Capítulo 6
Kayden me ayuda a bajar de Fénix, al instante los encargados se lo llevan para hacerlo descansar y el príncipe me guía de regreso al jardín; Rey me salta encima al verme.
- Hey, hola amigo.
- Así que ya regresaron...
Kayden se tensa al escuchar la voz de su hermana mayor, yo me reí en silencio mientras acariciaba a Rey.
- Ah... hola, Lari... ¿Qué querían mamá y papá... ?
- Aparentemente nada... querido hermano. Ahórrate lo que tengas que decir, ya me di cuenta de tu plan.
- Bueno... pero funcionó.
Larissa le da un golpe en la frente por lo que él se queja, ella se me acerca suspirando y negando con algo de diversión.
- Al parecer no tuvimos mucho tiempo... es una pena, quería conocerte más, Lena.
- ¿Sí? Pues... lo dejamos para otro momento entonces.
- Seguro, en un rato sí tendré más cosas que hacer. - hace una mueca de queja pero sonríe - Mañana veremos que tal las cosas.
- Por supuesto.
Ella se despide con la mano y cuando pasa junto a Kayden le da otro golpe en la frente que lo hizo volver a quejarse. Me reí un poco pero entonces aparecen los gemelos.
- Oigan ustedes dos. Ya casi es hora de almorzar ¿Nos acompañas? - pregunta Asher mirándome.
- Am... seguro.
- Excelente. Vamos entonces.
Ambos se colocan a mis lados y me hacen caminar mientras me hablan e intentan conocerme más, realmente tuve que pensar mucho para crear excusas... sus preguntas eran de no acabar.
En fin... espero que aún no me pregunten el porqué no me he ido de aquí si ya estoy mejor... ¿Qué puedo hacer para ganar más tiempo y confianza... ?
- Oye. Lena. - escuché la voz de Aarón pero no hice caso - Lena... oye.
¡Ay tarada, tú eres Lena! Sí, cierto.
- Ah, sí... eh ¿Qué sucede?
- ¿Estás bien? Pareces distraída.
- Oh... am... No es nada, solo... estaba pensando... y eso.
- ¿Ah sí? ¿En qué?
Que curioso.
- En nada... nada. Hm... mejor nos apresuramos o seremos los últimos en llegar.
- Tienes razón. ¡Vamos!
Aceleramos el paso y fuimos hasta el comedor donde nos encontramos con los demás hablando animados. Azriel igual hablaba contento pero al verme continúa con su expresión seria e indiferente.
Dios, que malhumorado.
***
***
- Rey... no me despiertes nunca...
Me tiré en la cama luego de un día bastante largo en donde los hermanos se peleaban por con quien estaría conmigo. Todos a excepción de Azriel, claramente.
Hasta los reyes me pidieron hablar de a uno, estuvieron todo el día interrogándome para saber sobre mi y yo tenía que hacer mi esfuerzo para recordar mis mentiras. Que estrés.
Bostecé y suspiré profundo, solo que al terminar aquel suspiro ya me había quedado completamente dormida...
Hasta que, fue como despertar en un lugar oscuro y desconocido, me levanté del suelo notando el humo a mi alrededor.
- ¿Am... hola?
Mi propia voz hace eco por el lugar, volví a revisar a mi alrededor pero me sobresalté al ver y escuchar algo muy fuerte frente a mi, tuve que cubrir mis ojos para no encandilarme.
- ¿Qué... ?
- ¡Tú!
Caí al... suelo, y me arrastré al escuchar la fuerte voz de aquella bruja que me había traído.
- Se supone que tienes que hacer algo para matar a la familia Real. No jugar con ellos.
- ¿Cómo piensas que lo haré tan fácil? Ni siquiera puedo matar a una persona ¿cómo esperas que consiga idear un plan para matar a ocho?
- ¡Apresúrate! ¡Más te vale darte prisa! O te mataré antes de lo que te imaginas...
- Por favor... solo quiero regresar a mi mundo, no quiero hacer esto.
Estaba al borde del llanto. Realmente odiaba tener que hacer esto, no quería... y menos sabiendo que aquellas personas son tan buenas... a excepción de uno, pero... aún así no podía.
- ¡Silencio! ¡O te coseré las cuerdas vocales!
Mi boca se cerró en automático, tenía miedo de que lo hiciera... viendo la situación, era capaz de hacerlo.
- Comienza a actuar, o jamás regresarás.
Aquella luz por la que se comunicaba explota consiguiendo que viera únicamente blanco. Entonces me senté de golpe y con la respiración agitada. Rey chilla un poco y apoya su cabeza sobre mi regazo, preocupado.
- Está bien... está bien, Rey... no me pasa nada.
Sonreí mientras lo acariciaba, él sigue chillando y eleva la cabeza para lamer mi mejilla empapada de lágrimas. Reí un poco pero no pude soportarlo, lo abracé y sollocé junto a él.
- Quiero a Liz... quiero a mi hermana...
Rey vuelve a chillar mientras yo sollozaba. Pensé en todo lo que estaba pasando y realmente lo odiaba. Traté de calmarme, no sé cuánto tiempo estuve así pero al darme cuenta... dejé de llorar.
- ¿Qué debo hacer... ?
Me quedé pensando, traté de crear algún plan para apresurar mi misión, y creo tener la idea...
Fui al baño para mejorar mi imagen, ya que se notaba a leguas que había llorado y estaba mal... así que oculté cualquier rastro de malestar y terminé justo a tiempo. Ya estaba amaneciendo.
Salí de la habitación y fui a buscar a los reyes, esperando por lo menos encontrar a la reina.
Sabía que se levantaba temprano igual que los demás, los gemelos me lo dijeron en una de sus muchas charlas. Dijeron que su lugar favorito era en una zona del jardín con muchos lirios que ella misma había plantado y cuidado, así que va todos los días a ver como están.
- ¿Majestad?
Miré por todos lados para encontrarla pero no la veía, seguí caminando hasta detenerme por los lirios, había intentado no verlos pero ya no podía. Estaban tan bien cuidados que no parecían reales. Me agaché y toqué uno mientras sonreía por su apariencia.
- Los lirios son unas flores muy hermosas ¿No lo crees?
Me levanté de inmediato y al ver a la reina a un lado me incliné en una reverencia.
- Ciertamente, son muy hermosas...
Ella se me acerca con una sonrisa y mira a sus plantas, se agacha para tocar algunas pero me mira.
- ¿Podrías traerme la regadera de allí? Por favor.
Apunta al gazebo en medio del jardín donde habían muchas cosas para el cuidado de las plantas. Asentí y fui a lo que me pidió, regresé con la regadera y se la di.
- Gracias, Lena.
Ella comienza a regar a los lirios, ambas nos quedamos en silencio y solo escuchamos el sonido del agua y los pájaros u otros animalillos de por aquí. No pude soportarlo más y decidí hablar con ella.
- Majestad... necesito... hablar con usted de algo.
- ¿Qué sucede?
- Es que... ustedes fueron tan buenos conmigo a pesar de ser una extraña... y quiero agradecerles.
- No ayudamos a alguien esperando las gracias, así que no es necesario.
- Tal vez... pero quiero hacerlo. Me gustaría formar parte de las criadas del castillo, no necesita pagarme... me sentiré honrada de hacerlo por la familia Real.
Ella se levanta y me mira un momento antes de pasar por mi lado y dejar ella misma la regadera dentro del gazebo.
- ¿Quieres trabajar para nosotros?
- Así es...
- ¿Por cuánto tiempo?
- Si es por mi: hasta mi último suspiro; pero si ustedes deciden sacarme... no pondré objeción.
Ella vuelve a callar, mira a su alrededor, pensando en su respuesta y sonríe finalmente.
- Encuentra a Serafín. Ella es la que te guiará y dirá lo que tienes que hacer aquí.
- Gracias, majestad...
- No agradezcas, y otra cosa... no necesitarás cambiar de habitación, puedes quedarte allí.
Asentí sonriendo ampliamente, le agradecía pero... ahora que lo pienso... ¿le agradezco porque me da la oportunidad de estar más cerca de matar a su familia?
Aquella idea me desanimó y tuve que poner todo mi empeño en no cambiar mi expresión. La reina me hizo acompañarla un poco más en el cuidado de sus lirios hasta que fue a hacer sus deberes y yo a buscar a Serafín.
Pregunté a varios criados hasta dar con ella; al parecer, las noticias vuelan muy rápido aquí porque nada más verme ya me comenzó a explicar todo.
- El desayuno está por comenzar, tu primera tarea será llevar esto a la mesa. - menciona Serafín dándome el jarrón.
- Seguro.
Lo agarré y suspirando y esperando que no se me cayera y cometiera una estupidez, salí de la cocina y fui hasta el comedor donde estaban todos hablando.
- ¿Entonce... dónde está Lena? - preguntan los hermanos.
- Justamente allí viene.
- ¿Eh?
Todos voltean a verme, me sentí realmente nerviosa al instante... mi cuerpo comenzó a temblar por eso mismo y puse más esfuerzo en mi equilibrio.
- Buenos días...
Saludé a la vez que dejaba el jarrón en la mesa, los gemelos dejaron caer los panes que traían en la mano y Larissa estaba con la boca abierta.
- ¿Qué? ¿Por qué ella es la que trae el jugo? - pregunta Azriel con cierto tono molesto.
Yo me hice a un lado y unas criadas me hicieron señas para que fuera junto a ellas y las imitara, así que me paré a un lado de una y como ellas, junté mis manos al frente y bajé la cabeza.
- Esta mañana, Lena me pidió formar parte de la servidumbre como forma de pago por nuestra amabilidad en recibirla aquí.
- Pero, madre... ¿Nosotros no ayudábamos sin esperar nada a cambio? - cuestiona Larissa.
La reina me mira esperando a que yo respondiera el porqué de mis acciones y decisiones. Levanté la cabeza.
- Eso fue lo que la reina había mencionado, pero realmente quiero hacer esto... como muestra de mi gratitud, ya que... no tengo de que otra forma mostrárselos.
La reina sonríe por mis palabras y continúa su desayuno. Los príncipes solo se quedan mirándome sin saber que más decir pero Kayden suspira.
- Si es fue su decisión... entonces no podremos interferir con ella...
Sonreí y volví a inclinar la cabeza antes de sentir que la criada a mi lado me tocaba el brazo y me hacia señas para dar media vuelta y regresar a la cocina.
Suspiré aliviada ya que había salido bien, pero enseguida me hicieron hacer más labores los cuales... ¡Realmente no quería!
Ni siquiera podía tener ordenada mi habitación ¿Cómo esperan que limpie un castillo entero? Creo que no lo pensé muy bien... ugh.
Resoplé cansada de todo, pero tenía que seguir limpiando si no quería escuchar las quejas de Serafín. Esa mujer debe relajarse un poco, nos tiene a todas dando vueltas por todos lados que no nos deja descansar ni un minuto.
- Lena, ve a comprar lo de esta lista con Tiara.
Serafín me apega la lista de compras al pecho y me empuja hasta la salida trasera del castillo, cierra la puerta tras de mi y yo resoplé. Vi a Tiara esperando en la carreta junto al hombre que la llevaba.
- Tranquila, con el tiempo te acostumbras. - dice ella sonriendo leve y dejándome un lugar a su lado.
- No creo que vaya a acostumbrarme... - me subí junto a ella.
- Es un poco dura al comienzo pero es para que no intenten pasarla por encima. Cuando te vea mejor, notarás el cambio.
- Está bien... - Tiara da la orden de avanzar y el hombre hace que los burros tiren de la carreta, cruzamos el puente que dividía el castillo del pueblo y llegamos a este - ¿Qué debemos comprar?
Desdoblé la lista y esta se alargó hasta mi cintura... miré todo con asombro pero me quejé en voz alta consiguiendo que Tiara riese por mi reacción.
- Es para el castillo ¿Qué esperabas?
- No lo sé en realidad.
- Vamos ya, así acabamos antes.
Sonríe y nos hace bajarnos para guiarme por el pueblo en busca de todo lo que pedía en la lista. Realmente hacen banquetes tres veces al día, no sé porque no me lo esperaba.
Creo que nos tomó más de tres horas conseguir todo, hasta el hombre y sus burros estaban cansados de esperar o levantar las cosas.
- Y listo, solo nos falta una cosa.
- Por fin...
- Vamos, Lena, aguanta un poco más.
- Eso intento.
Suspiré y Tiara me ayuda a seguir caminando, pero entonces yo me detuve al escuchar algo.
- ¿Hm? ¿Qué pasa? - pregunta Tiara.
- Creí oír algo...
- Hay muchas personas aquí ¿Segura escuchaste algo que fueran ellos?
- Bueno... tienes razón... seguro me habré confundido.
- Entonces sigamos.
Miré hacia todos lados, incluso arriba... sentía una opresión de intranquilidad en el pecho.
- Sí...
Me giré hacia Tiara y la seguí, pero en ese momento algo explota tras nosotros, caí al suelo por eso y todos comenzaron a gritar y correr.
- ¡Son los dragones!
No otra vez...
- ¡Lena!
Escuché el rugido gutural de un dragón mientras Tiara intenta arrastrarme para sacarme de allí. Miré por encima de mi hombro al dragón que había aterrizado. Alzo sus alas y rugió de nuevo, su cuerpo se agrietaba como si tuviera lava en su interior pero su exterior fuera hecha de obsidiana.
Lanzó grandes cantidades de fuego a los alrededores, aparté mis pies justo a tiempo de que su fuego me llegase pero el calor fue como haberme quemado igual.
- ¡Lena, vámonos, ya!
Hice caso finalmente a Tiara, salí de mi shock y corrí junto a ella. Vimos a los caballeros apareciendo y corriendo hacia el dragón.
No los presté más atención y corrí por mi vida hasta el castillo donde llegamos con Tiara. Caímos al suelo cansadas de tanto correr, escuchamos los rugidos lejanos del dragón pero ya muchos nos comenzaron a rodear.
- ¡Dios mío! ¡¿Están bien?!
- Sí... - responde Tiara a todo mientras yo solo trataba de calmarme.
Mi cuerpo temblaba y mis piernas no las sentía.
- Era un Obsidian... apareció de la nada.
- ¿Obsidian... ?
Murmuré confundida pero miré nuevamente hacia donde estaban acabando con el dragón.
- ¿Lena, estás bien?
Serafín viene a socorrerme junto a las demás, asentí sin poder pronunciar más palabras. Ella me ayuda a levantarme y me lleva hasta dentro del castillo. Allí me atendieron lo necesario para que pudiera calmarme al igual que a Tiara, y en poco tiempo lo hicimos.
Escuché un ladrido y al instante vi a Rey correr hacia mi, saltó apoyándose en mi regazo y yo lo abracé con fuerza.
- Tranquilo... estoy bien. - susurré.
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