capítulo 09

—Jimin y yo te esperaremos en la entrada —le dijo Sana a Seokjin, mientras lo ayudaba a cargar la ropa en sus brazos. Este último asintió y se dirigió a los registros con la pila de ropa que quería comprar. La azabache y Jimin caminaron hacia la entrada en silencio. Había sido un largo día.

—No pude ver con quién estabas exactamente, pero ¿era ese castaño que a menudo viene a verte en el trabajo? —Sana le preguntó al rubio,y la mirada de este cayó al suelo inmediatamente. Parecía que no podía dejar de recordar el momento en que Jungkook entrelazó sus manos. ¿Qué significaba exactamente eso?

Estaba confundido. Jungkook le dijo que tenía novia, pero no actúa así. Todos esos pequeños gestos, haciendo que se sonroje y rompa las barreras entre la amistad y el romance. Estaba frustrado. Quería saber en qué estaba pensando Jungkook, y qué quería decir con todo eso.

—Sí. Solo nos saludamos, nada nuevo —Jimin se encogió de hombros. La azabache asintió suave cruzando los brazos sobre su pecho mientras miraba lo miraba; ella sabía que no estaba tan cerca de Jimin como Seokjin, pero no fue difícil conectar los pocos puntos que se le dieron.

—¿Alguien lo estaba llamando? —Sana continuó cuestionando. Estaba tratando de leer a Jimin para ver lo que estaba sintiendo.

—Sí. Creo que fue su novia —el rubio se detuvo—; sin embargo, podría estar equivocado. Él no dijo nada en realidad, simplemente se fue.

—¿Estás de acuerdo con eso? —Sana miró a Seokjin a lo lejos, a quien ahora le escaneaban la ropa. Era mejor mantener esta conversación entre ellos por el momento—. Quiero decir, ¿con él teniendo una novia?

—No es realmente mi lugar decir nada respecto a eso. Es decir, acabo de conocerlo después de todo —se rió suavemente.

—No necesitas decir nada, Jimin, es tan simple como lo que sientes. No importa cuánto tiempo lo hayas conocido, a veces es difícil controlar tus propios sentimientos. Una vez que tropiezas, te mantienes estable o caes sobre tus pies. Pero eso aún está por verse.

—¿Cuánto tiempo has sido así de sabia? —Jimin bromeó, empujando ligeramente a la de hebras negras.

Sana soltó una carcajada. —No soy sabia. Sólo he aprendido de la experiencia.

Jimin la miró por un momento. Se preguntó qué quería decir Sana al respecto. ¿Qué tipo de experiencia había pasado? Tenía que haber sido similar a su situación actual porque sus palabras encajaban perfectamente en lo que podría estar sintiendo él.

—¿Hacia dónde ahora? —de repente, Seokjin se acercó a ellos con una bolsa de compras en la mano. Estaba ajeno a la situación, pero así estaba bien. Jimin se lo diría en algún momento, simplemente no estaba seguro de dónde estaba con Jungkook en este momento.

—Tengo mucha hambre, sugiero que vayamos al patio de comidas porque moriré si no como algo —declaró Sana. Jimin y Seokjin asintieron y siguieron a la azabache al patio de comidas.

Jimin mantuvo un ojo atento todo el tiempo para ver si podía encontrar nuevamente a Jungkook y, tal vez, a su novia también.

Desafortunadamente, Jungkook no estaba por ningún lado.

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—¡No lo haré! —Taehyung estaba gritando. Estaba tirando de su brazo para alejarse de Jungkook, pero era más difícil de lo que parecía. El castaño estaba tratando de llevarlo al edificio donde trabajaba, donde Lalisa estaba esperando en su oficina.

—Tae, por favor. Hazlo por mí, ¿si? —Jungkook continuó suplicando.

—Esto no te beneficiará a ti, Jungkook, esto solo la beneficiará a ella. Prefiero ser atropellado en este momento antes que estar en la misma habitación que tú novia —el pelirrosa lentamente se fue alejando cada vez más del edificio, atrayendo a su amigo con fuerza.

—Taehyung, te lo ruego. Ya sabes lo que se necesita para ser modelo, y yo sé que puedes ayudar a Lili a aprender algo —pidió una vez más.

El de hebras rosas rodó los ojos y finalmente dejó de resistirse. Era su amigo, después de todo. —Está bien, Jungkook. Pero que sepas que no voy a facilitarle absolutamente nada.

Jungkook sonrió levemente, sin saber lo que Taehyung quería decir con aquello. El castaño asintió y rápidamente metió a su amigo dentro del edificio, ambos dirigiéndose a su oficina, donde se casualmente encontraron con Lalisa.

Esta estaba sentada en el sofá de Jungkook, mirando su teléfono con una expresión aburrida. Cuando oyó que se abría la puerta, les regaló una de sus tantas bonitas sonrisas. Jungkook claramente le devolvió el gesto, mientras que Taehyung ni siquiera se dignó a mirarla.

—Lili, Taehyung finalmente ha aceptado ayudarte y prepararte para tus audiciones. Tengo una habitación perfecta donde ambos pueden practicar. Afortunadamente, no tengo nada que hacer hoy, así que todos podemos ir allí una vez que estés lista.

—¡Eso es genial, Taehyung! ¡Hace mucho tiempo que no te veo! Déjame decirte que te ves más guapo que la última vez que te vi —soltó entusiasmada, poniéndose de pie y acercándose al mencionado.

—Sí, gracias. De todos modos, deberíamos ir ahora a la sala de práctica. Cuanto antes empecemos, antes terminaremos —sonrió forzado.

Minutos más tarde, todos se dirigieron a la habitación, que era una sencilla y bonita con luces tenues excepto por el escenario. Había algunas sillas dispersas por el lugar y una mesa a un lado. Taehyung y Lalisa no perdieron más tiempo y comenzaron. El pelirrosa le había indicado que subiera al escenario mientras él se sentaba junto a Jungkook para comenzar a instruirla.

Después de una hora o más de practicar lo básico, el castaño decidió ir a buscar comida de un restaurante cercano. Taehyung realmente había insistido mucho en ir, pero le pidió que se quedara para seguir practicando con Lalisa.

—¡Esto es mucho trabajo! Siempre me he preguntado cómo te las has arreglado para aprender esto —Lalisa declaró, mientras trataba de hacer la pasarela habitual.

—Bueno, desafortunadamente para mí, nunca tuve un novio que me ayude a entrar en la industria del modelaje. Yo solo he tenido que trabajar para ello —Taehyung soltó con reproche, mirándola mal. Lalisa lo fulminó con la mirada y no dijo nada por un momento. Aquel intenso silencio solo provocó que pareciera que todo el mundo se había quedado congelado.

—Sí, que desafortunado para ti. Podría decir que la suerte siempre ha estado de mi lado, pero me estaría refiriendo a mi amuleto de la suerte, que me quiere mucho —sonrió maliciosa, esta vez sin dirigirle la mirada. Taehyung puso sus manos en puños, apretándolos fuertemente.

—Por supuesto, no estarías en ningún lado sin él. Pero, ¿no crees que es muy triste que no puedas hacer las cosas por ti misma? —Taehyung se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza—. Cuando te conocí por primera vez tuve una impresión diferente de ti, sin embargo, sé muy bien que pronto comenzarás a mostrar tus verdaderos colores. Y para decirte la verdad, tus colores chocan horriblemente.

Los ojos de Lalisa se agrandaron cuando perdió el equilibrio y cayó hacia atrás en el pequeño escenario en el que estaba practicando. Ella no parecía herida, y eso no le importaba en absoluto a Taehyung. Se levantó de su silla y se dirigió al lugar donde esta estaba acostada, puso sus manos en el escenario y lentamente se acercó a su rostro.

—Solo tengo suerte de haber visto lo que estás jugando. Tienes mucha confianza, te daré un punto por eso —el pelirrosa continuó y apretó los dientes, tratando de mantener la ira creciente dentro de él—, pero los tramposos no siempre son los ganadores.

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La noche siguiente, Jimin y Jungkook estaban en sus propias casas. Ambos estaban acostados en sus respectivas cama con el teléfono sobre las orejas.

—No voy a mentir, estoy muy emocionado de ver dónde trabajas —sonrió Jimin—. Estoy esperando un gran edificio elegante hecho completamente de plata y oro.

Jungkook rió. —No puedes hablar en serio.

—Un hombre solo puede soñar.

Bueno, espero aceptes mis disculpas desde ya porque te decepcionará cuando digo que el edificio no está hecho de plata y oro —el castaño se mordió el labio mientras trataba de contener la risa.

—Oh no, ¿puedes oír mis lágrimas rodando por mi cara? —Jimin comenzó a hacer falsos sollozos. Jungkook cerró los ojos y se rió entre dientes, poniendo su brazo libre sobre su cabeza.

—Si pudiera, besaría esas lágrimas y te haría sentir mejor.

Jimin se calló y sonrió tristemente. —Sí, eso me haría sentir mejor.

Y luego te daría un abrazo muy fuerte y te levantaría del suelo para darte muchas vueltas.

—Entonces, solo me reiría, cerraría los ojos y me aferraría a ti con fuerza. Posiblemente te diría que me bajes de inmediato —la sonrisa de Jimin se desvaneció lentamente, mientras trataba de espantar la tristeza en su voz.

Me aseguraría de que estés bien. Porque yo... solo no quiero que salgas lastimado —Jungkook ya no sonreía. Sostuvo con fuerza su teléfono mientras escuchaba el silencio desde la otra línea.

—Me lastimaría eventualmente —susurró bajito.

Lo siento, no te escuché, ¿qué fue lo que dijiste? —el castaño se alarmó.

—Que solo estoy un poco cansado...

Está bien. Deberías irte a la cama. Ten una buena noche, Jimin.

—Igual tú, Jungkook.

El rubio vio como la pantalla mostraba que la llamada había terminado. Sostuvo el teléfono contra su pecho y cerró los ojos, sintiendo una sola lágrima caer por su mejilla.

"Una vez que tropiezas, te mantienes estable o caes sobre tus pies. Pero eso aún está por verse."

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