Atrápame buscando en Google '¿cómo mostrar desprecio por tu audiencia?' Motion Sickness vino a mí de una vez. No tengo un plan para la fase 'ahora' de esta historia. Tengo un plan para el final. Y vi el comienzo.

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El viejo en la torre. Llenó a Harry de temor como una brújula que regresaba a su origen. Amaba al viejo mago y quería enorgullecerlo. Pero tenían ideales diferentes. Dumbledore creía en el secreto. Harry era más abierto.

Harry se sentó frente al escritorio. Le extendió una mano al Fénix que le olió los dedos y le permitió acariciarlo. Tenía plumas suaves y hermosas.

"Joven, ¿disfrutaste de Hogsmeade?"

"Lo hice. Dí un paseo con Daphne alrededor del lago."

"He oído de los estudiantes de Ravenclaw sobre Miss Lovegood. La atiendes?"

"Lo mejor que puedo. Puedo aliviar su dolor, pero no me atrevo a profundizar demasiado. Hay lugares de luz y oscuridad dentro de ella. Ella está enferma y nunca se hará bien. Esa es la peor parte. Nos enfermamos y se nos ordena estar bien."

Los dedos de Dumbledore tropezaron con un instrumento plateado. "¿Estás enfermo? Harry?"

"Confío cada vez más en la Legilimencia para leer a las personas y sentir emociones. Me siento y sé que estoy roto. La peor parte es eso tú ordename estar bien también."

"Lo siento joven. Te necesitamos."

Harry asintió. "Lo sé. Los dioses deben ser fuertes."

"No somos dioses."

"Demigodos entonces." Harry se encogió de hombros. "Cuando usted argumenta que técnicamente no eres un Dios, usted hace un mal servicio a todos y a usted mismo. Damos forma al destino de los demás tan fácilmente. Lastimé a la gente."

"Te sientes culpable."

"Soy culpable. Estoy abandonado en mi deber hacia la humanidad. Hambre, guerra, hambre, dolor. Podría terminar con todo y estoy retenido por aquellos sin visión."

"Suenas como Gellert", Dumbledore tomó una gota de limón en su boca.

"Soy Grindelwald. Así como yo soy tú y Tom. Hemos hablado de esto. Tengo un reclamo sobre esas identidades. Hay personas enfermas a las que podría sanar, pero simplemente no. Tú tampoco. Permites que ocurran los horrores de este mundo. Eres demasiado pasivo. No lo estaré. Cuando sea mayor si derroto a Tom, remodelaré este mundo a mi imagen. Quiero ayudar."

"No te importan los muggles."

"Claro que sí. Me importa si pueden hacernos daño. Me importa que se mueran de hambre y se volen y se disparen."

"No puedes terminar con la violencia. La gente será gente y algunos de ellos elegirán lastimar a otros."

"Algunos. La gente no recurre a las drogas o la violencia al azar. Hay factores sociales. Factores económicos. Una onza de prevención vale una libra de cura. Cuando las personas recurren a la violencia o las drogas, debemos tratarlas con compasión. No necesariamente no violencia. Para que la no violencia funcione, tu oponente debe tener conciencia. Veo redes de comunas autónomas donde las personas solo trabajan cuatro, tal vez cinco horas al día y pasan el resto en el ocio."

"Anarcho comunismo?"

"O algo así. No soy Grindelwald. No soy conservador por todo lo que quiero devolver a los muggles a la edad de bronce."

"Cómo lo harías?"

"Aún no lo sé. No sé cómo serían estas comunas. Soy naturalmente cauteloso al respecto porque no sé lo que la gente necesita. No quiero hacer promesas que no pueda cumplir."

"Esto es peligroso."

"Por supuesto que sí. Pero tienes miedo. Necesito leer más teoría política."

"Eres más cuidadoso que Gellert... Supongo que ser idealista es perdonable."

Harry frunció el ceño. "Quiero esto. Ahora lo suficiente sobre política. Por qué me convocaste?"

"Derría del demonio, Harry?"

"Seguro." Harry tomó uno. Lo tomó y lo puso en su lengua.

"Creo que entiendo las protecciones que rodean a la Mansión de la familia Gaunt. Deseo llevarte conmigo y permitirte hacer tus propias ideas antes de nuestro asalto final a los cimientos abandonados. Tom es engañoso por su propia naturaleza y puede haber algo que extrañé que pudieras detectar. Creo que es lo suficientemente seguro como para que vengas conmigo."

"Cuando nos iremos?"

"Puedes irte ahora?"

Harry asintió. "Déjame enviar una nota a Daphne. Expecto Patrón." La esfinge se materializó. "Dile a Daphne que me voy a cazar un horecrux. Volveré mañana. No la despiertes si está dormida." La esfinge se fue en una lluvia de niebla gris.

Harry se tragó su gota de limón. Dumbledore se puso de pie y caminó hacia su balcón con Faux. Harry lo siguió.

"Toma mi brazo", le preguntó Dumbledore ligeramente a Harry. Harry lo hizo. En un destello de llamas estaban al lado de un camino de tierra con ruinas desmoronadas frente a ellos.

"Hay serpientes venenosas encantadas que viven en la fundación. Destruí un set de gárgolas para cobrar vida en un zócalo. Creo que puede haber más protecciones."

Harry asintió. "Este lugar pertenecía a la familia de Tom. Hubiera establecido salas de sangre. Quizás algo más. Tom creía que era un Singleton. Serpensortia."

Harry convocó a una serpiente. Le dijo que entrara en las ruinas. Volvió a él e informó de una caja fuerte que no podía alcanzar porque otras serpientes bloquearon su enfoque. Harry le informó esto a Dumbledore.

Harry extendió su varita y sintió las salas. Encantos repelentes. Protecciones y una poderosa sala de sangre.

"La caja es una distracción", decidió Harry. "El objetivo real se encuentra en otra parte dentro de los cimientos. Puedo romper la sala de sangre."

"Cómo?" Dumbledore se preguntó. "Seguramente la caja de seguridad contiene el horecrux."

"No es así. Creo que los cazadores de tesoros disfrutarían del contenido, pero a Voldemort no le importa el dinero. Los cimientos son la clave. Los pilares y ladrillos. Hay un patrón para ellos. Si colocamos los ladrillos correctos, podemos descubrir los secretos de este lugar. Es un rompecabezas. Los pilares forman un triángulo pero uno está destrozado. Tres es mágicamente sagrado. Hay siete salas de piedras. Voy a romper la sala de sangre. Probablemente me agotará. Voldemort tuvo tiempo de configurar esto. Estamos en el reloj."

"Cómo romperás la sala?"

"Sangre y dolor." Harry expuso su antebrazo de sus túnicas.

"Harry no puedes querer hacer un sacrificio aquí y ahora!"

"Estamos en el reloj", repitió Harry. "Déjame trabajar. Si quieres ayudar, no me sanes y déjame sufrir."

Dumbledore tenía lágrimas en los ojos. Miró hacia otro lado.

Harry cortó su antebrazo con una maldición cortante y una ola de su varita. La sangre cayó sobre las piedras. El testamento de Harry se acercó y hubo agonía. Pagó para destrozar la sala con su propia angustia. Cada nervio de su cuerpo gritaba. Sólo aumentó en intensidad a un crescendo. La sala se rompió bajo la tensión y también Harry. Primero se inclinó. Luego cayó.

Había luz entrando por el rompevientos en descomposición cuando Harry vino a sí mismo. Dumbledore estaba arrodillado a su lado.

"Harry?"

"Señor?"

Dumbledore hizo una mueca. "Moví las piedras y se abrió un panel. Dentro había un anillo. I .....

Harry abrió la boca. Miró a Dumbledore. Su mano estaba ennegrecida. Era como una maldición marchita. Pero probablemente más siniestro.

¿"Lo tocaste? Por qué?"

"Era la piedra", gimió Dumbledore. "Pensé que la volvería a ver."

"La piedra?"

"La piedra de la resurrección. Lo alcancé sin pensar. Rompí el hechizo. Ahora es seguro pero....

"Vas a morir", Harry tuvo un ataque de pánico. Sin Dumbledore, ¿qué haría?

Harry miró la mano marchita. Se agachó y convocó vendas y envolvió su sangriento antebrazo. Sus túnicas eran sangrientas. Harry se tragó. Su boca estaba seca pero no llegaron lágrimas. Necesitaba fuerza ahora.

"Vamos a llevarte de vuelta a Hogwarts. Invoca al Profesor Snape. La maldición puede retrasarse. Necesitas pociones."

Dumbledore sonrió suavemente. "Te hice esto. Lo siento, hijo."

"Estoy encerrado pero aún no estás muerto. Te lloraré cuando te hayas ido. No antes. Todavía podemos hacer esto. Puedo hacerlo y tener mis sueños. Sin embargo, necesito tu ayuda. Vamos. Toma el anillo. El horecrux debe ser destruido. Ojos arriba Señor. Enfoque.

Dumbledore asintió de nuevo. "No te dejaré en la oscuridad."

Llevaron al Fénix de regreso a Hogwarts. Harry tropezó cuando sus nervios colapsaron por la tensión de romper la sala. Dumbledore lo atrapó. Ambos eran inestables.

Harry tomó la mano marchita y vio la propagación negra. Lo que Dumbledore había hecho para frenar el hechizo no lo detenía. Dumbledore puso el anillo en su escritorio.

"Ve a ver a la señora Pomfrey. Convocaré a Severus. Duerme bien. Sueño de sol y estrellas. No lo harás?"

"Sueñaré con una tormenta y un terremoto. Buenas noches señor. No intentes nada más con el anillo."

"No lo haré sin ti presente", estuvo de acuerdo Dumbledore. Envió a su Patronus a Snape.

Harry se fue inestable. Ahora estaban en una tabla de tiempo aún más ajustada.

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La señora Pomfrey lo cosió sin ninguna pregunta. Harry miró la marca. Ella no pudo curarlo instantáneamente debido a la naturaleza de la maldición que usó. Que fue lo mejor. Quería llevar esa cicatriz. Las lágrimas llegaron a sus ojos. Los limpió. ¿Cómo podría Dumbledore ser tan tonto? No era como él. ¿De verdad había estado tan desesperado? Harry frunció el ceño y se dio cuenta de que él mismo estaba tan desesperado.

Luna estaba ausente del ala médica. Harry dejó su cama y se fue a dormir a la habitación de Ravenclaw. Soñaba con vientos y relámpagos. No estaba procesando. Ni siquiera soñó con los recuerdos de Grindelwald. Se levantó y se duchó. Los jabones se sentían gruesos y mantenía el agua fría. La toalla se sentía de baja calidad. Se vistió con túnicas limpias.

Luna estaba mirando al espacio, pero Harry no quería hablar con ella. Realmente no quería hablar con nadie. Bajó y se dio cuenta de que tenía hambre. Se comió un poco de tocino y tostadas. Dumbledore no estaba en la mesa principal como lo estaba Snape.

Era hora de ser un hombre. Harry hizo una mueca. La virilidad se ganó y no se dio.

"Narrow es el estrecho", susurró Luna.

¿"Qué? Harry le preguntó.

"Puedes hacer esto. Puedes hacerlo. Pero el camino serpentea. No puedo ver todo. Te veo al final. Te veo solo. Puedes hacerlo e instituir tu orden mundial. Es el camino en el que te pusiste", se encogió de hombros Luna.

"Cómo suelo morir?" Harry le preguntó. "En tus visiones. Entiendo que tengo éxito en algunos de ellos, pero en los otros."

"Sabes Quién te quema hasta la muerte o te matas a ti mismo." Luna se encogió de hombros otra vez.

Harry hizo una mueca. El fuego era bastante malo. El suicidio era peor; un camino oscuro al final de su viaje. Sabía que todo lo que se necesitaría era un mal día y que estaría allí.

"Por qué me mato?" Harry le preguntó. "Puedes decir?"

"A veces es después de vencer a You Know Who. A veces es antes. La presión llega a ti en ambos me necesitan si quieres morir en tu cama rodeado de familia. Y quiero. Quiero ayudarte."

"Gracias", respiró Harry.

"Quiero", le informó Luna. "Me ayudaste. Ayudaste a Ginny. Te gusta ayudar a la gente. Te da un golpe químico. No eres una mala persona."

Harry se ahogó en el aire. "Para quien viene después, hay risa?" Harry le preguntó.

"No lo sé. No puedo ver más allá de cierta luz en el túnel. Es demasiado brillante. O tal vez es una oscuridad que no puedo penetrar."

"Cómo tengo éxito?"

"No hay un camino limpio hacia la victoria para ti y decirte que tu futuro solo empeora las cosas. En cada camino empeora las cosas. Más doloroso incluso si no fallas directamente."

Harry reflexionó sobre eso. "No puedo convencerte de que me lo digas?"

"En mis sueños eres increíblemente caótico. El tiempo fluye a tu alrededor. No puedes evitar darle forma." Luna se encogió de hombros otra vez. "Sólo soy un sirviente."

"Eres mi sirviente?"

¿"Quién podría decir? No puedo. Soy un peón en un juego más grande. No soy como ganas. Tienes que hacerlo tú mismo."

Harry asintió. "Riddles y más acertijos?"

"Está en la naturaleza del conocimiento esotérico oculto ser oculto y esotérico", desestimó Luna. "A veces la respuesta no es esclarecedora."

"Gracias de todos modos. Si ves algo más, me lo dirás?" Luna asintió con la cabeza ante sus palabras.

"Lo haré. I..." Ella dudó y lo miró a los ojos. Harry vio lo emocional que estaba sin sondear sus pensamientos. Vio lo fuerte que era ella. No creía que pudiera hacer lo que ella estaba haciendo. "Gracias por todo, Harry. Lo estás haciendo bien."

"Sabes cuándo morirá Dumbledore?" Él le preguntó.

"No realmente. Hay múltiples caminos. En algunos lo matas para sacarlo de su miseria. Él te lo pide. Lloras por eso."

El aliento de Harry silbó de él como si se cayera de su escoba.

"Cómo uso eso... para..." Hizo un gesto impotente ante su cicatriz.

"No puedes. No es lo mismo. Lo sabes," ella lo despidió.

Suspiró.

"Realmente querrías usarlo así?" Ella le preguntó sabiendo muy bien la respuesta. La miró fijamente.

"Puedo usar Grindelwald?" Él le preguntó.

"Los asesinatos por misericordia suicida no son asesinatos. No hay demasiada diferencia entre matar a Dumbledore y matar a Grindelwald. No puedes obligarte a verlo de manera diferente. No funcionará."

Harry suspiró. Sus omniscientes sobre él y la falta de información útil real en el futuro fueron un poco desagradables. Pero él sabía que no era su culpa. Ella no pudo elegir y parecía que estaba haciendo esto por su bien. Probablemente se causó dolor por él.

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- GTB