Capítulo 25
Narra Rea
Sentí movimiento atrás de mi, lo que me hizo despertar, bostecé mientras estiraba los brazos para desperezarme pero lo de atrás se quita y yo caí.
- Ay...
Me levanté frotando mi cabeza y mirando a mis lados, mi vista estaba algo borrosa pero al acostumbrarme vi al Raikill levantado junto al Ónix quien parece estar bien.
- Supongo que ya te sientes mejor... - sonreí.
El Ónix me mira y juraba ver una sonrisa en su rostro, se acerca y pasa su cabeza por mi haciéndome reír levemente.
- Está bien, está bien, para que me empujas.
Él se aparta y vuelve a acercarse al Raikill con quien frota su cabeza. Los miré enternecida, realmente no sabía como, pero me causaban ternura. Me levanté y caminé hacia el Ónix.
- Déjame ver esa herida ¿Si?
Levanta el ala y yo solté las lianas. Quité el vendaje notando que la sangre se había detenido, el Raikill se coloca a mi lado y ambos inspeccionados la herida.
- ¿Tú qué opinas? - Raikill me mira antes de mirar nuevamente la herida y yo asentí - Coincido.
En realidad solo estaba jugando, no es como que me haya vuelto loca... ¿Verdad?
- Bueno, por tu actitud parece que ya no te duele... así que, estarán bien... ambos...
El Ónix salta alegre y se acerca al Raikill quien era más tranquilo, reí nuevamente pero me acerqué a la entrada de la cueva notando que la tormenta había pasado. Los dos se acercan a mi y miran lo mismo que yo, el castillo estaba allí... a unos cuantos kilómetros...
- Bueno... es momento de irme, ustedes ya pueden hacer lo que quieran, pero aléjense de la bruja.
Sonreí y caminé viendo la bajada que podía usar para bajar de la montaña, eso comencé a hacer pero entonces los dragones me siguen.
- Ah no, quietos... o... vuelen y váyanse donde quieran. - no me hacen caso - Sé que me entienden, no se hagan.
El Raikill hace como un bufido y acerca su cabeza hasta mi, yo suspiré y apoyé mi mano en su nariz.
- No pueden venir conmigo, los demás no son tan amables... a ellos no les importará que estén heridos o sean hermanos...
El Raikill emite un ronroneo y se acerca más a mi, yo apoyé ambas manos en él y lo acaricié un poco. No tenía que hacerlo... no podía... Pero ambos parecían querer venirse conmigo de igual forma. Resoplé y rodé los ojos.
- Okey... pero denme tiempo para explicar todo y que no los maten.
El Raikill se mueve y me muestra su lomo, yo me subí y sujeté de sus espinas entonces se levanta y suelta un rugido antes de alzar vuelo junto al Ónix.
Sonreí mientras los veía y sin creerme lo que estaba haciendo, el viento helado me hizo abrazarme a mi misma y suspirar mientras intentaba no concentrarme en el frío, pero entonces escuché algo parecido a una guerra...
- ¿Qué?
Miré abajo notando lo que se había desatado en el pueblo, los enemigos habían llegado y los demás estaban luchando con todo lo que tenían para detenerlos.
- Oye, por favor, hay que ayudarlos... ¿Están conmigo?
Apoyé mi mano en la cabeza del Raikill quien me mira de reojo, ruge hacia el Ónix quien le responde igual y ambos bajan en picada hacia la batalla.
- ¡Un Raikill, cubranse! - gritan los enemigos.
Entonces la columna del Raikill se vuelve azul y él pasa haciendo una línea de fuego en los cañones enemigos. Dimos la vuelta y vimos al Ónix prendiendo fuego los barcos que habían llegado por el gran río. Sonreí, entonces el Raikill vuelve a ir en contra de los enemigos, aterriza en el suelo y se come a unos cuantos que le había dicho.
- ¡No podemos seguir, retírense!
El Ónix se come al general pero todos los demás salen corriendo con sus caballos y lo poco que les quedó. Dejaron el pueblo y yo me sentí orgullosa.
- ¡Dragones, ataquenlos! - escuché.
- ¡No disparen!
La fuerte voz de Azriel llama mi atención, lo vi acercarse con todos los demás en sus caballos. Me miran muy asombrados, o lo siguiente, yo sonreí. El Raikill baja la cabeza y me bajé de él y lo acaricié, Rey ladra y corre hasta mi.
- Esa sí fue una entrada.
- Amigo... - me arrodillé y lo recibí sonriendo y abrazándolo con fuerza - Lo siento... por todo... no volveré a abandonarte.
- ¿Rea?
Los hermanos bajan de sus caballos y se acercan con cautela ya que... ahora tenía dragones cerca.
- ¿Cómo es que... ? - se pregunta Asher.
- Estás viva... - dice Aiden.
- Y ahora tienes dragones de mascota. - menciona Aarón.
- Y no solo eso, a un Raikill. - acota Kayden.
- Pues sí... - me levanté y apoyé mi mano en el cuello del Raikill.
El Ónix también se coloca a mi lado bajando un poco más la cabeza y yo apoyé mi otra mano en esta.
- ¿Ese no es el dragón que... ?
- Lo es... él solo quería a alguien que lo ayudara para liberar al Raikill - acaricié al Ónix quien ronronea un poco - Y no creo que piense que ustedes eran una mejor opción.
- Por todos los benditos cielos...
Los reyes se acercan mirando a ambos dragones asombrados pero me miran a mi de igual forma.
- ¿Cómo es esto posible?
- Los dragones no son como piensan, ellos solo se defienden y defienden a los suyos... hasta nos entienden...
- Pero han matado a tantas personas... - dice un soldado.
- ¿Y ustedes a cuantos dragones?
Nadie responde, claramente no tenían como hacerlo. Entonces noté que Rey se acercó al Ónix quien lo vio como un amigo, Rey mueve la cola y se apoya en dos patas sobre el Ónix.
- Creímos que habías muerto... - Dice Aiden - No te encontrábamos...
- Lo estaba ayudando a él. - apunté al Ónix - Por tu flecha, Azriel.
- ¿Por qué ayudarías a un dragón?
- Porque vi en ellos lo que veo en ustedes... ambos se protegen y ayudan el uno al otro porque son hermanos. Incluso él decidió confiar en mi si se trataba de ayudar a su hermano menor.
Se miran entre ellos por un momento como si lo entendieran y pensaran en la situación pero con ellos. Suspiran y asienten dándome a entender que me habían comprendido perfectamente.
- Está bien... lo entendemos - menciona Kayden sonriendo - Pero él en realidad es ella.
- ¿Qué? ¿En serio?
Miré al Raikill quien emite un ruido extraño como una risa de dragón, era... sorprendente y un poco aterrador a la vez. Los demás también comenzaron a reír y la tensión entre los hombres y los dragones se disipó, me sonrojé por la pena pero el calor de antes se había ido y volví a abrazarme por el frío, solo que nuevamente sentí algo cálido sobre mis hombros.
Sonreí aliviada y me cubrí mejor, pero entonces sentí un agarre en mi mano que me jaló y luego me abrazó.
- Que suerte que volviste...
Suspiré y sonreí levemente para luego corresponder a su abrazo y esconder mi rostro en su cuello.
- Lamento preocuparte.
- Ahora estoy más aliviado.
- ¡Kayden, hazte a un lado!
Los gemelos y Larissa lo tiran al suelo y me atropellan para abrazarme. Comencé a reír mientras Kayden se quejaba y suspiraba, los otros dos también se acercan.
- ¡Por Dios! ¡Estás bien!
Abracé a Larissa como ella a mi y miré a Azriel y a Kayden.
- Sí... creí que moriría. - mencioné sonriendo aún así.
- No vuelvas a desaparecer...
- Lo intentaré.
Ella me suelta sonriendo con las lágrimas a flor de piel pero se notaba que estaba feliz. Se aleja para que los demás hermanos puedan acercarse, sin embargo... solo uno me importaba mucho más en ese momento.
Azriel se me acerca y yo sonreí ampliamente.
- Rea... eres increíble, lo digo en serio.
- Y viniendo de ti, me sorprende. - me crucé de brazos.
- Otra vez... - sonríe con diversión y los demás ríen - Pero hay algo que debes saber...
Los cinco hermanos se colocan al frente mío, supe enseguida de qué se trataba y me puse nerviosa. Miré a mis amigos no humanos quienes me miran de reojo.
- Rea, a pesar de todo... te has ganado nuestro afecto o mejor dicho, y me atrevo a decir por todos, que... te has ganado nuestro amor.
Sonreí apenada y sonrojada, aparté la mirada un momento pero los volví a ver, dándome cuenta que se habían arrodillado frente a mi. Abrí los ojos de par en par por aquello.
- ¿Q..Qué qué hacen... ? Basta que me pongo nerviosa - ellos se miran y ríen entre dientes pero continúan - ¿Larissa?
Ella me mira sonriendo pero levanta las manos y retrocede hasta estar junto a sus padres quienes en lugar de estar preocupados, molestos o algún sentimiento negativo, estaban sonriendo.
- Rea... - miré a Aiden - Sé que soy menor, y sé que me falta mucho por aprender sobre relaciones... pero te puedo asegurar que sería el que más compartiría tiempo contigo, ya sea leyendo o haciendo otra cosa.
- Aiden...
- Tal vez la lectura no me fascine tanto como a Aiden... - miré ahora a Aarón - Pero puedo hacer que te diviertas mucho más de lo que haces leyendo, e incluso puedo leer algo que me recomiendes... solo por ti. Pero te aseguro que seré el que te saque una sonrisa todos los días hasta en los momentos difíciles.
- Aarón...
- Es verdad que el más divertido de nosotros dos es Aarón, es el gemelo que sacó esa parte... - ahora miré a Asher - Y diría algo como: te seré leal hasta que muera... pero... siendo sinceros, yo me arrodillo ahora para pedir disculpas, porque me he dado cuenta de que me había confundido. Perdón Azriel, te quité la magia de lo que dijiste, no es a Rea a quien amo.
Sonreí mucho más de lo que había sonreído hasta ahora. Asher se levanta y yo asentí consiguiendo que su sonrisa sea más grande, pero se da la vuelta y camina hacia Sarah, quien hasta el momento se había desanimado por ver a su amado arrodillado ante alguien más.
- ¿Eh? - Ella ve a Asher acercarse, y él se arrodilla frente a ella - ¡¿E..Eh... ?! -
- Sarha, desde que tengo uso de razón has estado conmigo, crecimos juntos y yo... tuve sentimientos hacia ti que para muchos estaría mal porque... bueno... soy un príncipe... pero hoy... ya no me importa.
Sarah enrojece hasta los pies.
- ¿A..Asher... ?
- Si mis hermanos pueden declarar su amor a alguien que trabajó para nosotros... yo haré lo mismo, pero contigo... Me había confundido con la llegada de Rea pero ahora, y gracias a ella, me di cuenta de que... Te amo, Sarah Dumont, y lamento la tardanza.
Todo queda en un silencio tenso, esperando la respuesta de Sarah quien parecía en shock, entonces yo decidí decir algo.
- ¡Ya bésalo que sigue siendo virgen de labios!
- ¡Hm!
Ella me mira y todos los demás ríen, pero Asher me mira con diversión antes de volver la atención a Sarah quien suspira.
- Asher... También te amo...
Él se levanta y directamente apoya su mano en la mejilla de Sarah para acercarse y besarla. Ella lo acepta completamente roja pero sonriendo y todos, incluyéndome, aplaudimos y votoreamos por ellos.
- ¡Quiero boda! - grité haciendo que Sarah se sobresalte y me mire.
- ¡Cálmate mujer, Dios!
Comencé a reír a carcajadas al igual que otros.
- Sí, que hermoso momento el de nuestro hermano pero creo aún faltamos nosotros. - volvimos la atención a los cuatro hermanos frente a mi.
- Tienes Azriel, y... es mi turno.
Kayden me sonríe y yo volví a sentirme apenada por todo esto, sonreí y reí leve por los nervios pero suspiré y asentí.
- Entonces, Rea... Ya te he dicho una vez todo lo que siento por ti, y el que el día siguiente a ese desaparecieras me rompió el corazón de mil maneras.
Bajé la mirada avergonzada, era verdad... yo lo dejé justo después de eso, me siento terrible por recordarlo.
- Pero no por eso dejé de amarte y no dejaré de hacerlo, ya te lo demostré luego de que confesaras intentar matarnos y yo aún así dormí contigo dándote la oportunidad.
Me sobresalté y miré a todos lados pensando en que todos me mirarían mal por escuchar que intenté matar a sus gobernantes, pero ni siquiera Larissa o sus padres me miraron así... ¿Ya lo saben?
- Rea, una vez te lo dije: no permitiría que te sucediera algo... bueno, lo reafirmo. Pase lo que pase, haré de todo para protegerte... porque realmente estoy loco por ti... Te amo de verdad.
Escuchar esas palabras me hicieron sonrojar como Sarah hace unos momentos, mi corazón se aceleró y yo me estremecí ligeramente.
- Aún no te emociones, que yo no he hablado. - Kayden suelta un suspiro de diversión y mira a Azriel al igual que yo - Tal vez ahora sea difícil convencerte de lo que siento, sobretodo después de lo que dijeron estos tres... Es verdad que empezamos mal por mi culpa, no debí tratarte así ni amenazarte, soy consciente de mis errores... y estoy rotundamente arrepentido, porque... ¿Cómo se me ocurre amenazar a la que después se convertiría en la mujer de mi vida?
Volví a sonrojarme completamente y a acelerarme, tanto mi corazón como mi respiración. Suspiré profundo para calmarme ya que todo esto estaba pudiendo conmigo y no sé si reír por nervios o salir corriendo. Creo que salir corriendo quedaría mal...
- Como sea, a pesar de todo, estoy aquí... haciendo algo que nunca creí que haría y menos en contra de mis hermanos y queriendo que pierdan.
Estos lo miran mal mientras que yo me reí al igual que el resto de su familia, Azriel sonríe.
- Pero ni modo, estoy de rodillas pidiéndole a una chica que me elija a mi en lugar de a ellos... Rea... conmigo no te faltará nada, y quisiera que seas la que gobierne el reino a mi lado... sería mi mayor sueño en esta vida: que seas mi reina.
Okey, mis piernas se tambalean... ¿Estoy cayendo? Sí... estoy cayendo.
- Rea.
- Estoy bien, estoy bien...
Me enderecé gracias a el... digo la Raikill quien me había detenido la caída, apoyé mi mano en su hocico y le sonreí, pero suspiré y volteé a ver a los hermanos.
- Chicos... realmente me siento emocionada y halagada... tampoco es un secreto de que los aprecio y los quiero... pero... - pude ver como la sonrisa de todos titubean pero la de los otros y reyes y Larissa desaparecen - Pero... deben saber una cosa antes, estoy segura de que Kayden ya lo sabe... yo... yo no soy de aquí.
Kayden me mira aún pero los demás se miran entre ellos confundidos, resoplé con fuerza.
- Hace tiempo, me peleé con mi única hermana que me echó de su casa y tuve que vagar en la calle haciendo cosas, por las que no estoy orgullosa, para conseguir un techo y comida... Fui horrible con todos y una bruja tuvo que aparecer y traerme por un portal hasta aquí para que me diera cuenta...
- ¿Qué es lo que dices, Rea? - pregunta Aiden.
- Digo que... yo vendo de un mundo donde todo es más avanzado y no hay dragones. Ustedes se preguntan por la rareza por la raza de Rey, pero de donde yo vengo... es una raza común. Tampoco existen los reinos conocidos por ustedes...
- Entonces... ¿Realmente no eres de aquí? - dice
- Así es... y es por eso que no creo que sea lo mejor... que se enamoren de mi... porque si hay alguna forma... debo volver, porque debo disculparme con mi hermana.
Los hermanos se deprimen por un momento, yo resoplé, me di vuelta hacia Rey quien chilla y se frota contra mi pierna un momento, lo acaricié y miré a los dos dragones.
- Pero... - volví la mirada a los hermanos - ¿Qué pensarías si dijéramos que... eso no cambia nada... ? qué aún así te amamos, Rea, realmente lo hacemos.
- No importa que vengas de otro mundo, aún así, lo que sentimos por ti sobrepasa todo eso... y queremos estar contigo - miré a Aiden quien sonreía como los otros tres.
- Te ayudaremos a encontrar una forma para que vuelvas a reunirte con tu hermana, pero mientras eso sucede... déjanos amarte, déjanos adorarte como deseamos hacerlo, pero somos conscientes de que solo uno de nosotros es quien se ha ganado el derecho a ser correspondido por ti.
- Así que... Rea... ¿A quién de nosotros escoges?
Los miré, los cuatro levantan una mano tendiéndola hacia mi esperando que agarre la de uno, sabía que esto los ponía nerviosos y no me gustaría que pelearan por algo así.
- Realmente... odio las desiciones... - mencioné cubriendo mi boca por un momento.
- Te aseguramos que no tendremos resentimientos por quien escojas... ya que solos conscientes de que no podemos manejar tus sentimientos.
Son mejores que los hombres de mis tiempos, Dios... ¿En serio tengo que volver allá?
- ¿Lo prometen? - entrecerré los ojos mientras los veía, ellos sonríen con diversión.
- Te lo juramos.
Suspiré profundo y asentí, me acerqué un poco a ellos y me los quedé mirando a cada uno por un momento antes de tomar mi decisión.
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