Princess and Dragon.
¡Hey...!
Para una mejor experiencia recomiendo reproducir "Howl's Moving Castle - Merry go round of Life" de Grissini Project.
Una vez dicho esto...
¡Disfruta!
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Una melodía, un piano...
Instrumento que tocaba a la perfección cada nota, cada compás que se podía seguir en un baile lento y armonioso; una danza tan llena de sentimientos amorosos...
De notas graves, a notas agudas; de tempos rápidos a lentos, así se conformaba aquella pieza… Así, de la forma más bella, sensible y medida, bailaban aquellos dos.
— Gracias por aceptar mí invitación… —Su voz le resultaba tan adictiva, tan hipnotizante… Era suave y armoniosa, se deslizaba por sus oídos; encantandolo como si el canto de una sirena fuese... Fácilmente superaba a la sonoridad del mismo piano.
Quizás estaba alucinando pero, podía discernir un deje de añoranza y cariño en sus palabras.— Me alegro que estés disfrutando de la fiesta.
El ritmo cambio.
El tempo se ralentizó.
Sus cuerpos se acercaron y las respiraciones cálidas se sentían a centímetros…
El anhelo en los ojos de la bella y hermosa dama se hacía cada vez más visible.
— Gracias a ti por invitarme… De hecho, desde hace bastante tiempo no nos veíamos.
Él.
Un hombre de buen porte.
Cabello rosado, algo alborotado; le daba aquella imagen de chico salvaje, atrevido…
Portaba con algunas cicatrices; historias de su, todavía, joven vida.
A comparación de ella, él era más alto, mucho más robusto, pero sin exagerar en músculo; estaba cincelado, el cuerpo perfecto..
Sonrisa blanca y encantadora. Ojos jades que enamoran...
El deseo de cualquier mujer que se hallaba en esa sala.
Qué lástima por ellas...
— Cierto… La última vez fue aquí mismo, en el castillo, cuando derrotó a los campeones de los Grandes Juegos Mágicos. —Una suave risa salió de sus labios al recordar aquello.— Usted estaba muy entusiasmado en aquél entonces.
Una pequeña sonrisa invadió los labios del muchacho al recordar aquello.
— ¿Qué puedo decir…? Esos tipos no tenían lo suficiente para ser el gremio más fuerte de Fiore.
— ¿Y Fairy Tail si…?
— Creo que lo hemos demostrado por dos años seguidos, ¿Verdad? —Sabía por donde iba el asunto, sabía cómo era ella…
Le gustaba jugar con fuego y él… Él la llevaría a las fauces del Dragón.
— Por supuesto. Hay que destacar su participación por encima de las demás… No menosprecio a sus compañeros pero… Usted es quién ha llamado más mí atención. —Lascivia se percibía en su tono y Natsu, por supuesto, no era ajeno a ello en lo absoluto.
Se tomó el atrevimiento de bajar la mano derecha que la sostenía por las espalda hasta su cadera.
Movimiento lento… Disfrutó del trayecto, acariciando las zonas cubiertas por finas telas, deseando poder hacerlo sin que ellas estuviesen de por medio…
Su sonrisa creció al notar el escalofrío que ella había tenido.
— ¿Se puede saber el por qué de su atención…? —Nunca fue tan tonto como sus compañeros pensaban que era… No señor. Sin embargo, le faltaba algo y eso era un buen léxico.
Para su suerte, siempre podría contar con Levy...
— ¿Le genera intriga mí opinión sobre usted…? Si es así, esta princesa puede darle lo que desea...
— Bueno, si le soy sincero… Odiaría darle una mala impresión.
— ¿Por qué? ¿Por qué soy una Fiore?
— No, porque eres tú, Hisui.
Y el piano se detuvo...
Hasta donde ellos sabían, no eran los únicos bailando en la pista.
Aunque ahora veían cuán equivocados estaban...
Desde su imponente trono, el Rey observaba a su hija aún abrazada al plebeyo.
Aquella escena no le generaba más que felicidad, pues nunca fue ajeno a los sentimientos de su hija… Ver a aquél joven y, por si fuera poco, escuchar aquellas palabras fueron prueba suficiente.
Hisui, su hija, estaba en buenas manos...
Makarov junto a Mavis les observaban desde el otro lado.
Ambos contentos, uno, por ver la madurez de su nieto; otra, por ser espectadora en primera fila de la futura felicidad de Natsu.
Ella nunca fue ajena a las raíces del muchacho, su poder o su real motivo de vida.
El ver cómo ese chico, ese pequeño que tanto dio por su gremio por fin encontró otro objetivo en la vida, la llenó completamente de felicidad.
Quizás, él mismo dejaría de ser aquel monstruo que en un futuro sería obligado a ser...
— ¡Oye Natsu, Sting quiere beber contigo…! —Gray era quien gritaba.
— Deberías ir, no es bueno hacer esperar a las personas...
— ¿Quién crees que me importa más en este momento? —Acercó su rostro unos centímetros.
El carmín no tardó en aparecer en el rostro de la jovencita.
— ¿Puedo ser ególatra…?
— Tanto como lo desees...
Chu~...
Un pequeño beso en la comisura de sus labios, eso recibió como respuesta.
— Te veré en el jardín del castillo, vé en cuanto puedas… —Y se fue.
Él solo se quedó como tonto viendo cómo caminaba; glamorosa, moviendo su cadera en un sensual y erótico vaivén… Estaba casi seguro que lo hacía a propósito, con el deseo de que él la viera.
— ¡Oye…! ¿Acaso no escuchas? Sting quiere beber contigo… ¡Oye!
— ¿Eh…?... A-Ah, si… Ya te oí, deja de gritar, Gray.
— Eres todo un Don Juan ¿No?... Hazme acordar que tengo que suicidarme cuando te conviertas en Rey de Fiore. —Bromeó el pelinegro.
— Y tú hazme acordar que bailaste bastante pegadito a Jenny. No creo que a Juvia le haga gracia aquello… —Con sonrisa triunfante, se fue en busca del rubio.
— ¡No te atrevas a decirle!
Fue lo último que escuchó de él...
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La luna llena; tan blanca y serena, descansaba en el cielo.
Incontables estrellas le hacían santa y sana compañía.
Nubes blancas y envidiosas intentaban opacar su belleza, pero solo quedaba en eso, tan solo un intento.
— Veo que has venido...
— Si, lo siento si te hice esperar demasiado.
— Para nada, hace apenas minutos he llegado. —Su padre se le reiría en la cara por tal mentira.
Estuvo al menos una hora esperando en ese lugar, pensando y practicando todo lo que le diría. — ¿Cómo le fue con Sting-san?
— Bien, tuve que cuidarlo un momento antes de dejarlo con Minerva… Al parecer no soporta tan bien el alcohol como yo hehe'... —La risa de ella no tardó en aparecer.
— Veo que tiene una relación estrecha con Minerva-san.
— ¿Por qué lo dice…?
— La has llamado por su nombre y sin honorífico… ¿Será que son amantes o algo por el estilo? —Era tonto a decir verdad, pero una pequeña punzada invadió su pecho al decir esas palabras…
¿Y si estaba en lo cierto…?
— ¿Yo y Minerva? Esa fue una buena broma, Hime-sama.
La mecha había sido colocada, solo faltaba...
— ¿H-Hime-sama…?
— ¿Mnh'...? ¿Le genera inconformidad que la llame de ese modo? ¿Prefiere algo más… cariñoso? Quizá…
La chispa.
Se acercó aún más a ella, que estaba sentada en el banco con vista al reino y al cielo.
Una vez su cuerpo estuvo enfrentado al de ella, apoyó su mano encima de la suya y acercó su rostro lentamente, quedando a tan solo centímetros…
Hisui realmente hervía por los nervios.
— ¿Q-Qué estás…-
— La llamaré como a usted más le guste…
Se tomó un momento, evitando que su mirada avergonzada se cruce con la de él.
— Hi… —Apenas un susurro, era todo lo que había salido de sus labios fruncidos.
Estaba más concentrada en encontrar una forma tranquilizar el calor que sentía en el rostro que gesticular correctamente.
— ¿"Hi"…?
— His… ui. —Susurró nuevamente, con un poco más de claridad.
— ¿Mnh'...?
— Hi… sui. —Un poco más alto...
— Disculpe, no llego a oírla.
Era una mentira, claro que lo era.
Simplemente quería seguir viendo aquel hermoso rostro sonrojado y ojitos nerviosos que buscaban cualquier excusa para no chocar con los suyos...
— H-Hisui… Q-Quiero que me llame por mí nombre. —Su rostro estaba tan rojo en este momento… Como último recurso llevo sus manos al rostro, tratando de ocultar el sonrojo masivo que se había instalado desde que el tonto pelirrosa comenzó a molestarla.
— Lo haré cuántas veces lo desees, Hisui.
— E-Es vergonzoso...
— Mmmmh'... ¿Sabés que es aún más vergonzoso…? —Tomándola suavemente de las manos, entrelazando sus dedos con los de ella y, finalmente, mirándola a los ojos… Extinguió los misterios centímetros que les separaban.
Se perdió aún más en aquel adictivo sabor caramelo cuando ella correspondió a su acción.
Esa noche, fue más que solo celebración,
Fue más que solo besos.
Fue la ruptura de aquella sátira inútil y estúpida, pues esta vez...
La Princesa se quedaría con el Dragón.
•Nasho~Sama•
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