Quarcissus...

Había pasado tiempo, semanas para ser exactos... Nunca lo conocí, sin embargo lo nombre...

Quarcissus

Yo en ese tiempo no había nacido. Tiempo en el que Quarcissus conocería el dolor y el sufrimiento verdadero...

Quiero narrar su historia, ahora que un pie en la tumba tengo.

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Quarcissus; así había llamado a aquel que siempre lo comprendió y protegió cuando todo iba mal. Su compañero del alma y mejor amigo, un hermano...

Luego de escuchar el pitido de espera del teléfono al fin habían contestado, no la persona si no la máquina.
A Quarcissus no pareció importarle aquello y simplemente se desahogó...— Al fin contestas amigo mío, he intentado contactarme antes contigo pero al no hallarte en casa decidí hacerte una simple llamada... —Su voz poco a poco se fue quebrando.— L-La he perdido amigo mío... ... La he perdido. —Sollozó, incapaz de calmarse, incapaz de regular la respiración.— aún lo recuerdo... —Respiró profundamente, encontrando algo de calma en su habla.— llegué de mi trabajo, estaba agotado pero con ansias de ver a mi amada de nuevo. Hace días la notaba esquiva y distraída, por esa razón quería estar más tiempo con ella. Pero cuando la vi sentada frente a la chimenea, con esa sonrisa que reflejaba tristeza y fragilidad me preocupe;

'¿Qué sucede amor, te encuentras bien?'

— Recuerdo que le dije aquello, estaba preocupado pues nunca, desde que nos conocimos y relacionamos, había visto un semblante así en ella.

'Eres un gran hombre amor mío, todo estará bien'

— Me respondió con esa mirada que reflejaba aquella compasión maldita...
Desde ese día me marché de la casa a petición de ella; fueron dos semanas, semanas que parecieron años para mi. Dentro de ellas yo no era el de antes... obviamente demacrado; parecía un muerto en vida... ... Y es que, el solo pensar que ya no me quería me molía... ¡Me destrozaba los pedazos de ahora mi corazón partido...!
J-Justo cuando pensé que todo apuntaba a que mi sospecha era cierta, ella me llamó, me citó en el lugar donde tuvimos nuestra primera salida...
La velada fue hermosa y desde ahí todo iba mejorando, salíamos más a menudo; ella asistía hermosa a cada cita que teníamos y yo, aunque de buena vestimenta, harapiento por dentro de solo pensar que quizás otra persona sea dueño de su corazón... Al final de lo que fue nuestra le pedí, le rogué amigo mío, para que volviéramos, que volviéramos a ser aquella pareja de enamorados... Nuevamente al escuchar mis ruegos esa mirada llena de desprecio y compasión maldita apareció en ella... ... —Quarcissus se detuvo, el sonido del líquido vertiendosé en un recipiente se hizo audible, segundos después, se escuchó una caja con algo dentro que se movía; Quarcissus la destrabó e ingirió lo que sea que fuera aquello con largos y desesperados tragos de aquél brebaje maldito...— se negó, me humillo de la peor manera que puedes imaginar y luego se retiró, desde aquel día no he sabido más de ella...

Quarcissus levanto su voz, voz que se escuchaba demacrada y ronca de tanto llorar. Su sufrimiento se hacía más evidente al notar que las lágrimas brotaban mientras soltaba aquéllas declaraciones.

— ¡¿Y es qué como pretendes que esté ahora?! ¡La única persona a la que juré amor eterno me rechazo de la peor forma y aún ni sé que hice mal. ¡Todos los días pienso en ella! Y es que corazón que siente ojos que no ven... ¡A veces me masturbo pensando en ella pero hay ocasiones en las que antes de que brote el semen, mis ojos eyaculan en forma de lágrimas y me regocijo entre el dolor y el placer más inmenso...!

Respiro tratando de calmarse, se sirvió otra copa de aquel brebaje que parecía tranquilizarlo y siguió contando ya más calmado...

— Ayer me decidí, fui a la que alguna vez fue mi hogar. Me adentre en aquel oscuro lugar y comencé a buscar evidencia para así confirmar si mis sospechas eran ciertas.
Ella me encontró...

'¿Qué haces aquí?'

¿Cómo osaba tratarme como un Extraño? Como si alguna vez esta no hubiera sido mi morada, pero no podía recriminarle nada.
Me lancé sobre ella y comencé a descargar mis lágrimas en su pecho, esa noche fue la única en la que pude conciliar el sueño. En la mitad de la madrugada azabache ella me dijo que me marchase.., yo accedí, no quería molestarla más...

De pronto, la voz de Quarcissus se fue tornando ronca nuevamente, como si por alguna razón se encontrara ahogado en la cólera...

— Hoy, sin embargo, no me pude resistir al verla pasar en la acera de en frente. Se veía tan Hermosa y reluciente como siempre, hundido en la curiosidad y el miedo a que mi mayor temor se hiciera realidad me desvíe del camino y me dispuse a seguirla, quería ver... Comprobar si lo que pensaba era cierto...
En ese momento pude desenmascarar a aquél monstruo de ojos azules y pelo azabache.

De un momento a otro, Quarcissus estallo en cólera, se notaba que lo estuvo soportando ya que con un desgarrador tono de voz soltó aquella declaración que dejaría a más de uno helado...

— ¡¿PERO CÓMO HAS PODIDO HIJO DE PUTA?! ¡Dime que no eras tú! ¡Toma el teléfono y dime que no eras tú quien iba de su mano, quien besaba su sonrisa, quien me ha arrebatado la luz!

¡Contéstame, hermano! ¡¿Cómo has sido capaz de algo tan inhumano?! ¡¿Y la lealtad pura que nos juramos?!

¡Has entrado en lo prohibido, irrumpiendo en lo sagrado! ¡Cómo mirarnos a los ojos horrorizados!

Tú y yo, capaces de reunirnos en torno al silencio como ante una llama.
Yo siempre te apuñalé a la cara y te alabé en la espalda.
¡Yo, que te amaba con toda mi alma!

¡Tú! ¡¿Cómo has podido ser tú, amigo?!

¡Cualquiera salvo tú! ¡¿Cómo has podido caer en la ambrosía con tan cruel alevosía?! ¡Me has apuñalado mientras dormía!

¿Por qué este castigo...? Siempre fui puro contigo, sin interés ni propósitos escondidos. Y si fui vengativo, fue para vengarme con amor del amor recibido.

¡Ojalá fuera todo un mal sueño y al despertar los tuviera conmigo, mas me invade un horror rojo.

¡Dios mío! ¡Será imposible el olvido! ¡Has desangrado lo más sagrado!

¡Ah.., mi tesoro divino...!

Pero te odio, enemigo, a la par que te admiro, porque eres amado por lo que más amo.
Es inútil luchar contra lo unido, sólo la muerte puede oponerse al amor. Pero no temas, ¡Me arrancaré del camino!
¡Yo, auto desterrado de ustedes dos!
¡Y por tu traición atroz, clavo en ti mi llanto! ¡No olvides mi lívida voz! ¡Sé que me estás escuchando! ¡Yo esconderé este vergonzoso secreto! ¡Lo haré arder en mis propias llamas, ustedes recen por mi salvación de la locura de huir de lo que uno ama!

Sin más que decir, Quarcissus corto la llamada...

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Mi Madre me había contado de Él...

¿Cómo era Ella se preguntarán?

Madre era una hermosa mujer de cabellos blancos, tan blancos como el mármol; sus ojos azules, su esbelta y bien cuidada figura haría caer a cualquiera, sin embargo ella solo tenía ojos para Quarcissus...

Antes de fallecer, Madre me dejó una foto del que fue mi padre, que ahora en paz descanse junto a Ella...

Siempre rezó, con cariño en sus ojos; "Me alegro de haber encontrado a tu padre en el momento exacto..."

Nunca entendí el significado de aquellas palabras, hasta el día de hoy no tuve el valor para hacerlo... ... De hecho fue hasta hace una hora, luego de una botella entera de vino tinto, fue que junte lo necesario para desvelar al hombre, ese hombre el cual era amado de forma inimaginable por mi madre y confío en que él también lo hacía, ya que, si estoy en lo cierto, mi madre fue el amor que vino luego de que aquella mujer de cabello dorado le hiciera tanto daño...

Cuando vi la foto no pude contener el llanto, se veían tan felices y tan jóvenes...

Del lado izquierdo estaba mi madre y del lado derecho mi padre, un hombre que no aparentaba pasar de los cuarenta; pelo de un raro pero hermoso color salmón, sus ojos... Ahora sabía de dónde había sacado el extravagante color de los míos... Fueron avellanas, un hermoso color avellana, aunque aquéllos orbes eran tan majestuosos y hermosos que se los podría comparar con una joya de jade...
Era alto y un tanto musculoso, pero lo que más me llamó la atención fue su sonrisa, su resplandeciente y perfecta sonrisa.

Me hubiera gustado conocerlo...

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Mi nombre es Nami Strauss Dragneel.

Esta fue la historia de como mi padre soportó la calamidad y el lado oscuro del amor. Pero al final, el destino solo lo puso a prueba mostrandole que ese no era, como él lo llamaba; "Su verdadero amor".

Quisiera que lo recordaran, quisiera que vean y que lo tomen como un ejemplo de vida. Quizás suene egoísta pero deberían reconsiderar las acciones de Quarcissus...

Muchos dicen que lo mejor ante una tradición es vengarse con la misma moneda. Pero no es así, lo mejor es alejarse de lo que alguna vez amaste para así explorar nuevas cosas y hasta quizás poder encontrar un nuevo amor que sane ese dolor que el anterior dejó sin reparó en el corazón.










































Nasho-Sama•

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