Capítulo 6.

Goku comía tranquilamente su comida en la mesa que compartía con las dos jóvenes. La pelirroja lo miraba ocasionalmente como si esperaba algo, el tinte rojizo se apoderaba también de sus mejillas cuando la vista azabache se conectaba a ella.

Maria, en cambio reía divertida por las reacciones de la chica, ya intuía lo que ocurrió anoche pues sintió la presencia de la hija de Wilbert ingresar al dormitorio del mestizo.

-¿Durmió bien anoche Goku-sama? -preguntó pícaramente la pequeña albina intentando contener sus risas al notar la exaltación de Mio.

-Hmmm, pues desperté muy cómodo no te voy a negar eso -respondió divetido el Son recordando como al abrir sus ojos primero que vio fue la piel clara de la demonio de pelo rojo.

Sus enormes pechos cubrían por completo su rostro y ella ayudaba a mantener sus cuerpos pegados por sus finos brazos quienes lo aprisionaban al rodearlo de la nuca.

Goku tuvo un pequeño tic en su ojo al recordar la suave melodía de gemido emitido por la diablesa, ciertamente lo disfrutó.

Al recordar todo aquello a Mio se le escapaba humo de la cabeza, fue una de sus mejores noches.

-Ya veo Goku-sama kufufufu -reia la pequeña Maria.

-Hablaremos luego, Maria-chan -habló Mio casi escupiendo lo último y mirando a la súcubo de manera fría, se estaba burlando de ella y no lo dejaría pasar así como así.

-Es hora de irnos, se van a atrasar -habló el demonio poniéndose de pie.

Ahora vestía una camiseta blanca con pantalones negros y zapatos del mismo color.

-¿Y tú por qué no tienes uniforme? -preguntó Goku levantando una ceja mirando a la albina que negó con su cabeza.

-No planeo ingresar a la academia Goku-sama, es un desprecio de mis preciadas habilidades de... -intentó decir pero Goku le tomó de la oreja- ¡A....ay! ¡e...eso duele! -exclamó la pequeña cómicamente.

-¿Pero quien te crees? Eres demasiado pequeña para tomar esas decisiones, buscaré la forma de inscribirte -habló el joven con seriedad.

Mio miraba de forma burlona a la loli quien chillaba de dolor.

-Te quisiste pasar de lista Maria -se burló la pelirroja demostrando una hermosa sonrisa que sin que ella misma lo noté llamó la atención de Goku.

-¡Pe...pero no quiero!

-No es que me importe mucho lo que quieras -Goku levantó sus hombros sin interés- Además si no quieres que esas cajas llenas de productos del "infierno" se quemen será mejor aue haga lo que te digo y punto -amenazó el pelos parados logrando intimidar a Maria.

-"¡Imposible! ¡encontró mis archivos privados!" -se dijo en forma chibi viendo a Goku que en su imaginación le comenzaban a crecer cuernos de lo malvado que era- Está bien, pe...pero ya suéltame, cre...creo que ya me comenzó a gustar -murmuró respirando pesadamente obteniendo la mirada nerviosa de Goku que por fin liberó la oreja de la chica.

-¡Wuah!, te pareces a tu hermana -murmuró Goku levemente intimidado al reocrdar a aquella mujer.

Aquello ciertamente interesó a Maria, si decía eso ciertamente conocía muy bien a su reservada onee-sama quien normalmente se ve apática y fría.

-"Otra vez la mencionada hermana de Maria, ¿pero por qué siempre la tiene que mencionar?" -Mio infló sus mejillas tiernamente molesta.

-¿Ocurre algo? -preguntó Goku curioso al notar la molestia repentina de su hermanita.

-¡Hmpf! Nada que te importe -respondió girándose y caminando para salir de la casa seguido de un confuso Goku y una Maria que acariciaba su rojo oído.

-Por hoy te quedas aquí, Maria-chan. Tengo que ver como te hago estudiar y hacer otras cosas -explicó el muchacho mirando su teléfono por unos segundos- Vamos Mio.

-Hasta luego Maria -Mio se despidió con una pequeña sonrisa, no es que la albina le cayera mal, era solo que no le gustaba su familiaridad con su azabache chico.

-Maria-chan encargate de la limpieza y lo demás -pidió antes de cerrar la puerta ante lo cual Maria simplemente asintió con una expresión más seria.

Un círculo magico color violeta apareció en la mano de la sucubo justo cuando el duo se marchó.

.

Mio estaba nerviosa, normalmente Goku la dejaría en la entrada de la academia y se marcharía pero ese no era el caso ahora pues caminaba tranquilo a su lado por los pasillos de aquel instituto.

-¿Por qué me traes hasta aquí? Es vergonzoso, ¿sabes? -se quejaba nerviosa la chica desviando su mirada bastante roja pues todos los estudiantes los veían con atención, las chicas al apuesto joven adulto y los chicos se quejaban por alguna razón.

"¿Es su nocio? ¡Es muy apuesto!"

"¡Naruse tiene mucha suerte! Es hermosa después de todo"

"Fua, se ve macizo"

"No parece malo, aunque parece muy serio"

"Su cabello es raro"

"A mí me gusta... un poquito"

"Parece un tonto"

Goku ignoraba todo lo que se decía, estaba más centrado en su objetivo de hoy. Tenía que dejar varias cosas claras.

-Oh, si es Goku-san y Naruse -habló cierto chico de cabellera castaña y ojos esmeraldas observando al duo mientras bebía de una botella de agua.

-El hijo de Jin, Basara -Goku se asombró un poco pero lueto sonrió amablemente- ¿Qué tal? Mio me ha contado que eres su compañero de clases.

-Así es, aunque no es alguien fácil de tratar si te soy honesto -se burló el joven riendo aunque palideció ante la aterradora mirada de la Naruse.

-Lo entiendo perfectamente, pero ella tiene su encanto -Goku mencionó acariciando la cabeza de Mio cuya expresión cambió rápidamente a una apenada, aunque no apartó la mano de su onii-chan.

-Q... qué dices Goku -Mio jugueteaba con sus dedos evitando ver al azabache mientras el recuerdo del beso que le robó a Goku cruzaba fugazmente por su mente llenándose de más timidez.

-Va, este es tu salón, ¿no? -preguntó a lo que ella asintió- Nos veremos luego, tengo que hablar con un maestro -explicó despidiéndose y confundiendo se sobremanera a Mio- Te lo explicaré luego -antes de que pregunte Goku se le adelantó.

Goku siguió su camino siguiendo algunas indicaciones por fin llegó.

"Enfermería"

Tocó la puerta y tras recibir la autorización de una madura voz fémina ingresó al lugar cerrando la puerta detrás suyo.

-Afureia -murmuró con tranquilidad mirando a la mujer sentada en una silla al costado de una ventana.

El suave viento mañanero agitaba su cabellera azabache y el vapor de su bebida que probablemente era café con tres cucharadas de azúcar y dos de leche en polvo.

La mujer de belleza inconmensurable dejó caer su atención en el chico, su expresión no era molesta pero Goku supo que la mención de aquel nombre no le había gustado a la Diosa.

Suspiró con resignación.

-Digo, Chisato-san -de corrigió rascando su nuca, los Dioses sí que eran caprichosos.

La mencionada al oir aquel nombre esbozó una pequeña sonrisa que la dejaba más hermosa de lo que ya era.

-¿Qué necesitas Son-kun? ¿te has lastimado? ¿necesitas algo de mi atención? -preguntó poniéndose de pie acercándose a Goku quien trago secó.

-Sabes por lo que vine -habló el azabache intentando mantenerse serio.

Pero el hecho de que estuviera en frente de una poderosa Diosa como esta, quien además lo había derrotado muchas veces en muchos años no ayudaba mucho que digamos.

Analizó a la mujer por unos segundos pues estaba bastante cerca de él quedando algo asombrado cosa que Chisato notó rápidamente.

-¿Ocurre algo? -preguntó con genuino interés la hermosa mujer.

-Te queda realmente bien el cabello negro y ojos verdes -respondió con inocencia el azabache riendo algo que tomó por sorpresa a la mujer que también comenzó a reír por lo bajo.

-Ya veo, gracias Son-kun -la mujer agradeció cerrando sus ojos quedando a un par de metros del Son- Entonces, ¿para qué vienes realmente aquí? No creo que sea solo para decir lindos cumplidos -dijo divertida, aunque no había maldad en sus palabras.

-Bueno, vine por información y solo dije lo que me parecía -mencionó el azabache con tranquilidad.

-Pues mirandote más de cerca puedo decir lo mismo, tu apariencia es buena ahora, te has vuelto muy apuesto -mencionó con un tono sensual casi natural en ella logrando exaltar un poco a Goku pues la distancia lentamente se iba acortando ente ellos.

Goku pudo sentir la suave y tercia mano de la bella dama sobre su mejilla, lo acariciaba con suavidad.

-Y pensar lo mucho que te lastimé en el pasado -murmuró con una sonrisa melancólica.

Goku se asombró un poco por aquellas palabras, aunque su vista fue a uno de los brazos de la mujer bufando levemente con ironía. Allí estaba la herida que le hizo hace años atrás y que en algún tiempo lo llenó de orgullo, pero que ahora por alguna razón se sentía agridulce al ver el bello rostro de la ex Diosa.

-Supongo que estamos a mano, Chisato -habló Goku con una pequeña sonrisa mientras tomaba la mano que acariciaba su rostro con la suya con intención de apartarlo pero por alguna razón no pudo.

-La guerra es eso, una conflicto por el bien de nuestras razas. Lo que pasó allí tendría que permanecer... en el pasado -respondió Afureia entrelazando sus dedos con los de Goku cosa que lo ruborizó un poco- Ahora somos diferentes, tenemos otros objetivos, nuevas cosas que cuidar -agregó acercando su rostro al del mestizo.

Lentamente sus rostros de acercaban, ella claramente lo estaba probando de alguna manera, pero solo al incio pues lo siguiente corrió por cuenta propia.

Esa conversación no estaba planeada en absoluto por ella, simplemente se le escapó al acariciarlo.

Se sentía bien hacer esto con el azabache mestizo, era casi placentero para ella. Sus mejillas estaban calientes por alguna razón, ¿estaba sonrojada? ¿por un demonio? Probablemente.

Si la la mujer más poderosa del inframundo cayó ante él, entonces...

Divertida conclusión para ella, tenía que ponerlo a prueba, pero justo en ese momento Goku salió de aquel increíble trance.

-Bien, tengo una propuesta que hacerte, Chisato -habló con determinación Goku cambiando radicalmente el ambiente del lugar asombrando a la mujer, aunque no se apaetaron.

-¿Qué es? -preguntó intuyendo de lo que podría tratarse.

-Quiero que seamos uno -habló con total seriedad causando sopresa en la azabache quien parpadeó varias veces procesando aquella información.

-¿Heh? Eres bastante directo, Son-kun -murmuró la mujer con un leve tinte rosado en sus mejillas.

No supo en que momento pero ahora sus cuerpos estaban pegados.

Goku se confundió por sus palabras pero rápidamente entendió de lo que se trataba poniendose rojo y nervioso.

-¡No es eso! Quiero decir, una alianza, te ayudaré y tú me ayudarás a mí -se apresuró en decir antes de que su espalda toque la pared- Tu misma lo dijiste, ¿no es así? -preguntó recordando las palabras de Chisato.

-Así es, pero tengo dos condiciones -habló la azabache con una inusual sonrisa.

-¿De qué se trata? -preguntó trancando seco el mestizo.

-Primero tengo que saber de lo que eres capaz actualmente -comenzó a hablar algo más seria mirando desde abajo el chico quien sentía los enormes pechos de la mujer estrujados por su pectoral- Quiero ver tus capacidades actuales en combate, sé que tienes grandes logros en las guerras y luchas en el inframundo luego de abandonar la tutela de esa mujer -explicó ladeando su cabeza disfrutando las expresiones del azabache- Pero sé que has mejorado, puedo sentirlo... tu madurez -posó uno de sus dedos en el montón del joven que la miraba atento.

-¿Huh? ¿has estado siguiendo mi trayectoria? -preguntó con una sonrisa socarrona.

-Claro, eres muy interesante Son-kun -respondió suavemente al oído del chico.

Maldición, ¿cómo llegó hasta este momento de sometimiento ante la Diosa? No lo sabía, pero lo disfrutaba mucho.

Era diferente a lo ocurrido con Mio ayer, era joven e inexperta, completamente lo opuesto a Chisato quien parecía saber perfectamente lo que estaba haciendo.

-¿Un demonio mestizo te llamó la atención? -fue Goku quien preguntó esta vez al oído de la mujer que disfruto del aliento calido del demonio.

Una situación más que prohibida por sus razas, un tabú en toda regla.

-Sí, supongo que el corazón es complicado -murmuró Chisato recordando la decisión de su prima, la madre de Basara y esposa de Jin Toujou- La verdad que te has tardado en venir... -agregó mientras sus brazos rodeaban la nuca del chico con tranquilidad.

Goku se ruborizó por aquella respuesta y acción.

-Lo siento, ¿cuál es la segunda condición? -preguntó rodeando la cintura de la mujer con sus manos.

Sus nalgas eran suaves, cálida, no parecía tener ninguna imperfecciones en su piel. El simple roce de sus dedos lo hacían disfrutar en demasía.

Ella no se quedaba atrás, el tacto masculino la sobresaltó levemente al punto de que...

"Kya..."

El gemido más tierno que Goku había oído nunca.

-Una cita conmigo este fin de semana -dijo esbozando una divertida sonrisa la mujer confundiendo por completo a Goku quedó sin palabras.

--Fin del capítulo--

Tengo que revivir esta historia xD. Espero que hayan disfrutado del capítulo, dejen sus comentarios, me gustaría saber que les está pareciendo el rumbo.

Chisato alta waifu, la mejor de su obra la verdad. Casi un ícono la minita 😈

Pero bueno, esa escena es pura calentura entre los dos, pero habrá desarrollo en su relación, ya hubo incluso un poco en este mismo capítulo.

Intentaré subir hoy otro capítulo y si no se puede pues mañana. Voten, apoyen la historia si quieren que la continúe eso me motiva la verdad.

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