1: primera razón.

Seguí yendo a esa cafetería con frecuencia, y en cada una de las veces, tú siempre me atendías a mí, con esa hermosa sonrisa llamativa, ya sabías lo que siempre pedía.

Y esa fue la primera razón...

Tu sonrisa llena de libertad, sin ataduras, completamente feliz, no lo notaste en ese momento, pero no podía apartar a vista de tus labios cuando sonreías para mí.

No quería que nadie más la viera.

Me enfurecía ver que le dedicabas la misma sonrisa a las otras personas a las que atendías, tus ojos que se cerraban cuando mostraban tu dentadura perfecta me llenaba de ternura. Era imposible para mí perderte de vista en ese lugar lleno de caras comunes. Sólo tú destacabas.

Aún sigo enamorándome de la forma en la que me dabas la cuenta, hacías un pequeño puchero mientras hacías la suma mental de todo lo que había pedido para verte por un rato más.

Sé que no sólo yo lo noté, eso me hizo fruncir el ceño, y sé también que tú lo notaste. Esa vez no me despediste con una sonrisa, pensaste que habías hecho algo mal, me desepcioné un poco por haber causado esa reacción en tí. Lo siento.

Pero yo sólo me fuí, esperando a verte al día siguiente y que volvieras a recibirme con esa sonrisa que me encantaba.

Y así fue.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top