Capítulo 16
Desde que inicié mi actividad sexual aquí la había pasado realmente bien pero nunca me había quedado dormida... ni siquiera con Aarón o con él y su hermano juntos, y eso es mucho decir.
Pero anoche realmente fue como si Azriel no tuviera un límite, así que no pude evitarlo... me quedé dormida en su cama.
Porqué no amanecí en el suelo es una muy buena pregunta. Porqué estoy tapada y no muerta de frío es otra muy buena pregunta.
Según yo, al despertar estaría en el suelo porque no creía a Azriel capaz de compartir conmigo su cama. Pero aquí estaba, tapada hasta la cintura con sus mantas, abrazando una almohada y desnuda.
No recuerdo ni cuantas veces lo hemos hecho, solo sé... que mis piernas tiemblan y no las podía sentir.
Suspiré mientras me sentaba y trataba de levantarme, pero al parecer... sí necesitaré una silla de ruedas. Dios, no puedo moverme...
En ese momento, tocan a la puerta y yo, sobresaltada, pensé en esconderme pero ya fue tarde, solo alcancé a cubrirme con las mantas cuando las criadas entraron a la habitación.
Ya está... he muerto.
- Lena, el príncipe Azriel nos ordenó ayudarte para que te vistieras y fueras a descansar a tu habitación.
- Eh...
- Y también para avisarte que desde ahora formas parte del harén. ¿Recuerdas lo que es?
¡¿Del harén?! ¡Jamás pedí eso... ! Un momento... ¡Me tendió una trampa! Estoy segura que lo de anoche era una prueba. Ese bastardo...
- No creo que los reyes estén de acuerdo con...
- El rey y la reina ya fueron informados, ellos mismos aprobaron la decisión de los príncipes.
- ¿"Los príncipes"?
- Todos los principes votaron a favor de la decisión.
Okey... eso no le lo esperaba. Entonces... ahora soy parte del harén de los príncipes sin darme cuenta... ¿Qué pensará Larissa de esto? ¿Aiden también dijo que sí?
- Está bien... comprendo. - respondí suspirando, las chicas me ayudar a vestirme.
- Cuando estés lista te llevaremos con la encargada del harén, ella te dirá todo lo que tienes que saber acerca de tus nuevas reglas.
Asentí, ellas me llevan hasta mi habitación donde Rey me recibe con saltos y ladridos. Lo calmé haciéndole mimos y yendo al baño para ducharme, relajarme y renovar mis fuerzas. Mis piernas no dejaron de temblar hasta terminar el baño, entonces me sequé y vestí mejor.
Las demás me esperaron pacientemente y entonces, cuando estuve lista, me llevaron hasta la sección donde era el harén, al lugar donde solo había ido un par de veces, luego jamás.
- Adaia, Lena ya está aquí.
Una mujer, que no me debe de pasaba mucho en edad, se da vuelta y nos mira, pero se concentra en mi.
- Perfecto, ella es la nueva ¿No? Ven, tú lección comienza ahora.
¿Qué se supone que debo de aprender? Si todo lo que tengo que hacer es acostarme con los príncipes cuando me necesiten. Puesto así, se escucha más vulgar e incómodo de lo que es para mi... como sea.
- Lo primero que debes de saber es que... ahora le perteneces solo a los príncipes, nada de hombres externos ¿Está claro?
Ah... se me olvidaba. Las del harén si son bastante diferentes a las de afuera... si no viniera de otros tiempos diría que todo esto es normal.
- Claro.
Rodé los ojos cuando no pudo verme y me crucé de brazos. Por suerte, los únicos en los que estoy interesada es en justamente ellos cinco.
- Bien. Sigamos, lo segundo que debes saber es que siempre estás libre para ellos, a cualquier hora o momento.
- Aha...
Vi movimiento a un lado mientras caminábamos así que al ver hacia allí me encontré con los cinco príncipes. Ellos me vieron pero yo los fulminé y los apunté con amenaza, Azriel se ríe pero los demás hacen como si no me hubieran visto. Desaparecí de su vista nuevamente y volví a prestar atención a Adaia, quien seguía hablando y hablando.
Suspiré aburrida mientras seguía persiguiendo a Adaia. No sabía que las chicas del harén tenían tantas reglas... por suerte, muchas ya las conocía por la serie de El Sultán.
Entonces escuché a alguien chistar, me detuve pero Adaia pareció no escucharlo. Miré a todos lados, lo volví a escuchar.
- ¿Hm?
Al ver tras una pared, vi a los cinco príncipes escondidos, incluso Azriel lo intentaba.
- Esa es la regla número veinte. - ellos se escondieron mejor, yo me enderecé y la miré - ¿Lo entiendes?
- Completamente, Adaia...
Ni sé que fue lo que dijiste pero digamos que sí.
- Bien, porque si desobedeces esa regla te degollarán.
Ups, ahora quiero saber que dijo para no perder mi cuello.
- C..Claro...
- Entonces, sigamos.
Ella se da la vuelta de nuevo para caminar pero antes de que la siguiera, los príncipes volvieron a chistar. Los miré, Asher y Aarón me hicieron señas para que los acompañara. Yo entrecerré los ojos, miré a Adaia y luego a ellos de nuevo. Aiden y Kayden también empezaron a hacer señas para que fuera con ellos, Azriel solo se cruza de brazos y sonríe con diversión; miré a Adaia y asegurándome de que no me prestara atención, me escabullí y fui hacia los chicos.
Ellos sonrieron y me hicieron salir trotando hasta fuera del castillo donde suspiraron aliviados de que Adaia no nos viera, yo me comencé a reír.
- ¿Qué fue todo eso?
- Digamos que una compensación. - responde Aiden.
- ¿Por qué?
- Por meterte allí. No lo consultamos contigo y ahora tienes que aguantar el discurso de Adaia. - especifica Asher.
- Así que... decidimos sacarte de eso. - habla Kayden.
- Bueno... Gracias, sí me estaba aburriendo. - los cinco sonríen mientras me miran - Pero... ¿Por qué me metieron en el harén?
Me crucé de brazos y ellos, un poco nerviosos y apenados, no saben que decir.
- Haganse cargo de sus acciones y aténganse a las consecuencias - Azriel da un paso al frente - Decidimos tomar esta decisión porque no creemos que sea buena idea que sigas yendo a escondidas a nuestras habitaciones. Será más fácil así.
- Bueno ni tan fácil, las concubinas tienen muchas reglas.
- Pues... eso es algo que no sabíamos ¿Quién puso esas reglas? - se quena Aarón.
- Sí ¿Por qué degollar a una concubina solo por no querer acostarse con uno de nosotros?
Ah, ¿Eso era?
- Azriel, prométemos que cuando seas rey cambiarás eso - los hermanos miran al mayor quien no se esperaba eso.
- Eh... Seguro, claro lo haré.
- Genial.
- Entonces... Me sacaron de allí... ¿Ahora qué?
Los príncipes se miran los unos a los otros sin saber que hacer o decir, supongo que no tenían algo planeado.
- Podemos ir a leer... - aporta Aiden.
- Nah, los libros no son lo mío. - menciona Aarón.
- Claro, porque lo tuyo es ser un idiota. - se burla Asher.
- ¡Oye!
Nosotros nos comenzamos a reír bastante pero entonces noté, por el rabillo del ojo, a Sarah. Ella se escondía para poder mirar a Asher y tal vez intentar llamar su atención, pero el gemelo no la había visto.
- Vamos a montar entonces. - dice Kayden.
- Sí, eso está mejor.
- Vamos, Lena.
Asher y Aarón son los que me toman por la cintura en ambos lados y me hacen caminar.
- Claro, pero sigo diciendo que no sé montar.
- Nosotros te enseñamos, no te preocupes.
- O te vienes conmigo. - Asher me guiña un ojo.
- Oye no. Si se va con alguien será conmigo.
- Un momento ustedes, yo decido con quien irme. - mencioné y ellos suspiran.
- Bien...
Hablan a la vez, sonreí satisfecha pero volví a mirar hacia el escondite de Sarah, se veía desanimada porque Asher no le había prestado atención. Yo bajé la mirada un momento pero me recompuse para que los demás no sospecharan.
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