Número 8

Puede ser muy frontal al decirte algo... cuando se lo propone.




Año: 2019


Quedarse a dormir en la casa de Bokuto tras su reconciliación se sintió como la primera vez que lo hizo. Y Akaashi lo sintió de esa forma una y otra, y otra, y otra vez.

Puede que fuera porque ahora de verdad estaban conociéndose —a las dos personas que yacían bajo las fachadas que enseñaban al mundo por temor a mostrar sus verdaderas caras. Akaashi creía conocer a Bokuto, y tal vez fuera así... pero había mucho más que ello.

El apartamento de Bokuto continuaba igual como lo recordaba —no muy grande para ser una adinerada estrella del mundo del voleibol, pero lo suficiente como para mantenerlo cómodo. Akaashi suspiró en cuanto casi tropezó con unos zapatos de deporte desperdigados por el suelo.

Dio una mirada de cejas fruncidas a Bokuto, quien solo se limitó a sonreír con inocencia y culpabilidad.

—Bokuto-san, no puedes vivir en este desastre —declaró Akaashi—. ¿Qué dirían los periodistas y los fans si vienen a tu casa?

Akaashi no quiso ser tan brusco, pero Bokuto necesitaba mejor sus hábitos de orden. Puede que la cosa no estuviera sucia... sin embargo, la cantidad de ropa y trastos tirados por ahí le hacían pensar que pasó un huracán de clase cinco entre sus paredes.

—¡Akaashi, no seas dramático! —Bokuto aflojó su semblante para empezar a reír—. Si seguramente mis fans sean igual de desordenadas; si tan solo vieras cómo lucen sus dormitorios cuando me mandan nudes...

Akaashi se detuvo. Parpadeó con gran sorpresa.

—¿Acaso tus fans te envían nudes? —inquirió, anonadado.

Bokuto encogió los hombros.

—No es algo que pueda evitar que hagan. Así que cuando abro un mensaje y veo una foto de una señorita con poca ropa, trató de enfocarme en todo lo demás de la fotografía mientras hago lo posible por eliminarla —contó—; lo cual suelen ser sus habitaciones... ¡¿sabías que sacaron un póster mío edición limitada de aquella sesión de fotos que hice en calzones para el calendario de 2017?! ¡Se lo vi a una fan en su cuarto hace dos días!

Akaashi abrió la boca varias veces para decir algo, pero no conseguía que nada saliera de ella. La sorpresa de que Bokuto recibiera nudes —y más aún: que no se atreviera ni a mirarlas— era más grande que el desastre en el apartamento.

—Bokuto-san, ¿y esas cosas no te enojan? —preguntó Akaashi tomando asiento, temeroso, en una de las nuevas sillas del juego de comedor que antes no estaba allí. Cuánto parecía haber cambiado todo en su ausencia—, ¿qué te envíen ese tipo de cosas sin tu consentimiento?

Bokuto se quedó pensativo por un momento. Rara vez Akaashi lo veía tan serio.

—Bueno, bueno, ¿qué más podría hacer, de todas formas? —optó por decir con una sonrisa—. No me molesta en el sentido de que yo soy yo, y yo en particular no haría nada extraño con esas cosas. ¡Además, me encargo de decirles una por una que no quiero nada con ellas! Que no es personal y seguro son muy bonitas, sin embargo, aunque la mayoría sale llorando...

Akaashi dio un largo suspiro. Intentaba imaginarse a un inocente Bokuto rechazando a un montón de muchachitas que le enviaban fotos suyas en un intento por conquistarlo.

Cualquier famoso normal, de seguro, no se tomaría el tiempo para rechazarlas cuidadosamente como lo hacía Bokuto.

Aunque eso despertaba su curiosidad —¿por qué Bokuto se negaba a siquiera darles una oportunidad desde el inicio? ¿Sería por las fotografías?

¿O existiría otra razón?

—¿Akaashi? —inquirió Bokuto, y casi como si leyera sus pensamientos habló otra vez—. Creo que no te he preguntado si tú estás saliendo con alguien...

El corazón de Akaashi se hundió ante la pregunta, pero también le generó un poco de diversión. ¿Acaso él y sus ojeras, además de su inminente calvicie, tenían cara de estar en pareja con alguien más?

El pensamiento era casi cómico, y ya ni siquiera lo decía por viejas inseguridades. Akaashi realmente no tenía el tiempo —ni las ganas— de ponerse en pareja con alguien a esa altura de su vida.

Al menos... no alguien de Tokio.

—No, Bokuto-san —contestó Akaashi con firmeza, y jugueteó un poco con las manos—. La verdad es que no estoy saliendo con nada, aunque no te negaré que tuve algunas citas... pero tampoco estoy tan interesado...

La cara de Bokuto fue un verdadero poema a causa de la sorpresa. Akaashi tuvo la tentación de estirarse para cerrar su mandíbula ligeramente entreabierta.

—Estoy un poco cansado de la gran ciudad, su estilo de vida y la gente acelerada que no se detiene a apreciar cosas pequeñas —se atrevió a confesar Akaashi—. Pero creo que eso es todo, no hay ningún motivo muy extraño...

La cosa le empezó a incomodar luego de varios segundos de miraditas sorprendidas. Se removió sobre su propio lugar.

—¿Qué? ¿Qué es tan sorpresivo? —preguntó tras carraspear—. ¿Acaso tú te estás viendo con alguien, Bokuto-san?

—¡C-claro que no! —exclamó Bokuto apenas terminó su frase. Incluso sacudió la cabeza para dar más énfasis—. ¡Soy un alma libre e independiente! ¡Como los unicornios, Akaashi!

Hizo lo posible por no imaginarse a un Bokuto unicornio, con cabello encrespado de todos los colores y un cuerno en medio de la frente. Falló estrepitosamente, pero antes de que le saliera una carcajada, Bokuto retomó la palabra:

—En realidad me sorprende que no estés con nadie porque eres un gran hombre, Akaashi —dijo Bokuto con cuidado, sin mirarle a los ojos y rascándose la nuca—. ¡Cualquiera estaría interesado en ser tu esposo o esposa! ¡Eres maravilloso! ¡Y muy responsable! ¡La clase de marido que seguro sabe usar una lavadora!

Akaashi suplicó no haberse sonrojado ante tanto palabrerío sobre su persona. ¿Cómo le confesaba a Bokuto que no sabía usar la lavadora y mandaba toda su ropa a la lavandería?

Además, ¿por qué Bokuto estaba tan charlatán...? Ya, que él era parlanchín de costumbre, y nunca tuvo problemas en expresar lo que pensaba de otros...

Pero aquello desestructuraba todos los sistemas de Akaashi. Si bien estaba trabajando en su autoestima, escuchar todas esas cosas sobre su persona le alborotaban un poco.

¿Era Bokuto consciente de las cosas que decía algunas veces, y del impacto que causaban en otros...?

Por supuesto que no lo era. Porque cuando Akaashi creyó que el tema estaba zanjado y podrían regresar a hablar de algo más tranquilo, Bokuto abrió la boca otra vez tras ponerse de pie, y le dejó sin aliento:

—¡Múdate a Osaka conmigo, Akaashi!

CHAAAAAAAN... Akaashi date cuenta

Perdón, me gusta dejarla picando (?) okno skdfhds la razón es que hay uno de los capítulos en donde Akaashi va a narrar acerca de sus propias reacciones ante varias de las babosadas de Bokuto... ustedes saquen conclusiones

Cada vez queda menos OMGGGG sdfkjsd ya quiero que lean las últimas (porque me emociona), pero saben que a la vez no ;;u;; los finales siempre me ponen emotiva, aunque eufórica porque pues obvio poder terminar una historia te da mucha satisfacción. Y porque eso también significa que vendrán nuevas ideas...

Como el mini fic OsaSuna que voy a subir mañana. El primer capítulo, digo (?) serán solo dos, y es una historia re simple y estúpida, pero me emociona jsdfhdsdslf espérenla aquí en esta cuenta, mismo canal y misma hora de siempre (????)

Quién tiene teorías de lo que queda de historia? Qué años creen que vayamos a ver hasta el final? Jijiji

¡Muchísimas gracias por todos sus votos y comentarios! ♥️ Ustedes me alegran los días y semanas. He estado de acá para allá y casi no he entrado a wattpad (debo responder algunos comentarios todavía) pero sepan que cada tanto me meto a leer y siempre me sacan una sonrisa ♥️

Nos vemos el lunes! (o mañana, si es que leen el OsaSuna) Besitos ♥️

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