Capítulo 32
- Así que... tenías razón. Esta mujer nos ayudará...
- ¡No la toques!
El general me mira justo antes de tocar a mi hermana. Mi cuerpo comenzó a temblar por no saber que hacer, y si daba un paso en falso... todo estaría perdido.
- Entonces has lo que te diga sin trucos, ni quejas.
Lo miré molesta pero volví la vista a Lizbeth. ¿Desde cuándo la tienen aquí? Bueno, eso no importa ahora...
- ¿R..Rea... ?
- Bien.
El general sonríe, hace unas señas y los soldados se acercan a mi, Efsun hace su intento por volver a cubrirme y usar los rayos pero yo la miré.
- Efsun.
Ella me mira y por mi tono de negación y la mirada ella comprendió. Se detuvo y dejé que los soldados sigan avanzando hasta mi, me sujetaron con brusquedad y me apartaron de Efsun. Me acercaron hasta estar junto a Liz y me tiraron al suelo de rodillas a su lado y frente al general.
- R..Rea... ¿Q..Qué está p..pasando? N..No entiendo nada... ¿Q..Qué... ?
Volteé a verla con una sonrisa para calmarla un poco.
- Liz, tranquila... estaremos bien...
El general ríe a carcajadas a la vez que me toma por la barbilla y me hace verlo elevándome un poco.
- ¿Y cómo planeas asegurar eso? Tú... no sirves para nada.
Me zarandea un poco y me aparta la mirada a la par que se levanta. Nos mira desde su posición pero voltea a ver a la bruja.
- Los príncipes no tardarán en llegar a por ella. Ayúdanos a acabarlos y obtendrás lo que quieres.
- El que está ayudando aquí eres tú. La que los pagará por sus servicios seré yo... no confundas, Raymond.
- Como sea, solo has tu parte. - voltea a ver a unos guardias - Llévenselas.
Los soldados nos agarran a Liz y a mi con brusquedad para levantarnos. Yo forcejeé un momento mientras que Liz soltaba algunas lágrimas por el miedo.
- Esperen.
Miramos nuevamente hacia Raymond quien se acerca a mi hermana, me mira de reojo con una sonrisa que me desagradaba totalmente.
- A la hermana llévenla a mis aposentos... tampoco está nada mal...
Liz comienza a suplicar y pedir que la suelten, yo apreté los dientes con fuerza al igual que cerraba los ojos pensando en lo que podía hacer... pero no tenía nada... nada más que una sola opción.
- ¡Usame a mi! -
Todos se quedan callados, Liz me mira sollozando y Raymond se me acerca tratando de esconder su sonrisa.
- ¿Cómo... dices?
- ¿Estás sordo? He dicho: ...Úsame a mi.
Esta vez ya no lo intenta esconder, sonríe ampliamente, me mira esperando que diga más y yo gruñí leve.
- Si Kayden se entera que me has violado te matará, no cabe duda de ello y será la peor muerte que hayas podido imaginar en tu miserable vida.
Noté nuevamente el temor oculto en sus ojos, tragó con dificultad y yo suspiré.
- Pero... será diferente si sabe que yo me entregué voluntariamente. Solo piénsalo... quitarle la novia al príncipe, lo dejará devastado, él me ama... le dolerá hasta el alma y ustedes podrán disfrutar de verlo sufriendo mientras acaban con él y los demás príncipes que estarán igual de sorprendidos por mi traición.
Por favor que se lo crea...
- ¿Rea? ¿Q..Qué estás diciendo... ?
- Mi hermana no te sirve de nada, ni siquiera podrá complacerte en su estado actual.
Di un paso al frente, los soldados se ponen alertas a mis acciones pero Raymond levanta la mano indicando que se detuvieran; mira al soldado tras de mi y me apunta con la cabeza, entonces sentí como me quitó las cadenas de las manos. Yo suspiré y connesfuerzo sonreí y me acerqué a él.
- R..Rea, n..no...
- Puedo hacer todo lo que nunca pensaste que podrían hacerte... - apoyé mis manos en sus hombros - A mi hermana enciérrala... de todos modos es una molestia para mi. Me tiró a la calle en mi peor momento ¿En serio crees que la quiero conmigo? No me importa.
- ¡¿Qué dices... ?! ¡Yo... !
- Ya cállate, maldita perra.
Ella me mira sorprendida y dolida, lo sabía. La miré con cansancio antes de volver a sonreírle a Raymond, pero él me miraba dudoso.
- ¿Cómo sé que lo que dices es verdad?
- Porque si en realidad le fuera fiel a Kayden... no haría esto...
Todos a nuestro alrededor se sorprenden bastante cuando alcancé a unir mis labios con los de aquel hombre. Incluso la bruja se sorprendió por mi osadía y traición.
- ¿Lo entiendes ahora? Soy todo lo que necesitas... Para el placer, y para conquistar Elysia.
Murmuré contra sus labios y él pareció hechizado, sonríe de lado y continúa mirándome sin decir nada.
- Am... ¿General?
Raymond levanta una mano y mira a sus soldados un momento antes de volver a verme a mi, sonreí más y me acerqué a su oreja.
- Apresúrate... así tendremos más tiempo a solas.
- Encierren al dragón y a la hermana, no me sirven...
- Sí, señor.
- Rea...
Ni siquiera miré de reojo hacia Lizbeth, solo mantenía contacto visual con Raymond quien me toma por la cintura y me hace caminar.
- Vamos... dejaré que me enseñes todo eso que nadie me ha hecho antes...
- Con mucho gusto, general... haré que toque el infierno y el cielo al mismo tiempo...
Su sonrisa se ensancha y me guía por el lugar sin despegarse de mi, escuché los llamados a gritos de Lizbeth pero la ignoré olímpicamente. Entramos en el castillo y fuimos a la habitación asignada para el general quien cierra la puerta tras de sí.
- ¿Y... ? ¿Qué harás?
Sonreí y llevé mis manos a las ataduras de mi vestido para quitarlas y dejar caer este hasta el suelo. Me sentía expuesta pero dejé que se acercara.
- Esto será emocionante...
Me toma por la cintura y besa mis labios por un largo tiempo antes de bajar a mi cuello, pude descansar de sonreír y por un segundo dejé escapar una lágrima mientras lo sentía tocándome y besándome.
Kayden... lo siento tanto, por favor... no me odies después de esto. No lo soportaría...
Limpié mi lágrima a tiempo cuando Raymond me empuja hacia la cama y se coloca sobre mi, se quita la camisa y yo tuve que fingir otra sonrisa. Raymond vuelve a acercarse a mi y besa mis senos con necesidad, comencé a fingir jadeos y gemidos cuanto podía en lugar de soltarme a llorar.
Miré hacia la ventana como si esperara algo... pero ni yo sabía qué, y lo único que obtuve fue el asqueroso toque de este hombre.
No tenía escapatoria... esta vez no podía irme tan tranquila y dejarlo hablando solo como con aquel hombre de hace tiempo... realmente pasaría... y estaba por suceder.
Comenzó a embestirme y yo dejé escapar lágrimas que él creía que eran por puro placer... sin embargo... solo eran las que ya no podía retener.
Por favor que esto termine...
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