"Debido a que Scorpion y yo tenemos modos de hacer las cosas de manera distinta, nos costó trabajo encontrar un punto en común que nos uniera, pero no podía simplemente renunciar a el, no era lo más conveniente...
Tras varios intentos fallidos por falta de organización, Scorpion se desesperó:

Scorpion: ¡no estamos logrando nada así! ¿Que pretendes Mileena?
Mileena:¿tu qué pretendes? Yo te he dicho cómo hagas las cosas, ¡y no me haces caso!
Scorpion: ¡a mi nadie me dice lo que debo hacer!
Mileena:está bien, ¡largate!, no me sirves...
Scorpion:(pensativo) no. Debemos hacer que esto funcione, no puedo regresar con los shirai ryu así como así. (Suspira) está bien, mira, te diré algo que puede funcionar...

"Después de hablar de el porqué de nuestras diferencias, decidimos planear una emboscada al ejército de Kotal Kahn que estaba acampando cerca de unas colinas a campo abierto.
Los tarkatanos, comandados por Scorpion,algunos compatriotas allegados de Tanya, y yo a la cabeza, fuimos al ataque...
Fue una emboscada directa, todos atacamos al enemigo de forma despiadada, la sangre, entrañas y órganos no podían faltar en esta masacre... Todos estaban luchando, cada quien por su bando...
Scorpion y yo atacamos en sincronía, era como si todos nuestros movimientos embonaran a la perfección, haciendo de nosotros un equipo mortal, era algo sumamente asombrosa la armonía con la que nos movíamos, por mucho que nos cueste reconocer a los dos, formábamos un buen equipo.
Lamentablemente, Kotal Kahn no se encontraba en ese campamento, pero, esto que ha sucedido le servirá de advertencia de que su fín se acerca..."