#2


ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅᴏs :
ʟᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ɴᴜᴇᴠᴀ

Nunca pensé que un viaje en coche por el interior de un pueblo se me hiciese tan largo, mi tía se detiene a saludar a todos, les pregunta por su familia, como les va, me presenta, y luego entablan una conversación, con todos los que se cruce

—Lo primordial en este pueblo es la armonía entre los vecinos. —Me dice subiendo el volumen de la radio. —No importan las diferencias sociales es mejor llevarnos bien entre todos.

Asiento distraídamente no soy antisocial pero digamos que no soy de las que saluda a cada ser humano que pasa por la calle, saludo solamente a los que conozco al resto ni los miro. Si me pusiera a saludar a cada persona en París,aún estuviese saludando.

Me pongo a juguetear con mi cámara mientras ella tararea la canción que suena, Killer Queen, conozco a esa banda, mi padre solía ponerla mucho. Hasta que de pronto dejó de oír música.

Tomo algunas fotografía en movimiento de las casas de aquí, todas muy similares, pareciera que nadie quiere que la suya luzca mejor. Seguro que aquí no hay envidia entre vecinos. No parece ser un pueblo muy entretenido. Las casas todas blancas, desgastadas o azules, no hay un poco de brillo o alguna pintada recientemente, todas tienen su buzón del mismo color exacto, el jardín con plantas similares, una casa para el perro en muchas. Todo está perfectamente perfecto para una película de disney.

Voy a morir de aburrimiento.

Veo como poco a poco comienzan a desaparecer de mi campo de visión las casas.

—¿Tía? —Ella me da un pequeño vistazo para luego seguir con su mirada fija en la calle. —¿Estamos saliendo del pueblo?

—No. —Ríe. Y la camioneta dobla por un camino de tierra, ahora un bosque se alza a nuestro alrededor. —Solo iremos a un lugar más interesante.

Miro con desconfianza los árboles a nuestro alrededor, amo ir de excursión, en el bosque se sacan buenas fotografías, pero algo me dice que mi tía vive por aquí. Y eso no me agrada ni un poco.

Llevo la vista hacia ella nuevamente, su cabello cubierto de canas, aunque en su rostro faltan arrugas, sus ojos verdes demasiados jóvenes para tanta cana. Veo su ropa, sin duda luce como la anciana que pasa los días leyendo libros y bebiendo tés, alejada del mundo. No se por que razón mi mente la ubica viviendo en una cabaña de madera a punto de caersele arriba, en medio del bosque. Sin acceso a internet o a cualquier cosa del exterior.

Ay joder ¿dónde me vine a meter?

—Tía... Mmm ¿por alguna casualidad.?

—Si querida Leah, vivo en el bosque.

—¡¿Por qué?! —Enserio traté de que mi voz no saliera como un reclamo aterrado pero son impulsos que no puedo contener.

—Por que el bosque no hay fantasmas. —Es su respuesta y yo la miro incrédula recordando cada película de terror que transcurre en el bosque.

«Gracias mami y papi además de echarme de mi país me enviaron con la más demente de mis familiares »

Veo con pesar como poco a poco seguimos introduciéndonos en el bosque, mientras ella tararea cada canción de Queen que ponen en la radio y yo estoy seriamente interesada en lanzarme del coche.

—Ya estamos llegando. — Fueron sus palabras.

Levanto la mirada viendo a través de los vidrios, "la cabaña "en el bosque, que no es nada menos que una hermosísima mansión, junto a un lago, nada conservadora, de hecho luce muy moderna. Si yo fuese un fantasma vendría aquí, quien quiere un sucio sótano cuando tiene una mansión con paredes de cristales. Y un lago. Me recuerda a lo mejor de Crepúsculo. Además de los abdominales de Jacob. La casa de los Cullen.

Bruce Wayne sentiría envidia.

—Por que en el bosque puedo ser yo misma. —Mi tía ríe ante mi impresión. La miro confusa. —Esa es la razón por la que vivo en el bosque.

Ah, la pregunta que le hice.

Me bajo de coche y saco mi cámara tratando de tomar todas las fotos posibles del lugar, la belleza de la naturaleza y lo moderno, la tranquilidad del lago.¡Me encanta!

—No sé por que te sorprendes tanto. —Mi tía sonríe. —Mi hermano mayor tiene más dinero que yo.

La miro incrédula, no por la parte del dinero, si bien nunca me di gustos excesivamente caros, vivía bastante bien. Pero mi incredulidad es por la parte de la edad, su rostro luce más jóven que el de mi padre pero el definitivamente, no tiene una cana.

—¡Mamá! —El grito de lo que supongo es mi prima Grecia hace que dirija la mirada hacia la joven chica que se acerca corriendo a nosotras. Es muy hermosa, he de admitir, sus ojos son oscuros como los míos a diferencia de los de su madre y su cabello es negro.

—¿Eres Leah? —Pregunta.

Antes de que pueda siquiera reaccionar por la alegría que se refleja en su mirada, la tía Rosalind habla.

—Claro, Grecia ¿A quién si no traería aquí? No quiero personas poseídas por espíritus malignos.

¿Enserio? ¿Cómo sabe que no estoy poseída? Alguien tiene un trauma infantil muy acentuado.

—Por Dios madre. —Grecia le dedica una mueca. —Vas a asustar a Leah. —Dirige su mirada hacia mí. —Ay que alegría. —Me abraza con demasiada fuerza tanta que temo me asfixie.—¡Alguien no loca con quien vivir!

—Bueno gracias por asumir que no estoy loca. —Es mi respuesta. Una vez me suelta.

Veo el collar de perlas en su cuello es muy hermoso. Una fotografía de él sería una buena foto representativa de la sofisticación.

Ella mira a su madre y le frunce el ceño.

—¿Aún con la peluca?

Llevo la mirada casi al instante al pelo canoso de mi tía ¡¿Es una peluca?! Ahora la vida tiene más sentido. Si es que lo único que la vece lucir vieja es la fea peluca. -¿Por qué usas peluca?

—No quiero atraer ningún hombre a casa. —Es su respuesta. —Traerlo significaría que puede estar poseído o tener una fantasma tras de él.

—A ella le aterra que se den cuenta lo hermosa que es. —Mi prima pone los ojos en blanco para luego llevar su mirada a mi y sonreír. —Llegaste justo a tiempo. —Toma una de mis maletas. —Hoy hay fiesta en el pueblo, te presentaré en la sociedad. Me agradas prima.

Bueno ella si juzga rápido.

Entrelaza su mano con la mía y me lleva directo hacia la mansión, vamos a darte un recorrido por la casa.

...

Al terminar el recorrido estoy riendo como tonta con Grecia, quien resultó ser una chica bastante divertida y para nada una niña rica imbécil, como luce. Y en cuanto a la casa, si por por fuera es hermosa por dentro es el Olimpo. Tiene muchísimas habitaciones, al punto de que podría ser bien un hotel, tiene varios baños. Solo la hubiese hecho perfecta un perro.

—¿No tienes mascotas?

Ella me da una mirada llena de diversión y levanta su pulgar.

—Los animales traen fantasmas.

Antes de que terminara de hablar yo estaba soltando una risotada, sin duda esa sería la justificación que daría su madre.

—Vamos pronto será la hora de ir hacia la fiesta. —Toma mi mano y nos lleva hacia la única puerta que no abrimos y según ella la cereza del pastel.

La puerta es blanca, impoluta de una madera muy cara, la perilla es de cristal, sonrío como tonta al ver el pequeño cartel colgando. "HABITACIÓN LIBRE DE FANTASMAS"

Abro la puerta y quedo totalmente encantada por la fabulosa habitación tras ella. Las paredes están pintadas de morado claro, con una estantería llena de libros a la derecha, la cama está pegada a un enorme ventanal de cristal.

Hay un tocadiscos en una de las mesitas de noche y en la otra hay una fina lámpara con forma de flor, violeta.

—Espero que te guste. —Escucho la voz de Grecia mientras peseo mi vista por los cuadros de plata vacíos en un escritorio. -La mandé a decorar yo misma.

Sonrío sintiendo mis ojos humedecerse y me volteo para abrazarla.

—Es perfecta.

...

—¿Cómo me veo? —Es lo primero que escucho decir a mi prima cunado abro la puerta de la habitación.

—ulalá. — La miro de arriba a abajo. Está súper sexy, lleva un vestido negro de brillo ajustado, y corto, que hace que su voluptuosa figura se vea aún mejor. —Prima, tienes culos y tetas para regalar. —Es mi declaración.

Ella sonríe y me da una mirada, evaluando mi ropa, también llevo un vestido corto hasta la parte superior de los muslos y negro, pero tiene menos brillo y tampoco mangas como el de ella.

—Estás preciosa. —Sonríe. —Tu piel pálida y perfecta y esos preciosos ojos marrones claros serán un afrodisíaco por aquí.

—Gracias. —Río tomando mi bolso donde como siempre llevo guardada mi cámara.

Frente a la mansión nos espera un hermoso Audi, blanco, por un momento pensé que era de Grecia, pero veo a una chica rubia, delgada y más alta que nosotros bajarse de él.

La rubia es hermosa tiene unas piernas que parecen no tener fin y está bien proporcionada, lleva un vestido amarillo de vuelo que le da un aspecto de niña dulce e inocente, pero cuando ves sus labios rojos haciendo un contraste total, ves que de inocente no tiene nada.

Escucho a Grecia suspirar al verla. Y no es un suspiro de cansancio o algo parecido, es un suspiro de absoluta devoción, se quedó sin habla al verla.

Veo de reojo sus manos temblar está nerviosa.

—Hola Susy. —Las escucho carraspear. —Estás hermosa.

Susy sonríe y tras poner los ojos en blanco toma su rostro y estampa sus labios sobre los suyos.

Oh bueno, parece que son algo más que amigas.

Susy y ella me miran esperando alguna reacción, las mejillas de Grecia están algo sonrojadas y me parece tierno.

—Ah que bello el amor. —Llevo una mano a mo pecho. —Solo espero Susy, y no traigas fantasmas.

Ellas me miran un segundo y luego se miran entre ellas, antes de empezar a reír.

Si, supongo que le agrado a la novia de mi prima.

—¿De quién es la fiesta? —Pregunto una vez sentada en la parte trasera del coche.

—De Myrna Lieberman. —Responde Susy. —Ella y su mellizo cumplen veinte y sus fiestas son lo mejor de lo mejor.

Bueno, habrá que comprobar que tan buenas son.

El recorrido hacia la casa dónde se realizará la fiesta es mucho más rápido que cuando llegué del pueblo, y tardo un poco en darme cuenta que nunca salimos del bosque.

—¿Cuántas mansiones hay en este bosque? —Pregunto mirando la gran casa que a diferencia de la de mi tía, luce antigua.

Aunque la música que se escucha desde aquí es bastante moderna.

—Solo la nuestra y esta. —Responde mi prima quitando su cinturón. —La de los Lieberman estaba primero, es muy antigua y a diferencia de la nuestra hay que darle una o dos remodelaciones.

Veo nuevamente la casa, la verdad es que no está tan mal. Si luce como la típica mansión de película de terror, donde hace muchos años una familia fue masacrada, pero fuera de eso parece muy bien, seguro perteneció a algún duque o algo.

Saco mi cámara y tras tomarle una foto a la pareja, le tomo una a la hermosa casa.

La noche ya ha caído pero no hay oscuridad,acabo de notar que el suelo estrellado y la luna llena iluminan donde la electricidad no llega.

Tomo una foto del cielo.

Debo controlarme o me echan por rara.

—Hola gracias por venir a nuestra fiesta. —Escucho una melodiosa voz en la puerta de la casa y dejo de mirar las fotos en mi cámara, para ver a una hermosa rubia de ojos azules.

—Hola feliz cumpleaños. —Saludamos las tres a la vez.

—¿Tú nunca dejas tu cámara? —Ahora es que noto que la cumpleañera no está sola, de hecho acabo de darme cuenta que quien la acompaña es su mellizo y su mellizo mo es nada más ni nada menos el sexy chico que conocí cuando llegué al pueblo.

—Hola cookie.

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