a la defensiva, sin duda, no podía bajar la guardia.
No perdería ante la dulce vista de su hermosa prima con aliento a... ¿Tapioca?.
Mierda...
- Lucy es Lucy... Juvia es Juvia... J-Juvia es más importante gajaja~~... -Ahora lo tenía más claro.
Su prima estaba borracha, por supuesto que lo estaba. Lo peor era que no había bebido cualquier alcohol, había tomado el Sake a base de tapioca que su padre estaba guardando para la Navidad... Mierda, esto iba de mal en peor.
- ¿O-Oe Juvia, p-puedes quitarte? -Tenía que hacer algo y tenía que hacerlo ya, pues había escuchado como la puerta de arriba se abría y cerraba; Lucy estaba fuera del baño y no tardaría mucho en bajar.
- Nop~... P-Primero tienes que hacer algo por Juvia buejeje~... -Una tonta sonrisa se posaba en sus labios, acompañado por el leve sonrojo en sus mejillas y los ojos vidriosos se hizo bastante evidente el hecho de que estaba más que borracha.
- ¿Q-Qué cosa...? -Estaba sudando a mares, ya podía oír los pasos de Lucy bajando las escaleras.
- Un beso...
- ¡¿Eeeeeh? ¡No! ¡N-No puedo hacer eso!
- Hazlo o no me quitaré hehe~... -Para sustentar ese hecho, se había dejado caer en el pecho del pelirosa; apoyando la mejilla en sus duros pectorales y mirándole con una sonrisa traviesa.
Se le acababan las opciones.
No podía besarla, no debía hacerlo bajo ningún motivo pero... ... ¿Estaba tan mal si lo hacía...? Estando de esta manera, siendo ella de todas las personas...
No podía mentirse a sí mismo, estaba claro que él lo quería, mierda que lo hacía... Pero la pequeña porción de moralidad dentro suya aún daba bastante batalla.
Y por si fuera poco, Lucy estaba en la cocina, probablemente buscándoles...
Se le agotaban las opciones, estaba de manos atadas y-
- Será que acaso... ¿Natsu-kun no considera que Juvia sea suficiente...?
¿Recuerdan su moralidad? Fue brutalmente asesinada bajo los ojitos de cachorro y puchero lastimoso que Juvia le estaba obsequiando ahora mismo.
- Juvia... -Lentamente fue acercando su rostro al de ella, podía sentir la cálida respiración en sus labios. Vislumbró el labial color rosa pálido de sus labios; un color hermoso y totalmente llamativo que solo le incitaba más a tocarlos...
Los pocos centímetros que separaban sus labios se extinguió.
Un beso torpe e inexperto, pero un beso al fin... Natsu no tardó en acostumbrarse a aquel sabor dulce que desprendían los suaves labios de Juvia... ... Era tan embriagador y adictivo, tanto que por inercia puso sus manos alrededor de la cadera de ella, quería sentirla más, necesitaba sentirla aún más...
Simplemente, quería que ese beso nunca terminase.
- Natshu~... -Desde el marco de la puerta que daba a la cocina estaba Lucy.
Natsu, al escucharla se separó abruptamente del beso y se sentó en el sofá. Juvia, por su parte, se sentó en el otro extremo completamente aturdida... Cabe destacar que su cabeza era un manojo de sentimientos.
- Lu-Luce... -Aún seguía descolocado por lo anterior, tenía la cabeza en otro lado pues aquel beso fue algo que nunca imaginó.
- Natshu~... Tú... ¡Hazme ronronear~!
- ¡¿Hah?!
- Kajajajajaja~... ¡Aquí voy~! -Inmediatamente luego de lo dicho, saltó encima de Natsu, el cuál la sostuvo como pudo, pero el peso repentino fue demasiado y ambos fueron a parar al suelo; dónde Natsu absorbió el impacto con su cuerpo, dejando que Lucy se posara encima suyo.- eres malo Natshu~... Mira que teniéndome a mí para hacer muchas cosas p-pervertidas y no~.... ¡Eres un siscon de primas!
- ¡N-No es lo que piensas Lu-Luce! L-Lo que sucedió fue qu-
Pero no pudo terminar.
Ella lo había besado, un beso agresivo y lleno de necesidad... El sabor de sus labios era completamente diferente al de Juvia; ella desprendía un sabor y un aroma diferente, pero igual de adictivo. Demasiado para el muchacho, demasiado para cualquiera de hecho...
Lentamente, luego de unos segundos, ella cortó el beso dejando consigo un hilo de saliva que aún unía sus sus labios...
- ¿Lu...ce?
- E-Eres malo Natsu... ... A mí... A m-mí en verdad me gustas, ¿Sabes...?
Tanto Natsu como Juvia se habían quedado inmóviles, sin embargo, una gran oleada de felicidad recorrió el cuerpo de él. Sin duda, a pesar de la bizarra situación, aquella declaración fue algo que le llenó el corazón...
- Luce y-yo-
- ¡N-No es justo!... ¡JUVIA TAMBIÉN AMA A NATSU-KUN~!
Antes de que alguno pudiera reaccionar, Juvia se acostó al lado de él en la alfombra y lo besó nuevamente... Esta vez fue más demandante; la lengua de ella se había introducido en en la boca de él, jugaba y recorría cada parte de su boca sin descanso. El sonido resultante de ese beso hacían sentir extraña a Lucy, quién al ver esto levantó un poco la remera del chico para luego acariciar lentamente todo su abdomen.
Estaba claro que ninguna se quedaría atrás...
- Mnh~... -Un leve gemido se escapó de los labios de Juvia.
Natsu había llevado sus manos a la cadera de ella, para luego, acariciar su espalda. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, pues los dedos de Natsu eran cálidos y rasposos, una sensación demasiado extraña y nueva para ella, pero no por eso dejaba de ser satisfactoria.
El besó se cortó y él se sentó, apoyando la espalda en el sofá de detrás suyo. Inmediatamente tomó a Lucy de su muñeca y la atrajo hacia él, besándola en el acto tal y como lo hizo con Juvia; un beso lujurioso y llenó de necesidad.
Mientras sucedía aquello, Juvia se sentó de frente a ellos, desvistiendose lentamente dejando expuesta su fina piel blanquecina, causando aún más sensaciones en Natsu; el cual la miraba de reojo en medio de su beso apasionado con Lucy.
Ya no había porqué mirar atrás, los tres lo sabían, sabían exactamente lo que iba a suceder y no les molestaba.
No si era con él, no si era con ellas.
Se querían, eso era lo único que importaba ahora mismo...
El beso se había cortado estrepitosamente cuando Lucy gimió en los labios de Natsu, pues este había deslizado su mano a través de la espalda de ella hasta llegar a su trasero, apretando y disfrutando de su flexibilidad.
- E-Eespera, Natsu... E-Ees muy sensible ahí... -Lucy se mordía el labio tratando de no gemir por los masajes que Natsu le daba, su cuerpo temblaba tanto que tuvo que sostenerse de los hombros del nombrado... El tratamiento era tan riguroso, tan agresivo y aún así... aún así se sentía tan bien...
- ¿S-Se siente bien, Luce...?
- Mnngh~... S-Si... P-Por favor, sigue... -Ya no había porqué tener vergüenza, de hecho, ni siquiera tenía tiempo para ello. Lucy estaba tan sumida en el placer de los masajes que Natsu le daba que no podía pensar racionalmente.
Juvia, quien hasta ahora se estaba desvistiendo, terminó por sacarse la blusa; quedando así en un conjunto de ropa interior azul marino con encaje.
Gateando, se acercó a aquella escena y despojo a Natsu de sus pantuflas y medias para luego ir sacando tortuosa mente el pantalón de éste, cosa que Natsu no impidió, pues apenas se quedó en boxers, su amiguito antes agazapado en el pequeño espacio pudo sentir algo más de libertad; frotándose así con la intimidad de la rubia que, al sentir el tacto, abrazó al muchacho frotando sus pechos en el duro torso. Aquel líquido lujurioso fue bajando por sus bragas, humedeciendo toda esa zona... ... Un roce, solo un roce provocó que ella se corriera. Un hilo de saliva bajaba por la comisura de sus labios, lágrimas se amotinaban en sus ojos y su rostro estaba completamente rojo... Era una sensación nueva, abrumadora y completamente extasiante para ella.
Natsu la subió al sofá, Lucy jadeaba intensamente, incapaz de recomponerse del primer asalto, por lo cual tenía que retomar el aire un momento...
Juvia, por su parte, abrazó por detrás a Natsu, pegando sus pechos casi desnudos en la zona, logrando poner más duro al pelirosa...
- Natsu-kun~... Juvia también quiere sentirse bien~~...
Inmediatamente se dio la vuelta para darle cara...
Sin esperar más, la besó nuevamente; cada vez más brusco, cada vez más sucio, aunque eso ya no era suficiente para ninguno de los dos...
Pausó el beso, solo para darle atención a su cuello; lamía de arriba a abajo, izquierda a derecha. Al llegar a su clavícula, la mordió levemente, haciendo a Juvia estremecerse por tal trato satisfactorio...
Fue bajando por su pecho hasta cruzarse con el gancho frontal del sostén, el cual desengancho con los dientes de forma casi profesional.
Era casi irreal, como si se tratara de un anime, ese "boing" no era nada normal...
Empezó por el derecho; apretando y amasando lentamente, casi con armonía. Juvia apretaba los dientes en un intento por frenar los múltiples sonidos lascivos que amenazaban con salir de su boca.
Siguió con el izquierdo, de la misma manera, apretando y amasando toda la extensión de aquella gran montaña de carne... ... Acercó su boca a este y mordió el pequeño pero visiblemente duro botoncito rosa; el cuerpo de Juvia dió un pequeño espasmo mientras que de su boca salió un gran gemido. Pudo sentir como la parte de la alfombra donde tenía su rodilla se había humedecido. Natsu sonrió satisfactoriamente al darse cuenta de que ella se había venido...
- Natsu-kun... Natsu-kun~... J-Juvia, ella en verdad te desea... ... Quiere sentirte aún más~~... -Ella, impaciente por sentir más del placer que Natsu le proveía, se recostó sobre la alfombra e hizo a un lado la fina y transparente tela que ocultaba su intimidad levemente rosada.
- Juvia... -Natsu tragó saliva.- ¿E-Estás... segura? -Era una pregunta tonta, quizá, en esta estancia. Pero aún tenía un poco de inseguridad y definitivamente no quería hacerle algo a Juvia de lo que después ella se arrepintiera...
- Juvia... Juvia sabe que no le harás daño, Natsu-kun... -Aunque estaba agitada, le dió una pequeña sonrisa; una sonrisa llena de cariño. Ella no tenía remordimientos, claro que no los tenía; Ella amaba a este chico y le hacía mucho más feliz que este le correspondiera...
- Te amo, Juvia.
- Juvia también le ama, Natsu-kun..
Natsu se quitó finalmente el boxer, dejando expuesto su miembro el cual no era excesivamente grande ni tampoco pequeño, uno completamente estándar que él había aprendido a usar gracias a los sabios consejos de su padre en aquellas charlas...
Se posicionó enfrente de ella y Juvia, al ver esto, abrió las piernas lentamente. Al notar la mirada de Natsu puesta en ella, escondió el rostro entre sus manos rápidamente; una oleada de vergüenza inundó su rostro, causando que un sonrojo atómico pinte sus orejas y mejillas.
Incluso si estaba tan decidida hace momentos, esta no dejaba de ser su primera vez con el chico del cual estaba perdidamente enamorada...
- Juvia... Hey Juvia mírame... -Ella solo se negó, con el rostro aún escondido entre sus manos.- Juvia... -Él se acercó lentamente a su rostro. Juvia, al sentir la respiración de Natsu en sus brazos se tensó aún más, esperaba un movimiento brusco de parte de él, o algún enojo... Pero no fue así.
Natsu agarró suavemente la mano de ella y la entrelazó con la suya, besando el dorso en el acto...- te amo Juvia... E-En verdad quiero ver tu rostro, cada facción de él... E-Eres demasiado hermosa, Juvia... -Pequeñas lágrimas se deslizaban de los ojos de ella, su corazón latía rápidamente y sus mejillas ardían.
Lo amaba, Juvia lo amaba tan inmensamente...
Quitó la otra mano, dejando expuesto su rostro. Natsu, al ver esto le brindó una bella sonrisa...
Lentamente acerco su pene a la zona erógena de ella, lo frotaba tortuosamente su entrada, sin apuro alguno, con toda la paciencia y cuidado que podía tener un bruto como él...
- Mnng'... ¡Haaaah~!
Natsu había entrado en ella, tenía su glande dentro... lentamente, con todo el cuidado del mundo y sin Intención de lastimarla trató de llegar aún más profundo; las paredes internas de la chica trataban de ajustarse al tamaño del miembro, lo cual se cumplió bastante rápido debido a la buena lubricación de la zona...
Luego de tener la mitad de su falo dentro, sintió una especie de barrera que no dejaba seguir avanzando..
- ¿E-Eres...?
Juvia, al comprender la pregunta de su enamorado, desvío su mirada y respondió totalmente avergonzada... Aún más su acaso era posible.- S-Si... Q-Quería que la primera vez fuera con Natsu-kun...
Eso logró romper todo el temple del muchacho...
La besó sorpresivamente, pero Juvia de igual forma correspondió...
All sentir como su barrera se rompía a paso lento, soltó unas cuántas lágrimas; le dolía mucho, pero en ningún momento pidió tiempo. Esa sensación, esa mezcla de dolor y placer la volvían loca, como si lograra excitarla aún más de lo que ya estaba...
Una vez que Natsu introdujo toda su hombría en ella, comenzó a moverse lentamente... Llegaba a lo más profundo y luego salía casi por completo; los gemidos de ella eran callados por los besos de él, un vaivén de estocadas tortuosas que hacían perder lo poco de compostura que tenían ambos...
Las paredes de ella se contrajeron abruptamente, Juvia abrazo con sus piernas la cadera del pelirosado y sujeto su cabello sedoso de color rosa; Se había corrido por segunda vez luego de apenas unos minutos de aquél lento vaivén...
Los jugos de ella bañaban por completo el miembro aun erecto de él. Su cuerpo temblaba y la respiración era sumamente agitada... ... Luego, un pequeño espasmo dio por finalizada la poca fuerza que Juvia había puesto en el abrazo, pues quedó recostada en la alfombra, completamente exhausta.
Aunque eso no detendría a Natsu en lo absoluto...
- E-Espera, Natsu-kun Juvia est-¡Haah~!
Natsu sabía que Juvia estaba carente de fuerza, por ello, la tomó de las muñecas y comenzó a penetrarla con lentitud y rudeza.
Gemidos perfectamente audibles inundaron la sala, los cuales, sin que Natsu supiese, habían despertado a Lucy que ahora se encontraba con nuevas energías...
Conforme pasaba el tiempo, sus estocadas se hacían más bruscas y raudas. El sonido de la carne chocando se mezcló con los chillidos y gemidos incontrolables de una Juvia en su segundo límite...
- Natsu-kun... Natsu-kun... Natsu-kun~. -Perdida en el éxtasis y con la poca fuerza que le quedaba, pronunciaba el nombre de su chico con lujuria... Sus ojos despedían un indescriptible color púrpura, era casi inexistente, y su boca, su boca entreabierta dejaba visible la lengua de que sobresalia... Estaba claro, se iba a correr otra vez y él también lo haría.
Un par de estocadas más fueron suficientes para venirse dentro de ella, no había miedo de dejarla embarazada en ese momento, de hecho, ni siquiera era consciente de ello ahora mismo...
Juvia había recibido todo el líquido de él, la sensación cálida dentro de ella fue demasiado y terminó por correrse una tercera vez...
Estaba exhausta; tantas sensaciones, tanto estímulo que nunca en su joven vida había sentido... Lentamente la ensoñación la fue tomando...
Natsu salió de ella y la dejó descansar, él también estaba algo cansado, pero tenía que terminar el trabajo...
En frente suya estaba Lucy, quien estaba masturbándose con la vista anterior.
Se acercó hasta ella y la recostó en el sofá.
Esta vez no había preparación, solo quería saber, sentir cómo sería ella... ... Escuchar su linda voz en su oído...
Apenas la recostó encima suya, la despojó de todos sus ropajes, la besó y comenzó a introducirse en ella... A diferencia de Juvia, ella era muchísimo más sensible pues apenas introdujo su glande, las paredes interiores de Lucy comenzaron a oprimirse y a adaptarse a su tamaño.
Para este punto, ella ya no era consciente de lo que pasaba alrededor, solo quería, deseaba que Natsu la hiciera suya de una vez por todas... Su corazón latía rápidamente y su felicidad estaba disparada al cielo, casi llegaba al nivel de su libido... Casi.
Rompió la pared que impedía pasar completamente su pene, pero no tuvo ni que esperar para que su Luce se acostumbre. Ella misma comenzó a moverse de arriba a abajo, su lengua estaba afuera de su boca y sus ojos completamente perdidos... ella simplemente estaba pérdida en el placer.
- Natsu... Natsu... Te amo... T-Te amo, no sabes cuánto~~... -Sentimientos oprimidos salían a la luz. Natsu no pudo ni responder, pues el éxtasis que sentía era demasiado pues las paredes internas de la chica apretaban fuertemente su miembro, haciendo más placentera la experiencia.
Juntando toda la fuerza de voluntad que tenía sacó su miembro de dentro de ella y se sentó en el sofá. Lucy, al captar la intención de él, se subió encima y comenzó a saltar arriba de su pene.
Sonidos lascivos salían del choque bruto de sus pelvis... ... Ambos lo estaban disfrutando, ambos estaban completamente perdidos en la lujuria...
Sintiendo que estaba en su límite, Natsu sujeto la cadera de la chica e hizo que el movimiento sea más rápido y fuerte, Lucy lo abrazó y besó, no daba respiro alguno y Natsu tampoco.
- ¡Te amo Luce...! -Y se corrió dentro de ella, llenó todo el interior de la chica mientras ella tenía múltiples espasmos acompañados de sonoros gemidos pues se había corrido al igual que él...
Natsu, luego de unos minutos, sacó su pene de dentro de ella, dejando escurrir aquel líquido que bajaba lentamente y manchaba el sofá... Definitivamente tendría que hacer un rudo trabajo de limpieza luego...
Lucy aún estaba abrazada a él... No quería, de hecho, no podía soltarse.
Sentía que si lo hacía se quedaría sin fuerza alguna.
Juvia, por su parte, había comenzado a recuperarse aunque todavía estaba cansada y sentía todo su cuerpo pesado y casi sin fuerzas...
Natsu alzó a Lucy y la llevó junto con Juvia en la alfombra, en su mente se repetía aquella escena que había visto tantas veces en esos cómics para adultos...
Juvia sabía la intención del chico y no le disgustaba para nada, de hecho, el morbo que le generaba aquella idea era demasiado y, tenía que admitirlo, Lucy era una chica hermosa y además... ... Si esto ponía a Natsu más duro de lo que estaba antes, la sensación sería mucho más placentera...
Lucy se acostó boca arriba, intentando por todos los medios el no quedarse dormida, pero hubo algo que la sorprendió; Juvia estaba encima de ella, había enredado sus piernas con las suyas para que no pueda moverse y por si fuera poco la besó repentinamente. Intentó resistirse pero Natsu no la dejó siquiera protestar, pues la estaba penetrando nuevamente, y está vez fue más profundo, más rápido y fuerte... Era un éxtasis continuo, apenas pasaron unos segundos y ya sentía que iba a correrse.
Era imposible; la fricción que los pechos de Juvia tenía con los suyos, las estocadas de su enamorado y el constante roce de su clítoris con el de la hermosa Juvua era demasiado, una sensación completamente nueva y extasiante, una nube inmensa de placer... ... Terminó por abrazar a Juvia y corresponder al beso de igual manera, ambas gemían intensamente, ya se movían por inercia...
Natsu salió de Lucy e inmediatamente entró en Juvia, la cual cortó el beso para soltar un gran gemido, comprendiendo la gran sensación que tenía Lucy, era simplemente embriagadora...
Más rápido, más y mucho más rápido, llegando más profundo, Natsu interactuaba con ambas mujeres a la vez y ésto le estaba pasando factura; estaba al borde de su venida...
Como pudo salió por cuarta vez de Lucy y colocó su miembro en el espacio que dejaban las dos intimidades de las féminas; empujó una vez más y salió, despidió todo el semen que tenía, y ellas igual o más extasiadas también se corrieron por última vez...
Agotados los tres, se dejaron caer en la alfombra; Natsu estaba en el medio, Lucy y Juvia a los costados. Los tres intentaban recuperar el poco aire que podían reunir.
- ¿Y bien...? ¿Q-Qué... Qué se supone que somos ahora? -Natsu esperó una respuesta, pero nunca llegó... Ambas mujeres se habían dormido abrazadas a él.- qué se supone...
Dejó pasar unos largos minutos para recuperar el aliento y, una vez ya recuperado se levantó del suelo y cargo a Juvia escaleras arriba hasta el cuarto de sus padres, la cama era la más grande así que podían entrar los tres... Claro que rogaba para que ellos no se enteraran.
Una vez llegó al cuarto, abrió la puerta y recostó a Juvia en la gran cama, lo mismo hizo con Lucy luego; ambas dormían apaciblemente y con una sonrisa en el rostro, una imagen que derritió el corazón de Natsu nuevamente...
Sin esperar un segundo más, las arropó sutilmente y salió de la habitación a paso lento, sin querer despertarlas.
~__~( ͡° ͜ʖ ͡°)~__~
Estaba en la cocina, ahora ya más relajado debido al extenso baño caliente que se había dado.
Iba de camino a la habitación de sus padres, pero se detuvo en la cocina para tomar algo y, sin quererlo ahí lo encontró, el epicentro del "problema"; un licor raro envasado en una botella de vidrio con pedacitos esféricos de tapioca.
Luego de pensarlo un poco, entendió porque había pasado todo esto... ... La botella decía "Té"... ¡Su Padre tuvo la culpa! Sin embargo, ¿A quién quería engañar? No le molestaba, de hecho, se merecía un altar y una ofrenda...
Sin meditarlo más, le dio un trago a esta e inmediatamente arrugó la frente en disgusto... Le pareció horrible y, sin embargo, relajó su cuerpo aún más.
Sin meditarlo más, dejó la botella y se fue dando tumbos escaleras arriba...
Que se sepa que estos jóvenes aún no habían desarrollado una resistencia al alcohol.
•Nasho-Sama•
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