Inseguridades.
No era raro para los demás la inocencia de Natsu, después de todo, él no tenía experiencia en el ámbito amoroso.
Él no tuvo un padre conocedor de las costumbres humanas y, sumado a eso, su peculiar forma de ser lo hacían alguien bastante único y adorable para algunas mujeres.
Él no tenía la culpa de nada...
Pero por alguna razón ésto ya rozaba la paciencia de algunos.
Nuestro querido, amado e idolatrado pelirrosa no sabía como nacían los bebés. Nadie quería explicarle tal acto, menos las mujeres.
Estaban sorprendidos, ellos esperaban que al menos su padre adoptivo le explique tal acción que se concretaba antes de tener un hijo, pero no. Natsu no sabía nada, no tenía ninguna idea sobre cómo concebir hijos.
Eso llevó calma a una mujer en especial del grupo.
Ella pensaba que los roces que se daban entre él y su mejor amiga Lucy eran intencionales, al menos por parte de él, pero no fue así. Se sintió realmente estúpida... Había desconfiado de su amado pelirrosa y por ello ahora estaban... Mejor dicho él, estaba en un problema bastante bochornoso...
Por culpa de los estúpidos celos, su novio estaba en una intima charla con su padre adoptivo Gildarts.
Sin embargo aún seguía algo molesta y algo avergonzada. Pedirle eso a él, en frente de todos sus amigos... Ahora se daba cuenta de lo descarada que estaba siendo.
Era verdad que, antes con su Gray-sama lo gritaba a los cuatro vientos, pero ahora la cosa era diferente.
Natsu Dragneel...
Muchas veces se preguntó; ¿Qué tenía él que su Gray-sama no?
A sus ojos, absolutamente nada...
Gray-sama era perfecto a sus ojos, pero para sus amigas Natsu era mucho mejor partido que él y le molestaba ese hecho, le molestaba que le dijieran que SU Gray-sama no era perfecto. Pero a la vez se sentía aliviada ya que después de todo era mucha menos competencia.
Le molestaba que ella, si, que ella misma dude si de verdad Gray era tan buen hombre como pensaba...
Sin quererlo se fue fijando más en Natsu...
A primera vista ya resaltaba mucho, su cabello salmón llamaba mucho la atención y por alguna razón le incitaba a tocarlo, quizás sea tan duro y seco como su peinado decía, o quizás sea muy esponjoso y suave... Sus ojos, sus profundos ojos color avellana, tan similares a la joya de Jade la hacían sentirse segura aún cuando su mirada se posaba pocos segundos en ella, el sentimiento era abrumador.
Pasando a mayor grado...
Su cuerpo era simplemente el sueño de toda Mujer; muy bien definido por los entrenamientos que por accidente una vez vió, las batallas que libró, etc. Su cicatriz en la mejilla, todo de su cuerpo era perfecto.
Por otro lado, su carácter.
Era la clase de hombre que siempre había soñado, quizás algo distraído pero muy protector, quizás algo tonto pero cariñoso, quizás algo torpe pero siempre atento cuando se trataba de ella.
Tenía muchas cosas, muchas virtudes que sin duda llamarían la atención de cualquier chica. Por eso se sentía tan insegura de ella misma...
Ella no era tan fuerte como Erza-san.
Ella no era tan extrovertida como lo era Cana-san.
Ella no tenía un voluptuoso cuerpo como sus amigas Mirajane-san o Lucy-san.
Ella no era tan inteligente como Levy-san.
Y mucho menos era tan madura como Evergreen-san.
Ella, simplemente, no era suficiente mujer para Natsu...
Ese fue la raíz del problema.
Por eso ahora ella estaba en una "charla"... Aunque más que aquello parecía como si una madre o madres, en este caso, estuvieram regañando a su hija...
Así es; Erza y las demás estaban regañando a Juvia por su forma de pensar.
~__~(°∆°)~__~
En un lugar diferente estaba Natsu.
Él no tenía tantos pensamientos e inseguridades como lo tenía su enamorada, después de todo, siempre escuchaba de ella lo perfecto que él era.
Pero cuando escuchó el;
'¡Juvia quisiera tener un hijo con usted!'.
Lo perdió, la cordura se había ido por el maldito caño... Aquella frase había logrado sonrojarlo de manera instantánea, tanto así que tartamudeó un poco antes de responder. Pero había tardado tanto que su enamorada ya se había ido con lágrimas en los ojos.
No entendía el porque, mucho menos entendía el enojo de Erza, quién estaba apunto de matarlo.
Pero luego de pensarlo una y otra vez entendió.
Él no era tan tonto como todos creían.
Sabía muy bien de dónde y qué tenía que hacer para traer a un hijo al mundo. Pero no porque supieta eso lo haría con cualquier mujer que se le cruce.
Las diferentes ocasiones en las que él toco por accidente los pechos de Lucy fueron por eso, un accidente.
Y, como él sabía todo eso, la charla que tenía con Gildarts era inútil. Sin embargo no por eso detendría a su padre adoptivo de hacerlo, pues su dificultad para explicarle ciertos temas se le hacía gracioso.
Sin embargo él sentía que algo andaba mal...
Desde la semana pasada presentía que algo no iba bien con ella.
Se negaba a hacer misiones con él, a veces lo ignoraba sin razón alguna, entre otras cosas más.
Hoy fue diferente... Si bien ella, desde que empezó a salir con él, nunca mostró esa personalidad alocada que tenía antes, aún tenía vestigios de aquella... No le molestaba, de hecho se le hacía muy tierno y adorable. Pero cuando soltó esa frase, fuera de todo lo "común" que había escuchado de ella hasta ahora, por alguna razón su mente no pudo formar una respuesta, su corazón latía tan rápido y su respiración era tan agitada que no pudo responder...
Luego de meditarlo bien, luego de ignorar olímpicamente las palabras que Gildarts le dedicaba, sonrió; Sonrió tanto que el hombre que tenía en frente enmudeció.
— Oh por dios... ¡Natsu! —Sus manos agarraron fuertemente los hombros del nombrado.— ¿Mucha información para ti, verdad?... S-Solo espero que no te hayas roto...
— ¿Hah...? No es nada de eso, viejo... ¡Y ya sueltame, estas muy cerca! No quiero que alguien mal interprete ésto... —Estaban muy cerca, bueno quizá no tanto... A veces es mejor no darle vueltas al asunto— es solo que ya sé lo que pasó con Juvia
— Por Mavis... Natsu de verdad fue mucha información para ti ¡P-Por favor un medic-
— ¡Que no! ¡No es nada de eso, viejo! Aparte todo lo que dijiste ya lo sabía, no soy tan tonto como creen... —Aunque a veces le gustaba ver hasta dónde podía llegar con su inocencia finjida, nunca se iba por las ramas.
— ¿Entonces por qué dejaste que hable? Me hiciste contar una de mis asombrosas aventuras de cuando estaba viajando por Bosco~... —El pelirrosado solo rió ante su comentario. De verdad, su padre adoptivo podía ser todo un pervertido.
— Porque era divertido, viejo...¡Yosha~! Tengo que ir a buscar a Juvia —Como si fuese un rayo salió de la enfermería y encaró a la dueña de sus pensamientos.
Esta vez no se quedaría callado...
Pero su buen humor desapareció cuando la vio.
Lágrimas salían de sus azulados ojos. Erza intentaba hablarle pero no había caso. Mi ceño se frunció cuando escuché a Wendy hablar...
'Quizás fuiste un poco dura con ella'.
Iba a golpear a Erza tan fuerte que la dejaría en coma por varios días... pero eso sería luego.
Me acerqué hasta la mesa donde se hallaban la mayoría de las mujeres del gremio, ellas me hicieron espacio y me senté junto a Juvia, ni siquiera levantó su cabeza para verme.
— Hey... H-Hey Juvia ¿Qué sucede? —Intente abrazarla pero ella solo se alejó de mi.
— Natsu-sama... N-Natsu-sama y-ya no quiere a Juvi-waaaaah~ —Aunque no era el momento indicado tuve que contener una pequeña sonrisa que se deslizó de mis labios... Incluso así, era demasiado tierna y bonita.
Sin duda alguna amaba a Juvia, aún si la veo así, aún si la veo bien, puedo decir sin titubear que es la mujer más hermosa que hay en el mundo...
— Eso no es verdad Juvia... —Mi tono de voz fue suave, tanto así que hasta yo me sorprendí.— Yo te amo Jushi~
— ¡Mentirá...! T-Todo lo que Natsu-sama dice es mentira... Ju-juvia sabe que no es buena mujer para usted... —Sollozando cada vez más fuerte.
Si supieras Juvia, si supieras...
— ¿Por qué piensas eso? —Sin embargo no hablaría tanto como lo tenía pensado. Dejaré que se desahogue tanto como quiera..
— Ju-juvia sabe que a usted le gustaría más una mujer como
E-erza-san... —Mi rostro palideció inmediatamente, agradecía a Mavis el que Juvia no me estuviese viendo en éste momento.— ella es muy fuerte y decidida. O también una mujer como Lucy-san... D-De todas formas, Juvia sabe que Natsu-sama no la quiere como Juvia lo hace...
¿Cuán tonta podía ser?.
— Mírame... —Le pedí, mas ella no hizo caso— Juvia... —Me percate de mi tono de voz algo grueso, inmediatamente lo cambié.
No me gustaba usar esa voz para dirigirme a ella.
Tome su rostro entre mis manos y le obligué a mirarme.
No miento cuando digo que me gustaría hacerle un hijo ahora mismo...
No, no y ¡No! Concentrate Natsu.
— Mírame Juvia... ¿De verdad piensas eso? —Ella solamente asintió levemente con la cabeza, lágrimas que caían chocaban contra mi mano.— de verdad, eres una tonta... —Sus ojos se abrieron de par en par. Sus ojitos amenzaban con soltar más lágrimas y sentía muchas auras poco amigables a mis espaldas.— N-No debes pensar eso... Y-Yo de verdad te amo mucho, Jushi, quiero decir; ¡Mírame! Estoy loco por ti. Haría cualquier cosa para que seas feliz... I-Incluso si otro hombre llega y te hace más feliz que yo, me haría a un lado para que puedas ir con él, pues mientras tú estés feliz yo lo estaré, aún si tú algún día dejes de amarme yo nunca dejaré de hacerlo... ... A-Así que deja de llorar ¿Si?
Los ojos de Juvia soltaban espesas lágrimas, está vez acompañadas de un rubor en sus mejillas.
No pude resistirme...
La besé, nuestro primer beso en todo lo que va de la relación que tenemos, un beso inocente y lento...
Sus labios tenían un sabor y aroma exquisitos que me costaba trabajo soltar, de hecho no tenía ninguna intención de hacerlo. Era tan agobiante el pensar que en pocos segundos tendríamos que separarnos...
Pero bueno, así pasó. Nos separamos por la falta de aire.
— Te amo Jushi... Eso nunca cambiará. —Le dije con una sonrisa, ella solo atinó a sonreír igual a mí.
— ¡J-Juvia también ama a
Natsu-sama...!
•Nasho-Sama•
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