Capítulo N°20
Capítulo 20: Sólo un chico.
Aviento dos perchas más sobre el montón de ropa encima de la cama y bufo frustrada al tiempo que mi flequillo se levanta sobre mis ojos, reacomodo la liga que sostiene a mi desordenado cabello y me rindo.
No debería de preocuparme tanto por un simple atuendo, Jax es solo un chico.
Sólo un chico.
Me echó una mirada al espejo y sonrió, me ha visto en mis peores fachas y aun así ha decidido invitarme, ¿Por qué tomarme las molestias buscando el más esplendoroso vestido o el más glamuroso par de zapatos? Cuando puedo ir cómoda y ser yo misma.
Tomo una blusa azul muy normal y mi overol de mezclilla largo y me visto en ellos. Calzo mis tenis blancos y suelto mi cabello que cae en ligeras y delicadas ondas alrededor de mi rostro. Ni siquiera me preocupó por maquillarme demasiado, algo de crema, bálsamo para los labios y máscara para las pestañas es lo único que aplico.
Salgo de mi habitación con una bolsa negra en el hombro y al bajar las escaleras escuchó la voz de Yahir, ha pasado la mayor parte de la semana con nosotras, o bueno, con Violeta de quién casi no se le despega más que para ir al baño. Adelle me mira con desaprobación desde su lugar y me avienta palomitas de maíz, le sacó la lengua y me hago un espacio entre ella y el futuro novio de Vi.
— ¿Así vas a salir? —interroga.
Me echó una mirada y asiento.
—No me veo mal.
—No, no dije eso. —hace una mueca. — ¿Pero y si te lleva a un bar o a una discoteca? —me recuerda a la salida con Dave, de la que le conté hasta hace poco y me quedo pensando. Ha dado en el clavo, pero me repongo.
—Algo me dice que no lo hará. —me encojo. —Y si lo hace, tendré que pedirle que cambié el plan.
Elle frunce el ceño y se encoje de hombros.
— ¿Con quién sales hoy Lane? —pregunta Yahir y Vi se me adelanta.
—Con tú amigo Jax. —Yahir abre grandemente los ojos y luego se recompone en una sonrisilla conocedora.
—Así que eres tú.
— ¿Cómo? —inquiero y presto atención.
—Si, eres tú la que lo tiene de los nervios. —se ríe. —Las chicas Lake tienen influencia en mis amigos.
— ¿De qué hablas?
—A Nolan, tú hermana lo trae loco. —dice él.
—Pero Louise está saliendo con Adler. — Y Adler es su hermano, pienso.
—Hay un gran lío entre esos dos. —repone cuando se da cuenta que se le ha ido la lengua.
No insisto en que me cuente lo que sabe pues en ese momento Jax toca a la puerta y Elle corre a abrirla en el proceso.
—Hola, buscas a Lane. —afirma mi amiga y me tropiezo en el intento de salir del sofá luego de haber cruzado las piernas encima de él.
—Sí. —responde Jax.
—Ya viene. —me echa una mirada reprobatoria y me pongo de pie. Me giro a ver a Violeta ella guiña un ojo, ocupando ahora mi lugar.
Camino hasta la puerta y le veo del otro lado, empujó a Adelle y me hago un espacio en el recibidor.
—Hola. —sonríe y se le marcan un par de hoyuelos en las mejillas.
— ¿Lista? —inquiere y me tiende una mano, asiento y miró a Elle quien se toca el corazón enternecida, cierro la puerta y miró hacia la acera, con su mano aún enredada en la mía.
¿Cómo llegué a esto?
Si bien, cuando le conocí me cayó tan mal que ni siquiera el que fuera guapo importaba, pero ahora, ni bien tres semanas después, su tacto caliente, fuerte y seguro me sobrecogía.
Delante de nosotros había un deportivo en color rojo deslumbrante. Le miré anonada y Jax me abrió la puerta del copiloto.
— ¿Es tuyo? —inquirí cuando se dio la vuelta y subió del otro lado.
—Cosas que el dinero puede pagar. —respondió sin más. No con tono altanero, sino con un matiz algo enfadado y melancólico.
Negué y apoyé mi mano sobre la suya, que internaba la llave al motor, se detuvo y fijó su mirada sobre mí.
—Pues es genial. —sonreí y me siguió.
—Sí, yo creo que sí. —relame sus labios en una sonrisa y arranca.
— ¿A dónde iremos?
—No conozco mucho por aquí, pero podemos hacer una excursión, ¿No crees?
—Me parece bien. —asiento mirando por la ventanilla.
—No es que no haya planeado la salida, no me malinterpretes. —repone. —Pero todo lo que hay por aquí son discotecas, clubs, bares y no quería llevarte a un sitio donde no fuéramos a conversar.
—No te preocupes, está todo bien. —asiento, para infundirle confianza. — ¿Qué te parece si vamos al centro?
— ¿Segura?
—Sí, hay muchas tiendas y lugares en donde podemos comer. —señalo. —Incluso tiene su propio auto cine.
— ¿De verdad? —se sorprende. —Eso es genial, ¿Ya has estado ahí?
—He tratado de convencer a las chicas, pero mis esfuerzos no han surtido efecto todavía. —me encojo. —Además, el auto que tenemos es en gran medida de Violeta, solo nos lo presta de vez en cuando.
Jax alza una ceja y le da palmadas al tablero del coche. —Bueno, es hora de que sirva de algo.
Cuando llegamos al centro, notamos que no hemos sido los únicos en creer que sería bueno pasar el rato ahí, pues hay muchas personas, adultas y jóvenes dando la vuelta por el lugar.
Caminamos juntos, brazo con brazo y le señalo a Jax la biblioteca, no es lo más romántico, ni siquiera podremos hablar mucho ahí dentro, pero ver los libros desde las estanterías ejerce un poder atrayente sobre mí. Jax me anima a entrar y me acompaña.
Una vez entramos, extrañamente ambos inspiramos y nos giramos a ver con una sonrisa.
Jesús, ¿Dónde estuviste toda mi vida?
Me doy un pequeño recorrido por la sección de Best Sellers, pero finalmente llegó a la parte vergonzosa, donde los libros de romance atraen mi atención, Jax detrás de mí suelta una risita y le doy un codazo leve contra el abdomen, el mismo sobre el que desperté hace unas semanas. Dios.
Pensar en eso ahora mismo no ayuda mucho, siento mis mejillas arder y Jax se toma mi reacción de distinta manera al ver que delante de mí tengo una cubierta de un libro que promete contenido altamente explícito.
— ¿Así que esto es lo que lees? —su aliento sobre mi oído eriza mi piel e incrementa mi sonrojo a otro nivel.
—Por supuesto que no. —rechazo el libro que me entrega, el mismo de la portada sugerente. Jax se ríe y su risa incrementa mis nervios. Creí que ese chico había sido reemplazado por el dulce, pero ya veo que no. —Aleja eso de mí.
—Así que ahora vas hacia el romance acaramelado. —indica cuando me acerco a leer la sinopsis de La Selección.
— ¿Y tú cómo sabes eso? —inquiero enfadada, pero aumentando puntos a mi tablero.
—Una novela encantadora, cautivadora ¡Y con la cantidad justa de suspiros por amor! — lee y me golpeó mentalmente.
—Fue una mala idea venir aquí en primer lugar. —bufo y Jax me detiene cuando estoy a punto de salir del local.
—Espera Lane, lo siento. —se disculpa, pero aún no ha borrado su sonrisa.
—No lo sientes.
— ¿Me perdonas si te compró un libro?
— ¿El qué yo quiera? —es momento de aprovechar esta grandiosa oferta.
—Sí. —asiente y sonrió. —Pero...
Estuve tan cerca.
— ¿Pero...?
—Siempre y cuando también te lleves ése. —señala el libro erótico.
—Mafia y Deseo. —leo en voz alta el título y justo cuando terminó tengo varios pares de ojos puestos encima, incluso el de una viejita que miraba recetarios a un lado nuestro. Me sonrojó por segunda vez y Jax comienza a reír ahogadamente de mí.
Tomo de su mano y lo saco del interior de la librería cuando el bochorno de tener toda la atención puesta en mí me consume.
—Eres insufrible. —Jax tira de mi brazo y me acerca a él cuando hago el amago de dejarlo a mitad del pasillo.
—Perdóname Lane, soy un tonto. —hace un puchero y empujó su rostro con mi mano. Jax sonríe contra ella y desisto, no puedo enfadarme por pasar un rato divertido. Retiro mis dedos con suavidad de su piel con mucha dificultad y seguimos andando.
—Vamos por un helado, anda. —resuelvo aún con pose enfadada, pero la verdad es que nunca lo he estado, solo es para aumentar el drama de la situación.
—Hecho. —asiente y nos dirigimos hacia el pequeño local de helados de yogurt.
Él pide el suyo de chocolate y yo el mío de fresa.
Nos hacemos un sitio en una banca debajo de una palmera rodeada de luces y Jax da un lengüetazo a mi helado.
— ¡No! —chillo y al tiempo que él ríe yo pruebo de su helado de chocolate, Jax se da cuenta a tiempo y lo empuja en mi dirección manchando mi nariz.
Doy un gritito y comenzamos a reír como retrasados, llamando la atención de varias personas, incluyendo a Dave y a Elizabeth quienes se detienen un segundo al vernos y al reconocernos es Lizzi la que alza su mano y nos saluda, apoyando su cabeza contra el hombro de Dave.
Ella luce increíble y por primera vez en toda la noche, me siento inferior viéndola a ella tan guapa, sin embargo, Jax no le presta mucha atención, lo que me conforta, en cambio con una de las servilletas limpia mi nariz con suavidad. Le sonrió y me mira a los ojos con seriedad.
—Hola, chicos. Qué coincidencia. —saluda Eliza, acercándose a nosotros.
—Hola. —le saludo y Dave alza su barbilla, mirando hacia otra dirección.
— ¿Así que por eso has salido temprano? —le pregunta ella a mí acompañante y Jax alza la vista para mirarla.
—No tenía por qué dar explicaciones. —responde.
Elizabeth ignora el tono áspero que él ha usado con ella y con la misma sonrisa habla. —Me alegra que estén juntos ahora.
Le alegra saber que no debe de preocuparse de perder a su novio de nuevo.
—Bueno, fue un gusto verlos, no queremos importunarlos. Nos vemos luego. —habla Dave por primera vez, mirándome fijamente y se aleja, Eliza nos manda un saludo a la distancia y le sigue.
—Lane. —habla Jax una vez que se marchan, le doy otra probada a mi helado.
— ¿Uhm?
— ¿Hubo algo entre Dave y tú? —intuye y al ver mi asombro acaricia mi mejilla y sonríe tranquilizador. —Puedes decirme la verdad.
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