segunda lagrima
—¡Hazlo!
—si, padre— de inmediato se saco la camisa en medio de la calle, claro que con una mascara, o si no su reputación se arruinaría, y eso significaba menos dinero. Se oyeron los murmullos de todos y la in expresión en el rostro de Juvia atravez de la mascara
Al llegar a su casa, corrio a su cuarto sin prestarle atención a su hermana y madre. Llego allí y su padre entro con ella, se desabrocho el pantalon y sonrió, le subio la falda, le bajo las bragas y luego, la penetro
—para que no ignores a tus parientes— le susurró en el oído tapandole la boca, si antes era el peor padre, ahora ya no se merece ese título.
Luego de dos horas, el hombre salió de la habitación dejandola a ella sola y triste, tomo una pequeña y fiel lija antes de cortarse nuevamente, aguantó las lágrimas. No quería ni se merecía llorar...
Estaba preparada, su hermoso vestido negro, con escote corazon, corto, acompañado de sus bellos zapatos blancos de taco alto. El maquillaje tapaba los hematomas causados por su "padre", pero había que admitirlo, se veía realmente bella, su gran amiga Erza, era realmente buena maquillandola, y respetaba sus secretos, por lo que solo ella podía ser testigo de los abusos del hombre.
Al llegar a dicha cena, le esperaba la gran banda llamada: BTS, se saludaron y antes de que llegue la comida charlaron un poco.
—bueno, Juvia cree que estas partituras quedarían bien con el prologo de Butterfly— la peliazul saco de su bolso unas hojas y se las entregó.-
—hm... Veamos...— proyectaron los papeles en una pantalla.-
—a mi me gusta— dijo el conocido JungKook, todos asintieron y luego empezaron a charlas de como se organizarían y demas
—muchas gracias por la comida y su atención— se despidió, luego camino hacia su casa, era bastante tarde por lo que los unico que habitaban las calles eran ellos dos-Juvia y su padre-
—¡hiciste todo mal de nuevo!— la regaño sin razón, la volvio a golpear.
Al llegar a su hogar, saludó a su madre y hermana, fingiendo felicidad, se dirigió a su cuarto, y ya allí, lloro, descargo todo, era una buena para nada.-
—oye, me estoy empezando a preocupar, ¿tienes algo en el ojo? Soltó una lagrima.
—no, según el doctor estoy completamente bien.
Ese día las lagrimas no pararon por más de caer por su ojo izquierdo durante más de dos horas...
Por favor, perdonen los errores ortográficos.
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