Capítulo 7 - Cariño

-Narra Sonic-


Es tan dificil poder ignorar algo como esto, no despues de tanta acción y entretenimiento....¿Cómo desahogar el jugo de sentimientos que tengo dentro mío?

No he dormido absolutamente nada, el latido de mi corazón se percibe en mis oídos y no dejo de pensar en cómo es que llegué y él estaba allí, en la mesa, tan cómodo con Espio...y yo, no quise oir nada de él y por eso lo corrí y me arrinconé en mis recuerdos...

-Flashback-

—¿Por qué no has querido oírle? Estuve hablando con Manic por una hora y en verdad que era un tipo completamente nuevo —Libremente y con indignación, el camaleón expulsa aquello esperando oír de su amigo algo coherente.

—Tú no tienes idea de los sucesos a detalle, y las canalladas que hizo conmigo —faramalloso, muevo los brazos—, ¡¿Crees en verdad que lo iba a perdonar?!

—Ey, ya. Le conté sobre cómo andabas, inclusive tiene un despacho en el que está trabajando y podía encontrarte una vacante, dijo que era asesor de publicidad y...

—¡Ya dije que tengo empleo, aunque te cueste entenderlo! Por fin he hecho algo medianamente bien y sí, ¡No pienso hablar con él por más que sea capaz de resolver mi vida! —Terminó la charla dirigiéndose al baño, con un coraje que se muestra en sus movimientos bruscos y el rostro tenso.

Espio entendía ligeramente a su amigo azulado, y por ello, ya no mencionó más tema, decidió irse a dormir y Sonic igual, pero con una cara diferente y los recuerdos aplastados.

-Fin del Flashback-

Me agacho por debajo del mueble para encontrar un par de fotografías que me tomé hace tiempo con él, e incluso, en nuestra primera cita. ¡Mierda! Ya casi son las 7:00am y tengo que ir a la mansión pronto para el trabajo...la idea de vivir ahí podría ser muy buena con tal de que ni Scourge ni Manic me encuentren ya.

Con somnolencia decido cambiarme, me ducho y lavo con agua fría para poder estar al 100% con ese desvelo, y quizás así los malos tratos resbalen hacia la coladera. Continuo poniéndome una playera y oigo los estiramientos de Espio acompañados de quejas típicas cuando te esfuerzas en ponerte de pie.

—¿Ya te vas tan temprano? Eso significa que lo del empleo era verdad...

—¿Crees que mentía? Es probable incluso que me vaya a vivir a esa residencia por cuestión de facilidad. —Agrego buscando un par de calcetines que sean grises para mis tenis blancos.

—Bien, llévate tu ropa, no te robes ya la mía. —Golpea con gracia mi hombro y se me había olvidado que tomé prestada esa prenda, ¡ups!

Tras esa pequeña charla, me despido y salgo con mayor ánimo hacia la residencia, ¡Uf, un día más!

-Narra Shadow-

—¿El día de hoy no trabajarás?

—No hay nada importante qué atender...¿A qué hora te irás a la preparatoria? —pregunto terminando de acomodar las mangas de mi camisa. Silver no parece apresurado por arreglarse, espero no desee quedarse para ver al erizo nuevo integrante de limpieza.

—Dentro de dos horas, entro a las 10:00am.

—Bien, entonces realiza tus deberes con tu madre y luego te marchas. —ordeno.

—Pero mi madre ya se ha ido al gimnasio, además, ¿Qué no por eso tenemos empleados? —inquiere observando con más detalle como utilizo la crema y las veces que rosio la loción sobre mi corbata.

—No quiero que te hagas un inútil. Y...espero no tengas nada en mente todavía con el erizo azul.

—Jajaja vamos, no soy salvaje como tú. Todavía tengo modales. —Ese tonito suyo me jode tanto que mis ojos son letales para él.  No logra sostener mi mirada.

—Entonces ponerte a recoger tu recámara y no se te ocurra salir sin desayunar—sus orejas se agachan levemente—, Cloe debe ya estar preparando el almuerzo. —Salgo del cuarto de baño y entro al despacho buscando las hojas con las cuales me desvelé ayer, esas del contrato. ¿Pero donde las puse? Ah, en fin, en un rato más las busco dentro del revoltijo de folders.

Que dolor de cabeza me da tener que jugar con mi hijo a esto.

Observo mi reloj y faltan 3 minutos para las 8:00am. La cuestión de ser estricto con los horarios me produce una pereza enorme, pero no he de mentir al mencionar que los empleados solo aprenden con mano dura...el erizo azul tiene torpeza y eso se nota a distancia, pero si fuera por mi le perdono lo que sea.

—Buenos días señor, ¿Quiere que le prepare café o té?

—Está bien café, gracias —expulso a la sirvienta que comienza a caminar a mi lado por ver que voy hacia el comedor con poca prisa—. ¿Mi esposa se fue al gimnasio?

—Así es, se fue temprano y mencionó que regresaría a la comida o poco antes, no olvide que es jueves de amigas.

—Oh si, jueves con esas brujas, mejor que se vayan y vean en un café a que vengan y envenenen esta casa... —No es que me enfade tan pronto, pero recordar a esas arpías me da asco—. Bien, no comentes a nadie que dije eso.

—No lo haré, señor. —Hay una sonrisa que se oculta bajo su respeto como empleada pero me viene sobrando...Diana es cómplice y linda.

—Coméntale a Gisel también por favor si ya tiene la habitación para un rato, Sonic no debe de tardar... —¡Ugh! Me desplomo sobre el sofá insistiendo con mirar mi reloj: 8:02 am...si nos ponemos locos, ya es tarde.

La campana suena en la puerta, veo a la loba correr con seguridad para abrir el portón y no volteo, no por cansancio o inseguridad, sino porque si se trata de él quiero observarle venir y caminar como aquella madrugada en ese bar...observar su cuerpo...《me gusta imaginar tantas cosas...》

—¡Qué hay, godinez! —había cerrado los ojos, intentando cautivarme en mi imaginación tras oir su voz pero el encanto en mi psique ha desaparecido estrepitosamente...¿Que hace este idiora aquí?—. Por un momento creí que ya no te vería por aquí y tendría que caminar hasta tu trabajo.

—No importa a qué sitio vayas, de cualquier forma incómodas —El rostro de Gisel es perturbado, no es como que la regañe por dejar entrar hasta acá a este confiando, pero ella presiente la calaña que es y por tanto le mueve que no mande a correrlo inmediatamente—. Puedes retirarte, Gisel, gracias. —Hace caso poco convencida, ahora veo a la mayoría de empleadas ocultas en el comedor y cocina.

—Pagame lo último y me voy de tu lujoso castillo de oro.

—Scourge, no te debo nada. La última tarea que has hecho no fue como las anteriores, ¿En verdad exiges una paga integra? —Despliego una sonrisa, irónico—. Tu reputación ya no es la misma por aquí, animal. Si no fuera por mí nadie tendría interés en contratarte a ti y tu par de pirujas que no se separan de tu cola.

—¿Estás tan seguro de que soy un don nadie? ¿Si es así...no pasa nada si voy y hablo con ese reportero que tanto me ha seguido la pinta, ¿verdad? —《Otra vez no...》 ¿Amenazas de mi hijo y ahora amenazas de este? Que terrible racha.

—Puedo mandar a callar a ambos fácilmente. —Apenas nos comenzábamos a encarar cuando el timbre vuelve a sonar y veo el pelaje grisáceo correr por mi derecha, abriendo la puerta y dejando oir un "buenos dias" del erizo al que esperaba hace rato.

La fachada de Scourge cambia, quita su vista de mi y la dirige al cobalto... yendo encontra de mis pensamientos, creyendo que tendría a otro "rival" me he equivocado: su boca del pelo verde se tensa y me deja parado ahí para irse a máxima rapidez sobre Sonic con un gruñido entre dientes《pero qué mierda...》

—¡Maldita bola azul! —grita recorriendo el pasillo y casi tacleando a mi sirvienta para agarrar al chico—, ¡No sé qué hagas aquí pero no pienso dejar que...! —El pobre erizo azul está pálido y entumecido, no deja de ver al verdoso como si fuera la peor de sus pesadillas.

—¡Gisel! —Le llamo múltiples veces hasta que está conmigo—, ve y llama a los vigilantes, ya. —Sale despavorida de la sala y, aunque no quiera, tengo que meter mis manos en esto, además, estoy confundido, ¿Por qué se conocen?

—¡Suelta a MI empleado! —exclamo jalando su chaqueta y logrando que sus manos se desenganchen de los hombros de Sonic por haberlo agarrado desprevenido—. ¿¡Que diablos pretendes hacer!?

—¿Tú empleado has dicho? No sabía que contratabas a muertos de hambre —Barre enardecido al azulado y este sigue asustado, no reacciona más que con sus ojos ir y venir entre los dos—. ¡Él es el idiota que me debe la cantidad última de la que te hablé!

La sorpresa recorre mi frente y a la vez, vuelvo a resongar a la vida las pequeñas casualidades. Intento mantenerme neutro y sin un gesto que pueda malinterpretarse, pero esto es tan veloz que...

Los guardias llegan tomando al verdusco, lo conocen tan bien por causar problemas no solo en mi hogar, sino en el vecindario en general. Scourge reprocha e intenta apartarselos de mala forma, pero esos canes no son cualquier cosa.

—Haremos esto: Te irás de mi casa y te olvidarás de las deudas que tengas con él, ¿entendido? —Mis palabras le sorprenden tanto que reprocha, haciéndose una revoltura de palabras entre los dos, me veo en la necesidad de elevar aún más mi tono—. Y, toda la cantidad con intereses que te deba te la pagaré yo, ¿Está claro?

Sonic balbucea de forma no cuerda, parece que el trato le ha asustado pero de igual forma no sabe cómo responder, o más bien, no sabe que traigo entre manos.

No tiene la menor idea de lo que traigo entre manos.

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