Capítulo 19

Acariciaba el pelaje corto de Rey mientras no podía dormir más, como había dormido todo el día... ahora me era imposible. Suspiré, pero entonces Rey levanta la cabeza.

- ¿Qué pasa, amigo?

Él se levanta y se baja de la cama justo cuando llaman a la puerta y la abren, me di cuenta de que se trataba de Kayden. Rey lo recibe alegre y él me ve.

- Supuse que estarías despierta.

- ¿Kayden? - él se acerca a mi luego de cerrar la puerta - ¿Qué haces aquí?

- Lamento molestarte, pero no podía dormir... y quería pasar tiempo contigo, si es que estabas despierta... y en vista de que lo estás... ¿Puedo?

Sonreí un poco y me hice hacia atrás para darle espacio para que se sentara, así lo hizo. Rey se coloca junto a él y Kayden lo acaricia sonriendo.

- Creo que de todos los hermanos, tú le caes mejor. - mencioné.

- ¿Lo crees?

- Se le nota.

Algo que he notado de Kayden es que tiene un don con los animales, hasta consigue que los pájaros se le acerquen sin miedo y eso es algo tan lindo, he de admitir que lo envidio.

- ¿Quieres hablar de algo o hacer algo específico?

- Realmente... no lo sé, solo sabía que quería tu compañía. - Rey se aleja y va hasta su cama, Kayden me mira.

- Entiendo, si quieres puedes acostarte.

- ¿Segura?

Asentí. Él se queda mirándome un tiempo antes de quitarse los zapatos y colocarse junto a mi bajo las mantas. Nos miramos a los ojos, veía como su cabello caía sobre su frente, llegando un poco hasta su ojo; mi mano parece moverse sola y entonces aparté su cabello.

Vi la sonrisa formada en su rostro y fue cuando reaccioné y aparté mi mano sonrojándome.

- Lo siento...

- ¿Por qué? No hiciste nada malo.

- Bueno... técnicamente no es cierto, pero en este caso tal vez.

Volvimos a guardar silencio mientras nos mirábamos pero él suspira.

- ¿Sabes algo? He estado pensando en lo que nos dijiste ayer... y realmente no puedo.

Era de esperarse, no creía que fuera a aceptar comprenderme o algo así.

- No puedo desconfiar de ti...

- ¿Ah?

¿Qué?

- Intenté analizarlo mejor pero llegué a la conclusión... de que no puedo desconfiar. Quieres que lo hagamos, que no nos acerquemos a ti... pero no puedo, se volvió una necesidad para mi el estar cerca de ti.

- Kayden...

- Espera, aún no acabo... - lo miré y suspiré antes de asentir - Len... quiero decir, Rea... desde que llegaste supe que ibas a poner mi vida patas arriba, y no me equivoqué, todo en mi está así. No lo parece pero realmente soy alguien que le gustan las cosas de siempre, el cambio me incomoda un poco... pero es porque tengo miedo de no saber que hacer, y eso me está pasando ahora.

- ¿A qué te refieres?

- Me refiero... a que apareciste en mi vida, cambiaste algo en mi... y no sé lo que es pero, a pesar de todo, no tengo miedo ni me siento incómodo. - levanta su mano y acaricia mi mejilla con delicadeza - Tú eres la única que puede destruirme y eso no me molestaría.

No pude evitar pensar en mi trato con la bruja. Kayden, sin darse cuenta, me estaba dando el permiso para matarlo y conseguir lo que quería desde un principio... pero... ¿Realmente lo quiero?

Digo... mi vida mejoró al conocerlos a ellos... ¿En serio quiero volver al lugar donde todos me odiaron?

Mi mente divaga y entonces recordé a Lizbeth... ella era, hasta ahora, la única razón por la que quería regresar. Estar aquí me hizo darme cuenta de todo... y tenía que disculparme con ella.

- Kayden, yo... intenté matarlos...

Solté... su rostro se contrajo y pareció mirar al vacío por un largo tiempo, dejé escapar un sollozo y las lágrimas solo resbalaron por mi rostro. No había marcha atrás, ya lo había dicho... y no podía retractarme, no podía decir "bromita" ni nada.

- ¿Qué quieres decir... ? ¿En serio? Rea... no juegues...

- ¿Cómo crees que voy a jugar con algo así? - suspiré para calmarme - ¿Recuerdas que les dije que cuando sepan la verdad yo seguramente esté muerta por alguien externo a ustedes?

Asiente lentamente y tratando de pensar y analizar mis palabras conforme salían de mi boca.

- Bueno, ese alguien fue quien me trajo aquí... y dijo que si no hacia lo que ella quería me mataría o mataría a Rey...

La maldición que me puso esa bruja no hacía nada, seguramente porque no pensaba decir ni su nombre... así que comprendí, mientras no diga nada específico acerca de la bruja, no me pasaría nada.

- ¿Cómo? ¿Quién fue?

- Ese es el problema... - me agarré el cuello con una mano - No puedo; aunque quisiera, y sí quiero, no puedo...

Tenía pensado decirle sobre la maldición pero sentí mi garganta raspar. Entonces, tampoco podía hablar sobre el sello. Carraspeé un poco e hice una mueca de frustración, solo que Kayden sujeta mi barbilla para hacer que vuelva a mirarlo a los ojos.

- Te maldijeron... - asegura.

Resoplé y asentí.

- En serio, en serio lo siento... - nuevas lágrimas amenazaron con salir de mis ojos - Sé que después de saber esto posiblemente todo lo que has dicho antes ya no sea igual y que...

- ¿Crees que todo lo que dije fueron palabras vacías? Rea, eso no desaparecerá tan fácil... ni luego de esta confesión.

Su pulgar limpia mis lágrimas y yo solté otro sollozo, apoyé mi mano en la suya.

- Si te han amenazado y han amenazado a Rey... estoy seguro que harías todo lo posible por salvarlos, incluso matarnos a nosotros...

- No lo creas tanto... tuve oportunidades, pero no pude... y eso se me reprochará más adelante...

- El que no lo hayas hecho dice mucho más de lo que dijiste ahora... y a pesar de todo esto, sigo sin poder desconfiar de ti.

Mi llanto ya fue imposible de soportar, así que bajé la cabeza para hacerlo, pero Kayden me acerca a él y me abraza. Me aferré a él mientras sollozaba y Kayden acariciaba mi espalda para consolarme.

- Ayúdame por favor... Kayden... - sollocé - Ya no puedo más...

Kayden se queda en silencio pero se separa para ver mi rostro, limpia nuevamente mis lágrimas y besa mi frente.

- Lo haré... una vez te dije que no dejaría que te pase algo... planeo cumplirlo hasta el final. Te lo juro por mi vida...

Vuelve a abrazarme y yo me sentía mucho mejor, aún lloraba pero por descargo. Hasta el momento me sentía ahogada con todo lo que ocurría, pero por fin sentía que podía respirar...

Kayden me acaricia otra vez, sus manos eran cálidas, delicadas... reconfortantes... Su cuerpo emanaba una sensación de protección, imposible de ignorar, me transmitía la paz que necesitaba sentir. No angustia, no miedo...

Por fin, después de tanto tiempo... me sentía querida...

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