IV. El Ejercito Arryn|Euron Greyjoy|Las Lluvias de Castamere sobre su tumba
7 de noviembre de 299 Dc
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«-Sigo sin entender de donde saco ésto Renly.
Ángelus señaló el gran cofre de cedro con adornos de bronce en forma de cornamentas de venado. Donde sobre los mejores terciopelos y damascos que se podían encontrar en las Ciudades Libres... entre los suaves pliegues de los tejidos, estaban cuatro huevos grandes.
Eran los objetos más hermosos que había visto en la vida; Renly se había vanagloriado por eso, cada uno diferente, de colores tan vivos que al principio pensó que tenían incrustaciones de piedras preciosas, y tan grandes que tuvo que utilizar ambas manos para tomar uno.
La superficie de uno de los huevos estaba cubierta de escamas diminutas y, cuando le dabas vueltas entre los dedos, brillaron como metal pulido a
la luz de las antorchas. Su favorito era de color dorado con motitas de bronce que aparecían y desaparecían al moverlo. Uno era azul hielo con ondulaciones y remolinos celestes. Otro era de color lila con vetas violetas. El último era rojo escarlata, como la sangre, Ángelus pensó que era un rojo Lannister y un rojo Targaryen aunque también se podía asemejar al rojo Tully.
-¿Qué son?-habia preguntado, maravillada hace unas horas a Renly.
-Huevos de dragón, de las Tierras Sombrías que están más allá de Asshai-dijo el Rey Baratheon, sonriente-. Se han convertido en piedra con los eones, pero conservan el fuego y la belleza.
Luego de aquello él le había pedido que pensara en una forma de revivir a los dragones argumentando que sería genial entrar a Desembarco del Rey con uno de ellos para ver la cara de los Lannister. Por lo tanto, ahora ella y Loras buscaban ideas mientras Renly se armaba para la batalla con ayuda de Bienne de Tarth y le daba audiencia a lady Catelyn Tully Stark.
-Tu eres su esposa Nys, preguntale.
-A ti te ama, tú preguntale-Espetó Ángelus y ella y Loras se echaron a reír sonoramente.
Renly, Loras y ella eran amigos desde que llegó a la Capital con diez años. Ambos jóvenes habían logrado derrumbar los muros de desconfianza de la Targaryen Lannister ganándose un sitio especial en su corazón.
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Ángelus buscaba a Renly cuando una repentina ráfaga de viento abrió la puerta de la tienda del Rey. Le pareció atisbar unmovimiento, pero cuando giró la cabeza solo vio la sombra del rey contra las paredes de seda.
Oyó como Renly empezaba a decir algo gracioso, mientras su
sombra se movía, alzaba la espada, negro contra verde, las velas parpadeaban y se apagaban, la luz temblaba, había algo fuera de lugar irreal... y entonces vio que la espada de Renly seguía en su funda, envainada, pero la espada de sombra...
-Frío-dijo Renly con voz desconcertada, apenas un instante antes de que el acero de su gorguera se abriera como una gasa bajo el filo de la hoja que no estaba allí. Tuvo tiempo de lanzar un grito breve, ahogado, antes de que la sangre le manara de la garganta como una fuente.
-Alte... ¡no!-gritó Brienne la Azul al ver el espantoso flujo, con una voz tan aterrada como la de una niñita.
El rey se desplomó en sus brazos. Una espesa sábana de sangre se arrastraba por la pechera de su armadura, una marea roja que ahogaba el verde y el oro. Se apagaron más velas mientras Ángelus caía al suelo asustada reprimiendo un grito. Renly trató de hablar, pero se ahogaba en su sangre. Le fallaron las piernas; solo lo sostenía la fuerza de Brienne. La joven echó la cabeza hacia atrás y lanzó un grito de angustia.
Y Ángelus corrió, no volvería a hablar nunca con Renly, no en esta vida por lo menos. Él estaba muerto y luego lo confirmaría al tener el cadáver en sus brazos, al ver el sufrimiento de Loras...
Muerto.
Muerto.
Y sabía quién lo había matado,
Stannis.
Bien,
ella también lo mataría,
no olvidaría la muerte de Renly.
El Dragón Recuerda»
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«-Traedme... los huevos... los huevos de dragón..., por favor... -Sentía las pestañas como si fueran de plomo.
-¿Qué...?
-¡Renly! ¡Renly..., él me los regalo, están en mi..., en mi baúl!-Se explico Ángelus.»
Cuando despertó, un rayo de sol dorado entraba por la ventana de la habitación que compartía con su esposo, y estaba abrazada a uno de los huevos de dragón. Era el más claro, el azul ártico con ondulaciones y remolinos celestes. Rhaenys sintió el calor que procedía de su interior. Bajo las finas sedas del lecho, tenía la piel cubierta de una película de sudor.
«Rocío de dragón» pensó. Pasó los dedos con suavidad por la superficie de la cáscara, siguiendo las vetas celestes, y sintió cómo en lo más profundo de la piedra algo se agitaba a modo de respuesta. Aquello no la asustó, lo único que sentía era sed de justicia, había tolerado muchos atropellos pero no lo haría más.
La Targaryen se tocó la frente. Tenía la piel fresca bajo el sudor, se le había ido la fiebre que tuvo en algún momento en la madrugada. Se forzó a sentarse. La cabeza se le fue un momento, y sintió un dolor profundo que le recorría el cuerpo como pinchazos. Pero tenía fuerzas.
Sus doncellas acudieron corriendo en cuanto las llamó.
-Agua-pidió-. Una jarra de agua, tan fresca como sea posible. Y fruta. Mucha fruta. Fresas, por favor.
-Como digáis, alteza.
-Decidle a ser Barristan que venga-pidió, al tiempo que se levantaba.
El caballero que había sido hermano juramentado de la Guardia Real de su bisabuelo y de su abuelo; Aerys II Targaryen y, tras la Guerra del Usurpador, Lord Comandante de la Guardia Real de los reyes Robert y Joffrey "Baratheon". Fue destituido de su cargo y expulsado de la Guardia Real por Joffrey; una tontería hasta para Joff en opinión de Rhaenys, exiliándose y jurando lealtad a los nuevos Reyes Targaryen, es decir, Ángelus y su hermano. Ella se había encontrado con Barristan Selmy luego de la muerte de Renly.
»Preparadme un baño caliente, y llamad a...-De repente, recuperó lamemoria y flaqueó-. El Rey Robb-consiguió decir, mirándolas con ojos llenos de miedo y vergüenza luego de lo que había pasado en la noche-. ¿Está...?
-Su Gracia está ocupado-respondió la niña hija de Tytos Blackwood en voz baja, y salió corriendo a buscar el agua.
Nys vio que sus ojos estaban llenos de sombras. Se volvió hacia la hija de lord Bracken de dieciséis años.
-Cuéntamelo-Ordenó con los labios apretados y una mirada firme.
-Voy...voy a llamar a ser Barristan-La chica de cabellos castaños cenizas salió también corriendo de la habitación.
La Targaryen suspiró mientras se colocaba un traje de cuero. En otra ocasión se hubiera molestado porque le negaron información pero no podía; no ese día, Robb la había consolado cuando se removió inquieta sollozando gracias a la pesadilla con la muerte de Renly y él le había traído el huevo de dragón sin chistear aún cuando ella decía lo que parecían disparates.
Ser Barristan llegó unos momentos más tarde, y encontró a Ángelus de pie ante los cuatro huevos de dragón, los que seguían en el cofre. Le pareció que estaban tan calientes como el que había tenido abrazado mientras dormía, cosa que le resultaba muy extraña por lo que decidió guardar silencio.
-¿No debéis cambiaros?-Preguntó el caballero blanco, un anciano de pelo blanco, fuerte y gallardo, de ojos azules.
-Estoy bien así, creo que usar mucho el dorado es algo inapropiado se supone que soy una Stark ahora, o eso dicen, buscaré algo no tan Lannister para llevar la paz pero si me molestan cantaré las Lluvias de Castamere sobre su tumba. Voy a buscar a Robb luego de desayunar.
Sin más tomo una jaspeada en el rojo y azul de los Tully, con ribete de armiño que le había regalado Lady Catelyn en una de las visitas que le hacía a su suegra a la que le tomó cariño y respeto.
«Es tan buena como Sansa me dijo, por eso la Loba Roja es tan buena, lady Cat hizo un excelente trabajo» Pensó con una sonrisita.
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Robb estaba hablando con lady Jeyne, recordaba perfectamente la primera vez que la vio, identificándola como una enfermera al lado de un chico que tenía la pierna destrozada y debían amputarla.
«Mientras se acercaba vio al hombre que lloraba como un chiquillo dolorido, suplicando, diciendo que la pierna se le curaría. Aquella bonita joven intentaba calmarle para hacer su trabajo pero no lo logró.
Robb tumbo al hombre para que dejara de resistirse sin saber por qué se acercó.
-Morirás si no lo hace. Ponte esto en la boca-Robb le dio un pedazo de tela para que pudiera mordelo-. Tumbate, no te conviene mirar.
-Nuestros hombres necesitan más atención que este pobre niño-Habló Roose Bolton viendo la escena, con el que estaba el Rey Stark hace minutos.
-Vuestros hombres no son mis hombres, mi señor-La chica tenía todo preparado para cortar, mientras el hombre suplicaba que no lo hiciera, que no quería ser un tullido.
Ella comenzó a cortar, entonces fue la primera vez que Robb la pudo observar con detalle. Aunque la situación no era la mejor para fijarse en nadie, y sabía que era un imbécil por ello no pudo evitarlo. Él podía decir que ella era hermosa y fuerte.
Ayudó a que subieran al chico a un carro y se lo llevaran.
-¿Cómo te llamas?-Preguntó Robb mientras ella limpiaba y guardaba todos los instrumentos que había utilizado con los heridos.
-Jeyne.
-¿Tu apellido?
-¿Quieres saber en qué bando lucha mi familia?
-Estoy en desventaja, tu sabes mi apellido-Robb no comprendía su propio interés en ella.
«Soy un imbécil ¿Qué estoy haciendo» Pensaba él.
-Ese chico ha perdido el pie por vuestra orden.
-Mataron a mi padre.
-¿Fue ese chico?-Interrumpió Jeyne-. ¿Creéis que es amigo del rey Joffrey? Es el hijo de un pescador criado cerca de un puerto Lannister, seguro que no conoció una lanza hasta que le pusieron una en las manos hasta hace unos meses.
-No siento odio por ese chico-De repente Robb se dio cuenta cuanta gente estaba muriendo y la mayoría injustamente.
-Eso no ayudará a que le vuelva a crecer el pie-El Rey no supo que decir, luego se repuso.
Robb quería parar la situación pero no podía detenerlo, parecía no tener control de lo que hacía o decía...»
-¡Robb!-Lo llamó Nys que se acercaba, el rey no pudo evitar notar su belleza.
Se habia dejado la melena dorada¹ suelta, vestía con simpleza pero elegancia, lo que la destaca luego de sus ojos que parecían ser de color gris claro, pero a la luz del atardecer eran de un tono púrpura; como había detallado Robb luego de un tiempo. Se dió cuenta que ella tenía espadas gemelas: una dorada con una cabeza de león como pomo y la otra roja y negra con un dragón enroscado. Por alguna razón el Stark se sintió culpable de estar con la enfermera en vez de con su reina sabiendo que ayer nadaba en fiebre.
Jeyne cambió su rostro alegre a uno inexpresivo. Él se acercó a Nys y besó sus nudillos, luego presento a la enfermera.
-Ángelus ella es lady Jeyne.
-Un placer, mi señora-La primogénita de Rhaegar Targaryen sonrió educadamente-. Disculpe no oí su apellido.
Robb con el paso del tiempo noto que más de la mitad de las veces que Ángelus Lannister Targaryen sonreía educadamente o hablaba con inocencia era que algo que no le convencía.
-Westerling-Nys los miro fijamente, analizándolos y asintió no muy convencida.
Lo primero que pensó ella fue: «Son vasallos Lannister». Lo segundo: «La sombra de Tywin me sigue» Lo tercero: «Puede ser una espía». Sin embargo no dijo nada, hablaría luego con Robb sobre eso.
Jeyne sonrió devuelta aunque la sonrisa fue más para Robb que para Nys. Se marchó no sin antes mirar al rey Stark que no apartó la vista de la enfermera hasta que desapareció del sitio cosa que la Lannister Targaryen notó y supuso que por eso las doncellas decían que Robb estaba "Ocupado" pensó inmediatamente en su tía Cersei Lannister y Robert Baratheon.
Cersei y Robert de odiaban hasta la muerte, la tía de Ángelus había terminado matando a Robert con ayuda de un primo Lannister; Lancel, y los tres hijos de ella eran del tío de Nys, Jaime. Tenía aquella información gracias a Petyr Baelish y Varys; La Araña y espía de los reyes, tanto de Aerys como de Robert y Joffrey.
«No sé cuál de los dos me inspiró más compasión» El matrimonio de ambos fue como un largo combate. Una de las primeras cosas que Ángelus noto al llegar a la Capital como "Lady Lannister".
Casi el cariño que tuvo alguna vez por Cersei (a pesar de que ella sólo le daba miradas frías, comentarios irónicos y declaraciones de amor eterno a Rhaegar que terminaban en un "tu madre lo arruinó todo") desapareció y terminaría de desaparecer cuando Varys le contó que ella había envenenado a su madre, mientras que Jaime, bueno, quería a su tío pero era demasiado manipulado por su tia para inspirarle algo más que lástima.
«No quería terminar así».
En parte sabía que probablemente no podría escoger con quién iba a casarse por lo que cuando murió Robert Baratheon y tuvo la oportunidad de rebelarse trayendo como ventaja casarse con Renly aceptó encantada; sabía que ellos no se terminarían matando entre sí, y después de su muerte cuando la otra alternativa era conseguir una alianza con Robb Stark sé molesto ante la perspectiva pero se juro que haría lo posible para tener un buen matrimonio y ahora, ahora Robb parecía atraído por la chiquilla Westerling destruyendo todas las posibilidades de tener un buen matrimonio porque como aprendería pronto, a las Leonas; y aún más si llevan sangre de Dragón, se les daba mal perdonar.
-No deberías confiar en nadie, no en tu familia, ni tu madre, ni tu tía, ni tus vasallos, no en tus aliados y no en los míos, mucho menos en mí-Le recomendó con el gesto inexpresivo aunque en su voz había reproche.
-¿Cómo sigues?-Robb decidió cambiar el tema por su propia bien.
-Mejor que cuando a Robert lo atravesó un jabalí-Espetó ella.
El rey sonrió ante su tono burlón.
-Hey, hablando enserio, me preocupaste ayer.
Ángelus Lannister frunció el seño ante tal afirmación, lo miró dudosa ¿Él bromeaba? Es decir, ella no era una santa y no tenía ningún motivo para agradar a la casa Stark/Tully. Hace tan sólo un par de años tenia como propósito usar Poniente como pira funeraria de su padre.
Ella sonrió sarcástica.
-Lo dudo, Stark de Invernalia, no me conocéis.
-Entonces dame la oportunidad de conocerte-Pidió Robb en un arrebato de valentía, quizás aún había esperanzas para su matrimonio-. A la temible reina Targaryen.
-La gente le teme a los monstruos no a las reinas..., tampoco a las espadas-Bromeó ella mientras se sentaba en la verde hierba.
-Dejame decidir entonces si debo temerte.
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Robb le sonrió encantado a Ángelus, no pudo evitarlo, haber pasado la tarde con ella cambio su opinión de la Lannister Targaryen aunque solo fuera un poco. A diferencia de cualquier otro momento que pasó en su compañía esta vez ambos fueron sinceros entre sí y no hicieron gala de una cortesía fría.
Por lo tanto, él empezó a comprenderla mejor. Una inesperada sorpresa. Ahora tenía una amplia imagen de Nys, claro que le quedaban varias cosas por descubrir, y como un curioso que era Robb se encontraba deseoso de descubrir mas sobre su reina.
Sin remordimientos la podía llamar reina, ella estaba lista para sacrificarse por su pueblo, para ayudar a quien lo necesitara, para pagar la injusticia con justicia, un Lannister siempre pagaba sus deudas.
La admiraba como gobernante y como persona. Cómo Lannister Targaryen.
¿Quién habría pensado que Ángelus se esforzó desde niña para cumplir las espectativas de Tywin Lannister para proteger a su hermano? ¿Quién pensaría que Nys quiso a su abuelo y él alguna vez le sonrió como a nadie? ¿Que el animal favorito de Ángelus no era un dragón o un león si no un gato? ¿Qué aprendió a usar la espada con Jaime Lannister y estudio al lado de su tío Tyrion? ¿Y que a su madre la enveneno Cersei en el parto de sus hijos? Eso y mucho más.
-¡Majestades, los vigilantes han visto al ejército Arryn acercándose!-Y así ese llamado los saco de su pequeño pedazo de infinito.
Rhaenys sintió como su corazón se agitaba al pensar en cierto chico que recién llegaba.
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-¿Podrías repetirme como es que él es heredero de mi primo?
-Sí, Robb-Ángelus le sonrió mientras le tomo la mano y le acarició con suavidad la palma dibujando círculos-. Empecemos por Lord Jasper Arryn, el padre de Jon Arryn. Engendró tres vástagos: dos hijos y una hija. Jon era el mayor, así que le correspondieron el Nido de Águilas y el título. Su hermana Alys se casó con Ser Elys Waynwood, tío de la actual Lady Waynwood-Hizo un gesto burlón-. Alys y Elys, qué bonito, ¿no? El hijo pequeño de Lord Jasper, Ser Ronnel Arryn, se casó con una Belmore, pero murió de un mal del vientre. Su hijo Elbert nacía en una cama justo mientras el pobre Ronnel agonizaba en otra. ¿Estás prestando atención, corazón?
No había ninguna condescendencia en la voz de Nys, y aún así el Rey Stark no puedo evitar que le recordará a un maestre viendo si los niños prestaban atención a una lección, lo que generó nostálgica pues pensó en sus días en Invernalia con sus hermanos.
-Sí. Estaban Jon, Alys y Ronnel, pero Ronnel murió.
-Bien, Harrold fue el único hijo del caballero hacendado de la Casa Hardyng y la hija menor de Ser Elys Waynwood y Alys Arryn, el resto de posibles herederos murió-Finalizó Ángelus su explicación-. Por lo tanto es el heredero presunto de Lord Robert Arryn, tu primo ¿Dudas?
-¿Por qué sonríes?
-¿Celoso, Strak?-Robb trago saliva evidentemente nervioso, pero se recuperó rápido, fruncio el seño descontento ante las palabras de Nys y luego mostró un expresión inexpresiva.
-No, Targaryen.
-Es un viejo amigo, para ser un poco Arryn me cae bien, quedaos tranquilo.
A Ángelus no sólo le caía bien, ellos se habían enamorado pero había sido algo infantil quizás, aunque Harry no olvidaba aquello, él había intentado acordar un matrimonio con Ángelus y probablemente Nys estuviera casada con él si el difunto Jon Arryn no hubiese rechazado la oferta por temor de introducir un Lannister a su casa que aún peor, era Targaryen.
Y allí mismo ante los Reyes; destacando entre el resto de señores, en el salón de audiencias de Aguasdulces, se encontraba Harry el Heredero: alto, hermoso, ceñudo, un hombre muy galante en extremo, con el pelo rubio y suave y ojos azul oscuro. Hubiese sido más guapo si mostrara sus hoyuelos al sonreír como era costumbre o como la sonrisa que había tenido esa mañana hasta que se enteró de que Rhaenys; como conocía a Ángelus, se casó con Robb Stark.
-Cada vez que os veo sois más bella mi esplendor-Saludó él antes de arrodillarse-.
La Reina de los Siete Reinos, sangre del dragón y del león, la Dragona Roja, señora de los Siete Reinos, futura mataleones, Ángelus Targaryen Lannister, antes llamada Rhaenys.
-Agradecemos vuestras palabras ser Hardyng, pero os faltaron un par de títulos, Ángelus es mi esposa, señora de Invernalia, Reina del Norte y del Tridente.
-Un placer conocerle, Señor de Invernalia, Rey en el Norte
Rey en el Tridente, Rey del invierno-Harry se levantó aún con el ceño fruncido luego de dar pleitesía a Robb.
«Alguien está celoso, ambos en realidad, Harry debería entenderlo ¿Acaso no sabe que es mi única opción para obtener el Norte y el Tridente?» Pensó Nys mientras los observaba con el rostro inexpresivo, la emoción de la llegada de Harry había sido remplazada por incertidumbre.
-Ser Harrold, disculpad mi pregunta pero ¿Donde está Lord Baelish?-Se decidió a preguntar.
Estaban en el patio donde reinaban el ruido y la confusión. Los hombres descargaban carromatos, gritaban, le quitaban arneses a los caballos y los metían a los establos. Había empezado a caer una ligera nevada y todo el mundo tenía prisa por entrar.
Robb se introdujo en medio del caos, gritando órdenes como el que más, como el rey que era. Junto a él se encontraba Viento Gris, Ángelus y Harry.
-¡Allí!-Señaló esté último.
Los jinetes eran apenas una
veintena, una escolta muy modesta para la señora del Nido de Águilas. Con ella cabalgaban tres doncellas y una docena de caballeros de su casa, con armadurasy corazas. También la acompañaba un septón y un atractivo bardo de bigote ralo
y largos rizos color arena.
«¿Es posible que sea ella?».
Lady Lysa tenía dos años menos que Lady Catelyn, pero aquella mujer aparentaba diez más. La espesa cabellera castaña rojiza le llegaba a la cintura, pero bajo el costoso vestido de terciopelo y el corpiño recamado de joyas, el cuerpo se notaba fofo y carnoso.
Llevaba el rostro rosado muy pintado. Era de miembros
gruesos, más alta que Meñique y también más pesada; además tampoco mostró ninguna elegancia en su manera torpe de bajarse del caballo. Petyr se arrodilló para besarle los dedos. Lady Lysa hizo morritos y lo ayudó a levantarse para estamparle un beso en la mejilla.
«¿Está loca o qué le pasa?» Pensó «Lady Cat es mucho más bonita y mejor».
Ángelus apresuró a todos para entrar, tener cerca tanto tiempo a Meñique le colocaba los nervios de punta; no sabía si era peor tenerlo lejos, ella hacia lo posible para que estuviera vigilado. Petyr Baelish se había atrevido a engañar a lord Tywin Lannister ¿Por qué no la burlaría a ella? También era un problema tener a Lysa y Catelyn juntas, al igual que a Robb y Harry, además Robb seguía resentido con el Valle y su gente por no darle apoyo antes con la Guerra.
«El Valle se hubiese rebelado solo y después de que Robb Stark hubiese muerto» Determinó ella.
-¡Rhaenys!-Llamó Robert Arryn mientras se abalanzaba sobre ella para que lo cargara.
-Hola Robalito-Saludó por el apodo del niño-. Siempre es un placer verla Lady Lysa-Siguió con la falsa cortesía.
-¿Conocías a mi hermana y sobrino?-Lady Catelyn que había saludado gélidamente a los recién llegados, habló.
-Nos conoció cuando Jon la llevo al Valle, nunca le gustaron los niños pero se entendió muy bien con mi Robalito, la Madre nos hizo para proteger a nuestros hijos. Para nosotras, la única deshonra es no conseguirlo-Vio a Ángelus al decir esto:-. Lo sabrás cuando tengas un hijo, espero y sea pronto ¿Ya estás embarazada?
El tomo brusco que empleó intimidó a Nys y a Robb, ambos se sonrojaron sin saber que decir.
-Un Eddard y un Brandon-Los salvo Lady Catelyn-. Y quizá, con el tiempo, un Hoster.
-Bueno, Cat supongo que nuestra reina también querrá decidir sobre el nombre de sus hijos-Interrumpió Petyr Baelish.
-Nys puede elegir el nombre de nuestros hijos-Se apresuró a afirmar Robb Stark con cortesía tan fría como el Norte.
-Yo pensaba que si era una niña la podríamos llamar Sansa, si ella está de acuerdo.
-Estará encantada-Asintió la Tully.
-Crep que ya deberíamos entrar-Sugirió Harry Hardyng, hosco ante el tema.
Antes de entrar una niña castaña se tropezó con Nys e hizo una reverencia, antes de salir corriendo susurro: «Para la Reina de los Siete Reinos». Ángelus decidió en ese momento que Tywin tenía razón: Debieron matar a Varys en cuanto pudieron. Vio que la niña metió en el bolsillo de su capa una carta con un sello.
«Ay, ay, los Siete me amparen» Pensó cuando Lady Lysa, Harry y Meñique se iban a instalar a sus habitaciones respectivamente.
El resto fue a la sala privada de audiencias de lord Hoster era una estancia pequeña, situada sobre la sala principal, y más adecuada para reuniones familiares lo que alegro a Nys. Robb ocupó el asiento de la tarima, se quitó la corona y la puso en el suelo junto a sí e invitó a su reina a acompañarlo, mientras Catelyn llamaba al servicio para pedir vino. La Targaryen esperó a que los criados se marcharan antes de hablar.
-Lamentó lo de su hermana, lo de Meñique y todo en general...-Se quedó en silencio al ver que un molesto Edmure Tully entraba a la sala cargando un cofre de madera con un grabado en forma de kraken de oro sobre campo de sable.
-¿Qué...?
-Un soldado lo trajo, dijo que él lo vio en el patio, hermana.
-Es para mi-Lo reclamo Ángelus al ver que había un escudo con el dragón de tres cabezas de los Targaryen, dorado y rojo, el blasón que habían acordado usar ella y su hermano.
Abrió la tapa del baúl de un golpe y saco una carta de su interior, leyó rápidamente en silencio fúnebre, se echó a reír como loca al terminar. La oferta era demasiado buena pero...
-¿Qué es?
-Una disculpa y una promesa-Ante la confusión de Robb, le pasó la carta con dramatismo.
-¡Un Greyjoy no tiene derecho a pedir una alianza!-Saltó él al apretar la carta en un puño.
-No es cualquier Greyjoy, es Euron Greyjoy, apodado Ojo de Cuervo, es Rey de las Islas del Hierro desde...-Nys dudo-, desde que fue elegido en una asamblea de sucesión tras la muerte de su hermano Balon.
-Si la mitad de lo que nos contaba Theon sobre él es cierto, Euron Greyjoy es lo menos parecido a un rey que se pueda imaginar. Theon es el heredero
legítimo, a menos que haya muerto... Pero Victarion está al mando de la Flota de Hierro. No me puedo creer que se quede en Foso Cailin mientras Euron Ojo de Cuervo ocupa el Trono de Piedramar. Tiene que regresar.
-También hay una hija de por medio-le recordó el Pez Negro-. Es la que se ha apoderado de Bosquespeso, y de la esposa y el hijo de Robett.
-Si se queda en Bosquespeso no obtendrá nada más -señaló Robb-. Lo que se aplica a los hermanos se le aplica también a ella, y en mayor medida. Tendrá que poner rumbo a su tierra para expulsar a Euron y reclamar el trono.
-Tomar Foso Cailin es otro asunto, no me malinterpreten sé que es necesario recuperar el Norte pero necesitamos Roca Casterly; tengo oro en caso de necesidad, y si Euron Greyjoy puede darme la Roca...
-También puede conquistarla y no entregarla Nys-Le recordó Robb, ofendido-. Pidela a los Tyrell ¿No te parece mejor?
-No, no es tiempo de destapar la traición de los Tyrell. Además enfrentar a la flota Redwyne contra la Greyjoy sería un desperdicio-Ángelus se tocó la sien, molesta. Lo miró fijamente-. Robert tendría que haber arrasado las islas después de que Balon Greyjoy se alzara contra. Destruyó su flota, quemó sus ciudades y derribó sus castillos, pero cuando los tenía de rodillas, permitió que se volvieran a levantar. Tendría que haber creado otra isla con sus calaveras. Eso habría hecho Tywin, pero el Usurpador nunca tuvo los redaños que debía tener un rey si quería mantener el reino en paz.
»Lord Greyjoy atacó las tierras
del oeste en nombre de la princesa Rhaenyra, para consternación del rey Aegon, que había tratado de obtener su apoyo. Si Euron me puede ayudar...
-Te dije que no-Prohibió el Rey, necio como era costumbre.
-Soy la reina, no tengo porque obedecer, te puedo escuchar pero hasta ahí, habláremos después, corazón-Sonrió burlona y se levantó del lado de Robb.
Por la mirada que le dirigió él, era evidente que hacía mucho que nadie se atrevía a hablarle de manera tan brusca.
-Soy tu esposo, mi deber es protegerte-dijo con cierto tono defensivo en la voz.
Lo quería, claro que lo quería como a pocas personas pero tenía un objetivo: el Trono de hierro. Y ni si quiera él, que cuando lo miraba fijamente no encontraba ningún rastro de falsedad o arrogancia en sus ojos, la haría distraerse. Era un pobre chico que se había visto envuelto en una situación que no habría deseado vivir jamás. Sin embargo, se encontraba frente a ella un Rey, un hombre, que protegía al niño como un escudo.
Suspiró y tomo las manos de Robb con cariño, le sonrió suavemente (sin mala intención), deseó que fuera cruel y despiadado pues un joven dulce y bueno moriría pronto en la guerra.
De todas formas, él no tenía capacidad de albergar esos sentimientos, igual que Eddard Stark.
-Te quiero-Le susurro en el oído antes de irse-. Haré lo posible para no decepcionarte y para cuidar a tu familia.
La carta de Varys le pesaba cada vez más.
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¹Ángelus es rubia dorada pero en algunas imágenes aparece como rubio/castaña.
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En el próximo capítulo aparecerán por primera vez los cuatro dragones de Ángelus y morirán unos primos Lannister (Cuando Rickard Karstark mata a dos niños Lannister).
Este capítulo fue complicado, espacialmente tratar la relación Ángelus-Robb. Apareció Harry Hardyng, Meñique y Lysa Arryn los que son personajes complicados, también Jeyne hizo acto de presencia.
¿Quién quieren que sea el interés amoroso de Ángelus? Claro que está casada con Robb pero..., esto es Game Of Thrones, algo siempre complica el asunto.
Pronto aparecerá Euron Greyjoy, y ¿Qué les parecería en algún momento que Robb y Rhaenys tuvieran un hij@?
Por cierto, actualizaré cada dos semanas o dos veces al mes.
~Isabel~
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