Capítulo 21
Mientras más lo pensaba, menos lo creía. ¿Cómo alguien como Kayden le puede gustar alguien como yo? No tiene sentido alguno para mi, o es que no quiero encontrarle el sentido. Quizás solo es el miedo hablando, miedo a que pase lo mismo que con Marco.
Pero... el despertar y que estuviera a mi lado, abrazándome, es lo que hace que otro sentimiento más lindo apareciera, opacando al anterior y diciendo que no, que esto es real.
Suspiré profundo y con cuidado aparté su brazo de mi cintura, me levanté y lo miré por un momento; un sentimiento nuevo encendió algo en mi corazón que rápidamente me hizo acercarme a él y besar sus labios con intensidad.
- Lo siento...
Se trataba de la culpa, o eso creo... me sentía culpable porque sé qué tengo que hacer ahora. Me alejé y fui a cambiarme, me aseé y arreglé mis cosas, busqué a Rey en la habitación de Larissa, y como lo había previsto, estaba con ella ambos desparramados y Lari oliendo las patas traseras del perro. Sonreí en silencio pero entonces Rey nota mi presencia y se levanta, bosteza y se acerca a mi.
- Rey...
Me agaché hasta arrodillarme frente a él y lo abracé. Sentí una opresión muy fuerte en el pecho que casi me hizo retractarme de todo esto, pero me separé.
- Rey, lo siento... aquí estarás a salvo, quédate y cuida a Lari ¿Si?
La miré, ella ronca un poco. Todo este tiempo creí que el que rondaba era Rey. Al parecer no.
- Te amo y te amaré por siempre, amigo...
Acuné su rostro en mis manos y besé su cabeza con ternura, escuché un chillido de su parte. Le sonreí y me levanté, iba a irme pero él se coloca a mi lado para irse conmigo.
- No, Rey. Tienes que quedarte.
Chilla de nuevo y yo resoplando levanté mi brazo apuntando dentro de la habitación, Rey agacha un poco la cabeza y entra cabizbajo; me sentía mal, pero esto debía de suceder.
Cerré la puerta y me fui escabulléndome por el castillo, me sabía todos los horarios de los guardias así que no fue un problema. Llegando al pueblo me puse la capucha de la capa que había agarrado. Pase por allí hasta ver a la familia del hombre que me había ayudado en mis comienzos, cubrí mi rostro y pasé junto a ellos sin que me notaran. Cuando lo hice miré por una vez más como él y su hija reian y la madre los miraba enternecida.
Por un momento me imaginé una vida así, uno de mis sueños fue ese...
- ¿Huh? La señorita...
Abrí los ojos de par en par y me di vuelta para mezclarme con la gente y alejarme perdiéndome de la vista de esa familia y más de la niña que me había reconocido al verme.
Vi la salida del pueblo y al salir por esta suspiré nuevamente, mis pasos se volvieron pesados y pensé en retroceder y volver, pero no lo hice. Agaché la cabeza y resoplé un par de veces mientras aceleraba mis pasos para alejarme y cuando me di cuenta, estaba en una colina donde podía ver todo el reino.
Volteé la mirada hacia allí, el sol comenzaba a alumbrar las torres más altas y cada vez agarrando más terreno. Sentí una lágrima correr por mi mejilla pero suspiré y volví a caminar.
Realmente no tenía ni idea de a dónde iba pero estaba segura que no haría falta, solo necesitaba alejarme del reino. Vi entonces una carretera y pasando por ella una carreta, me acerqué poniéndome en el camino de este.
- ¿Ah? ¿Qué hace? Apártese del camino.
- Disculpe, me he perdido, ¿Podría llevarme al pueblo Tornet?
Que bueno que estudie un poco de geografía de aquí cuando leía los libros y encontré uno de esos.
- ¿A Tornet, dices? Es a donde voy justamente... pero... ¿Qué me darás a cambio?
Su mirada pasa a mi cuerpo y sabía lo que era necesario. Sonreí levemente y me quité la capa para mostrar más.
- ¿Es suficiente?
El hombre ve mi escote, el vestido fino y sin hombros lo había convencido. Sonríe con ganas y ansias.
- Suba... señorita.
Así lo hice, cuando estuve sentada en la carreta y el hombre dándome la espalda para manejar a los burros, yo borré mi sonrisa. Había hecho esto tantas veces... ¿Por qué me da asco justo ahora?
Pero ni modo... tenía que alejarme lo más posible.
- Y cuénteme, señorita ¿De dónde es usted?
Rodé los ojos. ¿Ahora intenta hacerse del amable y hablador?
- Realmente no recuerdo... tuve un accidente hace poco y mis recuerdos están borrosos.
- Oh, es una pena... ¿Recuerda con quién vivía... o algo?
Inmediatamente pensé en los príncipes y los reyes... sonreí leve pero bajé la cabeza viendo mis manos jugando entre ellas.
- Nada...
- Entonces, le puedo proponer que se quede conmigo. No le faltará nada, ni siquiera tendrá que preocuparse por encontrar un trabajo. Aunque ¿Para qué? Las mujeres no deberían de trabajar fuera de casa...
Además... un machito... que genial... Creo que dejarme matar por la bruja no suena tan mal ahora, incluso la tortura sería mejor que esto.
- ¿Sabes cocinar?
- Pocas cosas la verdad...
- Yo siempre digo: mejor conseguirse una mujer que sepa hacer de cocinar, entre otras cosas, pero bueno. Aprenderás.
Ya da por sentado de que viviré con él, que ridículo. Llegando al pueblo, huyo de él. No toleraré esto.
***
***
- Bien, llegamos.
Miré a todos lados viendo como entrábamos al pueblo, me di cuenta enseguida que era más pobre que el otro. Supongo que las cosas son muy diferentes.
- Mi casa no está muy lejos, podemos...
Dejé de escucharlo cuando se alejó con la carreta y yo me quedé de pie allí. Sonreí aliviada de no tener que escucharlo más, me giré y miré a todos lados para saber cual sería mi siguiente movimiento. Me decidí solo en caminar.
Narra Omnisciente
Kayden finalmente abre los ojos cuando el sol le llega directamente a su rostro. Él recordó al instante la noche anterior y al mirar a su lado, encontró la cama vacía y fría. No se preocupó, debió pensar que había salido con su madre o a revisar con el doctor, su pierna. Aunque no se explicaba el dolor que sentía en el pecho.
Se levanta y va a asearse para seguir con su día normal. Fue a desayunar donde se encontró con los demás en la mesa.
- Ahí estás. - dice Aiden - Te tardaste en levantar ¿Qué hiciste anoche? No. No lo digas, por la sonrisa en tu rostro ya lo sé.
Los hermanos ríen un poco gracias al menor, Kayden igual pero el único que no reía era Azriel.
- ¿Y Rea?
- ¿Rea? - Larissa se mira con sus padres quienes estaban un poco confundidos.
Es verdad que Rea no les había contado a ellos, solo a los príncipes.
- Se fue antes de que despierte, probablemente esté en su habitación. - Kayden mira hacia una de las criadas - Ve a buscar a Lena, por favor.
- Sí, príncipe.
La criada se da vuelta y se aleja.
- Bueno... haciendo de lado el que le dijeran Rea... tengo algo que decir. Rey ha estado deprimido desde que desperté.
- ¿Hm? ¿Le pasará algo? - pregunta Kayden.
- No lo sé, lo vi chillando y acostado en el suelo mirando a la puerta. No quiso comer... ahí viene.
Todos miran al suelo al escuchar las pisadas lentas de Rey quien se acercaba a su sitio del comedor, tenía la cabeza gacha y solo se acostó en el suelo sin tocar ni uno de sus platos.
Kayden se extrañó por el comportamiento del perro, él siempre estaba alegre y más al ver a Rea todas las mañanas. Entonces escuchan pasos apresurados acercarse.
- ¿Ritha? ¿Y Lena? ¿Por qué no vino contigo? - cuestiona la reina.
- Lo siento, majestad... no pude encontrarla.
Los príncipes se miran los unos a los otros pero teniendo la misma duda en sus mentes.
- ¿Será que... ?
- Ritha, pon a todos a buscarla. - ordena Azriel - Si no está aquí, quiere decir que se ha ido...
- ¿Por qué lo haría? No le dimos un motivo ¿O si? - pregunta Aiden.
- No pero sí ya lo tenía desde antes... - menciona Kayden haciendo que todos pasaran su mirada en él.
- Kayden, si sabes algo debes decirlo.
Kayden lo piensa por un momento pero entonces todo tiene sentido. Abrió los ojos de par en par y se levantó.
- Ella tiene una maldición: no poder hablar de quien se la puso. Y tenía una misión al venir aquí, no fue coincidencia.
- ¿Qué estás diciendo Kayden? ¿Cuál era la misión, lo sabes?
- Habla ya, Kayden.
- Ella tenía que matarnos.
Todo se queda en silencio en ese mismo momento. El rey vuelve a sentarse con sorpresa y la reina sujeta su mano. Rey, se levanta y va hasta Kayden, chilla y él le hace algunas pocas caricias.
- Entonces... todo lo que hizo, ser amable, acostarse con nosotros... ¿Todo fue por esa misión?
Las miradas pasan a Aiden. Se sentía muy dolido, más porque su primera vez fue con ella y porque... comenzaba a sentir cosas por Rea.
- Aiden...
- Ella lo dijo. Nos mintió varias veces si no fue en todas. Solo quería matarnos...
- Nada fue real para ella... - le sigue Asher agachando la cabeza y apretando los puños.
- No puedo creer que nos viera la cara de idiotas a todos... - habla Aarón - Menos a ti, Azriel. Tú desconfiabas de ella ¿Por qué no dices que tenías razón o alardeas sobre eso?
- Porque no tengo razones para hacerlo. - Azriel los mira a todos - Es verdad, nos mintió, pero como dices tú Aiden ¿Qué ella no nos lo dijo ya?
- Sí, pero, Azriel...
- Si su misión era matarnos ¿Por qué estamos todos aquí aún? - nadie más dice nada.
- Ella lo dijo, intentó matarnos... pero no pudo a pesar de tener varias oportunidades. - habla Kayden.
- Una de sus oportunidades fue cuando un dragón me hirió y por poco y acabó con mi vida... pero ella cosió mi herida en lugar de dejar que me desangrara.
Los demás se miran ya que hasta el momento ninguno más que área sabía sobre aquella herida que consiguió Azriel.
- Si amenazan tu vida o la de tu único mejor amigo o familia... ¿No querrás hacer todo lo posible para salvarlo? - Kayden repite las mismas palabras que le dijo a Rea. Azriel camina hasta él y apoya su mano en su hombro.
- Rea... ha demostrado que es en verdad una buena persona. Ahora mismo lo está demostrando, porque ella misma lo dijo: cuando nos enteremos de la verdad, posiblemente ella ya esté muerta por alguien externo a nosotros. Ella fue a que la maten en lugar de matarnos.
Volvió a hacer silencio por bastante tiempo pero Rey ladra. Azriel y Kayden lo miran pero Kayden se agacha hasta su altura.
- Rey, si tienes un rastro... búscala.
Rey vuelve a ladrar y sale corriendo mientras huele su entorno. Los dos hermanos miran a su familia.
- Iré a buscarla, porque yo sí tengo claro mis sentimientos por Rea. - menciona Kayden y va a perseguir al perro.
- Yo igual, no permitiré que haga una locura. - Azriel sigue a su hermano.
Los otros tres bajan la mirada apenados y avergonzados de sí mismos por lo que dijeron. Sabían que ellos tenían razón y que los idiotas eran ellos mismos.
- Vayan... - los tres miran al rey - Tal vez no puedan retractar sus palabras pero pueden hacer algo para recomendarlo.
Los tres se miran entre ellos y asienten antes de salir corriendo a perseguir a sus hermanos mayores los cuales estaban preparando sus caballos. Kayden mira a Rey que estaba ansioso por ir en busca de su dueña.
- No te preocupes, la traeremos de vuelta - acaricia la cabeza de Rey quien ladra pero escuchan llegar a los otros tres.
- ¿Qué hacen aquí?
- Ayudaremos. Tienen razón, y nosotros somos unos idiotas... pero en serio queremos ayudar.
- Bien. - Todos suben a sus caballos - ¡Vamos! - Azriel da la orden y Rey corre tan rápido como sus cuatro patas se lo permiten.
Los cinco hermanos fueron en busca de Rea, quien se paseaba por el nuevo pueblo mirando lo que había en el por simple curiosidad.
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