300 Dc

Dejo escapar un gemido al ver que el sol caía por el horizonte. Un día más lejos de Rhae y un día más que la dejaba cerca de Robb Stark.

-Deja de llorar Hardyng, La Reina Dragón odia al Joven lobo y viceversa. Nadie te la quitara-Prometió Ojo de Cuervo, burlón.

Él y Harry habían hecho lo mismo que hicieron los kraken durante la Rebelión Greyjoy, Euron planeó navegar hasta Lannisport y quemar la flota Lannister aun anclada. La Flota de Hierro, siguió el plan y destruyó la fuerza naval de las Tierras del Oeste de nuevo.

Rhaenys le obligó acompañarlos e hizo que unos guardias lo acompañarán como si fuera un despreciable animal. Ambos se habían adueñado de la ciudad. Y ahora estaba frente a Roca Casterly, sería un buen regalo para Rhae.

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Meñique no le podía escribir peores noticias en ese momento.

-¡La armadura dorada!-Pidió rápidamente al recordar que cuando Jaime asesinó a Aerys llevaba la armadura dorada.

Dorado Lannister, sí, también llevaría a Rhenlyarr. Si iba a ir a Roca Casterly iría como un león. Su escudero la ayudó con la armadura. Una de sus damas le trajo una capa de seda gris, una capa Stark, se preguntó si debía llevar esa o la roja escarlata.

«El niño que llevo será un lobo...» Pensó mientras se colocaba la capa gris.

Salió de la habitación que compartía con Robb a zancadas para ver a Lady Catelyn y a Lady Anya Waynwood con las que tenía planeado tomar el té. Se encontró sorpresivamente con su esposo.

-¿Qué haces vestida así?

-Alguien hirió a Harry, está..., está moribundo-Soltó mientras veía a Lady Anya, ignorando al Joven Lobo.

La mujer era como una madre para el nuevo Lord Arryn y Ángelus no tenía idea de como lo tomaría.

»Voy a Roca Casterly, los prisioneros van a enfrentar a la Justicia de la Reina.

-Estas embarazada-Se alarmó Robb.

-Lo sé, no se me ha olvidado, embarazada pero no tullida.

-No te dejaré ir, te quedas aquí u ordeno que te encierren-No podía arriesgarse, él era el único Stark además de Jon. Si algo le pasaba a Nys... Debía protegerla, proteger a su hijo y al reino.

Ángelus dio media vuelta y echó a correr. Robb intentó agarrarla, pero ella era una leona de la Roca. Lo apartó de un empujón, salió por la puerta y la cerró de golpe. Oyó al Joven Lobo protestar.

«Harry».

Había cuatro guardias Stark, le bloqueaban el paso y la agarraron. Derribó a uno de un empujón, arañó a otro en la cara y consiguió llegar a las escaleras. A medio camino se acordó de Nymeria Arena y se detuvo, jadeante.

«Los Siete me amparen. ¿Dónde está?...»

Consiguió llegar corriendo hasta la entrada, pero no más allá. Allí la aguardaban los guardias, más jóvenes que los otros.

-¡Soy la reina!-les gritó al tiempo que retrocedía-. ¡Os haré decapitar, os cortaré la cabeza a todos! ¡Dejadme pasar!

En vez de obedecer, intentaron agarrarla. Ángelus corrió pero allí la atraparon; eran una veintena, y la arrastraron mientras pataleaba por las escaleras de la torre. Dentro de la celda gritó:

-¡No podéis hacerme esto!-siguió gritando la Reina-. ¡Soy una Lannister, soltadme, mi tío Jaime os matará! ¡Soy la reina!

«Les enseñaré a Robb Stark qué significa meter un león en una jaula», pensó Ángelus «Tengo que ver a Harry, no puede morir antes... no, si no lo veo... Es mi culpa, no debí tratarlo así...».

Al ver que nadie acudía, empezó a golpear la puerta con los puños. Su escolta estaba abajo, en el patio: diez guardias de la Casa Arryn y Ser Barristan.

«Cuando me oigan, vendrán a liberarme»

Gritó, pataleó y aulló ante la puerta y ante la ventana hasta que tuvo la garganta en carne viva. Nadie respondió a los gritos; nadie acudió en su rescate. La celda empezó a oscurecerse. Cada vez hacía más frío. Ángelus empezó a tiritar.

«¿Cómo puede dejarme así, sin siquiera un fuego? ¡Soy tu esposa, Robb!».

Un guardia le llevó un cuenco de unas gachas grises y aguadas. Ángelus se lo tiró a la cara. Pero cuando le llevaron otro jarro de agua, tenía tanta sed que no le quedó más remedio que beber.

«¿Qué puede estar pasando?-se preguntó cuando la diminuta porción de cielo que veía por la ventana empezó a oscurecerse otra vez-. ¿Por qué no ha venido Ser Barristan?».

La puerta se abrió y vio a Nym, la dorniense entró silenciosa, cosa extraña en ella.

-¿Que ha pasado?-Ángelus llevaba días ahí y empezaba a desesperarse.

«A estas alturas Harry puede estar muerto».

-Robb planea atacar Foso Cailin poco después será la boda de Edmure Tully-Soltó Nymeria acercándose a Nys-. Tu tío Tyrion esta siendo juzgado por el asesinato de Joff. Y el Matarreyes está en Desembarco del Rey.

-Nymeria, por el amor que me profesáis, os ruego que enviéis un mensaje en mi nombre. Si es posible, con un cuervo; si no, con un jinete. Enviadlo a la Capital, para-«¿Mi tío Jaime?» Era su única opción, Oberyn Martell debía salvar a Tyrion por lo que no podía pedirle ayuda-, Jaime. Decidle lo que ha pasado, y escribid... Escribid...

-¿Sí, Alteza?

Se humedeció los labios, temblorosa. Jugó con su anillo de león.

-«Vuelve ahora mismo. Ayúdame. Sálvame, tío. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Ven ahora mismo, Robb me encerró. Por favor, por favor»

-Como ordenéis. ¿«Te quiero» tres veces?

-Tres veces-Tenía que conmoverlo si no podría salir de ahí, no mentía, quería a Jaime sin importar que tan malo fuera, eran familia-. Vendrá. Sé que vendrá. Tiene que venir. Jaime es mi única esperanza. Robb me odia.

-Mi reina, ¿lo habéis olvidado? Ser Jaime esta del lado de Cersei y ya no tiene la mano de la espalda.

Nymeria la veía como si se hubiera vuelto loca.

-Es mi única esperanza, si Harry esta muerto... No perderá. Jaime no perderá. No si mi vida está en juego. Debe rescatarme, debe conquistar Aguasdulces.

Robb iba tener que enfrentar de nuevo al Matarreyes en una guerra diferente. Era una Lannister, y un Lannister siempre paga sus deudas.

«Me odia, me odia... y solo me habló con dulzura cuando le dije que estaba embarazada después de quedarse en silencio».

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Aquí primero Joffrey se casa (en el año 300) y luego sucede el matrimonio de Edmure, el tío de Robb.

¿Jaime ira a salvar a Ángelus?

Pronto la Boda Roja, ¿Robb muere o no?

~Isabel~