Capítulo 39

Narra Larissa

Decidí salir e ir a mirar cosas en el pueblo, ir allí y ayudar a los aldeanos era lo que más me gustaba y hacía sentir más relajada. Pero sabía que si me convertía en reina ya no lo podría hacer de nuevo... o al menos no por mucho tiempo o sola.

Lo he pensado mucho desde que tengo uso de razón, ser reina me parecía realmente impresionante y me gustaba la idea... pero cuando empecé con mis lecciones y tuve que ver mejor a mis padres y a mi hermano mayor en como trabajaban... no me gustó tanto como pensaba.

Resoplé pesadamente.

- Ah, princesa.

Miré a un lado al ver a una de las mujeres que tenía su stand saludándome con una sonrisa. Le devolví el saludo y seguí caminando, hasta que vi a un hombre al cual se le habían caído las frutas de su carreta, por lo que fui a ayudarlo.

- Oh, princesa, no necesita hacer esto.

- No, pero quiero hacerlo Joseph.

Sonreí y le dejé las frutas que había agarrado en su carreta. En realidad, paso tanto tiempo aquí que ya conozco a casi todo el mundo.

- Muchas gracias, princesa.

- No es nada.

- Princesa, aquí.

Me di vuelta al escuchar una voz femenina y me acerqué a uno de los puestos de comida, sonreí ampliamente gracias al delicioso olor y la amable chica tras la mesa. Me dejó agarrar cualquier cosa que quisiese de las muestras.

- Está realmente bueno...

- Si lo dice la princesa, es que es verdad. Muchas gracias.

Amplié la sonrisa sintiéndome mejor y casi olvidándome por completo del caso sobre ser la heredera al trono. Una cosa llevó a la otra y me la pasé en el pueblo recorriendo todo el lugar, ayudando y probando cosas. Entonces me encontré a unos niños jugando en el lodo con tanta felicidad. Si supieran que después tendrán que bañarse...

- ¡Princesa!

Ellos giran su cabeza rápidamente para verme luego de la alerta que les dio uno de los niños. Reí leve y saludé con la mano.

- Hola, niños cubiertos de lodo.

Ellos cruzan sus brazos tras su espalda y mientras unas sonrisas traviesas que me hicieron reír de nuevo.

- Si saben que luego tienen que bañarse ¿No? Qué dirán sus padres cuando les vean.

- ¡Pero es divertido!

- ¡Sí, yo no quiero bañarme!

- ¡Juegue con nosotros princesa!

Levanté las manos a modo de paz mientras retrocedía un paso.

- Sí... bueno... no puedo, estoy algo ocupada...

- Aw por favor...

- Se divertirá con nosotros.

- Y no lo dudo, pero... prefiero estar limpia.

Ellos hacen muecas de súplica pero yo seguía firme a mi decisión de no querer ensuciarme; pero entonces, uno de ellos, el más travieso, hace una bola de lodo.

- ¡Princesa, piense rápido!

- ¿Eh?

Para cuando me di cuenta, la bola de lodo ya iba hacia mi rostro. Me cubrí con ambos brazos pero pero nada pasó.

- Esa no es forma de tratar a una mujer y menos si es una princesa... Un "no" es no.

Cuando abrí los ojos los abrí muy grande al ver a un hombre frente a mi, sujetaba su capa y supe que me había cubierto con esta. Sentí mis mejillas arder por alguna razón, más para cuando volteó a verme.

- ¿Se encuentra bien, princesa?

- ¿A..Ah... ? ¿Y..Yo? E..Eh... b..bueno...

- Princesa, está roja.

- ¡¿E..Eh?!

Miré a los niños quienes reían traviesos y murmurando entre ellos, pero entonces vimos a sus padres llegando.

- ¡Niños ¿Qué hacen?! Princesa, cuanto lo siento...

- No es nada, Marie... son niños...

- Aún así deben aprender a comportarse. Niños, vayan a limpiarse, ahora.

- ¡Pero... !

- Ahora.

Todos se quejan mirando a sus madres pero a regañadientes comienzan a caminar para irse, pero entonces uno grita y convierte la ida aburrida en una carrera. Sus madres se despiden de nosotros y yo me quedé en un silencio algo incómodo con el recién llegado, miró su capa y yo a la vez.

- Bueno... debo irme, fue un gusto princesa.

- ¿Ah? Oye... hm... ¿No quisieras pasar al castillo a que te limpien el lodo de la capa?

- ¿Hm? No es necesario, princesa...

- Insisto... después de todo, te han manchado por mi culpa.

Me mira un momento, ojos azules tan intensos pero tan hermosos... un par de mechones de su cabello negro cae sobre estos pero suspirando se remueve el cabello y lo acomoda antes de mostrarme una sonrisa que hace suspirar a cualquiera.

- Está bien... lo que la princesa, diga...

Sonreí y extendí mi mano indicando el camino que tomaríamos.

- Por aquí.

Asiente y se coloca a mi lado al momento de caminar, nos mantuvimos en silencio por un momento pero yo quería saber quien era este hombre al que nunca había visto antes.

- ¿Cuál es tú nombre?

- Declan Lambert, princesa...

Declan...

- ¿Y de dónde viene usted? Jamás lo había visto por aquí.

- Es que por fin tuve la dicha de llegar... hace tiempo quería pasar por el reino de Elysia, más luego de escuchar que su princesa Larissa era la más bella mujer...

Me mira con una sonrisa que me hizo sonrojar y apartar la mirada nerviosa sin saber como reaccionar o que hacer con mis manos.

- ¿Dijeron eso? ¿Quienes?

- Demasiadas personas, y yo tuve que corroborar eso por mi mismo... no se equivocaron.

Me sonrojé más pero sonreí ligeramente, tratando de no hacerlo tan amplio.

- No sabía que mi nombre era tan famoso...

- Pues lo es. Soy un viajero, conozco y escucho mucho... y no hay ni un solo lugar donde no se hable de la hermosa princesa de Elysia.

- ¿Un viajero... ?

- Así es.

- ¿A cuántos lugares has ido?

- A millones que ya no podría decirlos todos porque se me olvidará alguno. Se podría decir que... recorrí todo el mundo.

Lo miré asombrada, lo más lejos que yo he ido fue a la pradera fuera del pueblo. No me han dejado ir más allá por miedo a que me ocurra algo, por ser una princesa...

- Suena fascinante...

Sonreí bajando la mirada un segundo antes de ver hacia el otro lado. Llegamos al castillo donde Mika me recibe.

- Préstame tu capa... Mika se encargará de que la dejen impecable en poco tiempo.

Mika mira a Declan y parece quedar igual que yo, babeando. Reacciona bajando la mirada y haciendo una pequeña reverencia, Declan asiente a lo que había dicho yo y se desprende la capa antes de pasársela a Mika. Okey... esa acción ha sido más sexy de lo que alguna vez habría imaginado.

Declan oe entrega la capa a Mika y ella va rápidamente a lavarla.

En eso, escuchamos rugidos de dos dragones, Declan se alerta y agarra el mango de su espada mientras mira al cielo pero yo sonreí.

- ¿Qué... ?

- ¡Volviste a perder, Kayden!

- No es de caballeros ganar a una dama.

- Excusas. Solo admite que nosotras somos mejor ¿A que sí, Efsun?

Efsun ruge un poco y le lanza un poco de fuego, Kayden consigue cubrirse con su capa.

- ¡Oye!

- ¡Vamos de nuevo!

Efsun ya empieza a volar y Kayden sigue a Rea con Kai.

- Entonces es cierto... He escuchado rumores de que en Elysia hay personas que montan dragones, pero no creía que fuera verdad...

- Mi cuñada tiene un don. Kayden es afortunado.

- Lo puedo ver.

- Tu capa no estará lista por ahora, mientras esperas... ¿Quieres pasear por un tiempo?

- ¿Puedo hacerlo?

- Claro... consideráme tu guía...

Le tendí la mano inconscientemente pero ya no podía retractarme, sonreí con nervios y entonces él me mira y sonríe antes de sujetar mi mano y darle la vuelta para seguido inclinarse y besar mis nudillos. Mi corazón se aceleró en ese instante y sentí un hormigueo en la zona donde sus labios tocaron mi piel.

- Es todo un honor...

- Sí... B..Bueno, vamos.

Me di vuelta y comencé a caminar, él no tardó en colocarse a mi lado de nuevo y fuimos al pueblo para el recorrido.

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