...y entonces fue cuando las macabras y malévolas luces cesaron ante el desconcierto de las sombras, cierto es que veneraban los diablos por su  mala bondad de poder volar en la oscuridad e intimar a las fuerzas de la luminosidad, apareció el arcaico fuego azulado que guió a muchos guerreros en su camino hacia el paraíso, un lugar donde no sólo habitaban humanos y monstruos, sino cualquier ser mitológico o desconocido para los terrícolas.

Mientras tanto, en donde estaba Max...

"Aún no sé donde estoy, tampoco tengo idea de donde está mi familia y mi amigo Roy, será mejor que pregunte a alguien mis dudas, pero he de ser precavido, éste sitio no me da buenas vibraciones, el cielo está más oscuro de lo normal y noto como si alguien me estuviera vigilando, será mejor que encuentre algo con lo que defenderme, sólo por si acaso..." pensó Maxwell. Se sentía confuso, no sabía cómo había llegado ahí.

El terreno era montañoso y puntiagudo, a lo lejos se podía ver campas con hierba espectral, unas hojas fantasmagóricas de color verde azul, dicen las voces que estos son una conexión directa con los que ya están muertos, que se les puede escuchar si se le presta atención.

Nuestro protagonista se disponía a partir de donde estaba, una especie de campamento desolado y en el que parecía que estaba inhabitado, bueno, excepto por él. Una especie de semicueva que daba a luz hacia las formidables vistas que se encontraban tan solo echando un vistazo hacia el horizonte, una cordillera de picos de piedra y roca. Max tenía en sus manos un palo de madera owneste y una piedra que le había dedicado cierto tiempo a afilar, se disponía a hechizarlo para que estuviera sujeto y fuera más letal, tan sólo le hizo falta un hechizo conector y  otro "venenoso" para que pensase que ahora al menos no estaba tan indefenso como lo estaba antes; unas luces amarillas y violetas salieron de sus 10 dedos superiores, que se entrelazaban e iba recorriendo un camino hacía las herramientas que guardaba en sus manos.

-Vualá, arma acabada, ahora solo me falta un sitio donde guardarla, mmm... ya sé.

Fue a la "cueva" y agarro el saco de dormir en el que supuestamente había pasado semanas, se lo puso como capa y guardó ahí su hacha.

"Vale, creo que ya estoy preparado para partir, no me vendría mal un compañero, pero elegirlo me puede costar la vida, así que me andaré con cuidado."