#28

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ:
¿ǫᴜᴇ ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏs ᴘᴀsᴏ?

Me quedo mirando fijamente el cuerpo frío de Myrna mientras espero la llegada de Gabriel y Andrew. Su cuerpo está desgarrado, definitivamente fue asesinada y quien lo hizo lo disfrutó  demasiado. Su pecho está completamente abierto y creo que no tiene su corazón.Lo peor es que no soy capaz de recordar la noche anterior , cuando pienso ella todo está en negro.Pero aún así tampoco noto ningún cambio significativo en mi cuerpo.

No siento que nada haya cambiado, pero entonces ¿Cómo explicar la muerte de Myrna?

La puerta se abre y de inmediato me pongo en alerta esperando ver algun policia o algo, en estos meses la casa ha estado como si estuviese abandonada, pues ni yo paso tiempo en ella y es más que obvio que terminarian cortando el gas y la electricidad al no pagar las facturas.

Pero un suspiro de alivio se me escapa al ver los rostros conocidos de Gabriel y Andrew que llegan entrando como si nada. El primero observa todo con sus grandes ojos marrones y una sonrisa aparece de manera casi instantanea, mientras que Andrew luce demasiado confunido.

—Felicidades.—Sonríe Gabriel.—En unas horas cambiarás de bando.

—No sé que demonios pasó.—Susurro.—No recuerdo nada.

—Es normal.—El hefe de los cazaodres mueve con su pie el cadáver de Myrna.—Puede que sea algun trauma por la pelea o algo así, el punto es que Myrna Lieberman está muerta y nuestra misión terminada.

—¿Qué?

—Que te vaya bien en la eternidad Leah, espero no des problemas en un futuro.—Nunca había visto tanta frialdad en unos ojos como la que veo en loa de Gabriel en estos momentos.—Te espero afuera Andrew.

Miro a los grandes ojos de Andrew suplicante sintiendo un enorme peso caer sobre mí, sintiéndome justo como cuando dejé Paris, como un cachorro abandinado que ya habia perdido su encanto.

—Andrew...Ya murió Myrna, debemos ir a cazar otro y tú ya eres una vampiresa, ya no puedes estar junto a los cazadores .—Sus ojos lucen triste.—Sabía que esto pasaría, pero aún así no estaba preparado para la despedida

—Pero no siento ningun síntoma, me siento demasiado normal.—Le digo asustada.—Tal vez no fui yo.

—Lo siento Leah, los síntomas tardan en aparecer.—Se da la vuelta guando escucha el llamado de Andrew.—Fue bueno voover a verte.

Me quedo absolutamente sola con el cadaver de la rubia en la casa y mis rodillas caen al suelo al sentir como nuevamente fui tirada a un lado. Me siento extremadamente sola y lo peor es que probablemente esté sola por el resto de la humanidad.

Llevo mis manos a mi cara mientras trato de no romper en llanto pero es imposible, y lo dejo todo salir. Toda la rabia, grito con fuerzas, por mis padres, por mi prima, por mi tía, por los que se supone eran mis compañeros, por todos los que he sido dejada de lado. Me siento tan estúpida, tan mal.

Pero un golpe seco contra mi cabeza unido a un dolor que se extiende por todo mi cuerpo hace que todas las lices se apaguen, que me vaya a la dulce inconsciencia, quien sabe por cuanto tiempo.

El agua helada que cae sobre mi reactiva mis sentidos, mi cuerpo se encuentra en una posición incómoda, lo primero, con mis manos y piernas atadas a una silla, el dolor en mi cabeza es horrible y apenas un poco de luz colada por alguna rendija ilumina parte del lugar.

—¿Hola?—Es evidente que estoy en alguna especie de calabozo bajo tierra.—¿Alguien?

Trato de forzar la cadena que sujeta mis muñecas pero nada.

El sonido de una pierta abrirse me hace levantar la cabeza y sinceramente admiro que no me sorprense ver a las personas frente a mi.

—Wow las noticias corren rápido.—Les digo a Mikael y Marie que me observan fijamente, la segunda con los ojos rojizos lleno de lágrimas.—Digo, casi se enteran primero ustedes que yo que Myrna estaba muerta.

—¡Ibamos por ella!—Grita la mujer perdiendo la paciencia.—Iba por mi hija, me la iba a llevar lejos, pero la mastaste.¡La encontré muerta y a ti junto a su cuerpo!

—Señora estaba destinada a matarla era ella o yo.—Susurro.—Nunca le hice nada y ella me hizo de todo.

—No se puede luchar contra la naturaleza.

—Exacto.—La interrumpo.—En mi naturaleza estaba matarla.¡Joder que estaba loca! Obsesionada con Alex. Su muerte le hizo un favor a su familia.

—Ella solo estaba enamorada de su hermano.—Toma mi rostro con fuerzas.—Es normal, su amor era puro.El amor entre hermanos es el mejor que hay, el que más dura.—Mira a su esposo y lo entiendo todo, ellos también son hermanos.

—De tal palo tal astilla.—Susurro aterrada.—Menuda familia de locos.

—Puede que ahora seas inmortal, piede que seas una de nostros y que ocupes el lugar de mi hija en la naturaleza pero te dejaré algo claro.—El padre de Alex golpea con fuerzas mi rostro haciendome escupir sangre.—Será una eternidad muy dolorosa.

Levanta contra mi un trozo de tubo metálico y veo el dolor acercarse cuando la puerta vuelve a abrirse.

—¡Padre!

El movimiento queda detenido y mi alivio solo es momentáneo al ver que se trata de Alex pues tendré que mirarlo a los ojos.

—Dejeneme solo con ella.—Su voz suena aterradoramente baja.—Después de todo, estuvo involucrada conmigo.

—Hijo...

—Tranquilo padre, Leah Barnes obtendrá lo que merece.

Nunca odié tanto oir mi nombre en sus labios como lo odio en estos momentos. Me duele todo, debo tener la cara hinchada pues siento entumecida la zona del golpe , y mi labio sangra.

—¿Vienes a torturarme tú mismo?—Escupo la sangre que el se queda mirando por demasido tiempo quizás.

—Dime algo.—Se acerca demasido hasta mi.Colocando sus manos sobre el espaldar de la silla dejando nuestros rostros demasido cerca, en ningún momento bajo la mirada, ni la aparto.—¿Mataste a Myrna?¿Tus manos arrancaro en el corazón de mi hermana?

—No lo sé.—Digo sin mentir.—No recuerdo haberlo hecho.Mis recuerdos de esa noche han desaprecido.

Se aleja de mi asintiendo y se va sin más, a pesar de que grito su nombre. No me dice si me cree o no, no me dice nada solo desaprece en la oscuridad dejandome sola.

No recuerdo en que momento me dormí , solo sé que cuando vuelvo a despertar mis manos se encuentran libres y alguien está soltando mis pies.

Busco con la mirada a mi rescatista y vel a mi tía con las cadenas de mis pies rotas entre sus manos.

—¿Lista para escapar?

¡Nos quedan dos para el final!
¿ESTÁN LISTOS PARA LO QUE SE AVECINA ?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top