Dolor
Todo comenzó con mi padre.
Él no me quiso por qué tuve diferente color de ojos. Todos en mi familia tienen ojos color cafés oscuros y mis ojos son color miel.
Sólo por eso no me quiere. Él dice que si me quiere pero una vez que estaba borracho me lo contó. Ni siquiera se acuerda, o tal vez si.
Esa vez la recuerdo tenía 8 años, él dijo que íbamos a casa de uno de mis tíos, eso fue lo que le dijo a mamá. Me llevo a mi porque Gemma cuidaba de mamá.
Mentira.
No fuimos a casa de ningún tío. Fuimos a casa de unos de sus amigos. Estaban todos borrachos y viendo fútbol en la sala, papá ni se acordo de mi. Estaba sentada en las escaleras, me estaba durmiendo cuando sentí un leve golpe en mi hombro. Alce la mirada y vi a un muchacho, debía de tener como 13 o 14 años.
—Se ve que estas aburrida, ¿no quieres subir?— señaló su cuarto
—Mi papá se molestará— dije agachando la cabeza
—Él no se dará cuenta, está muy tomado- vi a papá y el muchacho tenía razón
—Está bien- acepté
Subimos las escaleras y entramos a su habitación.
—¿Cómo te llamas?
—Mamá dijo que no debo decirle mi nombre a extraños
—¿Soy un extraño?
Asentí.
—Bueno estás en mi casa así que no creo ser un extraño
Pensé lo que había dicho y tenía razón, qué ilusa.
—Laia, mi nombre es Laia
—Vaya que raro nombre
—Lo sé, todos lo dicen— dije poniendome triste. Todos en la escuela me molestaban por mi nombre.
—Hey pero es bonito igual que tú
—Gracias
—¿Quieres jugar?— camino a la cmaa y se sento en ella
—¿A qué?— pregunté inocentemente
—Tú ven
Camine hacia él. Hizo que me agachara cuando se empezó a desabrochar el pantalón.
—¿Qué haces? Mamá dice que eso no esta bien— mencione cuando vi que saco su pene
—Tu mamá no sabe. Abre la boca.
Obedecí.
Me hizo meter su pene en mi boca. Me dieron ganas de vomitar.
No entró todo y eso pareció molestarlo.
—No me gusta este juego— dije cuando alejó, molesto, mi cara de su asqueroso pene
—Quítate el vestido
—Mamá dice que...
—¡Me importa una mierda lo que diga tu madre te dije que te quites el vestido y lo harás!
Mis ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente y llorando me quité el vestido.
Me aventó a la cama y se puso encima de mi.
—No grites cariño— me dio un beso en la frente
Vi como agarró su pene y lo dirigió a mi vagina.
Entró de golpe. Grité. Él puso una de sus manos en mi boca mientras que con la otra tocaba mi pequeño cuerpo. Dolía mucho. Demasiado.
Él se movia rapido sin que le importara como me encontraba. Disfruta de mi dolor.
Yo no paraba de llorar. Me ardía mi vagina y él solo gemía cómo loco.
No sabía cuanto tiempo había pasado, sentí un liquido tibio escurrir en mis pequeñas piernas.
—Estabas tan estrecha cariño— me dio un beso en la boca
No hice nada. Me quede acostada y quieta. Él salió de mi y camino al baño, regresó con toallas y me empezó a limpiar
-¡Mierda! Manchas de sangre mis sabanas cariño
Abrieron la puerta.
—Hijo ve a comprar más botanas— el señor vió que su hijo me tenía desnuda y me estaba limpiando
No hizo nada.
—Claro pa, ahora que termine de limpiar todo voy
—Apurate— y con eso cerró la puerta
Termino de limpiarme y él me vistió. Yo solo lloraba.
Se vistió y cuando creí que ya iba a salir camino hacia a mi.
—Gracias cariño, espero no le digas a nadie o será peor— y con eso salió
Me quedé dormida después de tanto llorar.
Cuándo desperté estaba en la camioneta de papá. Ni idea de como llegue ahí.
Estaba acostada no me moví porque me dolía todo.
Despues de un largo rato papa entró.
—No le digas a nadie que venimos, ¿oíste?
No respondí.
—Te estoy hablando Laia, responde
—Si papá
—Por eso prefiero a Gemma, ella es obediente
Nunca supe si él se entero de que me arruinó mi vida ese día.
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