#13

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇᴄᴇ :ʟɪɢᴜᴇ ᴅᴇ ᴜɴᴀ ɴᴏᴄʜᴇ

Si te dijera en que momento me subí a horcajadas sobre él, en que momento lo que pretendía ser un beso inocente, dejó de serlo, mentiría. Besa tan bien que simplemente me embriagó, siempre me consideré buena besadora, pero ser nota que Alex me supera demasiado en experiencia, no se puede besar tan bien solo practicando con una almohada.

«No juzguéis, así aprendí yo»

Sus besos son una copia exacta de su personalidad pícaros, atrevidos y clásicos, el beso ideal para una peli romántica de Hollywood.

Su pícara lengua purga por entrar entre mis labios y yo se lo permito, incluso me siento un poco agresiva porque muerdo su labio inferior haciéndolo soltar un delicioso gruñido a la vez que sus manos se anclan con más fuerzas sobre mis caderas.

Nos separamos debido al oxigeno que nos comienza a faltar, nuestras frentes permanecen unidas y mi lasa de cabello marrón caer alrededor de nosotros formando una especie de mundo nuevo.Me dedica una sonrisa que trato de devolverle con la respiración errante antes de volver a unir nuestros labios.

No soy una santa y mi lado perverso al sentir la dureza entre mis piernas, purgando por romper su pantalón y luego el mío, comienza a mover la caderas en círculos, robándome gemidos y sacándole gruñidos.

Ni siquiera sabía que los besos eran capaz de subir aún más de tono cuando sus manos aprietan con fuerza mi trasero y me da un embestida.

Joder, eso fue increíble.

Se me escapa un gemido mucho más sonoro y su sonrisa no tarda en aparecer, sus labios abandonan los míos dejándome huérfana, pero comienzan a deslizarse de una manera deliciosa por mi mentón viajando al sur.

Mis manos se aferran a su cabello, como si el lugar para mis dedos fuese entre esas hermosas hebras  rubias.

—Alex. —Su nombre se vuelve mi mantra cuando vuelve a mover con agresividad sus caderas contra las mías, haciéndome sentirlo por completo, odiando seriamente la palabras ropa.

Sus labios llegan a mi cuello y todos mis vellos se ponen de punta al sentir las caricias de su lengua allí. Es tan delicioso que debería ser ilegal.

¡Es que es imposible no gemir antes semejantes caricias!

¿Es posible tener un orgasmo mientras te besan el cuello? Demonios, su debe ser posible porque las cosas por allá abajo se sienten deliciosamente bien tensas, y quieren liberarse.

Siento sus dientes en mi cuello y hubiese gemido nuevamente ante tan sexy mordida, pero al sentir como todo su cuerpo se tensó, fue como si hubiese caído agua fría, no, nieve sobre nosotros, enfriándolo todo en nanosegundos.

—¿Estás bien? —Pregunto apartándome solo un poco, dejándome ser atrapada por su mirada que ha perdido la diversión y la picardía, remplazándolas por un destello de miedo.

—Si. —Sus manos volvieron a la piel de mis caderas bajo su camisa y allí trazan pequeños círculos. —Solo... Creo que estamos llevando esto muy lejos para una primera cita.

Sonrío divertida ante su elección de palabras gesto que se contagia en sus perfectos labios.

—Parece mentira que sea el chico el que no quiere llevarlo más allá. —Espeto. —No me vas a follar hasta el matrimonio ¿o qué?

Como era de esperarse Alex ríe ante mis palabras,y niega con la cabeza, me doy una palmadita en el hombro por conseguir que volviese a relajarse.

—Digamos que soy un chico a la antigua. —Aprieta un poco mis caderas. —Pero me adapto a la época, cookie milenial

Me encanta esto, me encanta estar sentada sobre él, solo mirándonos mientras sonreiremos o soltamos alguna tontería, pero soy conciente de que ya es hora de entrar a casa o saludaremos al sol de seguir así.

—Creo que ya debo entrar. —Sonrío mientras el abre la puerta para que yo baje.

—Nos veremos cookie perversa.

Perversa ¿No?

—Piensa en mi cuando te deshagas de eso. —Señalo su evidente erección justo antes de cerrar la puerta en su rostro.

—Nos veremos Alexander. —Le doy la espalda y comienzo a caminar regalándole una buena vista de mi trasero.

...

Escucho voces, pero las ignoro, estoy demasiado cansada y sé que si abro los ojos me levantaré con un humor de perros. Pero el tiempo pasa y el rumor no desaparece así que me digno a abrir los ojos.

Me sorprende que todo esté oscuro. ¿Acaso aún es de madrugada? Voy a matar a quien sea que sea que me haya despertado.

—Por fin. —Escucho la voz de Grecia a mi lado. Lo primero que noto es que está demasiado arreglada en comparación con el espantapájaros que es cada mañana. —Pensamos que Alex te había chupado la energía.

—¿Qué hora es? —Pregunto con la voz rota por el sueño.

—Seis y media de la tarde. —Me informa mi prima y señala las cortinas de mi ventana que se encuentran cerradas, con razón está tan oscuro. —Si que has dormido, más de doce horas. —Un bostezo me toma desprevenida. —Y hubieses seguido en tu estado de no ser por mi.

—¿Por qué me despertase? —Inquiero sintiendo el león que tengo por estomago.

—Para que no pierdas un día de vida. —Espeta con una sonrisa. —¿No es obvio?

Yo simplemente me dedico a mirarla mientras decido si matarla o premiarla por haberme despertado, porque mi hambre es letal. Llevo mi mano a mi cuello para acariciar la parte dolorida por la posición en que me quedé dormida cuando involuntariamente sonrío al sentir el colgante que me regaló Alex.

Mi prima al ver la sonrisa tonta que se forma en mis labios pone los ojos en blanco.

—Tienes la cena-desayuno en tu mesita de noche. —Señala la sopa que huele delicioso, tengo que contarme para no brincar sobre ella en ese instante. —Date un baño y cambiate que nos vamos al cine.

—¿Qué?

—Ya oíste. —Dice saliendo. —¡Nos vamos al cine!

Una vez aseada y con la pansa llena me paro frente al espejo de cuerpo entero, mientras decido que ponerme, noto una pequeña marca rojiza sobre la piel de mi cuello, noto una diminuta punzada de dolor cuando la toco. ¿Acaso es...?

—Maldito seas Alexander. —Mascullo. —Me hiciste un puto chupetón.

  Una vez consigo cubrir el chupetón con maquillaje, me coloco un vestido blanco que por sorprendente que parezca hace lucir mi piel más pálida aún. Mi cabello caoba cae suelto a mi espalda con sus rizos naturales y el rubí luce mejor que nunca en mi pecho.

—Ya estoy lista. —Anuncio saliendo de mi cuarto.

Mi tía y prima se encuentran charlando tranquilamente en la cocina y sonríen al verme llegar.

—Hola familia. —Las saludo y con la mirada busco a la persona ausente en esa escena. —Susy no viene.

—Está en un viaje con su familia. —Se límita a responder Grecia. —Tradición. —Se encoje de hombros a la vez que sujeta mi brazo. —Hoy tendremos una noche de primas.

Grecia no espera a que responda y haciendo uso de su usual alboroto, me lleva por toda la casa hasta la salida, si que quiere ir al cine.

—Cuidense de los fantasmas. —Alcanzo a escuchar a mi tía antes de que mi prima ponga el coche en marcha.

—Tal parece que huyeramos. —Me burlo.

—Es que enserio necesito distraerme. —Sus palabras y por el tino tan dolido que usa, consiguen que mi sonrisa se congele.

—¿Qué paso?

Veo sus manos apretar con fuerza el volante y sus ojos comienzan a cristalizarse. No llevo mucho tiempo viviendo con Grecia, pero puedo saber que no está acostumbrada a sentirse como se siente.

—No preguntes. —Se obliga a sonreír. —Mejor cuentame como te fue con el papucho de Alex en la cita.

Automáticamente sonrío y sin quererlo termino despotricando todo lo que pasó, desde el momento profundo al llegar, el chapuzón nocturno hasta el momento caliente en su coche.

—Wow. —Me mira sorprendida mientras estaciona. —Ese chico enserio debe estar interesado en ti.

—Ese chico lo que es es un anticuado. —Me burlo. —Un sexy anticuado.

Bajamos del coche directo a la fila para entrar al cine, cuando veo el nombre de la película me siento tentada a poner los ojos en blanco. “Crepúsculo” sinceramente odié esa peli, por el simple hecho de que tenía publicidad engañosa, los protagonista no eran vampiros, eran putas lámparas de discoteca.

Mientras más nos acercamos a la entrada mi ceño se frunce al ver al Alex, pero no anda solo, anda con la estúpida amiga de su hermana, no consigo recordar su nombre, pero si recuerdo lo que dijo y como insinúo que Alex era un asesino.

¿Qué hace con ella aquí?

¿Por qué me molesta tanto?

Busco a Myrna con la mirada esperando que él solo haya venido a acompañar a su hermana, pero no la encuentro por ningún lado y dudo que esté dentro. En algún punto mi mirada se cruza con la de la acompañante del chico que me devoró la boca y  me está mirando fijamente con el ceño fruncido.

¿Está esperando alguna reacción en mi?

Su mirada baja a mi cuello y su gesto de molestia se intensifica, casi tanto como el mío al ver como se le pega como sanguijuela al chico que me embistió mientras me besaba.

¿Por qué no la aleja?

—Ese no es... —Grecia parece verlo y noto como mi prima también se molesta, no hablo no me muevo.

No es otro juego de mi mente, Alex está teniendo una cita, con otra ¿Qué me lo confirma? El beso que esa estúpida acaba de estampar en sus labios.

—Gilipollas. —Escucho a Grecia a mi lado.

—Hey Alex. —Lo llamo y la sorpresa es evidente en sus ojos azules no así en los de si acompañante que sabía que los observaba.

—¿Leah?

—Creo que necesitarás esto. —Llevo la mano a mi pecho arrancando con fuerzas el collar que me había regalado. —En caso que no tengas para tu nuevo ligue de una noche.

Le mantengo la mirada, no me verá nunca destruida y dejo caer la joya al suelo, con ella cae todo lo que comenzaba a sentir por él, ningún hombre ha jugado jamás conmigo, él no será el primero.


Hola!!!! ¿Cómo explicarles que amé y odié el capítulo?

Porfis no olviden comentar y votar. No saben de cuanta ayuda son si lo hacen.

Con amor.
Hielo.

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