capítulo 04
Era sábado en la mañana cuando Jimin salió de su habitación con su teléfono en mano. Corrió sus dedos por su desordenado cabello cuando se acercó a la puerta de su apartamento. Eran las 10 de la mañana y estaba ligeramente frío porque había apagado el calentador de su apartamento.
Jimin agarró la fría perilla de la puerta y la abrió. En el otro lado se encontraba su amigo más cercano, Kim Seokjin, con el cual hace ya un tiempo no se había visto, pero era sólo porque este se encontraba lejos. Seokjin estaba trabajando en un proyecto con su compañía. Él era un fotógrafo.
Por ahora, el proyecto debe de haber acabado, piensa Jimin. De lo contrario, ¿Porqué Seokjin estaría parado en su puerta?
—¿Te he despertado? —el de cabellera violeta pregunta, tomando a Jimin para abrazarlo. El más bajo lo abrazó de vuelta, extrañando a su mejor amigo. Todo se torna aburrido y triste sin alguien con quien hablar o reír.
—No, no lo hiciste. Ya estaba despierto —Jimin dice, apartándose y dejando a su amigo entrar. El apartamento era de un tamaño decente, no muy grande o muy pequeño. También lucía moderno. El pelirrubio tuvo un buen estilo al decorarlo.
—¿Te gustaría que hiciera tu desayuno? Hace ya tiempo que no he tenido buenos alimentos hechos por mí mismo —dice Seokjin, quitándose su chaqueta y colgándola en el perchero cerca a la puerta. Jimin cierra la puerta y asiente enternecido. El de hebras violetas camina casualmente alrededor del apartamento dirigiéndose a la cocina, mientras que Jimin decide recostarse en el sofá entre tanto escucha a su mejor amigo susurrando alrededor de esta.
Seokjin y Jimin son realmente cercanos, casi hermanos. Ambos se conocieron cuando el rubio se mudó a Seúl, lo cual fue tal vez hace dos años, no hace mucho.
Cuando Jimin tuvo el empleo en Pretty, Seokjin estaba trabajando en una sesión de fotos de los productos de la tienda para un catálogo. A Jimin se le fue asignado ayudar a Seokjin. Ellos encajaron casi inmediatamente. Desde entonces, ha sido una amistad irrompible.
El aura de Seokjin era amistosa a diferencia de Jungkook, a quien Jimin no ha podido sacar de su cabeza. El rubio no estaba seguro de como sentirse respecto a Jungkook, él se siente como si hubiera debido de escandalizarse, como si él hubiera tenido que llamar a la policía, sin embargo, se siente algo lejano a aquello.
Él no se siente muy cómodo alrededor de Jungkook, no obstante, no quiere que lo deje solo tampoco. Eso revuelve la mente de Jimin. No puede pensar lógicamente.
Él se aturde en sus pensamientos sobre el castaño hasta que el olor de pancakes llena la habitación.
₍ ♡ ₎
—Y mantente seguro de llamarme luego, ¿sí? Quiero tener una noche fuera —Lalisa menciona, y le regala un abrazo rápido a Jungkook. Le lanza un beso a este antes de subir al taxi manejando en las llenas calles de Seúl.
—Lo siento, Jungkook, pero ella realmente me molesta —Taehyung habla, parado detrás de este todo el tiempo, acabando de predenciar para su mala suerte la asquerosa escena. Jungkook se da vuelta con una ceja levantada mirando a Taehyung. El pelirrosa cruza sus brazos mirando a Jungkook fijamente—. Es que no puedo soportarla, sólo no puedo. Ella es tan... ¡tan molestosa! Que ni siquiera puedo explicarlo —Taehyung continúa diciendo mientras ambos caminan hacia el enorme edificio. El interior del edificio era limpio y elegante; suelos de mármol blanco, muebles negros y paredes gris claro. Y eso sólo era el vestíbulo.
—No te refieras a ella de esa forma, Tae —Jungkook declara, esperando a que el pelirrosa suba a el elevador. Cuando lo hace, presiona el piso a el que desea ir.
Taehyung, irritado de que Jungkook no le permitiera continuar hablando de esa forma acerca de Lalisa, se queda callado. Solo unos cuantos minutos pasan cuando ellos alcanzan uno de los pisos más altos del edificio. En el momento en que salen del elevador, caminan hacia la oficina del castaño. Jungkook toma asiento en su escritorio mientras que Taehyung salta hacia uno de los sofás blancos.
—Tengo mucho que hacer hoy —Jungkook murmura, abriendo una de las carpetas que se encuentran en su escritorio. Él ojea sobre el papel para tener una buena idea de lo que se encuentra en la carpeta.
—Por lo menos tú te puede sentar, en cambio yo tengo que estar parado frente a luces brillantes por horas —el de cabellera rosa suelta un bufido, estirando sus brazos y bostezando suavemente, para seguidamente cerrar sus ojos.
Jungkook mira hacia su amigo, quien estaba probablemente dormido en el sofá de nuevo. El castaño decide dejarlo descansar sabiendo que Taehyung ha tenido un largo día ayer, modelando y posando para Calvin Klein. Taehyung no ha estado en la industria del modelaje por tanto tiempo; unos estimados 2 años y medio, tal vez. Incluso estaba obteniendo bastante reconocimiento. No le tomó mucho tiempo para modelar desde lugares como Target hasta Burberry.
Jungkook y Taehyung trabajan juntos hace mucho, exactamente desde el día en que sus compañías hicieron negocios la una con la otra. Era divertido estar juntos en eso, aunque el castaño no estaba siempre para ver al pelirrosa modelar. Él tiene que lidiar con otras cosas también, lo cual su amigo entiende perfectamente.
Su amistad es fuerte. Ellos tienen sus altos y bajos pero ellos lo manejan de alguna forma. Jungkook sabe como se siente Taehyung respecto a Lalisa. Él realmente no puede hacer nada, así que lo deja pasar. Él desea que Taehyung no sea tan abierto respecto a sus sentimientos hacia Lalisa.
Pero así es como es Taehyung.
Jungkook cierra la carpeta, no queriendo lidiar con su contenido tan temprano en la mañana. El gira su silla hacia la gran ventana, la cual ocupa casi toda la pared. Él abre las cortinas un poco para dejar la luz pasar.
La vista es hermosa. Jungkook nunca se cansa de verla. Es calmada, relajante de alguna manera. El castaño mira hacia las tiendas las cuales se ven tan pequeñas desde ahí, y trata de buscar Pretty, preguntándose si podría verla desde ahí.
Pero todo lo que él realmente quiere hacer es volver a ver a Jimin, aunque duda mucho que este trabaje los fines de semana. Jungkook no puede superar la belleza de Jimin, eso le sorprende, sinceramente. Él frecuentemente trabaja con modelos mujeres y hombres, sin embargo, ninguno ha tenido su atención de la forma en la que Jimin lo hace.
Es que es extraño. Trabajando tanto tiempo con modelos que son la definición de 'perfección' para la sociedad, sólo para que él se interese en alguien que no es modelo pero aún así siendo completamente hermoso.
Jungkook odia admitirlo, pero la belleza de Lalisa nunca jamás podría ser comparada con la inexplicable e impresionante de Jimin. Ambos son tan diferentes. Él simplemente no puede explicarlo. Al menos no con palabras.
Los sentimientos y pensamientos que tiene referentes a Jimin son tan malos, pero que a la misma vez se sienten tan buenos. Alguien como el pequeño rubio necesita ser apreciado, él necesita que lo cuiden como si fuera una frágil joya.
Jungkook cierra sus ojos fuertemente, queriendo no pensar acerca de eso, y no es que él desee no pensar en Jimin, es sólo que él no puede.
Está mal.
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