#29
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪɴᴜᴇᴠᴇ :
¿ᴛɪᴀ?
Las piernas me arden, las ramas han cortado y dañado mi piel por todas partes, mi respiración está lejos de ser normal, soy resistente por naturaleza y por entrenamiento y la explosión de adrenalina también ha sido de gran ayuda , pero definitivamente el candancio empieza a poder conmigo luego de atravezar corriendo sin parar varios kilómetros de terreno irregular.
La luna llena es nuestra ubica iluminación y llega el momento en que mi tía es que me lleva pues yo no encuentro las fuerzas para correr por mi sola. Ni siquiera me detengo a pensar en lo admirable de su resistencia.
Trato de centrarme, de imaginarme que estoy en París pero lo que hacia alla era trotar, aquí estoy corriendo por mi vida. Creo que me falta muy poco para loror de un paro cardiaco como siga corriendo.
Veo la casa de mi tía y el alivio no aparece, ella no debe tener ni idea de quienes nos estan persoguiendo de los alcances de los vampiros, ni siquiera sé como pudo llegar a mi.
Algo en mi siente algo raro en el ambiente pero estoy tan agotada fisica y mentalmente que no tengo tiempo para pensar en que es lo que no encaja. No es un juego mental eso es seguro pues he aprendido a bloquear a los vampiros conocidos, como los Lieberman, y que yo sepa no me he cruzado ni he mirado a los ojos a ningún otro.
Trato de mirar atrás por si alguien nos persigue pero cada que lo hago termino trasbalillando.
—Tía Rosalind no podemos permancer aquí.—Digo como puedo al ver que de acerca a la casa.—Los Lieberman son peligrosos.
—Tranquila cariño.—Me mira directamente a los ojos su mirada verde muestra una serenidad aterradora. — Prometo que ellos no llegarán a ti.
—Tía, ellos no son gente con las que podamos jugar.—Ella vuelve a sonreír y nos dteneenmos frente a la casa.
Resignada entro cerrando la puerta con todo lo que encuentro y bloquenandola con los muebles del resividor. Una vez siento que resistirá el tiempo suficiente me dejo caer sobre el suelo mientras ella se encarga de cerrar las ventanas.
Cada parte de mi cuerpo duele y sinceramente siento que no deberia permancer tiranda en el suelo, estando tan vulnerable, pero no tengo fuerzas para nada, estoy en mi límite.
La imagen del cuerpo sin vida de Myrna pasa por mi cabeza y automáticamente me siento y lo busco con la mirada pero no lo encuentro, seguro su familia se lo llevó, lo que también es sorprendente es que no está la mancha de sangre en el suelo. No veo a mi tía por lo que he de suponer que ella está cerrando las ventanas de arriba o algo así.
Me sorprende su resistencia. Digo, yo soy una cazadora entrenada y de nacimiento y estoy al borde del desmayo y ella... no luce cansada.
—Todo está listo.—Escucho su voz y doy un respingo.—Puedes descansar ellos no van a llegar.
La veo acercarse la casa está a oscuras y el frío cala mis huesos junto a un mal presentimiento la poca luz de la luna que se cuela por una misucula rendija ilumina su cuerpo y mi vista cae en su camisa blanca.
Una mncha de sangre enorme la cubre. Dudo que se la halla hecho en el bosque. La macha desparece casi instantáneamente y reconozco el juego mental. Afortunadamente Gabriel me enseñó a combatirlo porque consigo visualizarla luego de bloquear mi mente.
Ay no.
Su resistencia, la sangre, que no le tema a los Lieberman... mi tía mató a Myrna.
Disimuladamente busco el látigo que suelo llevar de cinturón recordando que estoy en pijama.
—¿Buscas algo?—Su sonrida me hila la sangre.
Trato de disimular mejor pero sé que me ha atrapado cuando mjestra su látigo entre sus manos.
—Supongo que estás llena de dudas.—Se sienta sobre la mesa quitando la ridicula peluca de cabello canoso que suele usar mientras su cabello negro cae libre sobre sus hombros.
Yo solo asiento mientras todo mi cuerpo se encuentra en alerta.
—Los cazadores con los que te juntaste no son los únicos cazadores con los que te has relacionado en tu vida.—Enrreda el látigo en su mano.—Tu madre y yo nos dedicábamos en nuestros mejores tiempos a eso,perp ella se enamoró de tu padre y lo dejó, se olvidó de nuestro sueño de inmortalidad por uno de familia.
—¿Qué?
—Pero aún así se dio cuenta de que de lo que tanto estaba huyendo,estaba por alcanzarla, su antigua vida , pies su querida hija estaba atada a un vampiro y tenían que deshacerse de ella antes de que los vampiros comenzaran a llegar en tu búsqueda...
La revelación me pesa, siempre he querido saber el porqué de las acciones de mi madre y descubrirlo de esta manera hace que mi corazón duela.
—Así que te envío conmigo que a pesar de haber salido adelante aún quería atrapar a algún vampiro.—Sonríe.—Te trataba mal por un lado pero por el otro cada noche me llama preguntandome por ti , por.tu salud.
—¿Sabías de los vampiros?
—Los llamo fantasmas querida.—Ríe.—Y me moría por atrapar alguno.
—Pero Grecia...
—Un desafortunado incidente.—Suspira.—Una lástima que mi hija adoptiva muriera, pero por lo menos sirvió para identificar a la familia que llavaba años buscando.¡ Por cierto que feo eso de acsotarse con el enemigo!
—¿Qué ?
Miro aterrada a la mujer que me habla, desconociendo a la persona que me hizo sentir como en casa , que me hizo creer en la palabra familia.
—Digamos que vi a Myrna asesinar a Grecia pero no podia intervenir o la pequeña destripadora rubia me iba a matar a mi también. —Se acerca a mi que aún estoy en el piso.— Así que fui entrené y la maté.
—Pero Myrna...—Ella toca mi cabeza y me mira con una mirada fingidamente cálida...—Era mi presa.
—Y por leyes de la naturaleza ahora lo soy yo.
Mi corazon se acelera ante la confirmación de sus palabras.
—Entenderás querida , que en estos momentos soy yo o errs tú.
Consigo distinguir el filo del cuchillo que alza en el aire antes de patearla y alejarme lo más rapido posible de ella. Comeinzo a ser conciente de mi situación cuando veo sus ojos volverse plateados y su tamaño aumnetar.
Estoy encerrada con una vampiresa loca, desaharmada y agotada físicamente .
—Si no huyes prometo que no dolerá.—Muestras sus colmillos y me siento temblar.
¿Cómo mierda sobrevivo yo a esto?
Diviso que la chimea está encendida en el comedor y corro hacia allá lanzado todo tras de mi para ponerle obstáculos. Sin importarme una mierda el fuego cojo un palo ardiendo que quema por un momento mis manos y prendo en fuego las cortinas y todo lo que veo.
—¿Qué haces?—Llega hasta la entrda de la concuna donde estoy en el centro del fuego.
Recuerdo las palabras de Gabriel y creo mi propia salida . Si la pared se quema podré escaoar al lago.
Un cuchillo es lanzado y lo eswuivo por muy poco. Termino sonríendo porque soy así de sinica.porque la adrenalina me encuende. Porque estoy arta de ser usada , puede que haya sentid9 cariño por ella pero cuando me contó sobre la muerte de Grecia lo apagó totalmente.
—No sabes a quien te estás enfrentando Tía.—Sonrío.—Entrené con el asesino de Dracula, creeme , tú no podrás conmigo.
Golpeo la puerta con el codo haciendola pedazos y tomando uno de los palos como estaca.
He cambiado de opinión. Leah Barnes no huye. Leah Barnes lucha y ganas
—Tú muerte será a la antigua.
—¿Así que vas a luchar?
—Mirame hacerlo.
Sin importarme una mierda el fuego que noa señara ni que se supone que ella es mucho más fuerte que yo. Salto sobre mi enemigo , rodando por las escapleras golpeandola lo más posible en el hecho. Una vez en el suelo veo mi latigo y lo lanzo hasta el fuego para que se llene de llamas antes de lanzarlo hasta ella y tomarla por el cuello.
—Esto va por grecia.
I.pide mi ataque sujetando el látigo quemandose en el proceso y lanzandome contra la pared. Aún así noe rindo y consigo ponerme de pie.
Las llamas ya han alnazado el resividor la puerta arde y yo me levanto entre ellas cono un fenix. No me rendiré, no perderé, esa no es mi tía, esa es mi presa. Sujeto con fuerzas la estaca y corro sobre ella.
El suelo se abre ante nuestros pies y nos siento caer en medio de la lucha. Lo próximo que siento es el dolor extenderse por mi cuepo y ver mis manos manchadas de sangre. Toco mi vientre en busca de alguna herida pero no encuentro nada cuando miro hacia la derecha veo a mi tía estar atravesada por la esta pues cayó sobre ella.Estamos en el sótano de la casa ai cuerpo que aún se mueve producto de los nervios es iluminado por el fuego. Me acerco a ella mirandola a los ojos plateados.
—Se aacabó la eternidad para ti, Tía Rosalind, esperp encuentres tu ligar con los fantasmas.—Una solitaria lágrima cae por mi mejilla mientras siento un subdión de energia y levantmo la mirada hacia la casa que se encuentra ardiendo sobre nosotros, incluso puedo disisar la luna en el cielo visible.—Y hoy empieza la mía.
No me estoy mirando pero estoy segura que mis ojos se tiñeron de plateado. Ya no soy una cazadora, ahora seré una vampiresa.
Me he convertido en lo que tanto quería evitar.
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