Capitulo 39 - Sentimientos fuera de mis manos
-Narra Sonic-
—Es-espera, ¿Acaso Manic es quien te está extorsionando?
—No es viable porque, según Scourge, se encargó personalmente de él —...¿¡Qué acaba de decir!?—. Solo puedo pensar en algun cercano a él...¿Se te ocurre algo? Sé que lo frecuentaste en el pasado, quizá puedas apoyarme dándome un nombre.
—Aguarda Shadow, ¿Estás diciéndome que Scourge m-mató a Manic y ahora alguien cercano a él te está extorsionando con esa foto y más información? —Sé que parezco un estúpido repitiendo la infausta que me ha dado, pero es un hecho: no puedo tomar enserio tal noticia.
Silver vio a Manic para darle dinero a cambio de información, ¡Es mas! En palabras del albino pensaba recibir un retribución por él y me contó que logró huir y...joder, ¿Acaso es que...?
—Pensé que habíamos aclarado ya este tema un poco el día que me lo preguntaste en tu cuarto —¿Pareceré una gallina cada vez que dudo de cosas en donde hay muerte?—. Cuando hablé de silenciar me refería a matar, y quiero comprender que valoras y entiendes mi seriedad desde que me oíste hablar con mi amigo el ave.
—S-si, si, lo entiendo pero, me dijiste que las cosas no habían salido bien y que se había escapado. Entonces es probable que sí sea él en persona quien te esté extorsionando.
—No, Scourge pudo resolver lo de su desaparición y está muerto, hay un correo pendiente con evidencia que debo revisar pero es definitiva su defunción—...no me creo lo que ha dicho, y no con esa naturalidad típica—; entonces la cuestión aquí es ¿Alguien está intentando vengarse? Porque de no ser así...
—¡Querido! ¿En dónde estás? ~ —maldición, ese canturreo me estremece todas las pinches puas.
—Carajo —Parece que a Shadow le irrita igual o peor que a mí—. Sonic, esconderte de ese lado —El oscuro señala el cuarto donde se haya su armario gigante y mientras lo escucho acato sus ordenes—. No hagas ningun ruido. Con mi esposa es más complicado fingir cualquier casualidad.
—Si, si, voy...—Y en un dos por tres estoy dentro, con la luz apagada y con el oído pegado a la puerta.
Así es, lo chismoso nunca se me quita.
-Narra Shadow-
—Pero Shadow, se me secó la garganta de gritarte tanto —Se acerca a mi mejilla y me da un beso que no veo venir por estar poniéndome al fin una maldita camisa, igual el color no me terminó de convencer—. ¿Qué tanto estás haciendo?
—Tomé una ducha, venir de la calle con este clima es de locos, ¿En dónde andabas tú?
—Rosy me invitó al spa, y mira estás preciosas uñas que me puse ¿Te gustan? —Miro sus manos y admito que el carmín le hace juego hasta a mis ojos, mi gesto aprobatorio le halaga—. Me las puse pensando en tus ojitos hermosos ~
—Pero qué novedad ~ —«Que si no conoceré a esta mujer...» Ni siquiera me impresiona a estás alturas—. ¿Hay algún día en el que no pienses en mi?
—Siempre pienso en ti, erizo gruñón —Su ráfaga de besos me desacomodan y por un segundo olvidé que tenía a un intruso en mi armario, así que detengo sus mimos tomándola de los hombros y separándola con delicadeza de mí—. ¿Qué? ¿No te apetece alegrarnos la tarde?
—Me apetece tener algo en mi estómago, no he comido nada y supongo que tú y nuestro hijo tampoco —Realizo una pausa observando sus ojos, me molesta que se ponga lentillas de otro color cuando adoro sus ojos verdecitos como aceitunas—. Hablando de él, ¿Lo viste?
—Me dijo que vendría a llamarte para saber que hacías, pero cuando salí del garage ya no lo encontré, no sé si se habrá distraído con algo más. — «Qué berrinchudo me saliste» parece que mi progenitor recibió un golpe muy duro de parte mía.
A decir verdad, es de los golpes más duros que ha recibido en estos días, más fuertes que el de aquel ratero que le quitó mi dinero «pero claro que yo voy enserio, Silver» con la demostración de hace rato él ya está enterado de que Sonic es mío, y que ya no tiene forma de quitarmelo, no importa lo que haga ni como lo haga, el cobalto no cederá a ninguna de sus peticiones.
Porque decidió ceder primero a las mías.
—Hmph, ese hijo tuyo parece ser cada vez más rebelde y desinteresado. —expreso hacia Amy mientras acomodo su blusa, parece que la efusividad de sus caricias y besos ocasionó ello.
—Déjalo, está pasando su pubertad, hasta eso no nos causa tantos problemas.
—Sí, no tantos... —carraspeo y luego beso a la eriza en los labios—. ¿Podemos irnos a comer entonces? Igual si deseas salir a algún sitio, estoy dispuesto a invitarles.
—¡Sí, sí! Lara me habló de un restaurante de comida rusa buenísimo en Square, ¿Qué tal si vamos? —Qué extravaganza tan asquerosa, no pienso negarme con tal de sacarla de la habitación de una buena vez. Asiento con la cabeza cerrando los ojos—. Bien, iré por mi bolso al armario y...
Sin soltarle de su hombro, le llevo hacia la puerta —¿Por qué no mejor vas a buscar a Silver? Es posible que se haya quedado dormido en su recamara, y no quiero que se quede sin comer —Asiente sin reproches, sigo guiándola hacia la puerta a la par de mimarle con unos besos en el cuello—; digo, tú eres más gentil a la hora de convencerle de salir, yo iré por tu bolso, me encargaré de que combine con tus nuevas uñas.
—¡Por favor! Y ponte una camisa del mismo tono, esa te hace ver más viejo. —¡Gracias por el cumplido, estúpida! No me deja darle una jalada de greñas porque se sale rápido riéndose de su comentario, ¡Uff! Almenos ya se ha marchado.
Inmediatamente vuelvo hacia la puerta del armario pero noto como el peliazul está ya sacando sus ojitos por el rabillo de la madera. Le abro la puerta de golpe y se viene de bruces, afortunadamente no se parte la boca.
—¡Ay, joder! Eso estuvo muy cerca...—La manera en la que exhala es demencial. Percibo incluso aún humedad en su frente y pecho pero debe ser sudor dada la tensión del momento.
—Lo sé. En fin, Sonic, supongo que ya oíste que saldremos a comer —Asiente volviendo a reacomodar su ropa y no suelta el cabestrillo de sus manos—. Puedes pedirles comida a las sirvientas, y cualquier otra cosa que necesites, no lo dudes.
—Está bien. No hay problema. —Me dispongo a entrar al armario otra vez, buscando en el nivel superior la bolsa de mi esposa y a la par, otra maldita camisa que no me haga sentir un señor de 80 años.
Me entretengo por unos minutos, hasta que encuentro la prenda adecuada y con velocidad y entusiasmo tomo un bolso pequeño de tono carmesí para lanzarlo a la cama, es allí donde me percato que Sonic sigue en la habitación, mirándome detenidamente todo lo que hago, ¿Qué carajos le sucede?
—¿Por qué no te has marchado? —expulso con cierto reproche, hasta me siento incómodo.
—Eh yo...bueno, no me dijiste que ya me fuera —¿Este erizo está hablando en serio? Mi gesto le responde sin decirle ni una palabra—. O-ok, ¡Dis-disculpame! Yo...
—Debiste irte en el momento que Amy salió. Lo que hicimos ya terminó por ahora. —Veo una extraña mueca marcarse en sus comisuras, es como si no hubiera prestado atención y quisiera decirme algo más, algo que por supuesto me está intrigando.
Después de todo estamos teniendo intimidad mas clara y quizá ahora tenga muchas preguntas sobre que pasará con "lo nuestro", sí, eso siempre pasa con los nuevos.
Cabizbajo, da media vuelta y me siento en la necesidad de interrumpir su salida: —¿Quieres decirme algo mas?
—Prefiero hablar alrato que regreses, tampoco quiero cortar tu avance para salir con tu familia. —Ahora su gesto parece podrido, «joder, no me digas que...»
—Sonic, ¿Qué es lo que pasa?
—En serio Shadow, hablamos alrato. Iré a realizar mis labores domésticas. —Y termina por ignorar mi último llamado que le hice en el marco de la puerta.
Me siento cabreado ahora.
¿Ese, su sentir desplazado...es como si se trataran de celos? No tiene ningún sentido para mí. Es más, en otras circunstancias, la distinción es clara desde un inicio: no importa cuantos amantes tenga, mi esposa está por encima del resto en mucha ocasiones.
Pero esta ocasión, se siente tan diferente que me preocupa genuinamente el sentimiento del cobalto, ¿Por qué este erizo me está provocando tantos dolores de cabeza?
-Narra Silver-
—Mamá, en serio, no tengo ganas de volver a salir a la calle.
—Por favor Silv, tu padre nos invitará a comer —Tú padre, si, mi bendito y maldito padre...—, no despreciemos su gesto, ha estado estresado por el trabajo y yo creo que es grato que podamos salir en familia un momento, aprovechemos lo que queda de domingo.
Refregando mi cara pálida, me enderezo sobre el colchón y exhalo—. Ok mamá, pero por favor no vayamos a comer algo tan extravagante porque tengo un poco de náuseas.
—Hay mi niño, lo platicamos, ¿Si? ~ —jala mis mejillas, ¡Ouch! Realmente esos mimos son dolorosos—. Tampoco quiero que te enfermes. Alístate y baja pronto, no tardes.
Se marcha sin cerrar la puerta, yo vuelvo a pegar una exhalada sin tener concentración...solo tengo la imagen de Sonic empapado en el cuarto con papá parcialmente desnudo.
Ni siquiera quiero imaginarme nada, todo me parece torcido y degenerado, cuando hace unas semanas era la mejor oportunidad de mi vida, ¿Apoco puedo cambiar tan drásticamente de opinión?
Y mientras me quejo de mi, pasa por el pasillo el erizo al que ahora también tengo atravesado con recelo. Mi cuerpo está actuando solo y parece que mi boca también.
—Sonic, ven un momento por favor. —He hablado como mi padre, con una orden tan clara y áspera. Se frena en seco antes de bajar las escaleras.
Me mantengo al filo de mi colchón, como si este fuese mi lugar seguro del que no quiero salir, no sé qué es lo que pretendo decirle o hacer, pero he estado actuando tan atrevidamente que no creo detenerme.
Ya no quiero detenerme.
—¿En qué te puedo ayudar, Silver? —expresa al filo de mi puerta con la postura de un moso mas. Sostiene su cabestrillo con ambos manos y entonces, me siento acalorado.
—Necesito que hagas el quehacer de mi cuarto, tengo entendido que nadie lo ha hecho en este fin de semana.
—Está bien...igual podría llamarle a Berta ya que ella se encarga del aseo de los baños y...
—¿Acaso no oíste lo que te estoy diciendo? —Con los ojos más abiertos de lo normal, me mira sorprendido después de mi pausa—. Quiero que lo hagas tú, después de todo, veo que ya no te duele el hombro tanto, ya no traes puesto tu cabestrillo—. Se mira como si hubiese olvidado ese detalle.
Y para su sorpresa, me pongo de pie frente a él con una vibra más intimidante que para nada me pega.
—Sil-silver yo l-lo haré, pe-pero...
—¿Pero qué, Sonic? ¿Qué pero piensas ponerme? —Callado, no alza su mirada para verme—. Si ya estás en la disposición y actitud de acostarte con mi padre, también estarás en la disposición y con toda la actitud de hacer tus labores domésticas que te correspondan ¿O estoy equivocado? —No dice nada, escucha con temor, incluso parece encogerse de que alguien oiga todo, cosa que a mí no me está importando—. Saldré con mi familia, así que quiero mi cuarto ordenado cuando regrese, eso incluye el aseo de todos los rincones y el acomodo de mi cama y de mi ropa...si no puedes hacer eso entonces házmelo saber de una vez y buscaré a alguien realmente competente para que lo haga —Sostengo su hombro como si le brindara apoyo y consuelo— y así dejaré que tú sigas siendo la nueva putita preferida de mí padre, de tiempo completo, ¿Te parece la idea? —Por más que sacudo y sobo su hombro está tenso, demasiado tenso—. ¡Ah! Y claro que puedes decirle a él que estoy siendo...¿como diría él? ¿Sincero y benevolente? Si, coméntale eso, porque eres un buen perrito que ahora clamará todo lo que llegue a tus oidos...tú dicelo, ¿Si? Se el buen Chihuahua que eres para él, te pagará con un buen hueso listo para que lo muerdas...
...Sí, esto se saldrá totalmente de mis manos.
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