Ya habían llegado a Japón, el trayecto había sido tranquilo para Juvia, y con tranquilo se refiere a pequeños regaños de parte de su padre y fingiendo tener una relación hermosa, llena de confianza, dulzura, SIN REGAÑOS, y amor. Al bajar del avión, practicamente corrió al terminar los papeles para llegar al auto, los reporteros la rodeaban, ¿y como no? Era una gran idol en todo el mundo, reconocida por su bello canto de diferentes idiomas y melodías totalmente únicas.

   Ya estaban en el hotel, al día siguiente cantaría el himno de Japón por lo que debería descansar. Se acostó en la cama y empezó a caer en los dulces brazos de Morfeo

10:39.

   Nuestra protagonista comenzó a    despertar, como siempre, su rostro estaba lleno de moretones y uno que otro corte, los hematomas "adornaban" su cuerpo, con caderas anchas, buen trasero, piernas carnosas, vientre plano, cintura chica, y grandes pechos, sin duda, su futuro esposo, sería un afortunado. Se preparó rápidamente, tenía que ir a firmar uno que otro papel de la carrera.

   El día pasó volando, llegando a la hora de que aquel hermoso y dulce canto, se hiciera presente.

—Buenas tardes a todos los espectadores, hoy en día tendremos una gran carrera, pues personas de todo el mundo vinieron a competir, pero primero, es un placer presentar a Juvia Loxar, la famosa cantante, violinista, pianista, etc. de Corea del Sur.— los aplausos se hicieron presentes, mientras la bella chica entraba a escena, acompañada de un micrófono. Su dulce voz comenzó a resonar, un canto angelical y armonioso, que podía hacer calmar hasta al más ruidoso. Al terminar de cantar, la chica por poco cae del escenario, obviamente el único que se pudo dar cuenta fue el padre de dicho ángel reencarnado, quién le hizo un gesto de que sufriría consecuencias por tan inservible error, no pudo hacer más que romper a llorar de nuevo, de verdad que estaba cansada de eso, no quería más de dicho infierno, de inmediato llamó la atención, y más de Natsu, pues éste se dio cuenta de que, al Juvia empezar a llorar, Gray soltó una lágrima, llamenle casualidad si quieren, pero era extraño.

Ya estaban nuevamente en el camerino, Juvia se escondió rápidamente, pero fue inútil, pues antes de que pudiera realizar lo deseado, su padre la tomo de los cabellos con furia y la lanzó hacia uno de los escritorios, cerró la puerta y comenzó a golpearla, golpe tras golpe, seguidos de ahogados gemidos debido a la mano del hombre, las lagrimas no paraban de caer, no quería seguir así, no quería.

—Gray, ¿conoces algo de las almas gemelas?
—Espera, Natsu, estoy tratando de parar las lagrimas.