Capítulo N°19
Capítulo 19: ¿Cuál de ellos te gusta?
Abro de nuevo la puerta y me despido con la mano de él, Jax sonríe y se balancea sobre sus pies para luego darse la vuelta.
— ¿Lane? —me detengo y miró detrás, después abro rápido la puerta y me introduzco dentro de casa.
—Hola. —saludo. Elle me mira con extrañeza y luego bosteza. — ¿Cómo te sientes?
Elle se tiende sobre el sofá y estornuda cuando uno de los perritos se remueve bajo sus pies.
—Mejor. —responde y asiento, tomando sitio a su lado. — ¿En dónde estabas?
—Paseándolos. —señalo a los tres cachorros agotados en el suelo y sonrío.
Elle me mira con duda y el timbre de entrada confirma su sospecha.
Me pongo de pie casi por instinto y corro hasta la puerta, cuando la abro, me giro hacia Adelle, quién tiene la cabeza ladeada para intentar ver hacia afuera.
—De seguro es Violeta, que se le han olvidado las llaves. — aseguro no muy convencida.
Me interpongo en el campo de visión de mi amiga, pero la gruesa voz de Jax es reconocible a la distancia.
—Ya que me caes tantas veces del cielo y no pareces decepcionada con ello. —empieza Jax y le miró estupefacta, sin hacerme para atrás por su aliento tan de cerca al mío. — Me preguntaba si te gustaría salir conmigo el sábado.
Asiento, aún anonada.
¿Qué se supone que responda?
—Claro. —musito y sonríe.
Se inclina hacia el frente y aprieto mis manos en dos puños a mis costados, deja un suave beso contra mi mejilla y cuando se aleja sonríe con los labios pegados.
—Nos vemos hasta entonces Lane. —se despide está vez de verdad y le veo bajar las escalerillas y caminar cuesta abajo de la calle. Se da la vuelta y alza la mano.
Le devuelvo el saludo y cierro la puerta nuevamente.
— ¿Y qué? —alza una ceja Elle. ¿Era Violeta? —Pregunta retórica y a la vez con un timbre de diversión.
Sé que está aprovechando la situación, suelto un suspiro sin entretenerme demasiado en dar explicaciones.
— ¿Vas a salir con Jax North? —vuelve a inquirir.
Me echó sobre el sofá y extiendo mis piernas encima de las suyas, enciendo el televisor y le aumento al volumen sonriendo.
—Así que no piensas hablar, ¿Eh?
Suelto una risita y Adelle bufa.
—Vaya pilla me has salido.
La vibración de mi móvil me hace enderezarme lo revisó y sin previo aviso, sonrió con ganas. Desconozco las nuevas sensaciones que estoy sintiendo, pero no puedo ignorar el hecho de que en poco tiempo me marcharé de la ciudad.
— ¿Es Jax? —inquiere mi amiga y asiento.
Guardo el móvil de nuevo, aún sin responder a su mensaje y mi sonrisa decae.
— ¿Qué sucede?
—No sé qué estoy haciendo Elle. —le miró y se acomoda.
— ¿De qué hablas?
—De Jax, de Dave. —niego. —No lo sé.
— ¿Sigues pensando en Dave? —pregunta, sin ninguna malicia.
—Claro que sí, no acaban de pasar pocos días desde la última vez que lo vimos. —refuto. —Y la verdad es que... siempre soñé salir con él, que me mirará y cuando lo hizo fue genial, fue increíble, de verás. —confirmo cuando la mirada interrogante de mi amiga aparece. —Pero, todo sucedió tan rápido que casi parecía imposible, una parte de mí se oponía a creer que era real.
— ¿Por eso no lo dejaste avanzar? —asiento. — Crees que estaba mintiendo sobre sus sentimientos.
—No, no es eso. —repongo. —No creo que no le haya gustado, hasta cierto punto. Pero siempre hubo una espinita, de la clase que te vuelve insegura de ti misma, de lo que otra persona espera de ti. Era como si tuviera que ser mejor que Elizabeth.
—Solo son tus imaginaciones, Lane.
—Sé que solo son eso. Pero cuesta poder salir de esos pensamientos, es agotador esperar ser alguien que no eres.
— ¿Alguna vez no fuiste tú misma?
—Muchísimas veces. —Elle parece pensarlo. —Pero el punto es, que desde que conocí a Jax, hace tan sólo unas semanas, muchas cosas han pasado poco a poco entre nosotros.
— ¿Cómo qué?
—Cuando estoy con él, me siento una persona atrevida, pero también tímida. Me siento más como yo misma, él me da la seguridad de poder expresar y decir lo que sea que se cruce por mí mente. —recreó algunas imágenes en mi cabeza. —El primer día que le conocí, le odié. Le odié por ser arrogante, pero poco tiempo después me di cuenta de que era un excelente cocinero, capaz de guardar secretos. Qué en cierta parte había un lado dulce en él y que podía ofrecerme la protección y el lugar que merezco frente a otras personas.
—Te refieres a lo que le dijo a Elizabeth.
—Sí. —Elle asiente, recordando con una sonrisa.
—Fue genial, se sentía la electricidad. —se retuerce en un escalofrío intencional.
Río, estoy de acuerdo.
—Entonces... —me encojo. — ¿Qué se supone que debo sentir?
—La pregunta no es esa. —miro a Elle confundida. —La pregunta es, ¿Quién de ellos te gusta? Y no por cantidad de puntos acumulados por sus virtudes, sino por lo que sea que sientas tú por ellos, tanto por lo bueno cómo lo malo.
Reflexionó sus palabras.
—Tienes razón. —concluyo.
Quién me iba a decir que Adelle filosofaba tan bien.
—Gracias, Elle. —la abrazo y se ríe, devolviéndome el abrazo.
—Ya te habías tardado en contarme lo que había dentro de esa cabezota tuya.
Le golpeó el brazo izquierdo y me muerdo la mejilla, reteniendo una sonrisa.
—El amor te vuelve agresiva. —soba su brazo y me rindo, soltando un resoplido.
Nos acomodamos y miramos hacia el televisor, para prestar atención al programa.
—Entonces, ¿Cuál de ellos te gusta? —inquiere y suelto un chillido, para luego golpearla con el cojín. Elle se burla de mí y la dejo en el living retorciéndose de la risa.
Una vez en mi habitación, contestó al mensaje de Jax.
—Ya estoy contando los minutos. —había escrito. Una sonrisa se me escapa y tecleo.
— ¿Tú? ¿Contando? —lee el mensaje al segundo.
—Ja, ja. —envía.
— ¿Qué? ¿Ya te enamoraste de mí? — devuelvo y en el momento en que presionó enviar me arrepiento. Es demasiado atrevido, inclusive para mí.
—Se podría decir. —su respuesta me deja sin aliento.
Me dejó caer sobre mi cama y cierro los ojos con fuerza y una sonrisa dibujada en mis labios.
Debería de comenzar a buscar la respuesta a la nueva interrogante, pero me era imposible pensar con claridad en estos momentos.
Y luego estaba el asunto de Zack, que aún nadie sabía.
Definitivamente era mejor ir despacio en mi búsqueda de respuestas. Pero no tenía mucho tiempo para tomarme todo con calma, no cuando faltaba tan poco para marcharme.
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