XXXIX. Martell y Targaryen

Nota: La pelea más fuerte entre Rhaenys y Daenerys es la segunda.

El Norte, Invernalia
Robb Stark

Llegaron a tiempo para la fiesta, Aegon VI no se despegaba de Rhaenys. Rió, burlón.

-¿Qué pasa, Stark?

Ahora, ambos, eran por lo menos cordiales entre sí. No volverían a ser los hermanos de siempre pero hacían su esfuerzo para convivir.

-Creo que el príncipe se enamora de Nys, Nieve-Le respondió a Jon sin importarle que su antes hermano era una Targaryen no un Nieve, mientras se dirigían a la mesa principal para tomar asiento-. Los Targaryen se casan entre hermanos.

-Yo soy su hermano, Stark-Espetó molesto.

-Él no es bastardo y tu sí, eres hijo de Lyanna Stark-Soltó Robb, gélido como el Norte. Después quiso disculparse pero no lo hizo, había sido brusco-. Puede que se case con él.

-¿Eso crees?-Robb asintió, solemne-. Mira ahí está Theon-El Strak pensó que ese había sido un golpe bajo para distraerlo del tema. Se mordisqueó el labio inferior.

Él estaba sentado en una esquina junto a Daenerys, no hablaban ni decían nada, ni si quiera se miraban.

-Debí aceptar su cabeza cuando Rhaenys me la ofreció, tenía razón.

«Ahora no puedo hacerte daño». Theon y su hermana eran aliados de la reina Daenerys y él era un invitado.

-Y aún así preferiste ir tras las faldas de Jeyne Westerling y no atender a tu esposa-El bastardo Nieve tomó un trago-. Sé lo que le hiciste, Robb.

De golpe el Joven Lobo se levantó, haciendo que la silla rechinara. Exhaló. Todos se dieron cuenta de su molestia pero intentaron hacer que no se daban cuenta. Solo su madre se atrevió a seguirlo al bosque de dioses.

Empezó a golpear los árboles con su espada de la forma más solemne posible.

-¿Te arrepientes?-Preguntó su señora madre.

-La amo, amo a Nys-Su madre lo miró con tristeza-. La amo y no puedo evitarlo, me arrepiento. Madre, tenías razón, en todo-Los ojos de Robb se empezaron a cristalizar, se sentía tan perdido como cuando lo nombraron Rey en el Norte-. Incluso tenías razón respecto a Jon, respecto a Theon ¡ME ARREPIENTO TANTO, MADRE!

Se decía que Robb ha adquirido una especie de sabiduría impropia de sus años pero él no lo veía así.

-Me equivoqué es cierto. Lo siento, Robb, lady Stark.

El Joven Lobo no hizo ni dijo nada al escuchar al kraken. Theon se había disculpado mucho en Rocadragón: Hablaba sobre su decisión, Stark o Greyjoy, que Ned Stark era su padre y que Robb y Jon eran sus hermanos. Que había elegido mal.

Lady Catelyn asintió, supo que su madre no lo perdonaba, simplemente quería esa alianza. Se había vuelto fría desde que ambos murieron en la Boda Roja, era diferente, él también lo era.

-Eres mi hermano ahora y siempre, Theon. Eres un Greyjoy y un Stark. No tienes que elegir. Bienvenido a Invernalia, puedes quedarte cuando quieras.

-¿Podría conocer a El Pequeño Robb?-Preguntó con ilusión el kraken.

Robb le sonrió sinceramente.

-Sí, vamos con mi hijo.

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Jon Nieve

Supo que la reina Daenerys y Rhaenys iban a pelear en cuanto Aegon VI Targaryen entro a la sala siguiendo a su hermana, él parecía el príncipe perfecto, el príncipe y esposo perfecto de Rhaenys.

«Ellos debieron casarse» Recordó. Robb tenía razón, los Targaryen se casaban entre hermanos y Jon aún no se acostumbraba a ver a Rhaenys como su hermana-esposa.

Interrumpieron los bailes, risas y besos entre Dickon Tarly y Sansa que estaban felices a más no poder, antes de partir al Sur se casarían si a Rhaenys, Robb y lady Catelyn les parecía. También interrumpió la anécdota de Tormund que hablaba con el resto de hombres libres.

-... es pequeño-Él rodeó a Jon con un brazo, él le sonrió, nervioso-. Pero es muy fuerte, lo bastante para ser amigo de un enemigo y para morir por ello. La mayoría acaban asesinados y se quedan así ¡PERO ESTE NO!

Continuó hablando hasta que Jon lo detuvo.

-El dragón era de Rhaenys, era su hijo, Ahegor. Es la Dragona de Oro ¡POR LA REINA RHAENYS Y EL REY ROBB, EL JOVEN LOBO!-Alzó su bebida y brindo intentando que nadie matará a nadie.

Todos respondieron sonrientes, se sentía que la paz llegaba y la felicidad venía. No duraría mucho, pronto Daenerys debía discutir los términos de rendición del Norte y de su prima, Rhaenys. La Targaryen menor ansiaba los Siete Reino, en especial, el Norte.

-¡Claro que lo es! ¡Mi hermana es la reina legítima! Es Rhaenys de las casas Lannister y Targaryen, primogénita del príncipe Rhaegar Targaryen príncipe de Rocadragón y Leonela Lannister hija de Roca Casterly. Reina de los Siete Reinos ¡y nuestra tía Daenerys ES SOLO UNA PRINCESA!

-¿Quién es él?-Susurró Daenerys que parecía triste, vulnerable.

Todos reían y ella estaba sola. Rhaenys la miró, gélida. Sonrió.

-Es mi hermano.

-Estabas muerto, ¿Qué haces aquí, Falso Aegon?

-¡No estoy muerto!-protestó el joven, enrojeciendo. Jon deseó decirle que todo el mundo seguía preguntadose lo mismo, y lo harían por mucho tiempo.-. ¡Lord Varys me salvó!

-¡AEGON!-Jon Connington, el amigo y padre sustituto del príncipe intentó evitar que hablará pero no lo logró.

-¿Sabía de esto lord Varys?

-Majestad yo...-Empezó él.

-Si no le agrada una monarquía conspira para coronar a la siguiente, Ángelus-Su tía, la tía de los tres, miró fijamente a Rhae-. ¿Qué pasará cuando Aegon te traicione, Lannister?

-¡Yo no lo haré, es mi hermana!-Protestó el príncipe Aegon, furioso.

Daenerys soltó el vino de golpe.

-¿Y cuándo Jon Nieve lo haga? Varys te traicionará a ti también, Lannister. Él me juró que si llegaba a creer que le fallaba al pueblo no conspiraria a mis espaldas, me vería a los ojos y me diría en qué les estaba fallando. Pero no lo hizo, conspiró en mi contra y ahora trae a tu hermano menor, el hijo de Rhaegar Targaryen y Elia de Dorne, vivo y tiene más derechos que yo-Sin más Daenerys de la Tormenta abandonó el salón, pero antes miró a Varys-. ¡Os quemaré vivo!

Todos siguieron con la fiesta después de unos segundos de silencio. Incluso Aegon se sentó junto a Nymeria, Obara y Ellaria Arena junto a la hija de esta última. Eran su familia.

Rhaenys salió, se veía preocupada, y Jon la siguió. Estaba cerca de sus dragones, acariciandolos.

-Me besaste-Ella fue directa, empezó a caminar hacia sus aposentos, sin expresión-. Y te perdono por todo, debiste decirme que eras... que eras mi hermano pero que estabas asustado.

-Lo hice-Asintió Jon, bajo la mirada-. Lo estaba.

-Robb dice que me tomé un tiempo.

-Tiene razón. Cuando tengas el Trono de hierro debes decidir. Ahora no.

-¿No? ¿Haz bebido?-Murmuró al oler su aliento, estaban respirando el mismo aire.

Se detuvo.

-Un poco, Rhae-Admitió antes de volver a besarla, coloco las manos en la cintura de la Targaryen y empezó a profundizar el beso.

Ella lo acercó a él, afirmando su agarre, tomándolo por el cuello. Sonrió contra sus labios hasta que Jon se detuvo y se alejaron bruscamente.

-Ojalá Daenerys no me lo hubiese dicho..., sería feliz ahora. Eligiendo nombres para nuestro hijo.

Ambos se dieron la espalda.

-Bran dice que será niño-Habló ella al ver que Jon no decía nada.

-Escoge el nombre que quieras, Rhaenys-Le planteó Jon suavemente-. No tengo problema, si te hace feliz...

-Renly-Sonrió, con los ojos llenos de lágrimas-. El príncipe Renly de las casas Targaryen y Lannister.

-Seguro que a ser Loras Tyrell le hubiera gustado.

Rhaenys asintió, antes irse. Jon quizá ya no la quería como antes. Reprimió un sollozó.

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Rhaenys Targaryen

Luego de hablar con Jon se consiguió a Harry, no pudo evitar recordar la vez que habló con él cuando le había llevado su corona que se rompió cerca de Bastión de Tormentas.

«No entiendo como el Rey Lobo no se da cuenta de que tiene a la mujer mas hermosa de los Siete Reinos a su lado, eres más que una persona cualquier. Tu sangre es la sangre de la antigua Valyria, la sangre de los dioses y los dragones, si Jon Arryn no hubiese rechazado la propuesta de matrimonio...».

-Lo siento-Se disculpó él.

Ella lo miró, intentando ser indiferente sin embargo sonrió, amistosa.

-Lo sé, te perdono. Eres mi mejor amigo incluso contando a Loras y a Renly. Te quiero pero...

-Amas a Robb o a Jon. Lo sé, lo entiendo, me equivoque-Dio unas pasos en su dirección mientras hablaba.

Sin más dejo un beso en su mejilla y se fue a una taberna. Lady Corazón de Piedra los observaba desde el final del pasillo, suspiró. Sabía la charla que venía a continuación.

-Yo no...

-¿Qué pasa contigo y con mi hijo?

«Deseó ver que me sonría, que sonría y me cause entusiasmo de solo verlo» Pensó, pero no lo dijo.

-Me pidió un tiempo-Dijo entre dientes-. Recuerdo lo que usted me dijo: "Al norte llegan los inviernos. Sed paciente. Sed comprensiva. Robb os ama y os necesita; pronto volverá a vos. Puede que esta misma noche. Cuando eso suceda, estad allí. No puedo deciros más". Lo esperaré.

-¿Y el bastardo?-El tono de la mujer era filoso.

-¡Se llama Jon! Y lo quiero, no es malo como usted piensa y...

Se detuvo, escucho que alguien cantaba las lluvias de Castemere. Eran los soldados Tyrell que le quedaban. Dejo escapar un gemido, temblorosa.

Dio la vuelta y empezó a correr en la dirección contraria. El príncipe Martell los mataría sin dudarlo ni medio minuto.

-¡OBERYN!-Debía evitar empezar una guerra entre el Dominio y Dorne, ya a lady Olenna le desagradaba el príncipe Oberyn y si mataba a un soldado Tyrell sería peor, la anciana se ofenderia-. ¡OBERYN, NO!-Gritó de nuevo en cuanto lo vio salir al patio donde dos soldados bebían y cantaban las lluvias de Castemere.

Rhaenys tomó al príncipe de las manos y se metió entre los soldados y él. Oberyn le daba miedo pero Olenna Tyrell también. Necesitaba todos sus aliados si quería acabar con Daenerys de la Tormenta, ahora más que nunca.

«Por mis hijos, por arruinar mi relación con Jon».

-... ¡Majestad! ¡Majestad! Debéis saber que si vuestro hermano os traiciona los dornienses le apoyaran. Él es un Martell.

Se estremeció, era cierto. Oberyn la tomó por la cintura con rapidez. Quedaron a escasos centímetros.

-Aegon te quiere, es un buen chico. No te hará daño, ni a El Pequeño Robb.

Tenía enemigos por todas partes y estaba tan sola como Daenerys, sin Jon ni Robb ni Harry. Ni Renly ni Loras, todos estaban muertos. Se fue del sitio y se dejó caer en la nieve. La Víbora Roja siguió sus pasos como cuando ella tenía cinco años hasta llegar a sus aposentos.

Sollozó, pocas personas la habían visto llorar, Oberyn Martell entre ellas. Él la rodeó con sus brazos, protegiéndola, acarició su rostro con detalle.

-Voy a protegerte, Reina Dragón. Haré lo necesario, sabes quién soy, sabes que soy, de qué soy capaz. Voy a matar a Jon Nieve si me lo pides. Mataré a Cersei y a Jaime Lannister para que puedas ser feliz.

-Príncipe no...-Negó, esto era un error.

-Rompieron tu corazón, Reina Dragón-El príncipe Martell le sonrió con compasión y tomó sus mejillas y la besó profundamente. Apoyándola en la pared con fuerza pero sin hacerle daño.

Rhaenys se estremeció, el guapo dorniense la estaba besando con ternura y pasión. Sus labios bailaban sobre los de Rhaenys, dejo escapar un suspiro, complacida.

-Eres la criatura más encantadora que he conocido Rhaenys-Murmuró sobre sus labios.

Lo anhelaba. Tiró de él por el cabello negro, acercándolo a sí misma. La Targaryen buscó el lazo que sostenía la túnica de soles Martell, con manos temblorosas. Enredó sus piernas con las caderas del dorniense.

Sabía que se equivocaba. Martell y Targaryen era tan malo como Lannister y Targaryen. Había mala sangre entre los Martell de Dorne y los Lannister de Roca Casterly. La había habido por años, desde que Elia murió.

Sin embargo no pudo detenerse. Solo se separaba un poco para recuperar el aire y seguir besando al príncipe Oberyn.

Esperó que ni su amiga ni su hermano menor, Aegon, se enterarán.

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La mañana siguiente Nym le sonreía, apoyaba los codos en la mesa y la miraba fijamente. Feliz.

-¿Qué?-Espetó mientras se aseguraba que su hijo fuera a desayunar junto a lady Catelyn.

-Es que «la puta de la serpiente» como dice lady Olenna te quiere asesinar-Señaló a Ellaria Arena-. Ayer estuviste con papá, no me importa, a mi no pero a ellas sí.

-¡NYMERIA ARENA!-Protestó, enrojeciendo. Soltó la tostada que se disponía a morder.

No quería que Arya y Aegon que estaban en una esquina alejada hablando entre ellos le escucharán. Incluso ahí estaba lord Varys, oh, se preguntó si la Araña ya lo sabia.

HABÍA YACIDO CON OBERYN MARTELL.

Miró de reojo a La Víbora Roja de Dorne que la observaba más allá, en la otra mesa, con esos ojos negros que le profesaban admiración y deseó.

Se estremeció ante el recuerdo. Él, un Martell, adoraba a una Lannister, a la nieta de Tywin.

-¿Cómo... Cómo lo sabes, Nym?-Susurró jugando con su anillo de león de oro.

-Porque yo sé que no pasaste la noche en tus aposentos, y Obara quería hablar con papá y vio una cabellera rubia en su cama. Es decir, tú, además...-Tomó el collar de oro que pertenecía a Oberyn entre sus dedos-, tienes esto puesto, Dragona de Oro.

Sí, recordaba escuchar un ruido y sentir que alguien la observaba.

«El príncipe Oberyn no se molesto en colocarse la túnica, se asomó por la puerta en pantalones de dormir. Obara ni pestañeo.

-¿Tendrá la hija de Ellaria que venir conmigo y Nym o irán en otro barco? ¿El príncipe dragón nos acompañará?-Su hija bastarda intentó entrar pero él la detuvo, ella frunció el seño-. ¿Quién es, Jaime Lannister o Rhaenys Targaryen?

-Obara, vete, hablaremos luego-Ordenó.

-¡Es ella! Oh, deja que le cuente a Nym o a Aegon-Ella giró y se fue dando zancadas con una sonrisa viperina.

Rhaenys giró en la cama, y él pudo admirar su rostro a detalle. Medio Lannister y medio Targaryen. Los labios claros, los ojos profundamente violeta; no azules como los de Daenerys, y el liso cabello rubio. Entendía porque Cersei Lannister odiaba la reina, era mil veces más hermosa que ella».

-Mi hija solo te está molestando-Oberyn Martell se acercó a ella y colocó una de sus manos en su hombro desnudo. Ella jugó con más ansiedad con el anillo-. Deberías ir a practicar, Nym.

-Ya me extrañas Rhaenys cuando tenga que ir a Dorne-La bastarda se levantó de mala gana pero sin perder la sonrisa.

-¿A Dorne?-Giró violentamente hacia el príncipe Martell-. ¿Se irán?-Se sintió repentinamente decepcionada, usada, apretó los labios.

-Mis hijas y Ellaria irán a los Jardines del Agua, allí estarán seguras. Yo me quedaré contigo hasta que conquistes Desembarco del Rey, Rhaenys.

El alivió que sintió le hizo sonreír ampliamente sin embargo sí iba a extrañar a Nymeria.

-Tienes razón, Arena. Te voy a extrañar y espero que en cuanto te asegures que ellas estén a salvo vengas a luchar conmigo.

-¡Volveré!-Inclinó la cabeza y vio que Robb Stark entraba al salón para desayunar-. ¡Te dije que «yo me andaría con cuidado.» sobre Rhaenys y mi padre, Stark! Tu hermano bastardo te la quita y luego lo hace él.

-¿A qué se refiere, Rhaenys?

-A nada, Stark. Nym es Nym. Tenemos que ir a la biblioteca, tenemos reunión.

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Rhaenys le sonrió a su hermano igual que una madre orgulloso al ver como con gozo decía que tenía la Compañía Dorada en sus manos y que Jon Connington había partido para Desembarco del Rey con ella para hacerles creer a Cersei que eran aliados y luego traicionarla.

Daenerys se enfureció al saber que Dorne y las Tierras de la Tormenta la apoyaban.

-Los hombres que queda están exaustos y muchos están heridos, lucharan mejor si tienen tiempo para descansar y recuperarse-Habló Robb. Arya, Sansa y lady Catelyn estaban a su lado, apoyándolo.

Jon los miró mal.

-¿Cuánto tiempo sugerís, lord Stark?

-Tendré que hablar con los oficiales, Daenerys.

-Vine al Norte a luchar junto a vos con gran coste para mis huestes y para mi y ahora que llega el momento de corresponder queréis posponerlo.

Oberyn Martell rodó los ojos, luego sonrió burlón. Estaba junto a Rhaenys y Aegon.

-No es solo nuestro pueblo, es el vuestro-Espetó Robb-¿Queréis lanzarlo a una guerra para la que no está preparado? He sido sincero, el Norte no se arrodilara.

-Y yo no pienso entregar ni el Dominio ni Dorne ni el Valle ni las Tierras de la Tormenta, Daenerys. Tu aceptaste luchar por Jon, pero yo tengo más derechos que él y que Aegon y que el difunto Jace, nací primero.

-Es la Reina de los Siete Reinos, su padre era el príncipe Rhaegar Targaryen-Sentenció Oberyn Martell, le sonrió a Rhaenys.

-¡Eres una Lannister!-Dany perdió los estribos-¡Hija de Leonela, nieta de Tywin, sobrina de Cersei y Jaime! ¡Es mi Trono! ¡Todo esto es mío!

Su pecho bajaba y subía con rapidez.

-¿Cómo pides que el Norte se arrodille? ¡Tu padre quemó al abuelo de los Stark y a su tío, lord Brandon!-Le reclamo Rhaenys-. Daenerys, no eres la última Targaryen, no eres quién va a salvar a todos de Cersei ni del Rey de la Noche. Estás loca, y quemas a todos.

-¡QUEMASTE A STANNIS BARATHEON, LANNISTER!

-¡MATO A SU HERMANO, A RENLY! ¡HUBIERA MATADO A LORAS, HUBIERA MATADO A ROBB, TAMBIÉN A MI HIJO, ME HUBIERA MATADO A MI! ¡ACABADO CON TODOS!

-¡HE SIDO VENDIDA COMO UNA YEGUA DE CRÍA, HE SIDO ENCADENADA, Y TRAICIONADA, VIOLADA Y DESHONRADA! ¿SABES QUE ME MANTUVO DE PIE TODOS ESTOS AÑOS EN EL EXILIO? ¡LA FE, NO EN ALGUNO DE LOS DIOSES, NO EN MITOS Y LEYENDAS, EN MI MISMA! ¡EN DAENERYS TARGARYEN!

-In Diineiris Tirgiryin-Se burló Aegon, con una sonrisita.

Era el único además de Oberyn Martell que se atrevía a interferir.

-¡MATASTE A MYRCELLA, A UNA NIÑA, A TU PRIMA!

-¡CERSEI MATO A MI HERMANO, A TU SOBRINO!

-¡LANNISTER...!

-Calla, Reina de las Cenizas-Ordenó Rhaenys sacando su puñal de acero valyrio, lo coloco en el cuello de Daenerys-. No eres la única ha la que le ha pasado todo eso-Le sonrió a Gusano Gris, seca-. Usar espada es una mala opción en cuartos pequeños.

Oberyn Martell rió, pensó que Rhaenys se veía sensual amenazando a su tía.

-Yo soy la Reina Dragón, Daenerys-Soltó a Dany y se fue.

Escucho a su tía maldecir, y sollozar. Si hubiera querido la hubiese matado.

«Pero es una invitada, ni podía» Pensó.

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Oberyn y Rhaenys... ¿Qué opinan? Será interesante si Robb o Jon se enteran.

¿Renly Targaryen o Loras Targaryen? Cuál nombre prefieren para el hijo de Jon y Rhaenys.

~Isabel~

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