#3
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs:
ᴀʟᴇx ʏ ʟᴇᴀʜ
Lo primero que hago al verlo es alimentar a mi vista con imágenes suyas. El rubio está demasiado sexy para su propio bien, lleva un pantalón negro ajustado y unos,zapatos de vestir negros también. Está llevando una camisa azul eléctrico con los primero botones sueltos. Dando una espectacular vista de su pecho, bien formado.
Mis manos pican por tocarlo.
¿Recuerdan eso del pelo en el pecho luciendo desagradable? Es un mito o por lo menos el sexy rubio lo hace un mito. Se le ve un poco de vello y solo lo hace lucir más masculino. Paso mi lengua por mi labio inferior, imaginando que la uso para recorrer ese pecho que dios le dio.
Lo segundo que hago es sonreír como si me hiciese gracia su forma de llamarme.¡ No soy una galleta!
Lo tercero, es sacarle el dedo del medio sin perder la sonrisa.
—Feliz cumpleaños.
Dicho esto paso por su lado chocando su hombro y cambiando dentro. No me importa que sea su fiesta, también es la de su hermana, quien es una agradable rubia. Además no creo que esté molesto conmigo más bien parecía divertido.
—¿Conoces a Alexander Lieberman? —Pregunta Grecia en cuanto llegamos a la pista de baile.
Alexander, Alex. Así que ese es su nombre, ya te llevo ventaja rubio sexy. Sé tres cosas sobre ti, tú cumpleaños, tú hermana y tú nombre y tú no sabes nada de mi.
—No, solo me crucé con el mientras esperaba por tu madre. —Informo comenzando a mover las caderas al ritmo de la música.
—Eso es tan cool. —Grita Susy y le dedico una mirada confundida. —El no habla con nadie aquí en el pueblo y siempre anda rodeado de chicas,a las que ignora, parece que despertaste su interés.
—Solo porque vengo de Francia y no soy fea, solo soy carne fresca para él —Respondo, no soy insegura, pero no creo en el cliché de amor a primera vista, menos en el que la chica consigue que el chico cambie. Soy realista. Las cosas son como son. —En cuanto deje de ser novedad me tratará como a todas. —Le resto importancia viendo por el rabillo del ojo como seguido de su hermana entran a la casa. —Pero eso no significa que no quiera divertirme un rato con él.
—Oh dios soy tu fan. —Ríe Grecia. —Aquí todas saben como es él, como es su comportamiento, todas quieren ser la especial y terminan haciéndose las víctimas. Tú eres diferente.
—Si los hombres nos ven como juguete porque no deberíamos verlos nosotras de la misma manera.
—Firmame un autógrafo. —Son las palabras de Susy mientras me mira como si no fuera real.
Yo río negando con la cabeza y sigo bailando, muy consciente de que Alex me mira. Sé que no soy única que hay otras chicas como yo. No me miento, pero aún así algo me dice que lo enloqueceré. Además necesito distraerme y agradezco mil veces a mi prima por traerme aquí porque si me llego a quedar en casa, hubiese terminado por buscarle razones a mis padres para echarme y el final para eso hubiese sido una pasar noche de mierda deprimida en mi nueva habitación.
Así que me hago una promesa a mi misma mientras bailo y río con mi prima y su novia, una parte mía se quedó en París , la obediente, la que siempre pide la opinión de los demás, pero aquí crearé una nueva parte una que llene el espacio vacío. Seré esta chica sin miedos, dispuesta a asumir retos y mi primer reto, será no deprimir y me por el hecho de haber sido abandonada.
La canción cambia a una más lenta y veo como mi prima y su novia se ponen algo románticas así que me alejo un poco para darle privacidad. Pero sin dejar de bailar, muevo mis caderas lentamente mientras paso mis manos por mis muslos, abdomen, cuello, hasta que las levanto hacia el aire mirando la hermosa lámpara en el techo como si pudiese tocarla.
Siento unas manís ubicarse sobre mi cintura y casi momentáneamente a mi cuerpo son enviadas miles de descargas eléctricas. Incluso los vellos de mi nunca se ponen de punta. Un suave olor a tabaco inunda mis fosas nasales, olor que nunca pensé me resultaría atractivo pero al parecer mis gustos también están cambiado.
Poso mis manos sobre las de esa persona y siento su pecho pegarse a mi espalda mientras que sus caderas se unen a las mías y me siguen el ritmo.
—Bailas muy bien cookie. —Oh dios maldita voz baja bragas, la del rubio. —Un pajarito me dijo que quieres jugar conmigo.
Por un momento me paralizo mirando a mi prima y su novia que siguen bailando ajenas a mi situación. ¿Cómo supo? Pero me relajo y vuelvo al baile. Debe estar haciendo suposiciones.
—A mi uno me dijo que te gusta jugar con las chicas buenas e inocentes. —Me doy la vuelta para encararlo y por un momento me quedo perdida en la intensidad del azul de sus ojos.
—Tú no luces nada como una chica inocente. —Susurra y oh dios necesito su voz para tono de llamada.
—Upps—Llevo una de mis manos a mis labios, manteniendo la otra en su cuello. —No soy tu tipo entonces.
El ríe, él de verdad lo hace, y su risa no es nada de lo que avergonzarse, es una risa ronca, profunda, esas de las que sientes la sensación de que te hacen vibrar.
—Parece que te falta un tornillo cookie. —Me pega más a él escondiendo su cara en mi cuello, su aliento calienta mi piel y estoy por proponerle irnos hacia una habitación ya mismo.—Hueles delicioso.
Sé que huelo delicioso, mi perfume me costó su olor y más le valía al vendedor que así fuera y que durara horas la fragancia en mi piel o terminaría con un frasco de perfume atravesando uno de los cristales de su elegante tienda.
—No me llames cookie. —Suelto. — Parece nombre de cachorro.
Siento su sonrisa sobre mi piel, como que ya se está demorando en esa zona de mi cuerpo, creo que podría sentir como se acelera mi pulso.
Deja un suave beso sobre mi cuello antes de alejarse y volver a mirarme.
—Lo que no me dijo el pajarito es tu nombre.
—Entonces resulta que yo sé más sobre ti que tú sobre mi.—Enarca una ceja. —Una lástima, tendrás que devolverle el dinero al pajarito. No te dio todo el chisme.
—¡Leah! —Escucho mi prima llamarme y enserio quiero matarla. Hasta aquí llegó la Leah misteriosa. —Leah, aquí estás posa su mano en mi hombro.
No me había dado cuenta cuanto me había alejado de ella y de Susy hasta ahora.
—¿Qué haces aquí sola? —Pregunta Susy. —Pensamos que te habías perdido o algo.
Volteo, en busca de mi acompañante para demostrarles que no estaba sola. Pero ya no está. Se fue, se fue sin despedirse, y ni siquiera lo noté alejarse.
¿Así que se las quiere dar de misterioso?
Veamos quien gana el juego.
Vuelvo a bailar con mi inconscientemente traicionera prima y su hermosa novia, más que bailar es liberar tensiones para mi. Llega un momento en que las tres bailamos un candente baile juntas y nos volvemos en centro de atención. Pero el sigue sin aparecer, inconscientemente los busco con la mirada y noto a su hermana sola con cara de aparente molestia, sosteniendo una copa de lo que supongo sea vino.
Bueno parece que ella no toma cerveza como el resto de la fiesta.
—Voy a dar una vuelta. —Susurro en el oído de mi prima.
Camino hasta la hermosa rubia, noto que tiene varios parecidos con su hermano. Pero no son ese tipo hermanos de los que no sabes si el chico tiene cara de chica o la chica tiene cara de chico.
Myrna luce perfectamente femenina y tiene esa mirada inocente y casi... Virginal que le falta a su hermano.
—Hola. —La saludo.
—Eres la prima francesa de Grecia. —Me observa con curiosidad. —Bienvenida.
Río ante sus palabras. —No soy la prima francesa de Grecia, nací en los Estado Unidos.
—Pero tienes acento. —Le da un trago a su copa.
—Es que me fui muy pequeña para allá. —Explico. —Aunque puedo notar que tanto tú como tú hermano tienen acento extranjero también, solo que no consigo identificar cuál.El tuyo es más notorio.
—Venimos de Alemania. —Es toda la explicación que da. —Aunque viví unos años en París y enserio te digo que no puedo comprender como te fuiste de allá.
—Al parecer la misma razón que tú. —No lo digo para sonar desagradable, pero tengo razón, si tanto le gusta París pudo haberse quedado allí, o en Alemania, estoy segura que son mejores opciones que este pueblo. Además no pienso ir contándole a todos que me hecha ron de casa.
—Una respuesta bastante justa. —Me regala una media sonrisa, y acabado de encontrar el parecido con su hermano. Además de su cabello y ojos, sus sonrisas son idénticas. —Lo siento pero estoy algo cansada, voy a saludar a unas personas antes de irme a casa.
—¿No viven aquí? —Miro a mi alrededor la casa se encuentra bien suministrada. Alguien debe vivir aquí.
—No, nuestros padres contaron una casa en el centro del pueblo. —Comienza alejarse. —Alex es quien mantiene esta.
Uhmm, interesante, otro dato más del rubio sexy. Sigo llevando ventaja. Veo el reloj en mi pulsera y me doy cuenta que son las cuatro de la mañana y que poco a poco las personas se están marchando.
Me dirijo a la cocina, en busca de mi prima, seguro están llenado sus vasos por allí. Porque no la veo en el lugar que la dejé.
La cocina es amplia y seguramente hermosa, pero ahora está llena de vasos de cerveza, y luce horrenda toda sucia.
Está absolutamente vacía, me sorprende la falta de platos. Al parecer Alex no come aquí.
—Perdida por mi casa. —Sonrío al escuchar su voz.
—No, solo estoy buscando a Grecia, ya todos se están marchando y comienzo a cansarme. —Camino hasta él. —La has visto.
Su mirada se mantiene sobre mi, mientras que el índice en sus labios trata de ocultar una pequeña sonrisa.
—Te gusta jugar con fuego.
—Na, ni siquiera cuando vi Game of Thrones, me gustaba la loca del fuego. —Sonrío. —Lo que me gusta es provocarte.
—Eso lo veo claro.
Estoy a punto de replicar cuando noto una pequeña mancha roja en el cuello de su camisa. No parece ser labial.
—¿Qué es eso? —Señalo la mancha.
—Sangre. —Responde como si nada y levanto una ceja.
—¿De quién?
—De una molesta chica que no dejaba de acosarme. —Sonríe y no logro descifrar si es una indirecta para decirme que lo molesto o para decirme que no se lió con nadie esta noche.
—Entonces eres asesino en serie, que mata a chicas interesadas en ti. —Le sigo el juego alejándome de el, pero sin perder la mirada de listilla.—¿Debo saber que soy la próxima en tu lista de chicas molestas por asesinar?
La mejor forma de aclarar mis dudas.
—No dije que fuera asesino en serie. —Camina hacia mi. —Tampoco que eras molesta. De hecho me das curiosidad.
—Curiosidad —Pronuncio con cuidado la palabra como si confirmara que eso fue lo que dijo. —Entonces... Si no eres asesino en serie ¿Qué eres?
—Vampiro —Responde con una ridícula seguridad, y no soy capaz de aguantar la carcajada.
—Claro. —Sonrío, siguiéndole el juego, pero está claro que no soy estúpida. —No ardiste en el sol cuando nos conocimos, así que queda descartado que seas un Eric Northman. —Tomo sus manos entre las mías. —Tampoco veo anillos, así que no eres Damon Salvatore. —Dejo su mano, y extraño el contacto. —No brillaste con el sol, así que tampoco eres Edward. No cumples mis expectativas de vampiros.
El ríe y yo con él.
—Ya te respondí. —Camina hasta mi.Parece un león cazando a una gacela, pero lo siento por él, puede que luzca como una gacela, pero soy una tristeza en mi interior. —Soy una vampiro, lo tomas o lo dejas.
—Alexander. —La melodiosa voz de Myrna me hace dar un paso atrás como si hubiese estado haciendo algo malo. —¿Usando la broma del vampiro para ligar otra vez? —La rubia camina hasta mi. —Deja a Leah, parece ser una chica inteligente. Seguro se dio cuenta que era salsa de tomate a la quw eres casi adicto.
Okey, debo admitir que las palabras de Myrna. «Otra vez» me molestaron un poco, pero al parecer, Alex usa la misma forma de ligar con cada chica.
Su hermana se acerca a él y comparten una mirada que solo dos hermanos pueden compartir, solo dos hermanos podrían hablar sin pronunciar palabras, siempre quise hacerlo, pero mis padres nunca me dieron hermanos.
—Como sea es hora de que te lleve a casa Myrna.
—Si mejor vamos antes de que nos metas en algún lío.
Ambos pasaron por mi lado sin decir una palabra, pero sin saber porqué supe que Alex se había detenido tras de mi, y lo comprobé cuando pronunció mi nombre, mi nombre real.
—Leah, que hermoso nombre, pero creo que aún prefiero cookie.
Y dicho esto se fue.
Minutos después apareció mi prima y dicho sea de paso tenía los labios muy inflamados, al igual que su novia. O bien estuvieron besándose salvajemente o bien tuvieron sexo oral por algún rincón oscuro de esta enorme casa.
En el auto camino a casa, no consigo evitar pensar en Alex.
¿Vampiro? Menuda estupidez. Debe encontrar mejores maneras de ligar.
Chicas necesito que si el capitulo les sale doble lo ignoren es que al parecer wattpad odia mi historia y le da por borrare el cap o por duplicarlo. Si saben como ayudarme también son bienvenidas.
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