Capítulo 3 - Días de estrés limitados
-Narra Sonic-
Regreso al departamento con el sol en mi espalda anunciando la llegada del amanecer, me siento mal pero a la vez relajado por ese trago... ¿quién lo diría? Un tipo riquillo me invitó a beber y entablamos conversación sin tratarme de a menos o como una repugnante rata...que jodida es la vida.
Subo las escaleras desganado y toco la puerta esperando a que Espio me abra...dudo que ya se haya ido al gym, espero tenga pocas condiciones de querer levantarse tan temprano.
—Voy...—habla, escucho sus pasos dirigirse detrás de la puerta y cuando abre, su rostro se muestra desinteresado como siempre...
—¿No te alegra verme vivo? —expreso con una sonrisa exageradamente marcada en el rostro.
—Ña~, que más da —Se aparta de la puerta y entro cerrando—, siempre la libras, serás un pobre diablo pero con suerte.
—No es verdad —reprocho—, si tuviera suerte no estaría hundido en esta miseria.
Su nariz se mueve acercándose a mí y yo pongo las manos para que tampoco se me arrime tanto...que incomodo.
—¿Bebiste? —Arquea su ceja sorprendido y yo desprendo un monosílabo de mis labios sin dar importancia.
—¡Ah! Eso...es chistoso —hablo dejandome caer en la colchoneta—, un riquillo de la zona de bares y antros me invitó una bebida.
—¿Qué diablos hacías ahí? —interrumpe con claro asombro en sus ojos —. Sólo estabas evitando a tus perseguidores, qué tendrías que estar haciendo con los empresarios esos.
—No es lo que crees —suelto divertido—, eso hice, pero el trio me estuvo siguiendo los talones hasta que entré a un bar para evitar que me hallaran.
No me interrumpe más y me escucha con atención mientras veo que se prepara con la mochila para salir a lo que es seguro el Gimnasio, yo continúo sentado, mirando sus acciones mientras sigo mi relato.
—En ese lugar un erizo me invitó una de esas copas que sólo beben los riquillos, todas raras y adornadas —hablo despectivo—. Platicamos un poco pero yo fui de pocas palabras, él fue insistente; pero cuando me di cuenta que Scourge me había hallado salí de ese lugar a las prisas y, ahora, estoy aquí.
Realizo un ademán con las manos finalizando mi narración, oigo una risa sarcástica de parte de él.
—Bien, pues luego de tu aventurilla será mejor que te des un baño y sigas pensando en cómo resolver tus problemas —Cierra su mochila y la cruza en su hombro dirigiendo su mirada hacia mí—. Iré al Gimnasio, no causes un alboroto.
—Me tratas como tu hermano menor —Me molesta que me de ordenes...aunque las necesite pero me molesta —, ya soy mayor jolin, y lo sabes.
—Pero estoy lidiando contigo, por eso lo hago.
—Ya, ya...vete, quizá cuando llegues ya no me encuentres.
—Espero que sea porque estarás buscando trabajo y no por otra cosa...
—Sí, claro que será por eso.
Se despide con la mano y sale cerrando la puerta, me tiro en la colchoneta y seguro me quedo muy dormido...me siento cansado.
—¡IDIOTA!— una voz espontánea en mis oídos me mueve de la colchoneta haciendo que gire sobre esta hasta llegar al suelo, una risa posterior a mis acciones me hacen notar quién es el que me ha despertado de esa manera tan abrupta.
—Eres un cabrón... —suelto mirando al Camaleón con coraje y me levanto del suelo frío.
—Se supone que ya te ibas a buscar trabajo, ¿Sabes qué hora es? —Realmente me ganó el sueño, no pensé que realmente me quedaría dormido... pero sucedió.
Qué novedad en mí.
—Demonios, lo siento —digo rascando mi nuca y cerrando los ojos—; no dormí mucho, se me pasó el tiempo.
—Pues luego de tu siesta deberías prepararte —habla dejando su mochila y limpiando su rostro con la toalla pequeña—, yo ocuparé el baño así que decide.
—No, solo me cambiaré y ya —respondo levantándome y dirigiendo mis pasos hacia el guardarropa, ¿qué debería ponerme?
Espio va a la ducha y yo saco prenda tras prenda buscando algo adecuado, ¿Camisa? ¿pantalones de vestir? ¡wa! Eso no es lo mio...; abro el cajón de Espio y una playera blanca con detalles negros en la parte baja me cautiva, «quizá se vea elegante en mí» y si ese es el caso...me la pongo, ¡toma ya!
Me apresuro a ponérmela junto a un pescador gris intentando ver que combine, no acostumbro a usar blanco pero sí es elegante... ¿el blanco es elegante? No importa ya.
—¡Ya me voy, Espio! Te veo al rato. —grito camino a la puerta sin olvidar meter en el bolsillo las llaves y mi movil por cualquier cosa.
Oigo un grito en respuesta de él pero no le pongo mucha atención, salgo disparado antes de que se percate que se quedo sin su playera. Bajo las escaleras del edificio hasta parar en la calle, ya es más de medio día y espero poder tener suerte en mi búsqueda.
-Narra Shadow-
Día tan monótono y sin nada interesante que hacer...siempre suelen ser así los días en la empresa y me es bastante... ¡agh! Como me gustaría estar todo el día en un cabaré, o quizá en un antro.
—Me voy de aquí, si sucediera algo con emergencia llamenme. —sentencio a mi secretaria y ella sólo afirma, me he ido muy temprano en otras ocasiones pero no doy explicación alguna, siempre es por ganas.
Cuando salgo del edificio me tomo un respiro y comienzo a caminar por la acera de la avenida; supuestamente un hombre es el "mirón" cuando anda explorando, pero para mi caso, algunas féminas no dudan en mirarme y me es tan descarado y evidente los gestos que hacen...vaya, las cosas de la vida.
Un timbre en mi bolsillo me interrumpe y presiento que es... ¡ahhh! ¿por qué la secretaria siempre le informa de lo que hago?
—¿Ahora que te dijeron? —respondo con un fastidio, ni saludo ni cariño mimoso me dan ganas de decirle.
—Ay, Shady, nada en importancia más que, otra vez, has decidido salir temprano.
—Bien, no me sorprendo —indago sin dejar de caminar—, iré a la casa, ¿está bien? ¿estás ahí?
—Sí, lo estoy, prepararé una comida para los tres, ¿de acuerdo?
—¿Nuestro hijo está también? —pregunto con un aire de sorpresa.
—Hoy sale temprano de la preparatoria, seguramente se te olvidó, pero no importa, es bueno tener una comida en familia.
—Tu deberías estar trabajando —respondo sin sentimiento—, ¿Por qué tan temprano en la casa?
—Porque necesitamos entrevistar a quien sea que venga por el trabajo de limpieza, ¿ya lo olvidaste, otra vez?
—Lo lamento... —suspiro frotando una mano en mi cara...mi cabeza a estado en otro lado—; los días se me hacen tan monótonos y necesito hacer otras cosas.
—Ay querido, tranquilo, ahora que llegues descansarás y disfrutarás la tarde ¿vale? ¿promesa?
—Promesa, querida, los veo en un rato. —Cuelgo sin antes mandar un beso y colocar mis manos en los bolsillos de mi pantalón guardando mi movil.
¿Qué podría hacer? Estoy muy perdido entre mis pensamientos desde que regresé del cabaré y todo es por ese erizo, «erizo azul» joven y maravilloso con una tranquilidad...
Me detengo de momento y me jalo una de mis púas por lo idiota que estoy «¿Por qué mierdas estoy caminando de regreso a mi casa si tengo camioneta? » suspiro ahora con irritación y regreso al estacionamiento para llevarme mi camioneta.
—Estás perdido, Shadow the Hedgehog, estás súper jodido.
-Narra Sonic-
Los jardines de esta parte de la ciudad están muy bien cuidados y acomodados... ¡con el simple hecho de que hay jardines ya es demasiado! Todas las casas son de dos pisos y algunas son de tres, además de ver los automóviles lujosos fuera de las mismas.. ¡uff! No sé si sentirme mal o bien por esto.
Miro las puertas y las rejas de cada casa para ver si hay algún aviso o un papel pero nada, ¡no hay nada! ¿debería de revisar todo el vecindario? Ya me siento cansado con haber llegado hasta acá... ¡agh! «vamos, Sonic, vamos, tienes que conseguir empleo» Conforme camino más hacia el frente las casas se hacen más y más grandes y lujosas, es cómo si estuvieran divididos y organizados por la cantidad de dinero.
Miro la otra acera y me detengo en seco a la par que me agacho detrás de un automóvil, espío como si hubiera algo malo y es que si lo hay: Scourge está caminando de regreso a como voy pero por la otra acera «¿Qué diablos hace por aquí? » dejo que pase y parece que no nota mi presencia en ningún momento, que alivio. Resoplo y continuo mi camino hasta parar en un semáforo esperando a que cambie la luz. Distingo que una camioneta también se detiene por la luz roja a mi costado y mi curiosidad me gana para mirar cómo es la persona que maneja: mi sorpresa es increíble al darme cuenta que, quien maneja es el erizo azabache del cabaré.
Siente mi mirada y voltea topándose con mis ojos ¡Vaya encuentro inesperado! Me mira muy sorprendido y hasta parece... ¿feliz? No puedo evitar sonreír un poco por ver su cara, él no hace ninguna acción más que mirarme con sus ojos profundos, quizá ni me recuerda o me mira así por lo mismo de que le clavé mi mirada, pero yo estoy tranquilo y a la vez sorprendido por las casualidades de la vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top